DIRECTOR:JESÚS MANUEL CASTILLO RAMOS
DIRECTOR:JESÚS MANUEL CASTILLO RAMOS

LA CASA MUSEO Y LA FORMACION DEL CIUDADANO

 

06.08.2021 Rafael Guardiola

               

                Para Platón de Atenas el proceso dialéctico que lleva al alma humana desde los niveles inferiores de conocimiento y de realidad hasta el conocimiento superior de los objetos del mundo inteligible se concibe como un proceso educativo, como un proceso de “formación”. Los viajes y los museos han sido dos modos de acometer con éxito la empresa de formación del ciudadano desde el advenimiento de la modernidad, casi en clave platónica: se trata de encontrar el secreto para limar las imperfecciones de la condición humana y procurar su acercamiento al ideal de excelencia en el ámbito individual y social.

 

De “la casa de Goethe en Weimar” trató la conversación-intervención del filósofo Francisco Jarautaque tuvo lugar el 22 de junio de 2021 en el Ciclo “Palacios de la Memoria” organizado por la Casa Gerald Brenan de Churriana-Málaga. Como Goethe, el profesor Jarauta–a quien tuve ocasión de escuchar ya a mediados de los ochenta- es un fiel seguidor de la sana costumbre, tanto ilustrada como romántica –y practicada con destreza por Brenan o la Institución Libre de Enseñanza, de aprender en movimiento gracias a los viajes. Muchos viajes nos han legado además testimonios envidiables en forma de diarios que nos permiten desentrañar con cierta precisión la madeja de la historia de las formas de pensar, sentir y actuar. No en vano, Goethe recibió el regalo del Diario de Viaje de su padre como signo del inicio de su marcha hacia la madurez. Francisco Jarautanos regaló a los asistentes su brújula y su mirada recorriendo lentamente los gestos de la respiración de la ciudad de Weimar en tiempos de la Duquesa Ana Amalia de Sajonia y su corte ilustrada aunque “no despótica”. Las explotaciones mineras del pasado habían dejado a la vista del viajero la herrumbre producida por la oxidación y un espacio poco acogedor para el pensamiento, pero la Duquesa quiso torcer el destino invitando a vivir en el, entre otros, al joven Goethe, quien publicara su Werther a los veinticuatro años, anunciando que no solo la Razón era sujeto de derechos: la vida también está hecha con los mimbres de los sentimientos. Pero lo que importa aquí en la casa que habitó Goethe, la paleta de colores pastel que nos acompañan, la preeminencia del amarillo, la sobriedad de las estancias a pesar de la decoración que impone el rococó y, sobre todo, el imperio del jardín. El profesor Jarauta nos mostró, en definitiva, que es posible que una casa se convierta en museo e incluso en lugar de peregrinaje para las “almas bellas” schillerianas, en consonancia con las propuestas de Pedro Pizarro, coordinador del Ciclo, y Alfredo Taján, director de la Casa Gerald Brenan.

 

El Museo es una institución moderna que hunde sus raíces en el coleccionismo público y privado alumbrado y consolidado en tiempos de la Ilustración del siglo de las Luces. No obstante, la ingente colección de objetos artísticos acumuladaen las enormes salas de los museos del siglo XIX acogía huérfanos procedentes, en muchos casos, del saqueo de los bienes culturales de las naciones doblegadas y ocupadas por las potencias coloniales, algo que puede atentar contra las buenas costumbres. Curiosamente, a principios del siglo XX, las vanguardias formularon una aguda crítica a la institución museística, alentando la “museofobia”. Marinetti, por ejemplo, bautizó como “cementerios” tanto a museos como bibliotecas y planteó su inmediata destrucción junto con la memoria del pasado. Para aumentar la velocidad es preciso desprenderse de todo lo que suponga un lastre. Jean Cocteau afirmó también, sin pestañear, que el Louvre era un pestilente “depósito de cadáveres”. Es un hecho que los arquitectos vanguardistas apenas proyectaron y erigieron museos, a diferencia de sus homólogos decimonónicos. Hoy en día, el museo ha abandonado su estigma elitista como enclave legitimador de la “alta cultura” y se ha transformado en un espacio urbano dotado de sentido y en un centro de atracción turística. Esta última circunstancia es un buen argumento para los partidarios de la “museofobia”, dado que el peregrinaje de las masas convierte a los museos en uno de los eslabones despreciables de la cadena del consumo. Sea como fuere, hay todavía locos o nostálgicos de la Ilustración como yo que no queremos renunciar tan fácilmente a los hilos de la memoria cultural. Y pienso que la casa-museo es un espacio idóneo para practicar “el brindis por la Humanidad” que frecuentaron Goethe y Schiller a medio camino entre Weimar y Jena. La clave está en la redefinición de la institución museística revisando de manera sana y atenta lo que implica la formación en la vida del ciudadano.

 

UNA OPORTUNIDAD PERDIDA

 

26.03.2021 Rafael Guardiola Iranzo La vida llama a veces a nuestra puerta sembrando el desasosiego, planteándonos disyuntivas que ponen de manifiesto tanto la condena como el miedo a la libertad, utilizando los conceptos acuñados por Jean-Paul Sartre y Erich Fromm en el siglo pasado. La pandemia generada por la COVID 19 ha descubierto abiertamente la actualidad y la urgencia de los dilemas morales. Se trata de conflictos en los que se enfrentan valores, y para ser más exactos, “valores positivos”. Porque es muy fácil elegir entre un bien y un mal manifiestos (por ejemplo, entre que nos toque el primer premio de la lotería nacional y recibir un garrotazo). Pero, ¿y si aquello sobre lo que tenemos que elegir son cosas buenas para uno mismo o para los demás? Entonces surge el dilema y nos tenemos que molestar en elegir, puesto que eligiendo el curso de la acción es como somos libres. Quien se niega a elegir ha decidido no ser libre, tal vez ha optado por perder su dignidad y mimetizarse con los artefactos.

 

            Imagínense por un momento que son profesores de un centro público de secundaria, que llevan más de 35 años ejerciendo esta magnífica profesión como un servidor, y son convocados a una reunión extraordinaria para dirimir, con “buena voluntad” kantiana, la conveniencia o inconveniencia de volver a la enseñanza presencial en el nivel del último curso de Bachillerato y en el último trimestre, después de que el Claustro hubiera optado por la semipresencialidad al principio del curso (lo que implica que el alumnado asista al centro en días alternos y en grupos reducidos a la mitad, con el fin de que se cumpla la “distancia social” y minimizar el riesgo de contagio). Imagínense que, como yo, no tienen vocación de héroe y, encima, no han sido todavía vacunados –como parte de un colectivo de riesgo- por tener más de 55 años y no estar dentro de las preferencias de las autoridades sanitarias y educativas de la Junta de Andalucía. Puede que las autoridades piensen que los profesores veteranos tenemos un pellejo especial que nos hace inmunes ante el virus: nada más vernos, se da la vuelta y respeta nuestras canas. O tal vez sea cosa del vil metal y no quieran ponernos vacunas “caras” en beneficio del ahorro del gasto y la bonanza de las cuentas autonómicas.

 

E imagínense, finalmente, que dudan, tan pulcramente como Descartes, entre defender la seguridad individual y colectiva de alumnado y profesorado del centro (dado que no hay garantías de que se pueda respetar la distancia social aconsejada por las autoridades sanitarias), y el poder salvífico de la docencia presencial para solventar in extremis los malos resultados académicos del alumnado a estas alturas de curso (al parecer, muy deteriorados por la enseñanza semipresencial y el uso que muchos alumnos hacen de su “libertad” en los días que no asisten a clase). Yo no tengo que imaginarme la situación, porque convivo con ella. Las autoridades sanitarias han prescrito una serie de prohibiciones a la ciudadanía que, curiosamente, acatamos casi sin rechistar, en aras de la salud pública, del bien común, entre las que se encuentra el uso de mascarilla –aunque estemos en medio del campo-, el uso de geles hidroalcohólicos, el imperio de la lejía, el confinamiento perimetral, el toque de queda, la limitación del número de personas que puedan asistir a las reuniones y actos públicos, y la distancia social (superior a 1 “Kant”, es decir, a 1,5 metros). Esto último no se puede cumplir en mi centro de trabajo, si los que ocupan el aula son 30 o más alumnos, como a mí me sucede. ¿Qué hacer, como diría Lenin? Les repito que no tengo vocación de héroe ni me considero un iluminado pedagógico, dotado de una capacidad sobrehumana para rellenar en un trimestre las lagunas y deficiencias de aprendizaje graves del alumnado. Mucho menos, un apasionado de la burocracia y de los exabruptos conceptuales de esos psicopedagogos que con tanta facilidad desprecian la inteligencia.

 

Solo se que, si las autoridades sanitarias están en lo cierto –tal vez por ello las respetamos como autoridades- la posible vuelta a la presencialidad implique que tanto el profesorado como el alumnado –que no ha sido vacunado- podamos correr un riesgo innecesario a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa. ¿De qué le puede servir a un alumno mejorar su resultado en la Selectividad, al parecer, gracias a la labor pigmaliónica de unos osados docentes abandonados en el proceso por la Administración, si ello le lleva a padecer en sus carnes y en su entorno la enfermedad? ¿Los docentes seremos condecorados a título póstumo por morir o quedar tullidos en acto de servicio, como en la escena cumbre de una película norteamericana de militares o policías? ¿Por qué no se rebelan los docentes más aguerridos frente al resto de las medidas de la autoridad –si tan seguros están de que no corren peligro y encima son héroes? Estoy empezando a sospechar, escuchando a algunos de mis compañeros, en las virtudes innatas de los edificios escolares a la hora de hacer disminuir las cifras de los contagios (propongo, en este caso, que trasladen a los contagiados a ellos, para conseguir la curación).

 

Soy de esas personas raras que piensan que la mejora de la enseñanza pública andaluza y española pasa por elincremento sensible de los gastos en Educación, y porla disminución de laratio, del número de alumnos y alumnas que conviven diariamente en el aula. El principal atractivo de la enseñanza privada radica, precisamente, en la notable reducción de esta sencilla proporción que en la enseñanza pública solo hemos probado en tiempos de pandemia. Doy fe de que así es mucho más fácil enseñar. Bajar la ratio es una medida magnífica por criterios sanitarios y, en general, por razones pedagógicas. Y añado otra propuesta –que no es mía, sino de pensadores como el mentado Kant, que nos anima a salir de nuestro estado de minoría de edad-. Se trata de fomentar con uñas y dientes la autonomía y el espíritu crítico del alumnado en general y del preuniversitario en particular, así como la creatividad de los docentes evitando el paternalismo protector. La enseñanza pública no mejora por la aplicación de recetas pedagógicas gestadas por mentes que nunca han dado clase, ni tampoco por la obediencia ciega por parte del profesorado de las órdenes de políticos poco ejemplares.

 

 

UNA OPORTUNIDAD PERDIDA.EN DEFENSA DE LA ETICA

 

19.01.2021 Rafael Guardiola

 

La Asociación Andaluza de Filosofía que me honro en presidir estima que la desaparición de la asignatura de Ética (o Vida moral y reflexión ética, como llegó a llamarse) del curriculum de 4º de E.S.O. en las últimas legislaciones educativas no sólo es un golpe a la educación y a la filosofía sino a nuestra sociedad democrática. El planteamiento de los dilemas morales con que nos desafía la vida y la acción humana, el conocimiento de las diversas tendencias filosóficas que han constituido la reflexión ética, todo ello es un freno contra el sectarismo y el fanatismo. En sociedades como las nuestras, cada vez más polarizadas y con la amenaza de corrientes dogmáticas, populistas o intolerantes, la reflexión ética es una buena forma de plantear los problemas basándonos en el diálogo y la racionalidad. La ética tampoco es ajena a las emociones pero combate la emocionalidad irracional que vemos todos los días en medios de comunicación, redes sociales o simples reuniones familiares. La ética nos obliga a calmarnos y afrontar la problematicidad de la praxis humana. En adolescentes que pueden ser una presa fácil para las corrientes intolerantes es una asignatura fundamental.

 

No vivimos en sociedades sin valores ya que es nuestra propia existencia la que nos arroja a los dilemas sobre la acción. Pero el razonamiento también hay que entrenarlo y fundamentarlo. Si no hay educación ética la demanda de valores puede ser sustituida por el identitarismo o el simple fanatismo. Esto no es una especulación sino un riesgo muy real y darse cuenta va más allá de las polarizaciones ideológicas. Los profesores de filosofía no defendemos la ética por un interés corporativista sino como una necesidad ciudadana. La ética no es incompatible con ninguna otra asignatura y no es una alternativa a nada. No adoctrina sino que abre los ojos. Es muy potente y consume muy poco. No es la panacea pero puede ser un antídoto.

 

No somos nuevos en esto de usar la racionalidad. Grandes autores han analizado la existencia humana y han propuesto formas de vivir mejor. Ignorarlos puede llevar a nuestros hijos a pensar que los problemas tienen soluciones fáciles o expeditivas. Si realmente nos importan nuestros futuros ciudadanos debemos formarlos éticamente.

 

ALGUNAS ANOTACIONES ALREDEDOR DE LA LEY DE EDUCACION (LOMLOE)

 

17.01.2021 Beatriz Rubiño Yañez

 

  • La nueva ley de educación aprobada recientemente pretende ser un impulso a lamodernización de nuestro sistema educativo, mejorando su financiación, la carrera profesional docente y tratando de que la enseñanza sea personalizada y no deje a nadie atrás.

 

  • La ley de educación actual nos ofrece una escuela para una sociedad que ya no existe. La pandemia nos ha enfrentado a las debilidades de nuestro sistema y la reforma del sistema educativo no puede esperar.

 

  • Como en todo proyecto de Ley, nosotros buscamos el diálogo y el entendimiento, pero, por desgracia, no es nuevo que el PP no quiera sentarse a hablar de educación. Ninguna ley de educación socialista ha contado con su apoyo, pero sí, del resto de los grupos. En cambio, las leyes educativas del PP solo han salido adelante con el apoyo de sus propios votos.

LENGUAS COOFICIALES

 

  • El proyecto de ley asegura que al finalizar la educación básica todos los alumnos y alumnas tengan un dominio pleno de la lengua castellana, de las otras lenguas cooficiales donde lo sean, y en, al menos, un idioma extranjero, deseablemente dos.

 

  • La LOMLOE establece que las administraciones educativas deben asegurar que los centros realicen los análisis y evaluaciones, de modo que se garantice que todos los alumnos tienen la competencia lingüística en el nivel que corresponde en todas las lenguas. Además se establece que impulsarán la adopción de las medidas necesarias para compensar las carencias que pudieran existir en cualquiera de las lenguas.

 

  • Se ratifica el marco establecido por la Constitución y los Estatutos de Autonomía.

 

  • Nuestra voluntad es que la lengua deje de ser motivo de conflicto y de separación entre la ciudadanía. Vamos a hacer que las lenguas sean factor de cohesión y no de división.

 

ELECCIÓN DE CENTRO

 

  • Las familias seguirán teniendo libertad de elección de centro. La ley pretende garantizar que el proceso de admisión en los distintos centros sea más transparente y que la Administración verifique que los centros educativos sostenidos con fondos públicos no discriminan a ningún estudiante por sus condiciones socioeconómicas o de cualquier otra naturaleza.

 

  • La nueva ley primará en el proceso de admisión la proximidad de centro al domicilio o lugar de trabajo de los padres, la existencia de hermanos o hermanas matriculados en el centro y la renta per cápita familiar. Y ningún criterio por sí solo (excepto el de proximidad) podrá suponer más del 30% de los puntos
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  • .EDUCACIÓN CONCERTADA
  • La ley no altera el modelo de conciertos creado en 1985 y que han dado más de 40 años de estabilidad al sistema.

 

  • Sí que plantea que las comunidades autónomas controlen que se cumple la normativa que prohíbe a la concertada cobrar cuotas de forma obligatoria, pero podrán seguir existiendo de forma voluntaria.

 

  • Se prohibirá que los centros sostenidos con fondos públicos puedan segregar por sexo al alumnado.

 

  • Desaparece el concepto creado por la “ley Wert” de “demanda social”, es un eufemismo para dar cobertura a la práctica extendida en algunas CCAA de ceder suelo municipal, incluso en zonas sin centros públicos, para centros privados de nueva creación promovidos por empresas sin trayectoria educativa a las que se concedía de antemano el concierto.

 

CENTROS DE EDUCACIÓN ESPECIAL

  • El proyecto de Ley de Educación, en ningún caso, plantea el cierre de los centros de educación especial.

 

  • Establece que las administraciones educativas continúen prestando el apoyo necesario a los centros de educación especial "para que estos, además de escolarizar a los alumnos y alumnas que requieran una atención muy especializada, desempeñen la función de centros de referencia y apoyo para los centros ordinarios.

 

  • La ley plantea incrementar los recursos de los centros ordinarios paulatinamente, para que a ninguna familia se le niegue el derecho a su hijo o hija en un centro ordinario con plenas garantías de calidad en la atención educativa por la falta de medios y personal adecuado.

 

  • Se cumple así lo establecido en la Convención Internacional sobre los  Derechos de personas con discapacidad. Hasta ahora, la ONU ha condenado a España en varias ocasiones por vulnerar la Convención.

 

ASIGNATURA DE RELIGIÓN

  • La asignatura de Religión seguirá ofertándose, pero el derecho de un estudiante a recibir formación religiosa no debe convertirse en una obligación para quienes no opten por esta formación, como impuso la LOMCE.

 

  • La nota de Religión no contará para becas o el expediente y la LOMLOE plantea una asignatura o contenido transversal de Educación en valores cívicos y éticos para todos los alumnos.

 

 

 

AIDA SANCHEZ SIERRA

 

 

27.12.2020 Rafael Guardiola "Yo sólo podría creer en un dios que supiese bailar", afirma el filósofo Nietzsche a través de su alter egoZaratustra. Seguramente, porque el pensamiento riguroso, crítico y autónomo sea una especie de danza, un movimiento envolvente y totalizador del que es cómplice el cuerpo en su integridad. Y porque la danza es una acertada metáfora de la vitalidad y del éxtasis del devenir vibrante de la existencia y de la creatividad humana.

 

Saludo por ello desde aquí, en nombre de los ciudadanos de esta tierra y del periódico “El Mirador de Churriana”, a mi antigua alumna AÍDA SÁNCHEZ SIERRA, joven bailarina, actriz y cantante, puesto que se ha hecho merecedora del galardón de “Personaje El Mirador Proactiva Inmobiliaria 2019” y de mi sincera admiración.

 

Esto último es especialmente notable, dado que las virtudes artísticas de Aída han truncado mis propias esperanzas de alzarme con la distinción. Me queda el consuelo de pensar que los lectores del periódico han sabido reconocer en ella los estigmas de una mujer inteligente, valiente, cariñosa y bella, frente a los que poco puede hacer la mente calenturienta de un filósofo maduro, gordo y calvo como yo.

 

Este es un premio a la excelente trayectoria artística de Aída, quien ha visto realizado recientemente uno de sus sueños, al formar parte del elenco musical de la obra “A Chorus Line” estrenada el 15 de noviembre de 2019 en el Teatro del SohoCaixabank bajo el manto protector del malagueño universal Antonio Banderas. Aída está en posesión del Grado en Artes Escénicas por la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga y del título de Máster en Gestión de Proyectos Culturales y Liderazgo, y ha sido una de las actrices principales de la serie televisiva de Canal Sur “Éramos Pocos” y de varios musicales de la ESAEM.

 

“Los músicos no bailamos, ya habrás oído decir” canta el bardo uruguayo Jorge Drexler en la canción titulada “Don de fluir”. No es el caso de Aída Sánchez Sierra, una joven churrianera que actúa, canta y baila. No obstante, les confieso que siempre sonrío al escuchar esta parte de la canción de Drexler, porque me acuerdo vivamente de mi padre tocando el violín o la guitarra mientras otros bailan, y me veo reflejado también en este íntimo espejo. Por mucho que insistan no conseguirán que baile. No sólo por pudor, por razones técnicas, sino por respeto hacia todos aquellos que, como Aída, “bailan como quien respira”.

 

Lo mío es seguir el ritmo con la percusión o cantar desde las entrañas, y ver bailar a mi mujer con el cabello suelto, levitando sobre sus pies y envolviéndome con su magia, como le debe pasar a Jorge Drexler con Leonor Watling y a Aída con su público.

 

“Sólo quiero verte bailar/ sólo quiero verte bailar/ quisiera verte girando, girando/mirándome mirar”, dice la canción. Aunque siempre confío en que la razón se sobreponga a la tiranía de las emociones y a la dictadura de la amígdala, no dejo de reconocer que soy un vouyeur incorregible. Enhorabuena, Aída. 

 

 

 

MANZANAS Y LENTEJAS

 

27.08.2020 Rafael Guardiola Iranzo Esta es una breve crónica de la exposición de la pintora de Aracena MARÍA DEL PILAR ANARTE que, con el título “Paisajes de unavida”, se va a poder disfrutar en la Sala de Exposiciones “Manuel Barbadillo” de Málaga, comisariada por Apiama, del 24 de agosto al 9 de septiembre de 2020. He tenido el honor de asistir a la inauguración “enmascarada” de la muestra, acompañado por un público entusiasta y valiente, con los afectos a flor de piel. Se trata de una avanzadilla de la vida cultural malagueña en tiempos de pandemia desde una propuesta sólida y equilibrada, como dirían los críticos, en la que el protagonista es el paisaje. Se trata de paisajes habitados, con capacidad de evocar, de trascender su pulcra factura realista –y en algunos casos, impresionista- (donde se traduce sin ocultación los años de formación sevillana y la pasión por la “objetualidad”) y hasta de fundirse orgánicamente con la composición del bodegón y el cristal de las ventanas.

 

Ventanas a través de las cuales la pintora se abre al mundo y exterioriza su brillante sensibilidad, marcando el espacio con la espátula, como si contemplase la línea que va de lo pintoresco a lo sublime cabalgando a lomos de un hermoso y elegante caballo andaluz. Les confieso que no me importaría vivir dentro de los lienzos de María del Pilar Anarte, porque podría alimentarme perfectamente de la tranquilidad y el misterio de los colores de su paleta mediterránea y la suavidad palpitante del dibujo bien perfilado. Me gustan más sus ríos que sus visiones marinas y prefiero sus colores cálidos a la sobriedad de la montaña, pero lo que más admiro es su facilidad para retratar el útero materno de la madre Naturaleza habitado por un Homosapiens respetuoso y despreocupado –y, por supuesto, fresquito y sin mascarilla. No obstante, como también amo en la pintura la vida a borbotones y los excesos cromáticos, me he atrevido a proponer a María del Pilar, ya como amigo, poblar sus lienzos de brochazos expresionistas, monstruos grotescos, bromas y trampantojos. Pienso que así podría abundar hasta el infinito en el “misterio” que desprenden sus lienzos, como subraya el crítico y escritor Gámez Sebastián Millán, autor de los textos del catálogo. Porque, como bien ha señalado este último, en los cuadros de María del Pilar Anarte los caminos y sendas son largos y sinuosos, invitan al paseo y a la aventura, pero no parecen tener un fin definido, haciendo un guiño provechoso y educado al espectador. Cuenta María del Pilar que tuvo que alterar varias veces la composición de una de sus pinturas más innovadoras (un paisaje-bodegón), debido a la pasión de su nieto por las manzanas que usara como modelo, y que tuvo que sustituir finalmente por naranjas. Y eso que llegó a tiempo de salvar las uvas. ¿Qué habría pasado si alguien se hubiera comido parte de las montañas de su paisaje? No me cabe la menor duda de que, gracias a su concentración y el amor por su trabajo, habría hecho bajar las rocas del cielo para compensar la pérdida. Porque María del Pilar sabe pintar, se pone maternalmente en el lugar del espectador, y es capaz de hacer al mismo tiempo unas excelentes lentejas, porque su arte es de este mundo.

 

 

UNA BUENA COMIDA EN LA CONSULA

 

29.06.2019 Antonio Villalba A principios de año el director del periódico estuvo apremiándome para que le enviara un artículo, le había prometido que sería a mitad de enero. Me retrasé, no recuerdo el motivo pero a los pocos días lo tuvo en su correo. Sin embargo lo dejó olvidado a pesar de su insistencia. Desde entonces han sucedido muchos acontecimientos y, el más importante, el que nos ha cambiado la vida a todos. Ahora que empezamos a salir de estos meses angustiosos lo he rescatado para intentar volver a una normalidad añorada en el que la covid-19 no sea el único tema al que hagamos referencia y volver a ensalzar lugares de referencia de Churriana.

 

Unos compañeros de la oficina que formamos un grupo quinielístico habíamos conseguido acertar la friolera de once resultados con un premio de algo más de cien euros, tuvimos la feliz idea de emplearlos en una comida en el Aula-Restaurante de la Escuela de Hostelería de La Cónsula pero en noviembre estaba cerrada. Había que estar pendiente del nuevo procedimiento de reservas a través de un link que tardaba en ponerse operativo. Cuando se activó fuimos rápidos  y conseguimos una plaza el mes pasado.

 

Un miércoles de diciembre fue la fecha de confirmación. Habíamos quedado fuera del restaurante. Quise que disfrutaran  de los jardines y de la elegante arquitectura. Cuando llegué me preguntaron si era cierto que aquel lugar había pertenecido a los Hemingway, que eso les había comentado un alumno. Sonreí y les prometí que les contaría en la comida algo sobre el lugar, los dueños y los ilustres visitantes. Pedro me miró suplicante y soltó con descaro “Pero que sea breve, que te conocemos”

 

Disfrutamos de una velada magnífica: las vistas son una maravilla, la luz que invade el salón, la pericia y simpatía de los camareros, la exquisitez de los platos y, por supuesto, el grupo de amigos. Devoramos el tartar de lubina y el lomo de bacalao acompañados de un blanco riquísimo: el viña costeira. Fue ahí cuando les comenté que la finca fue cambiando de manos desde el siglo XVIII hasta llegar al Ayuntamiento, aunque nunca perteneció a Hemingway. Cuando el nobel americano visitó La Cónsula sus dueños eran los Davis, en 1959,  fue un verano completo para el nobel americano, se enamoró del encanto de la finca y de la amabilidad de los propietarios que les reservaron una habitación para sus estancias.

 

Si la peña no cumple con el cupo femenino y si, además, es quinielística, se comprende que la conversación se desviara a temas futbolísticos. Así, mientras comíamos los medallones de venado con salsa de enebro a Jose se le ocurrió brindar con el tinto de Ronda por la próxima Champions del Barça, pero Jesús y Antonio lo hicieron por la salvación del Málaga y yo por una futura Copa del Athletic.

 

Al acabar la copiosa comida nos adentramos en el palacete y ahí comprendí el equívoco del alumno. Yo había olvidado las enormes fotografías de Hemingway en la finca junto a sus amigos que cuelgan en las paredes o las placas que recuerdan su paso por Churriana o la máquina de escribir que preside una de las salas. Es comprensible que si no se sabe la historia algunos piensen que pudiera haber sido el propietario.

 

Después de visitar parte de la planta baja del palacete nos adentramos en el jardín para apreciar las especies botánicas. Les expliqué que en la década de los ochenta se hizo una restauración y que en 1993 el Ayuntamiento y la Junta llegaron a un acuerdo para ser sede de la Escuela de Hostelería. Sin embargo en los últimos meses el jardín está muy descuidado. Junto a nosotros otro grupo que había comido en una de las mesas contiguas también paseaba entre la flora, entonces oí una conversación surrealista en la que uno de ellos repetía que estaba muy mal cuidada y la comparaba con El Retiro: “ese jardín está precioso, como pertenece a Alhaurín…”. Mis compañeros vieron la cara que puse y cómo me contuve para no entrar a corregirlo. Tengo que confesar que me costó. Eso sí, a los míos les expliqué que El Retiro está en Churriana y, además, no es ni siquiera municipal. Por cierto, es un BIC, por tanto se debe abrir unos días al mes según Ley pero no se cumple por la negativa de su dueño.

 

Acabo por fin, releo el artículo. Pienso que igual se ha quedado desfasado pero mi fervor localista me incita a sacar el tema de Churriana continuamente y espero que el próximo curso volvamos a disfrutar de una comida en La Cónsula y pasear por sus jardines a los postres.

 

                                                                                                              

COMO SER UN ANIMAL Y NO MORIR EN EL INTENTO

 

17.05.2020  Rafael Guardiola Al poco tiempo de iniciarse el confinamiento decretado por las autoridades  sanitarias un antiguo alumno  se puso en contacto conmigo a través de las redes sociales con nobles y virtuosas intenciones.  Me exponía, brevemente, las dificultades que estaba encontrando a la hora de mantener la calma en la vida cotidiana en esta especie de arresto domiciliario coronavírico y no perder los estribos a la hora de relacionarse con los habitantes de su casa. Y decía haberse atrevido a recurrir a mí, al acordarse de algo que, al parecer, comenté en una de mis clases: que yo no me enfadaba nunca. Me imagino que pude hacer estas declaraciones -tan fáciles de refutar- en uno de esos momentos estelares en los que el docente alberga la esperanza de que desaparezca de su vista el público adolescente que porfía en amargarle la existencia, bien como consecuencia de un conjuro mágico indoloro, o como resultado del rápido manejo sádico de la motosierra un viernes trece.

 

Obviamente, lo que quise decir en aquel momento es que procuro, por todos los medios, mantener a raya mi cerebro primitivo o reptiliano –que incluye el tronco del encéfalo y el cerebelo y es el responsable de nuestros comportamientos instintivos, de la respiración, el latido cardíaco, el equilibrio y el movimiento muscular-, e incluso el funcionamiento del cerebro límbico -el guardián de las emociones- para que no emborrone los frutos del raciocinio propio de la corteza cerebral. Ciertamente, el enfado –una de las emociones básicas- es imprescindible para que se desencadene la agresividad asociada a la lucha por la conservación de la propia existencia, pero puede convertirse en una auténtica pesadilla en momentos de paz para uno mismo y para los demás, si recibe las órdenes reforzadas de la amígdala del cerebro reptiliano y se doblega dócilmente el neocórtex. Vamos, que procuro no comportarme como un cocodrilo.

 

                Es el viejo problema que se planteara Platón de Atenas, cuando trataba de dilucidar las características del alma (unida de manera accidental y antinatural al cuerpo, en la que estaba prisionera –como nosotros en este duro confinamiento pandémico). El alma es, para el Platón maduro una sustancia simple e inmaterial y consta de tres partes: una parte racional, inmortal y guiada por la sabiduría; una parte irascible o vehemente, cuya virtud es el coraje o fortaleza de ánimo; y una parte concupiscible o apetitiva, localizada en el bajo vientre, en la que imperan los instintos que deben ser temperados. Platón trata de justificar su división (Razón, Voluntad y Deseo, traduciéndola a conceptos más conocidos) a partir de los conflictos que surgen en nuestra vida cotidiana en la medida que efectuamos acciones libres y conscientes. Para el autor de La República, podemos certificar la existencia del alma concupiscible y de sus dictados, cuando comenzamos a segregar saliva a la puerta de una pastelería, al oler el aroma envolvente de lo que allí se cuece. Estamos a merced del deseo y de su oscuro objeto –como diría el cineasta Luis Buñuel-, como sucede también cuando sucumbimos a la pasión sexual. Pero podemos evitar la esclavitud de las pasiones gracias al ejercicio de la voluntad y la razón. Si el médico nos dice que somos diabéticos y que no debemos comer dulces con objeto de evitar las consecuencias indeseables de la hiperglucemia (el mensaje de la diosa razón, del alma racional), podemos echar mano de nuestra alma irascible y apartar el deseo a manotazos gracias a la fortaleza de ánimo. Necesitamos coraje en este caso y a la hora de ponernos la mascarilla y los guantes y extremar las medidas de higiene para evitar posibles contagios, aunque se encienda en nosotros el deseo de besar apasionadamente,  a pelo y con lengua, los carnosos labios de Scarlett Johansson.  En cualquier caso, para Platón, la voluntad no basta –ni siquiera la “buena voluntad” de la que habla Kant-. Debemos refugiarnos bajo el paraguas severo pero seguro de la razón –de nuestra corteza cerebral, dirían los neurocientíficos.

 

                Pero no todas las proclamas de la razón tienen el mismo valor adaptativo. Aquí me separo gozosamente de Platón e invito a  entrar a las emociones, aunque sea manteniendo la distancia de seguridad marcada por unos “churros” de piscina fijados a un sombrero que cubra mi despejada cabeza, como ya han hecho en algunas terrazas.  Pues, como afirma Aristóteles, el discípulo aventajado de Platón, además de alma racional, tenemos un tipo de alma, el alma sensible, que compartimos con los animales, y un alma vegetativa, común con los animales y el reino vegetal. Es probable que en estos días de confinamiento no hayamos rebasado la condición vegetal que señala Aristóteles, centrada en la nutrición, el crecimiento y la reproducción. Por este motivo, muchos decían que la pandemia era un ardid de los extraterrestres, dado que en este tiempo no podíamos más que consagrarnos –los que tenemos trabajo y medios para ello, claro está- a ingerir alimentos, crecer a lo ancho y reproducirnos (esto último, bastante dudoso, según las encuestas de los sexólogos), con lo que lograrían nuestro engorde para el postrer sacrificio.

 

No obstante, también podemos deleitarnos con las posibilidades de nuestra alma sensitiva, de nuestra bendita animalidad. Gracias a que somos animales, podemos disfrutar de la sensación y la percepción, con los deseos y apetitos que tienen que ver con el cuerpo -por ejemplo, el deseo sexual o las ganas de comer y beber suculentos manjares- y con los beneficios del movimiento, de la capacidad de trasladarnos voluntariamente de un lugar a otro. Esperemos que las próximas fases del desconfinamiento nos permitan acceder plenamente a este éxtasis sensorial animal y cultivar asimismo con ardor las habilidades sociales, la empatía, el autoconocimiento, la creatividad, el control emocional, la capacidad de autoafirmación y la capacidad para resolver conflictos, que dependen en gran medida del reino de la voluntad. La razón y las emociones del sistema límbico pueden ir de la mano -con guantes, eso sí-, recordándonos que podemos ser animales sin morir en el intento.

 

LAS PARANOIAS DEL CONFINAMIENTO

 

04.05.2020 Antonio Villalba  

Leo en un artículo del periódico que es normal tener sueños extraños en estos días de cuarentena en los que todos vivimos en una especie de película futurista donde la realidad se acerca a la ficción. No hemos llegado a escenarios apocalípticos pero nuestro subconsciente lo intuye, lo almacena y da rienda suelta a  lo onírico. El caos emocional en el que nos sumimos y la ralentización del metabolismo por la falta de ejercicio y el confinamiento obligado nos alteran.

 

Freud o Jung ampliarían sus teorías psicoanalíticas en estas semanas. Según decía el artículo incluso podía aparecer como protagonista la Covid-19 o la propia cuarentena. Entonces recordé una anécdota que contaba una profesora de infantil al inicio de esta pandemia, cuando aún no sabíamos el alcance real de este virus pero ya era el tema principal de todas las televisiones y redes sociales. Una de sus alumnas  más avispadas le contaba que el día anterior estaba jugando en el parque y cuando subió al tobogán los vio. Al preguntarle qué fue lo que contempló, ella le contestó “Seño, vi coronavirus verdes, rojos, amarillos.  De todos los colores”.

 

Un prestigioso psicólogo malagueño que impartía charlas sobre inteligencia emocional y del desarrollo de la creatividad aseguraba que, al levantarse, la mente está más receptiva para escribir. Yo seguí su consejo el otro día. Justo cuando se había cumplido la cuarentena, después de varias ensoñaciones de una noche que creía tranquila y el resultado fue un pequeño relato que yo pensaba me había salido bastante aceptable.

 

Se lo doy a leer a mi mujer que sonríe al acabar sin decirme nada y que se excusa contestando el móvil. Se lo acerco a mis hijos. Lo repasan, al cabo de un minuto me miran al unísono. Antonio se calla prudentemente pero Inma me dice: “Papá, ¿así estás ya?”. Tiro la página impresa al papel reciclable. Aprovecho el viaje semanal al Mercadona para vaciar la caja en el contenedor azul. A la vuelta, misteriosamente, me encuentro el folio dentro de ella. Decido aprovecharlo y redactar este artículo con el microrrelato.

 

— ¿Por qué me azotas?

— Te pego porque eres mía.

— También lo son la televisión y el ordenador y no los castigas.

— Porque no tienen el polvo tuyo.

—Vale, el mío puede ser mayor, pero algo tendrán ellos y los tratas de otra forma.

— Sí, se lo quito con una bayeta, ¿pero querrás decirme cómo lo hago contigo?

—Con algo más de suavidad, no me golpees con el atizador o mejor: utiliza la aspiradora.

A veces pienso que voy a echar de menos estas conversaciones con mis nuevos amigos al acabar esta situación. Hoy, sexto jueves de confinamiento, me ha tocado limpiar la alfombra. Mañana el turno es para el jardín y creo recordar que la cortadora de césped es una máquina gritona y aún más habladora, además se repite mucho, aunque no es tan protestona como el último capricho de mi ex: una alfombra blanca de pelo largo.

 

 

Ahora juzguen ustedes.

 

PANDEMIA Y EL ACCESO A LA TECNOLOGÍA: LA BRECHA QUE NO CESA

 

10.04.2020 Beatriz Rubiño Yañez El cierre de los centros educativos tras la declaración del estado de alarma como consecuencia de la crisis sanitaria causada por el coronavirus COVID-19 está poniendo sobre la mesa dos realidades más que constatadas: por un lado, la evidencia de lo que se denomina “brecha digital” de las familias andaluzas, es decir, las diferencias en términos de acceso y uso de la tecnología de la información y la comunicación (TIC), y por otro, la falta de medidas por parte de la Administración autonómica y su improvisación a la hora de afrontar esta situación, que tiene a miles de alumnas y alumnos en sus hogares y a todo el profesorado andaluz tele-trabajando desde sus casas. Profesorado que aporta sus propias herramientas y recursos, sin instrucciones claras, y en muchos casos, con una clara sobrecarga de trabajo que no beneficia los procesos de enseñanza-aprendizaje.

 

Sin duda, el confinamiento por coronavirus y el cierre de los centros educativos es una situación excepcional, pero la formación on line puesta en marcha por la Consejería de Educación de forma improvisada, sin medios ni instrucciones precisas, está poniendo de relieve la existencia de una clara brecha digital, y también de carácter social y económico, en las familias andaluzas, lo que sin duda también agrava la desigualdad. No todas tienen equipos informáticos y con conexión a Internet, ni todos los progenitores tienen la posibilidad de trabajar en casa mediante el tele-trabajo. Incluso disponiendo de ordenador, tabletas y móviles, no siempre pueden ser usadas por los niños y jóvenes en edad escolar. En ese sentido, y más que comprobada la situación, no se  ha puesto en marcha un modelo urgente de personalización del aprendizaje, donde la clave es reconectar con el alumnado, mantener hábitos y rutinas de trabajo, pero evitando al mismo tiempo la sobrecarga de deberes y lecciones, lo que puede agrandar más las diferencias entre los alumnos. Igualmente, las familias con menos recursos también tienen menor capacidad para gestionar el estrés, por lo que las situaciones socio-económicas difíciles pueden generar frustración, conflictos familiares e incidir negativamente en el desarrollo de los niños y jóvenes. Y si bien es cierto que aunque el uso de los contenidos digitales no es garantía de efectividad en la adquisición de aprendizajes significativos, suponen un recurso muy interesante tanto para el alumnado como para los docentes. El formato de esos contenidos digitales es muy amplio: imágenes, vídeos, audios, textos, infografías, presentaciones…  Estos contenidos amplían las posibilidades de la educación tradicional al permitir a los estudiantes el acceso a actividades interactivas, lo que aumenta la motivación y la implicación en el aula, pero de nada sirven si no se da al alumnado con menores posibilidades económicas el acceso a ellos.

 

La actual situación de desigualdad en términos de acceso a las Nuevas Tecnologías durante esta situación de confinamiento exige tener más en cuenta que nunca la brecha digital y las condiciones de vida en el hogar del alumnado, así como la situación emocional de niños, niñas y adolescentes. Deben establecerse objetivos claros y compartidos a muy corto plazo, pero pensar también en un futuro a medio y largo, procurando coordinación institucional para una administración más ágil y eficaz, mejorando la colaboración de las direcciones de centro, equipos docentes y tutores para planificar necesidades, coordinar las tareas y deberes sin sobrecargar y asegurando el contacto permanente con el alumnado. Se trata igualmente de activar el auto-aprendizaje y formación on line del profesorado no familiarizado con las TIC, así como incentivar su trabajo colaborativo.

 

Cómo reducir la brecha

 

La falta de competencias digitales no se puede suplir en unas horas, y por eso nos preguntamos por qué el actual Gobierno andaluz no ha publicado, a partir del curso 2018/19, más convocatorias para que se sumen más centros al Programa de Digitalización de Centros (PRODIG), puesto en marcha por el Gobierno socialista en el curso 2018/19 para impulsar y apoyar la transformación de los centros docentes en organizaciones educativas digitalmente competentes. Un programa que se iniciaba con 250 centros, pero que solicitaron 540, los cuales fueron incorporados al PRODIG en su totalidad, que trata “de realizar los procesos de enseñanza y aprendizaje en un entorno tecnológico y convertirlos en un espacio de encuentro para docentes y alumnado, facilitando el acceso directo a los contenidos digitales e introduciendo cambios metodológicos y organizativos que permita al alumnado aprender con claro carácter inclusivo”. Igualmente, este Programa trara de animar y estimular tanto al alumnado como al profesorado a avanzar en este proceso, gracias a la personalización de la enseñanza y a la mejora de la comunicación entre los participantes en este sistema.

 

Frente a esta situación en la que la crisis sanitaria vienen a ensanchar no sólo la brecha digital en las familias andaluzas, sino que ahonda en la desigualdad social y económica de éstas, los socialistas tenemos claro que nuestra brújula y paradigma es la inclusión educativa, por lo que ante una situación excepcional, nuestras propuestas están acordes con el derecho a la educación y los derechos de la infancia, garantizando la continuidad educativa a distancia de nuestro alumnado para que sigan aprendiendo en las mejores condiciones, sin olvidarnos de la equidad. Muchos nos tememos que el modelo de educación que defienden las derechas en Andalucía refuerza a quienes tienen apoyos familiares, pero deja en desventaja al alumnado con familias de bajo nivel educativo y cultural. Son muchas las medidas que pueden adoptarse para paliar esta situación; entre otras, censar las necesidades de digitalización que siguen sin cubrirse; elaborar Planes de Continuidad Educativa a Distancia como un modelo para el reporte y seguimiento de centros desde Inspección, incluyendo un plan organizativo, pedagógico y tecnológico; poner en marcha protocolos de seguimiento y acompañamiento del alumnado para reportar y recabar tipologías de situación del alumno y de sus condiciones socio-educativas; utilizar la TV pública con fines educativos y de formación; redistribuir portátiles y materiales de apoyo al alumnado: ofrecer los portátiles que han quedado en los centros educativos sin uso siguiendo criterios de equidad y necesidad, etc. El Gobierno andaluz podría tomar buena nota de la iniciativa anunciada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, que en colaboración con Telefónica, Cisco e IBM, va a facilitar 20.000 líneas móviles a estudiantes de Bachillerato y FP con dificultades para continuar su formación de manera telemática durante el estado de alarma, y que serán repartidas a las Comunidades Autónomas.

 

Respecto al uso de Canal Sur para fines educativos durante la etapa de confinamiento, hemos propuesto que Canal Sur trabaje en coordinación con la Consejería de Educación y Deporte para facilitar los contenidos educativos a través de la Televisión Pública. Se trata de una solución no sólo para las familias que cuentan con escasos recursos y no disponen de acceso a Internet, sino para la mayor parte de ellas que sólo tiene con un equipo informático en sus hogares y que, sin embargo, tienen varios niños y niñas en edad escolar que necesitan hacer las tareas; en muchos casos, de distintos niveles educativos y que deben ejecutar al mismo tiempo, normalmente por las mañanas. Por otra parte, y dado que el aumento del tráfico de datos por teletrabajo puede suponer un problema a nivel nacional, estas propuestas serían una medida de alivio para los servidores y las plataformas de educación a distancia de la propia Consejería. La Radio Televisión Andaluza cuenta con un valiosísimo material de archivo, con magníficos profesionales con experiencia en tele-formación en la Fundación Audiovisual Pública Andaluza (AVA) e igualmente, el Consejo Audiovisual puede ser de gran ayuda. Estas propuestas también pueden ser de utilidad para la comunidad universitaria, por lo que pueden extrapolarse a la Consejería competente en la materia. Del mismo modo, hemos propuesto la programación de la RTVA durante el tiempo que dure el estado de alarma se centre en contenidos basados en hábitos de vida saludables, psicología de apoyo, gestión de ansiedad y estrés, comida sana ante menos actividad, economía doméstica, etc.

 

Desde la responsabilidad que siempre hemos ejercido los socialistas andaluces, nuestras propuestas para reducir la brecha digital, social y económica son positivas y propositivas, en aras a conseguir una mayor eficacia y eficiencia de las medidas adoptadas durante esta cuarentena, así como para ser de ayuda a las familias andaluzas en estos momentos. La equidad, entendida como valor que implica justicia e igualdad de oportunidades respetando la pluralidad de la sociedad, debe ser el espíritu que nos guíe en esta situación excepcional, en una crisis sin precedentes que marcará un antes y un después. En nuestra mano está que salgamos de ella con el firme propósito de mejorar y de no dejar a nadie en la senda de la recuperación.

 

 

28-F:QUIEN (NO) ESTUVO ALLI

 

08.03.2018 Beatriz Rubiño Andalucía ha vivido estos días atrás una de sus fechas más señaladas y emblemáticas: la celebración de su Día oficial, el 28 de febrero. Pero este año, se trataba de una fecha especial, muy especial, ya que se han cumplido 40 años del referéndum en el que el pueblo andaluz llenó las urnas de gritos de autonomía, de ganas de autogobierno, de esperanzas de un presente y un futuro mejores. Aquel día, cientos de miles de andaluzas y andaluces dijeron alto y claro “Andalucía, como la que más”, expresando sus anhelos y deseos a través de un artículo de la recién nacida Constitución, el 151, que ya nunca se olvidaría en esta tierra. Todo un pueblo, unido y fuerte, formó una sola alma, y lo hizo a pesar de las trabas y de las zancadillas, de los intentos de quiénes no creían en que nuestra región podía unirse a las denominadas “históricas”; tal era el caso de Cataluña, País Vasco y Galicia.

 

Pero hubo una fecha previa a ese 28 de febrero de 1980 que marcaría el camino, aunque estuviera manchado de la sangre del joven Manuel José García Caparrós en Málaga. Y es que aquel 4 de diciembre de 1977, Andalucía comenzó a escribir, o mejor dicho, a reescribir, su Historia, con mayúsculas. Habían sido cuatro décadas de subdesarrollo, de analfabetismo, de carencias, de miseria, de “cuello pisado”, y nuestra tierra dijo “hasta aquí”. Durante ese día, cerca de dos millones de andaluces salieron a las calles de las principales ciudades de Andalucía y en numerosos lugares con un gran número de inmigración andaluza, desmoronando, según los nacionalistas, el mito de que en Andalucía no existía un sentimiento de diferenciación ni voluntad de reivindicar instituciones de autogobierno. Existía, ¡claro que existía! El pueblo andaluz salió a las calles, y aunque el franquismo ya agonizaba, el miedo aún era palpable. Por ello tiene aún más valor comprobar, con la perspectiva que da el tiempo transcurrido, que Andalucía se expresaba en libertad, que sentaba las bases de su autonomía, los cimientos de un sentimiento que, lejos de extinguirse, ya forma parte de la identidad de este pueblo castigado durante décadas, pero sabio y generoso como el que más.

 

Andaluz, éste no es tu referéndum

 

Nada fue fácil… Las derechas, y también la extrema derecha, tan presentes entonces en las instituciones, en lo que hoy sería una suerte de macabro “dejà vu”, hicieron lo imposible para que Andalucía no accediera a la autonomía por la denominada “vía rápida”, es decir, a través del artículo 151 de la Carta Magna. Aún resuenan aquellas palabras de “andaluz, éste no es tu reférendum”, con el que el fuerte aparato mediático del Gobierno de España y de la UCD intentaban convencer a todo un pueblo de que el mejor camino era el del artículo 143, a menor velocidad. Hasta la pregunta planteada en la consulta resultaba tan confusa, estaba tan mal redactada, que todo se ponía en contra. No podía imaginar entonces la derecha rancia y retrógrada de la época que firmaban su desahucio en Andalucía, y que esta tierra no les perdonaría tamaña traición.

 

Recordaba el gran Rafael Escuredo, quien posteriormente fuera el primer Presidente de la Junta de Andalucía, que aquel referéndum fue el único “en el que los muertos votaban, y los vivos no podían hacerlo”, en referencia a que él no constaba en el censo, y su hija Patricia, entonces una niña, sí se encontraban en él. Había recorrido cada rincón de esta tierra en su propio coche, informando sobre qué suponía alcanzar la Autonomía plena, animando, dando fuerza y aliento para participar en la consulta, y él mismo confesó posteriormente que esa noche no durmió, pero que algo en su interior le decía que se conseguiría, que lo que él había vivido en los pueblos más recónditos, en los municipios de la Andalucía profunda, no era un espejismo: un sueño, sí, pero no un espejismo. Las voces del 4 de diciembre de 1977 alimentaban su esperanza, y la intuición no le fallo: ganó abrumadoramente el SÍ. El “sí” a la Autonomía plena, pero también a la dignidad, al derecho a ser y sentirse andaluces de primera, a no agachar la cabeza, a mirar a los ojos a quiénes nos habían sisado nuestro desarrollo y habían impedido que un pueblo tan grande como el nuestro creciera como merecía.

 

Cómo hemos cambiado

 

Los resultados de aquella consulta ya son historia, pero es preciso contextualizar en qué situación se alcanzó aquel triunfo. Frente a los ocho millones y medio de habitantes que hoy tiene nuestra Comunidad, 1980 cerró diciembre con una población de 6.434.055 personas. La población femenina era mayoritaria, con 3.267.109 mujeres, lo que suponía el 50’77% del total, frente a los 3.166.945 hombres, que eran el 49’22%. Precisamente la incorporación de la mujer al mercado laboral, así como el desarrollo de servicios públicos como la educación o la sanidad, son algunos de los aspectos destacados de los cambios vividos en Andalucía desde que se constituyó en Comunidad Autónoma hace este viernes 40 años.

 

Hace cuatro décadas, no había ni un centenar de kilómetros de autopista o autovía, frente a los casi 1.000 que corresponden a vías de alta capacidad ejecutadas y gestionadas por la Junta de Andalucía con Gobiernos socialistas. En 1980, el m2 de vivienda libre costaba apenas 276 euros y existían poco más de 200 bibliotecas o centros de salud de atención primaria: datos que hoy sorprenden porque, y doy fe como parlamentaria andaluza acostumbrada a recorrer muchos municipios, cada pueblo de nuestra tierra cuenta hoy con colegios públicos (muchos de ellos, rurales), consultorios o centros de salud, instalaciones deportivas, casas de la cultura, teatros municipales, centros Guadalinfo… ¡Qué diferencia con esa Andalucía en blanco y negro, de subdesarrollo y atraso en la que nos sumió la dictadura!

 

Pero si ha habido un gran logro de la Autonomía andaluza, esa misma que ahora la extrema derecha pretende demonizar, aunque se nutre de ella y sus diputados ocupan -y cobran por ello- los escaños del Parlamento, ha sido la generalización de la educación a todos los niveles, desde la prácticamente desaparición del analfabetismo hasta el éxito del alumnado andaluz, la existencia de 10 Universidades públicas, y más de 200.000 estudiantes universitarios. De la exclusión social por no saber leer y escribir, a la excelencia en materia educativa; con mucho por hacer, sí, pero que deja bien claro que la gestión de 37 años de Gobiernos del PSOE ha permitido que más de un millón y medio de niñas, niños y jóvenes andaluces, estudien actualmente en nuestra Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. Triunfos de la Educación Pública en Andalucía, ese ascensor social que nos iguala a todos y a todas, y que ahora que el nuevo Gobierno, que aunque se autodenomine “del cambio”, es del cambiazo, pretende convertir en guetos con un Decreto de escolarización infame y segregador que ha sacado a la calle a toda la comunidad educativa el 4 de marzo.

Andalucismo de salón

Resulta curioso, por no decir denigrante y vergonzoso, leer y escuchar a los herederos ideológicos del régimen franquista, adoptar una posición falsa y burlesca respecto al 28 de febrero y a la Autonomía andaluza. Los que no estuvieron allí, los que no salieron el 4 de diciembre, los que nos querían analfabetos en lugar de instruidos, los que ahora se envuelven en la “verdeyblanca”, pretenden arrebatar la verdadera bandera de lo que es sentirse andaluz y andaluza al único Partido, el PSOE, que participó activamente en aquel referéndum y que defendió por activa y por pasiva el “sí” a la Autonomía plena. Un legado que, mal que les pese a las derechas, está en el ADN socialista.

 

No podemos permitir que reescriban nuestra Historia, ésa que ha costado tanto construir; no consentiremos que la manoseen y la deformen hasta hacerla irreconocible. Andalucía es el sueño de Blas Infante, es la sangre de García Caparrós; es el canto de Carlos Cano en “Los currelantes” y el “Libertad sin ira” de Jarcha; son los kilómetros de Escuredo por nuestros pueblos utilizando como única arma la palabra, y es la nostalgia y el dolor en el pecho de quiénes dejaron su tierra alejándose de la miseria… Esta tierra no es el andalucismo de salón y el disfraz de carnaval que se pone y quita según convenga, la impostura de quién ahora gobierna en la Junta y dice que es “andalucista porque es su obligación”: andalucista se es porque se siente, porque Andalucía se defiende. Por eso, ahora cabría decir: “andaluz, andaluza, que no te engañen, ellos no estuvieron allí”.

 

YA TOCA

 

13.02.2020 Antonio Villalba Llevamos al Unicaja en el corazón. Difícil describir un sentimiento desconcertante. Gratificante a veces, desilusionante en ocasiones. Las visitas al Carpena difieren si son en liga regular o en playoffs, si es una temporada con posibilidades a otra sin expectativas, si viene el Madrid o el Barça a una visita del Manresa o del Obradoiro. En el Palacio de Deportes desfogamos, soltamos adrenalina, nos enfadamos, silbamos (quien sepa), entonamos el himno a ritmo de los Mijitas. Alentados por el speaker, animamos al equipo para que el factor Carpena sea el extra de energía que piden los entrenadores.

 

Todo esto pienso y escribo mientras veo el abono de la Copa comprado hace unos meses. Acaba de llegarme por correo. Me ilusiono con él y con la esperanza de un buen papel del Club Baloncesto Málaga. Wasapeo con mi amigo Pepe, un buen aficionado al basket, residente en Murcia desde hace varias décadas y me dice que el Unicaja va a perder contra el Zaragoza porque tiene un equipazo. Yo le doy la razón en la segunda afirmación, ha formado una plantilla muy completa, pero no estoy de acuerdo con la primera.

 

Sí, en esta ocasión nos toca, no hay duda. Él me echa en cara mi optimismo. Quizá tenga razón pero yo, aún, sigo esperando la primera victoria verde en la Copa en el Martín Carpena. Este año es la cuarta ocasión que se celebra en Málaga esta competición tan excitante y busco algún refrán que corrobore mi afirmación, pero no lo encuentro y mi padre, el que siempre tenía uno para cualquier ocasión, ya no puede ayudarme. De todas formas Unicaja no suele respaldar los dichos populares. En 2016 pensé en el muy popular “a la tercera va la vencida” pero la sorpresa llegó cuando éramos favoritos ante, precisamente, el equipo maño y el refrán saltó por los aires.

 

A veces disimulo el entusiasmo para no salir escaldado ante la desidia de algunos jugadores de los que esperamos más, pero la ilusión tras los últimos resultados hace pensar que la calidad que atesoran algunos de nuestros extranjeros se unirá al corazón y la garra de los nacionales para hacernos disfrutar, para que ellos consigan un título que sería el de todos.

 

Entonces me recuerda Pepe “la maldición del anfitrión” de la Copa y bicheo para comprobar que solo dos equipos consiguieron alzar el título en su cancha: el CAI Zaragoza en 1984 y el TAU en 2002. No pude contenerme, le mandé un audio reivindicativo: “Las estadísticas son para romperlas, y ahí, Unicaja, no hay quien lo supere. Fue el primer club en remontar un 0-2 en los playoffs (ante el Etosa Alicante).Fue el primer equipo en ganar en cuartos al líder de la liga regular, el Real Madrid. Sin ir más lejos el último título, la Eurocup, se consiguió con  las 3 eliminatorias con el factor cancha en contra, lo nunca visto.” Su respuesta fue un emoticono guiñando un ojo y una frase lapidaria: “Tengo que darte la razón. Este año ya toca”

 

 
DEL BUEN NOMBRE DE LAS CIUDADES A LA LEY DE LOS SICARIOS
 
29.12.2019 Curro Flores -“Mercedes Siles, catedrática de Álgebra en Málaga, en el TOP del liderazgo femenino por su actividad en el ámbito académico y de la investigación”, preside los titulares de entrada de un diario local, que por excepcional, me mejoró el ánimo lector, siempre asaeteado por las escandalosas primeras páginas del veneno nuestro de cada día. Mujer y científica para que cunda el ejemplo.
 
Tras la noticia me vino al recuerdo Pedro Aparicio, que como alcalde ambicionaba una Ciudad del Paraíso de verdad, que la presidiera su mejores cerebros académicos, intelectuales de prestigios con singular capacidad de innovación, artistas que removieran el universo de la creación, grandes profesionales y emprendedores. A modo de mantra lo repetía en sus intervenciones públicas, para quién pudiera interesar tomara nota. Era tal  el compromiso con sus ideas, que en algo tan popular, y  de efímero  paso, como nuestra Feria del Sur de Europa, que designó a sus pregoneros por su alto valor en el mundo de las letras, para su mejor exaltación, y eligió a los mejores pintores locales para la plasmación de su cartel, después vino Celia Villalobos, y cambio el casting a su nivel. Capricho de las urnas.
 
Varias de nuestras ciudades hermanas de la Costa del Sol, han superocupado el mundo de la comunicación por las de crímenes cometidos a manos de sicarios en sus términos municipales. Los investigadores se refieren a ajustes de cuentas, cosas habituales en las películas, pero cuando la tienes a la vuelta de la esquina, te sientes tragicamente concernido por tanto desatino, y más si yerran los disparos. Cuentan lo obvio, que en las inmejorables urbanizaciones de estos municipios, son reclamo de guaridas para capos adinerados, asentamiento de clanes del trajín de la droga y otras aficiones delictivas. Más de cien bandas de este corte contabilizadas, nos cuentan los expertos policiales, y un ejercito de delincuentes esparcidos por todos los rincones.
 
Demasiada lacra ocupando nombrandía, que exige una especial atención para velar por la tranquilidad de propios y visitantes, y el buen nombre de la Costa del Sol. Aunque tengo el sentimiento que en casos como Marbella, asociada desde sus inicios turísticos con resguardados nazis por el franquismo, el saqueo de Jesús Gil y su banda municipal, sus antiguos vecinos traficantes de armas Al Kassar y Kashogui, o el exiliado tío de Al Assad y etcétera, no ha perdido un ápice su punto de atracción. Si las ruinas de Sodoma y Gomorra no hubieran desaparecidos, seguro que tendrían más afluencia turística que el Portal de Belén.
 
Lo cierto es que cualquier alcalde que se precie debe velar por sus vecinos, y es justo que reclamen mas refuerzos policiales, más medios para sus investigaciones, así evitaremos que los cascos protectores y los chalecos antibalas,  sean los nuevos atuendos pret a porter que se paseen por Puerto Banus y aledaños.

 

 

RUMUROLOGIA Y VANDALISMO EN EL CUARTON

 

09.12.2019 Antonio Villalba Moreno Hace algunas semanas, tras disfrutar de la victoria de España ante Serbia, dar la sorpresa en China y convertirse nuestra selección en una de las favoritas (de hecho consiguió el segundo mundial de baloncesto de nuestra historia), mi cuñado y yo fuimos a dar una vuelta por las obras que se realizan en El Cuartón.

 

Llevaban paradas casi todo el verano hasta que en esos días se retomó de nuevo el movimiento de tierra (aunque a un ritmo más lento que al principio). La rumorología se había extendido por Churriana con conjeturas diversas: que si se habían encontrado restos humanos, que si habían aparecido otras cuevas como  las que hay más abajo, en la zona de Gamera Baja-Tosca. Esto me comentaba Juan Antonio, cámara en mano, mientras subíamos a uno de los montículos donde se divisaba toda la zona.

 

                Yo le estuve explicando, mientras tomábamos instantáneas de cómo está quedando la urbanización en sus inicios, que la comunicación informal y el gran poder del rumor consigue confundir los hechos pero la situación es mucho más simple. En primer lugar, porque si hubieran aparecido restos óseos, se hubieran extraídos y llevados a analizar (a no ser que hubieran sido muchos) y en segundo y más importante es que esas noticias eran falsas, simplemente se produjo la paralización porque el proyecto arqueológico no tenía el visto bueno definitivo.

 

                Él me miraba extrañado mientras le daba la tabarra, le decía que la arqueología lo ralentiza todo y la empresa tuvo que presentar el proyecto para su aprobación porque ya se sabía que había restos de cerámica al haber realizado antes prospecciones. Así que, previo a los trabajos de urbanización, se realizaron sondeos en varios tramos por donde discurre una conducción subterránea perteneciente al Acueducto de la Fuente del Rey (justo al lado del semáforo actual) y también se limpió y documentó la alcubilla que forma parte de un canal secundario y está situado en la esquina de Calle Júpiter.

 

Mi cuñado puso cara de incredulidad así que nos acercamos al conducto del Acueducto y observamos que se habían vuelto a tapar con la tierra extraída como medida de protección, así que no pudimos fotografiarlo pero sí la alcubilla puesto que estaba muy bien conservada. Es un decir porque observamos que  en la cúpula que remata la planta circular hay un dibujo que continúa por la imposta de ladrillos acabando en la parte inferior, un ojo nos mira desde el interior de un triángulo rojo y negro con escamas en su interior.

 

Sí, la poca cultura y ninguna educación de estos supuestos artistas callejeros han llegado también a Churriana para cometer vandalismo. Su arma es un espray, su víctima, en esta ocasión, una construcción protegida en el catálogo urbanístico que esperemos se restaure y se conserve en una zona ajardina de la urbanización.

 

Es difícil controlar a estos individuos, personas con un ego enorme, que gustan firmar sus obras para que sepamos que han sido ellos los autores. Quizá si nuestro grafitero leyera este artículo (dudo que si lo hace llegue hasta este párrafo) comprobaría que su gamberrada se ha difundido en el periódico local.

                                                                                                                            

 

 

AQUELLOS ALMENCINOS

 

03.11.2019 Antonio Villalba Moreno No hace tanto estuve observando la gran luna que reflejaba mi dormitorio, la sombra del árbol que cubría casi toda mi cama hizo que el pasado me visitara en forma de almencinas. Eran auténticas batallas que hacíamos después del colegio con los proyectiles que tirábamos soplando por los huecos de los bolígrafos bics hacia compañeros que creía haber olvidado para siempre.

 

Ya son pocos los almencinos que quedan por Churriana. Los grandes árboles de la Huerta Platero que fueron talados hace varias décadas para la ampliación de nuestro puebloeran centenarios, tenían unos perímetros enormesy varios metros de altura. Jugábamos y comíamos su peculiar fruto, con ellos arriesgábamos nuestra integridad al lanzar las negras bolitas.

 

                Eran otros tiempos, cuando apenas veíamos televisión y no había ordenadores, cuando los partidos de fútbol duraban tardes enteras, hasta que el sol se ponía, el balón se embarcaba o alguna de las madres nos llamaba para realizar el mandado de turno. Una vez acabado el encuentro continuábamos las luchas a pedradas o con almencinas, eso sí, vencedores y vencidos nos reuníamos tras las batallas para intercambiar estampas de fútbol o continuar jugando a las canicas o a los trompos.

 

                Pero volviendo al árbol del artículo debo decir que aún me extraña cómo hay muchos que no saben que la fruta de este caducifolio es comestible. El otoño pasado un amigo malagueño estuvo visitándome en mi casa, charlamos un rato junto al almez que hayen la entrada, mientras lo hacíamos lo descubrí mirándome con asombro cuando me introducía en la boca varias almencinas y más aún al ofrecérselas. Reticente, Juan se decidió a probarlas y cuál fue su sorpresa cuando descubrió su sabor.

 

Sonreí al ver su cara. Le incité a que intentara describirlo puesto que yo llevaba más de cincuenta años probándolas y no sabía explicar su gusto. Él, sin dudarlo, me dijo que se parece a un dátil y creo que no iba muy desencaminado, aunque a mí no se me había ocurrido hasta esa mañana. Antes, de pequeño, tan solo mordisqueaba los escasos milímetros de carne alrededor del hueso para degustarlo y también hacer que el tamaño se redujera para así entrar en el palito hueco de forma que pudiera expulsarlo con fuerza hacia mis rivales.

 

Ayer tarde recibí un whatsapp de este amigo con una foto de su hijo comiendo las bolitas pintonas de almezas en un pueblo de Granada y diciéndome que era así como las llamaban en la zona del Genil, así que lo introduje en el artículo que ahora leen y se lo envié para que observara cómo lo había citado en estas líneas.

 

Juan me contestó agradeciéndomelo y aprovechó el correo para hacerme saber que el nombre científico del árbol es celtisaustralis, pero además me dijo que la luna no es un cuerpo emisor de luz y por tanto su albedo es muy pequeño, es decir que no puede dar sombra. ¡Será pedante el tío!

 

 

 

 

Moncloa: “Sede vacante”

 

29.09.2019 Curro Flores Tenemos para estar entretenidos y preocupadísimos: nubarrones del Dana arrasando, nubarrones económicos en los horizontes lejanos, más próximos, y nubarrones políticos a elegir. La inquietud de estos días, para ver si por fin tenemos gobierno o elecciones, nos llevó a un leve encuentro de café a un grupo de los llamados socialistas “old fashion” malagueños. Todos coincidíamos en que frente a la más frecuente pregunta de los amigos -¿qué va a pasar, si gobierno ya o elecciones en Noviembre?, nuestra capacidad de augures experimentados había caído por los suelos, y a esperar acontecimientos. De entre los reunidos, había “merlines” de Ferraz, kremlinólogos capaces de registrar un terremoto soviético por una mueca del impávido Breznev, y hasta un ex sacerdote obrero experto en oler “fumata blanca”, y ninguno quería echar una moneda al aire, escasos de pensiones.

 

Entre nosotros había un ex profesor de ciencias, quién con claridad, describió la postura de cada partido en el Parlamento, tan conocidas, tozudas y tarareadas, que me ahorro repetirlas.  Nos recordó al físico Fresnel, primero en experimentar aquello que aprendimos en la juventud, luz más luz oscuridad. Hay tanta claridad en la la actitud de cada grupo, que lo único que hacen es oscurecer el panorama con nubarrones de sequía política.

 

Nuestra “cultureta” política fraguada en la experiencia, nos había enseñado, que nadie en su recto juicio en los años de democracia que llevamos, por muchas ganas de gobernar que tuvieran, ni de prestado hubiera cogido los extremistas votos de Blas Piñar,  y a veces, ni tan siquiera de la vieja AP, por su seguidismo franquista. Hete aquí que los vivarachos del PP y Ciudadanos, juegan de trágalas, para agenciarse los votos de los ultra derechistas de VOX. Uno de broma  se dijo, -que Ciudadanos ha pasado de ser la “marca blanca” del PP, a la marca negra de la derecha española, y que el PP más que una Fundación lo que tiene es una fundición para  fundirse lo que gobierna.

 

Unidas Podemos, konsomoles clásicos, izquierda unidos y confluencias, se piden carteras, con más o menos secantes en sus círculos de allegados disconformes con Iglesias, empezando por Andalucía y siguiendo por Garzón, más en su tradicción de vigilantes y críticos desde su izquierda y dogmas.

 

Los nuestros, después de lo vivido con Pablo Manuel con su rechazo a la investidura de Pedro Sánchez, no se fían ni de su sombra, y le proponen desde los 370 puntos de sutura, para evitar se desangre el progreso de España, hasta espacios de mando y vigilia sin sillones ministeriales.

 

Como el Rey no está para saltarse la Constitución, y menos por los deseos de un antiborbónico de manual, espero que Iglesias no llame a la mediación de la Curia, para salvar sus muebles, sus sillones.

 

Veremos pues que nos dice el devocionario de Tezanos, para ocupar la “sede vacante”

NOVELA GRÁFICA Y LECTURA EN PAPEL

 

22.06.2019 Antonio Villalba Moreno Fijamos fecha y obra para la siguiente edición del Club de Lectura de la Casa Gerald Brenan: la adaptación gráfica realizada por nuestro paisano José Pablo García de “Soldados de Salamina” el pasado 17 de mayo. Como no la tuvimos en nuestro poder hasta ese día,comentamos la novela original de Javier Cercas, y la tarde de ese viernes la conseguimos después de conocer al ilustrador malagueño que tuvo la deferencia de acercarse a Churriana y departir con nosotros.

 

Conversó con nuestro grupo durante más de dos horas. Nos contó su trabajo y nos cautivó gracias a su juventud, su inquietud y su maestría. Nos contagió su ilusión e hizo que nos picara la curiosidad para introducirnos en el mundo del cómic y en algunas de sus obras: la biografía de Joselito, su viaje a Gaza, la Guerra Civil de Preston y, por supuesto, “Soldados de Salamina”.

 

Habló José Pablo de que la idea fue del editor, del laborioso trabajo en su interpretación, de que su obra es un complemento, un nuevo lenguaje, una obra visual donde juega también con el color de las viñetas y, que en su conjunto,mereció la pena arriesgarse en esta adaptación. Salimos con nuestro ejemplar firmado y dibujado, con unas ganas enormes de sumergirnos en sus viñetas a pesar de conocer muy bien la historia.

 

Volviendo a la obra original, en mi caso era la segunda vez que leía la novela de Javier Cercas. Hace 17 años me hizo disfrutar en varias tardes de invierno. Recuerdo que me emocioné con sus últimas páginas y descubrí un nuevo autor que incorporé desde entonces a mi lista de escritores favoritos.

 

                Había guardado algunas notas entre las páginas de este libro. Más de tres lustros después me doy cuenta que no he cambiado mucho porque algunas de las frases que había señalado coinciden: “Para escribir novelas no hace falta imaginación. Sólo memoria. Las novelas se escriben combinando recuerdos” o “… porque los libros siempre acaban cobrando vida propia, y porque uno no escribe acerca de lo que quiere, sino de lo que puede” o “porque uno nunca encuentra lo que busca, sino lo que la realidad le entrega”.

 

Había sido un regalo este libro de una pareja a la que quiero mucho, en él, con letra bastante legible para escribirla un médico, encuentro una dedicatoria: “Con cariño a nuestro cuñado, compadre y AMIGO”

 

Había metido un artículo de EL PAIS SEMANAL escrito por el propio Cercas con fotografías de Vicens Giménez donde el autor hace balance del éxito de su historia y viaja a los paisajes de Girona donde se sitúa la acción.

 

Después de haber leído nuevamente este relato y de haber analizado la documentación archivada añado algunas notas más en sus páginas y pienso en los conocidos que intentan convencerme para comprar un libro electrónico. Mientras acaricio la solapa, observo la portada y lo cierro para colocarlo en la balda central de la estantería, junto a “El impostor” y “Anatomía de un instante” y me pregunto cómo el libro digital puede competir con el de toda la vida. Quizá sea verdad lo que dicen mis hijos, que me estoy quedando muy anticuado, pero sigo prefiriendo, con diferencia, la lectura en papel.

 

 

 

LOS MÚSICOS NO BAILAMOS

 

15.06.2019 Rafael Guardiola “Para hacer bien el amor hay que venir al sur”. Con este enunciado declarativo arengaba a las masas un cantante hierático y disciplinado en una ilustre caseta con solera de la última Feria de Churriana-Málaga. No viene mal resucitar de vez en cuando a Raffaela Carrà, esa antropóloga de goma enfundada en unos pantalones de cuero brillante y voz rasgada, para que nos rasque las pantorrillas y nos recuerde nuestra excelsa animalidad –y no lo digo en tono despectivo, líbreme el cielo. En el sur se puede constatar fehacientemente que la fiesta no es un fenómeno marginal, sino un acontecimiento cultural de primera magnitud, casi orgánico.

 

En un breve pero enjundioso artículo, el pensador alemán OdoMarquard expuso las líneas maestras de su filosofía de la fiesta, con el pleno convencimiento de que “celebrar fiestas es humano”, e incluso algo exclusivo de los humanos. Con la fiesta y el ocio, espacio en el que se manifiesta, se produce la moratoria de lo cotidiano, la desautomatización de nuestros gestos y artificios habituales y, en el mejor de los casos, la liberación gozosa de las ataduras emocionales más resistentes, así como la reconciliación con las virtudes solidarias dentro del todo social. Ni las coliflores ni los ornitorrincos celebran fiestas para combatir el tedio connatural a la vida ordinaria y entrar en sintonía como la madre Naturaleza, aunque sospecho que les vendría muy bien. Tampoco festejan el coyote y el correcaminos sus casuales encuentros, salvo que nos adentráramos en el marasmo turbio y sanguinolento de las relaciones sadomasoquistas.

 

La ética de los antiguos griegos se precia de distinguir tres formas de vida deseables por cualquier mortal: la vida consagrada al placer, la vida práctica y esa vida contemplativa que tanto nos atrae a los filósofos. Y resulta que la fiesta, ese saludable fruto de una conjunción astral al que me invitaron ayer con un cariño infinito y en la que me topé con la sonrisa abismal de mis alumnos adolescentes, cumple a la perfección dichos requisitos teóricos.

 

De un lado, nos incita a disfrutar de la vida placentera, nos abre la puerta a la diversión y a la exteriorización del gran tesoro de la risa y, con suerte, al éxtasis del orgasmo. Por otra parte, los humanos prácticos, como los feriantes o los políticos, aprovechan la ocasión para hacer sus negocios y jugar con las mieles del poder, llegado el caso. Ocio y negocio, como decían los griegos. Unidos por obra y gracia de la fiesta.

 

Finalmente, hay quienes encontramos en la fiesta una vertiente contemplativa fundamental, lo que nos permite acariciar la tersa piel del agradecimiento, las peticiones y hasta las oraciones –sean religiosas o laicas. Vamos, que necesitamos abrazar la fiesta en todas sus dimensiones. De no ser así, corremos el riesgo de quedar reducidos a un pollo o a un repollo. La fiesta nos bendice con generosidad no sólo como un sustituto del tejido de lo cotidiano, sino como su complemento áureo. La fiesta no es un capricho.

 

“Los músicos no bailamos, ya habrás oído decir” canta el bardo uruguayo Jorge Drexler en “Don de fluir”. Siempre sonrío al escuchar esta parte de la canción, porque me acuerdo vivamente de mi padre tocando el violín o la guitarra mientras otros bailaban, y me veo reflejado también en este íntimo espejo. Por mucho que insistan no conseguirán que baile. No sólo por pudor, por razones técnicas, sino por respeto hacia todos aquellos que “bailan como quien respira”. Lo mío es seguir el ritmo con la percusión o cantar desde las entrañas, y ver bailar a mi mujer con el cabello suelto, levitando sobre sus pies y envolviéndome con su magia, como le debe pasar a Jorge Drexler con Leonor Watling. Porque “sólo quiero verte bailar/ sólo quiero verte bailar/ quisiera verte girando, girando/mirándome mirar”. Aunque siempre confío en que la razón se sobreponga a la tiranía de las emociones y a la dictadura de la amígdala, como en la última convocatoria electoral, no dejo de reconocer que soy un vouyeur incorregible.

MACHISMO MATA

 

Beatriz Rubiño Yáñez

 

11.03.2019 Comenzaba mi último artículo habitual en “El Mirador de Churriana” dando unas escalofriantes cifras sobre la violencia de género en nuestro país: hasta aquel momento (octubre de 2018), habían sido asesinadas en España 39 mujeres a manos de sus parejas o exparejas: 11 de ellas, en Andalucía. Hoy, cuando me siento a redactar estas líneas, el corazón se encoge al conocer el balance con el que se cerró el pasado año: 47 mujeres asesinadas (incluidos tres menores, que también tienen la consideración de víctimas de la violencia machista) y 39 niñas y niños que quedaron huérfanos. Pero el dolor es mayor al saber que 2019 se estrenó con una nueva víctima en Laredo, y Málaga, concretamente la localidad de Fuengirola, se acaba de ver golpeada con el asesinato de Leonor, de 47 años, a manos de su pareja. Su hijo, además, resultó herido al intentar evitar la agresión hacia su madre, que sin embargo, no pudo evitar, y que terminó de la peor forma posible.

 

Decía en aquel otro artículo que las causas de la violencia machista son muchas, pero hay una que prevalece y que resulta fundamental: la cultura imperante del patriarcado. Hasta entonces, como feminista convencida y firme defensora de la lucha contra la violencia que se ejerce contra las mujeres, siempre creí que explicar estas causas era una labor pedagógica que había que poner en práctica en la familia, en colegios e institutos, en cursos de formación para adultos donde se incluían módulos de igualdad (amén de ser un área transversal que debe impregnar toda la acción formativa), en la Universidad… Y sí, claro, siendo realista, también me había visto en algunas situaciones en las que tenía que explicar qué era el feminismo (“no, no es lo contrario al machismo”) o las diferencias entre la violencia de género y la violencia doméstica o intrafamiliar porque los conceptos no estaban claros o se consideraban sinónimos. Lo que nunca imaginé es que tan sólo unos cuantos días antes de las elecciones autonómicas andaluzas del pasado 2 de diciembre, y con mayor virulencia aún durante las semanas posteriores, alguien, y mucho menos un partido político, pondría en tela de juicio la existencia de esta lacra social que, desde que se empezaron a contabilizar las víctimas en 2003, ya se ha cobrado la vida de 976 mujeres. Y si las cifras, ya de por sí, producen escalofríos, decir que este número es mayor que el de las víctimas del terrorismo etarra, probablemente deje helada a la persona que lee estas líneas.

 

Puesta en tela de juicio

 

¿Quién se atrevería, pues, a poner en tela de juicio la existencia del terrorismo machista, de esa violencia que humilla, vilipendia, insulta, agrede y mata a nuestras madres, hermanas, hijas, sobrinas, amigas y conocidas? ¿Quién osaría a negar las cifras que, de forma oficial, ofrece el Consejo General del Poder Judicial y el Ministerio con competencias en la materia? ¿Quién se arriesgaría a criminalizar a las víctimas y a sus hijas e hijos, que se ven obligados a convivir con la violencia verbal, psicológica y física, y que cuando consiguen salir de esa espiral, lo hacen huyendo de todo lo conocido para empezar una nueva vida en un lugar lejano, rompiendo con todo lo anterior, lejos de su familia y de sus amistades? Como digo, hace unas semanas habría dicho que nadie, pero la realidad muchas veces supera la ficción, y como una serpiente silenciosa, el odio hacia las mujeres, hacia todo lo que suene a feminismo, se ha instalado muy especialmente en las Redes Sociales y en los discursos radicales de los líderes de ciertas formaciones políticas. Con el “inestimable” apoyo de la extrema derecha, de sus voceros y de sus trolls, se difunden bulos, se manipula la realidad, se tergiversan los datos y se interpretan bajo el prisma de intereses espurios, cuando no se miente descaradamente.

 

En estos momentos en los que aún resuena en nuestra cabeza la vergonzante sentencia de “La Manada”; cuando todavía lloramos a la joven profesora Laura Luelmo, llena de vida e ilusiones hasta que un ser depravado y desalmado cercenó su existencia; y cuando se producen numerosos episodios de violencia sexual contra las mujeres, resulta indignante que se pueda dudar siquiera de que existe una violencia denominada de género que se ejerce sobre las mujeres por el simple hecho de serlo. El Convenio de Estambul en su artículo 3 dice textualmente: como “violencia contra las mujeres se deberá́ entender una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres, y designará todos los actos de violencia basados en el género que implican o pueden implicar para las mujeres daños o sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica, incluidas las amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, en la vida pública o privada”.​ El 12 de marzo de 2012, Turquía se convirtió en el primer país en ratificar la Convención, seguida por otros dieciocho países que firmaron entre 2013 y 2015. El Convenio de Estambul ha sido firmado a fecha de 2018 por 47 países, incluido España. Por lo tanto, no tiene sentido dudar de esta definición que ha sido mundialmente aceptada y ratificada por los países más avanzados y desarrollados.

 

Diferencias con la violencia doméstica

 

Estos nuevos adalides de la masculinidad, los grandes defensores del machismo más recalcitrante y casposo, detractores de cualquier cuestión que suene a igualdad entre mujeres y hombres, han centrado su campaña de desprestigio en las Leyes de Promoción de la Igualdad y de la Lucha contra la Violencia de Género, aprobadas en el Parlamento andaluz en la pasada Legislatura, que ahora pretenden derogar. Lo que resulta curioso es que estas Leyes fueron aprobadas con los votos a favor de sus necesarios aliados en la Cámara autonómica, Partido Popular y Ciudadanos, que ahora se desmarcan de las mismas con aquello de que “que todas las víctimas son iguales”, equiparando además la violencia de machista con otro tipo de violencia y encuadrándola en la denominada “violencia doméstica”.

 

La trascendencia de este debate no es baladí; por ello, numerosos medios de comunicación se han hecho eco del mismo, y en el debate de La Sexta Noche del pasado 12 de enero, se abordó la cuestión desde diferentes perspectivas. En dicho debate participó Andrea Barbotta, del Consejo Andaluz de Participación de la Mujer y destacada activista del movimiento feminista en la provincia de Málaga, que de forma brillante dejó claro que “nosotras no estamos dispuestas, ni nunca lo hemos estado a lo largo de la historia, a que se negocie con los derechos de las mujeres”. Puntualizó que violencia de género y violencia doméstica no son lo mismo, como también lo aseveró Carla Vall, abogada penalista y responsable de Violencia en Dones Juristes: "la violencia doméstica es la que se da en la casa a razón de la convivencia. Es toda violencia que se genere tanto por parte de un hombre como de una mujer. Puede ser con ascendientes y descendientes". Es más, para el Tribunal Supremo, en caso de agresión mutua entre un hombre y una mujer, la conducta del hombre será calificada siempre como violencia de género. Según los expertos -no lo decimos las “histéricas feministas” ni las de los “chiringuitos de género”-, no existe trato discriminatorio, y tal como también afirmó en ese mismo debate María Ángeles Jaime de Pablo, presidenta de la asociación de Mujeres Juristas Themis: la violencia de género “es la conducta más grave la del varón que agrede a la mujer por esa desigualdad de siglos, por ese recurso sistemático a la violencia como forma de mantener en el tiempo una situación de subordinación de la mujer respecto al hombre en la familia y en la sociedad".

 

 

Contra las Leyes de Igualdad

 

La Ley Orgánica de Medidas de Protección contra la Violencia de Género, la primera aprobada en 2004, durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero, lo fue por unanimidad de todas las fuerzas políticas en el Congreso de los Diputados. Una norma pionera, llamada a ser punta de lanza de la lucha contra la violencia de género, esa misma que asesinó a la granadina Ana Orantes, y cuyo crimen, a manos de su exmarido, marcó un antes y un después en el tratamiento de este gravísimo problema social. Desde entonces, Andalucía se ha convertido en una Comunidad Autónoma referente en esta lucha, con las leyes antes mencionadas; leyes ahora en peligro por la sinrazón de la derecha más rancia y retrógrada, de un patriarcado que ve peligrar sus prebendas y privilegios, cimentados durante siglos en profundas desigualdades que han permitido que las mujeres -la mitad de la población- tardásemos décadas en ejercer el derecho al voto, no pudiésemos acceder a la educación durante siglos, cobremos menos por el mismo trabajo o tengamos que romper el “techo de cristal” para alcanzar puestos de responsabilidad, incluso aún hoy, cuando somos mayoría en las Universidades.

 

En esta “cruzada” contra lo que han venido a definir como “ideología de género”, han arremetido contra el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), institución dependiente de la Junta de Andalucía y referente en la lucha por conseguir la igualdad en nuestra tierra, y contra las Asociación de Mujeres, voceando que malgastan el dinero de los contribuyentes, y que un escaso porcentaje de su presupuesto se destina a ayudas para las víctimas de la violencia de género. Nada más lejos de la realidad, por no hablar de mentira a secas: tal como ha expresado la que ha sido coordinadora provincial del IAM en Málaga, Mª Carmen Moreno, “ninguna organización se mantiene gracias a estas ayudas, sino que son complementos que ayudan a la administración a llegar al máximo de espacios para luchar contra esta lacra. Aunque hay líneas específicas para la lucha contra la violencia, existen otras subvenciones para asociaciones que luchan contra la exclusión social de las mujeres o por la igualdad entre hombres y mujeres; a lo que además se añade todos los proyectos propios de la administración regional”. Igualmente, el IAM financia cada año el 50%, junto a los Ayuntamientos andaluces, de los Centros Municipales de Información a la Mujer, los conocidos como CMIMs.  El Instituto destinó 800.000 € en la provincia de Málaga el pasado año a estos Centros, que realizan una encomiable labor diaria en la atención a las víctimas a través de sus informadoras, psicólogas y abogadas. Una ayuda inestimable sobre todo en los municipios de marcado carácter rural en los que hablar de violencia machista aún puede resultar un estigma o el acceso a los servicios se ve dificultado por la distancia.

 

Con sus 40 millones de euros para toda la región en 2018, el IAM realiza acciones como el servicio integral de atención y acogida a mujeres víctimas de violencia de género, así como a sus hijos e hijas y personas dependientes a su cargo en Andalucía; el servicio de atención telefónica de información a las mujeres y de atención y acogida para las mujeres víctimas de violencia de género (disponible 24 horas 365 días al año: el 900.200.999); el servicio telefónico y online de atención jurídica a mujeres víctimas de violencia de género; campañas de prevención y sensibilización para la promoción de la igualdad; o el servicio de información jurídica, asistencia legal y atención psicológica a mujeres víctimas de violencia sexual y abusos sexuales en Andalucía, entre otros. Igualmente, otras Consejerías, como la de Justicia e Interior en el caso de los pagos a los abogados de oficio, o las de Educación y Empleo, también destinan importantes partidas a la promoción de la igualdad, la consecución de la misma en diferentes ámbitos y la lucha específica contra la violencia machista (elaboración de Planes de Igualdad, programas de inserción laboral, coeducación…).

 

En estos momentos en los que los derechos de las mujeres se ven amenazados, en los que se pretenden recortar y cercenar todas aquellas conquistas que en materia de igualdad hemos conseguido a lo largo de los años, las mujeres de Andalucía decimos que no daremos un paso atrás en materia de igualdad. Cuando las churrianeras y churrianeros lean este artículo, miles de personsa habrán salido a la calle el 15 de enero a manifestarse, habremos gritando frente al Parlamento de Andalucía que nuestros derechos no se negocian, y en cada provincia andaluza se habrá alzado la voz contra la violencia de género y contra quienes pretenden banalizarla, dejando claro que el machismo, mata. Cuando lean estas frases, espero que por nosotras, por las que fueron, y por las que serán, nos hayan acompañado y hayan dicho alto y claro: ¡¡¡Basta ya de violencia machista!!! ¡¡¡Ni una más, ni una menos!!!

 

 

 

 

 

LA CONFUSIÓN

 

                06.01.2019 Antonio Villalba Moreno Drako olisquea el matorral junto a la acera, se recrea en él. Tras un buen rato alza la pata y orina en la hierba. Camina  unos metros, hace lo mismo en un arbusto. Hoy está tranquilo. Subo la vista y me fijo en dos mujeres mayores que, a duras penas, se acercan a mí con un carrito de la compra al que le fallan las ruedas y que se ha quedado estancado en un pequeño bache. Por fin consiguen andar unos pasos. Una de ellas, la más mayor, me mira y me cuenta que el carro está estropeado y me pide si puedo arreglarlo.

 

                Los que me conocen saben lo manazas que soy, estoy seguro que si me atrevo a intentarlo la señora se queda sin ruedas e incluso sin carro, pero no me atreví a decirlo, me desvié por otro lado.

 

—Antonia —Le había oído a su acompañante como la llamaba— si usted es capaz de coger al perro, yo lo haría encantado.

—Pero es muy grande ¿es bueno?— afirma y pregunta a la vez Antonia.

—No te preocupes, si ya está arreglado el carrito —confirma la más joven, intuyendo que corre peligro su compra.

—A ver. El perro es muy noble pero como aparezca un macho de su mismo tamaño comienza a ladrar y sobre todo a tirar de la correa. Pero Antonia, si quiere le cojo la compra —ella lleva las dos manos ocupadas con sendas bolsas repletas— y usted me lleva a Drako.

 

                En vista que la conversación se estaba alargando, mi perro me observa con resignación, supongo que pensará como mis hijos, que no tengo remedio. Mientras tanto Antonia me dice:

 

—Niño, llevo hablando contigo un rato y no sé quién eres. Te quiero conocer pero no caigo. ¡Quítate las gafas!

 

                Yo llevo unas enormes gafas de sol que hacen que algún que otro amigo cuando me ve paseando a mi labrador se mofe de mí pidiéndome el cuponazo para el viernes.

 

—A la orden —respondo diligente, quitándomelas —Yo soy el marido de Inma.

 

                Ella me mira de arriba abajo. Sonríe.

 

—Claro, con razón. Si yo te veo todos los domingos en misa.

 

                No quiero contrariarle. Sonrío. Asiento. Creo que hace ya muchos meses que no voy a la iglesia, de hecho la última vez fue al bautizo de la hija de un primo mío, y además, no fue en Churriana.

 

                Las señoras cruzan la carretera, hablan entre ellas. Yo apremio a Drako. Las miro. Aún es sábado por la mañana, el fin de semana está siendo interesante.

 

 

 

ENTUSIASMO ES LA PALABRA

 

02.12.2018 Rafael Guardiola Entusiasmo es la palabra. La palabra justa por la que porfía el poeta, capaz de vender su alma a Mefistófeles en un rapto de locura sobrehumana para sostener la arquitectura de los versos. La palabra, el Verbo, es el principio de todo en el Evangelio de San Juan, donde “principio” es el Arjé del pensamiento griego antiguo y el “Verbo”, la transcripción del polisémico término Logos, que no es sólo palabra para los padres de nuestra civilización, sino también “Razón”, el garante universal de todo lo que existe, existió y existirá. El genial Goethe se permitió la licencia de agitar el pensamiento, introduciendo una nueva precisión sobre el “principio” en las páginas delFausto: al principio fue la “acción”.Pues, como afirma el oscuro Heráclito de Éfeso, todo cambia y nada permanece, y nuestro mundo no es ya, desde el Tractatus de Wittgenstein, un conjunto de objetos, sino de acontecimientos, sucesos y procesos. Con fuentes tan ilustres me atrevo a proclamar que “entusiasmo” es, por tanto, la palabra, la razón y la acción.

 

En su libro Eros y Civilización, Marcuse nos anuncia que el futuro es femenino. Y lo femenino, en clave marcusiana, significa el retorno de lo reprimido. Como le sucede a Marcuse, la demonización del cuerpo, de las pasiones, de lo natural, y hasta de lo animal, y el olvido de la justicia social, no son santos de mi devoción. En 1949 la filósofa Simone de Beauvoir, proclamó que “No se nace mujer, sino que se llega a serlo” y que decir que la maternidad es“la finalidad suprema de la mujer no es más que un eslogan publicitario”. Muchos pensamos que el futuro es femenino gracias a la palabra, la razón y la acción de mujeres inteligentes, valientes y cariñosas en su firmeza, como nuestra compañera Josefina Roldán.

 

Entusiasmo es la palabra, la razón y la acción que mejor se acomoda asu res cogitans, por mucho que el decoro y la discreción que atesora de modo natural jueguen a ocultarlo. Alegría, entusiasmo, compromiso, disciplina, respeto, son algunas de las divisas de su escudo heráldico. Por ello, no pocas veces ha recorrido quijotescamente, cual “dama andante”, las estancias del Castillo Jacaranda, predicando a profesores y alumnos los beneficios de hablar y entender lenguas diferentes a la propia, haciendo realidad ese viejo sueño de nuestras madres que asociaba el éxito profesional al aprendizaje de idiomas. Josefina no se equivoca, y por ello se ha empeñadosiempre en convertir sus clases en parte de la vida cotidiana, escenificando fragmentos de la historia y preocupándose, como una madre nutricia, del futuro incierto de una juventud que ha visto secuestrada su ilusión, como consecuencia de la aplicación de las crueles leyes del mercado. Por todo ello, gracias, muchas gracias, compañera. Entusiasmo es la palabra.

¿QUÉ ES SER AUTÉNTICA?

 

14.11.2018 Claudia Aranda

 

Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo, que solo me deja tranquila el saber que he sido auténtica, que he logrado ser lo más parecida a mí misma que he podido.

 

Leí esta frase de Frida Kahlo hace unas semanas en el libro Efecto Frida, de Susana Martínez Vidal. Una simple frase que me tuvo pensando durante días: ¿Somos realmente nosotros mismos?

 

En principio no supe qué contestarme, todos pensamos alguna vez que no nos conocemos suficiente y, a la mayoría, nos cuesta vernos desde fuera. Si le preguntas a cualquier persona cómo se definiría, seguramente no te contestaría lo mismo que otras personas que lo ven desde otra perspectiva. Cuando me dicen que me defina en tres palabras, estoy segura de que no voy a contestar lo mismo que diría probablemente mi mejor amiga sobre mí. En estos casos es donde nace la típica afirmación: “no sabría cómo definirme”.

 

Todos estos pensamientos rondaron mi cabeza al leer las palabras de Frida: “Solo me deja tranquila el saber que he sido auténtica”. ¿Qué es ser auténtica? ¿Yo soy auténtica? Evidentemente es muy diferente la imagen de nosotros mismos que transmitimos a los demás y la imagen que realmente nos gustaría transmitir. El hecho de que, a la mayor parte de las personas, nos gustaría mostrar algunos rasgos diferentes de nosotros que a priori no nos salen de forma natural, me hizo cuestionarme si somos realmente, como dice Frida, “auténticos”. A ver, se puede entender que haya aspectos de nuestra personalidad que nos salen innatos y que no nos gustan o que nos perjudican en las relaciones con los demás, y eso, por supuesto, no está mal cambiarlo. Si hablo demasiado alto o doy contestaciones inadecuadas en ciertos contextos, debo modificarlo. Pero no hablo de eso, hablo de no querer transmitir nuestros verdaderos gustos, ideas u opiniones. ¿Acaso ninguno de vosotros ha defendido una idea por Twitter y después no ha sido capaz de sacarla a debate en persona? Yo creo que sí.

 

Es llegado a este punto cuando me planteé cuál es la razón por la que a veces nos empeñamos en ser alguien que no somos. Quizá en gran medida esto se deba a que en anteriores momentos de nuestra vida hemos transmitido una serie de opiniones personales que nos han traído muchos dolores de cabeza y muchas discusiones con los demás. Me lo voy a llevar a lo personal. Hace dos o tres años, cuando empecé a conocer más a fondo el movimiento feminista y a identificarme con sus ideas, discutía con todo el mundo. Cualquier cosa que subía a redes sociales generaba un montón de respuestas que me tenían durante dos o tres horas pegada al móvil debatiendo con algunas personas; en comidas familiares o en reuniones con amigos, si salía el tema, yo saltaba a defender todas las ideas que tenía ya impregnadas en mi mente y esto me hacía en muchas ocasiones llegar a debates tan subidos de tono que me agobiaban muchísimo. Tras pasar esta etapa, me sumergí en una época en la que no discutía nada relacionado con el tema, y así sigo. Si alguien me contesta un mensaje por redes sociales: no contesto; si en persona sale algún tema relacionado con esto y con el que no estoy de acuerdo: me callo. Entonces, ¿estoy siendo yo misma?

 

Esto no quiere decir que me avergüence de mis ideas o que no quiera que la gente las conozca, simplemente me cansé de tener que justificar constantemente todo lo que pensaba. El término feminista ha adquirido una serie de connotaciones negativas que nos obligan a estar constantemente argumentando, debatiendo, estando a la defensiva y, en definitiva, JUSTIFICANDO por qué nos reconocemos como feministas. Y eso, compañeras, cansa.

 

Si alguien lee esto quizá se identifique con esta sensación aunque sea aplicada a un tema absolutamente distinto. ¿Por qué tenemos que justificarnos por pensar de X manera? ¿Estamos siendo auténticas si decidimos callarnos porque nos hemos cansado de discutir?

 

“La mayoría de personas que rechazan el feminismo es por ignorancia”. Esta es otra de las frases del libro Efecto Frida que me hizo reflexionar sobre el tema. Es cierto que, llegados a este punto de la historia, la mayoría de gente debería saber ya qué es el feminismo, qué defiende y tener asumido que no es un movimiento en contra del hombre ni un movimiento que genere odio. Entonces ¿por qué tenemos que seguir explicando constantemente qué es lo que defendemos? ¿Merece la pena? Si alguien todavía no se ha enterado de que es un movimiento por la igualdad de derechos, debería ser su problema ¿no? Supongo que aquí llega otro debate interno al que nos enfrentamos las personas feministas día tras día: ¿No estoy luchando lo suficiente por estos derechos si me he cansado de explicarlo todo el rato? Quizá toda persona que a lo largo de la historia ha querido cambiar algo o pelear por algo, ha tenido que soportar presiones de este tipo o incluso mucho peores. ¿Lo estoy haciendo mal?

 

Seguí pasando páginas y llegué a una reflexión con la que la gran Frida me hizo quedarme más tranquila. Me animó a seguir callada, a seguir discutiendo o a seguir colgando palabras así en Internet siempre y cuando me apetezca:

 

“Ser tú misma es el mayor reto posible. No te dejes influir por lo que digan los demás”.

 

Claudia Aranda.

 

 

¿TRAS LA TEMPESTAD VIENE LA CALMA?

 

04.11.2018 Rafael Guardiola Tras la tempestad viene la calma, dice el refrán. Un relámpago de la sabiduría popular que no reconocen como suyo mentes tan inquietas como la del escritor británico Gerald Brenan, quien dio con sus huesos errabundos en Churriana en 1935 y no se despidió de ella definitivamente hasta 1968, o la que exhibe sin ostentación el polifacético creador malagueño Kike Díaz. Gracias a este último, un puñado de privilegiados tuvimos la ocasión de disfrutar del ingenio y la vorágine sensorial de uno de esos humanos singulares que se ponen a pensar en directo sin ningún recato, como hacía mi admirado Wittgenstein. Kike Díaz nos contagió su entusiasmo en un taller de sólo ocho horas, celebrado en la Casa de Don Geraldo –como le llamaban los churrianeros-, y bajo los auspicios de la Fundación que lleva su nombre, los días 29 y 30 de octubre, con el objetivo de vivir una experiencia de radioteatro,con la infancia y juventud de Brenan como pretexto.Debido a mi edad provecta, conservo en el almacén a largo plazo de mi memoria el sabor de las pastillas de leche de burra, el aroma circular de los chicles Dunkin, el ardor que dejaba en el esófago la Quina Santa Catalina, o las prodigiosas aventuras y desventuras de Locomotoro, Valentina y El Capitán Tan, y sus antagonistas, Los Hermanos Malasombra. También recuerdo, a mi pesar, los circunloquios y las proclamas moralistas del Consultorio de la Señora Francis, y las frágiles estructuras dramáticas de los seriales radiofónicos que atrapaban la atención de mi abuela. Guillermo Sautier Casaseca, fallecido en 1980, prolífico escritor radiofónico de aquellos tiempos, estaba hasta en la sopa (“El Casaseca ese” lo llamaba mi abuelo Emilio, con su flema madrileña del barrio de Chamberí y su boina capada). ¿Es posible resucitar un género tan amado y denostado al mismo tiempo en pleno siglo XXI?

 

Afortunadamente, Kike Díaz no tiene vergüenza y puede llegar a tener muy mal genio. No admite un no por respuesta y es, ante todo, un profesional de la cabeza a los pies. Logró, como quien no quiere la cosa, que un grupo de guionistas vírgenes alumbrásemos una creación colectiva exprés, con los únicos mimbres de nuestras voces y la osadía que otorga la ignorancia bienintencionada, utilizando el método socrático en estado puro.Lo cierto es que, desde la noche del martes pasado, estamos esperando con impaciencia escuchar el resultado del experimento. Por otra parte, estoy contento, porque tengo la sensación de haber recuperado las mieles del teatro, como en mis años mozos, a dar protagonismo a las voces –en la era de la incontinencia visual-, y he tenido la oportunidad de asomarme al mundo del cine –esta vez, de modo virtual y gracias a un mago que se desplazó a Cuba para ello- sin salir de Churriana.

 

Cuando trabaja, Kike quiere aparecer ante nuestros ojos como un malote, como los buenos directores de cine, pero no deja de echar mano de su extenso vademécum para recetar a diestro y siniestro a los aprendices recetas mágicas para interpretar ante el micrófono un guion que se va tejiendo sobre la marcha con infinidad de condimentos. La magia de Kike consiste en demostrar fehacientemente que ésta se encuentra en las palabras, en los gestos –que en este caso, se expresan al modular la voz- y, sobre todo, enredada en sus barbas, en sus ojos incendiados y en sus arengas satíricas y piadosas, según el momento. Sus superpoderes se despliegan, prácticamente, con cualquier cosa. Por ejemplo, cuando asistí a una ponencia suya, hace unos diez años, en el contexto de un curso de la Universidad de Verano de la UMA, nos propuso elaborar oralmente entre todos un guion cinematográfico de una película que comenzaba con la sorprendente revelación de que a las ranas les había salido pelo. Esta vez, gracias a su magnífica propuesta creativa, ha logrado que nos aprendamos, sin querer, la biografía de Gerald Brenan y que sintamos una simpatía especial por las tetas de la burra Dorothy, que amamantaron a la criatura, viajaron en barco y se hospedaron en estancias casi palaciegas. Hemos sentido compasión por la marcha de su nana, prevención y un cierto asco por el autoritarismo y egolatría del padre de dicha criatura, y unas irrefrenables ganas de emprender camino, junto a Gerald, para explorar los confines de la tierra, como diría un cursi. Aunque estos viajes tengan mucho de huida: de la represión de la rígida moral eduardina, de la odiosa figura del padre castrador-¡cuánto habría disfrutado Freud con ello-, de las guerras y los presuntos valores de la milicia, de las fantasías edípicas con la madre, de la estupidez y narcisismo de los círculos intelectuales británicos. Como decía el poeta, hay que huir, hay que desprenderse de este tronco podrido, comido de gusanos, para encontrarse cara a cara con el ser humano, con nuestra frágil dignidad posmoderna. Mi mujer está sorprendida de la capacidad de Kike para inducir el sentimiento de pertenencia a un grupo heterogéneo, para excitar la investigación cooperativa y las ganas de compartir experiencias, y me recuerda también que hacía tiempo que no nos reíamos tanto y tan a gusto. Y es que para reír y hacer reír, actos de inteligencia incuestionable -como señalaba Baudelaire-, e incluso para sufrir decorosamente en silencio las hemorroides, lo mejor es la generosidadde las nobles tormentas, la sobreabundancia nietzscheana que respira Kike Díaz por todos sus poros. Gracias, una vez más.

 

DE CUERPO PRESENTE

 

                05.08.2018 Rafael Guardiola Puedo prometer y prometo, que gracias a Churriana y a este noble periódico que cumple ya un lustro y a quien lo dirige, vi colmada el de 10 de junio de 2015 una de las aspiraciones profesionales de muchos trabajadores de las sociedades industriales avanzadas: recibir un homenaje en reconocimiento a mi labor en el mundo de la educación en Málaga, sin que ello obedeciese a mi jubilación o al hecho de estar muerto. En dicho acto, que siempre recordaré con un cariño infinito, estuve literalmente “de cuerpo presente”, acompañado por mi amigo Antonio Villalba –ilustre colaborador de este medio- abriéndome en canal, enumerando mis filias y fobias, casi tan seguro de mis superpoderes como un héroe de Marvel.

 

                Pensándolo bien, la mayor parte de los escritos que he tenido el honor de publicar en “El Mirador” tienen en el fondo y, a veces, en la superficie, la intención de ser un homenaje a  Churriana y a sus gentes. Después de veinticuatro años de convivencia y docencia en “La Joya de Málaga” –como le gusta decir a mi admirado Cristóbal Salazar-, puedo prometer y prometo que en Churriana he conocido a muchos héroes, a muchos hombres y mujeres “de carne y hueso” en expresión de Miguel de Unamuno, que merecen no uno, sino mil homenajes.Hace ya años que tengo como alumnos a hijos de otros churrianeros que sufrieron en otro tiempo los rigores de mi alocada dialéctica y mi constante incitación a la rebelión, y a eso tan molesto que es el arte de pensar. Por otra parte, me llena de orgullo y satisfacción recibir muestras de afecto de la ciudadanía de todas las edades y que me asocien con facilidad a las narices de payaso, los tocados grotescos, a la alegría de vivir y a los efectos diabólicos de la risa.

 

                Uno de los alumnos inolvidables de mi primer curso como profesor de Filosofía del IES Jacaranda (el curso 1994-1995) fue Miguel Ángel López González, compañero del infatigable Jesús Manuel Castillo Ramos. Y fue el abrazo de Miguel Ángel en la ceremonia de Graduación del alumnado de 4º de ESO del curso 2017-2018, delante de su mujer y sus vástagos, uno de los más nutritivos que he recibido jamás. Uno de esos abrazos que sacuden todas nuestras entrañas, que parecen devolvernos al útero materno con efectos retroactivos, con una cualidad sensorial que sobrepasa a experiencias tan gozosas como el orgasmo, la experiencia estética o que nos toque la lotería sin haber comprado un décimo. En un abrazo en condiciones se crea un espacio, curiosamente, con la proximidad, que aspira a abolirlo. Me atrevo a decir que ese espacio es la amistad. Dice Cicerón en una de sus máximas, que “el sol parece que anulan del mundo quienes hacen desaparecer de la vida la amistad, que es el don mejor y más dador de alegría que hemos recibido de los dioses inmortales”. En el abrazo de Miguel Ángel no hay adulación, lisonja ni complacencia, sino generosidad, respeto y ganas de compartir y revivir las mieles placenteras del pasado como testigos fieles del presente. A mí me parece que estas cosas sólo pueden hacerlas los héroes, aunque para muchos sean seres anónimos. Porque los héroes no pueden fingir y “la amistad no es otra cosa que la suma concordia en todas las opiniones divinas y humanas, sostenidas con amor y buena voluntad”.

 

                Son tantos y variados los abrazos que nos hemos dado Jesús Manuel Castillo Ramos y un servidor, sin necesidad de estrechar nuestros cuerpos serranos, eso sí, que pueda parecer algo obsceno al lector de este periódico. Tengan cuidado: el entusiasmo de nuestro Director es altamente contagioso y pueden verse inmersos en un torbellino espacio-temporal –algo que tanto gustaba a los filósofos presocráticos- tan difícil de eludir como la caída al agua desde un tobogán del Aquapark. Estrechamos nuestros sesos en ebullición, el gusto por las intrigas palaciegas de la vida política, por los avatares de la historia, en definitiva, y los rasgos característicos de los patrones universales de la antropología cultural. Gracias, una vez más, Jesús, por permitirme navegar por estos mares con toda la libertad del mundo, sabiéndome dueño de mis palabras, padre de mis ideas y ocurrencias y auriga de mis intenciones.

 

                Uno de los regalos más dulces de la Naturaleza es, sin duda, poder contemplar la amplia sonrisa de una mujer que sonríe con los ojos. Más aún, cuando se trata de una sonrisa que atesora alegría y brinda amistad. Este es el caso de mi antigua alumna Mara Montes Soto, ingeniera y mecánica de motos profesional, de la escudería Kawasaki, y residente en Barcelona. Mara sonríe con la firmeza y el arrojo de una Diana deportista y aventurera, y no duda en abrazarse a sus amigos con la misma solidez. En ella se cumple el deseo ciceroniano de que la amistad sea mensajera de la alegría y el cariño. Mara se siente satisfecha estando en el circuito, acariciando la velocidad, poniendo las máquinas a punto al servicio de los pilotos, fundidos con sus monturas de metal y lo proclama a los cuatro vientos –ese viento que, por mucho que me empeñe, nunca me despeina-. Mara ya ha sido la protagonista de algún reportaje por su buen hacer y su contrastada simpatía, y se lanza a bailar con la misma precisión y soltura cuando escucha su música favorita. Nadie puede negar que Mara está viva.

                El pasado 9 de julio leí en La Vanguardia que el genial Stanley Kubrik reveló en 1980 al cineasta Jun’ichiYaoi el significado de las ambiguas y desconcertantes escenas finales de la película “2001: Una odisea del espacio”, uno de los hitos de la historia del cine de todos los tiempos, estrenada ya hace cincuenta años. Ni Kubrik, ni el coautor del guión, Arthur C. Clarke, quisieron ofrecer sus versiones, con objeto de que el espectador construyese a su gusto ese espacio enigmático por el que transita David Bowman, el personaje interpretado por KeirDullea. Kubrik afirma: “… la idea era que las entidades divinas, criaturas de energía pura e inteligencia sin forma ni forma, lo ponen en lo que supongo que podrías describir como un zoológico humano para estudiarlo, y toda su vida pasa desde ese punto en esa habitación. Y él no tiene sentido del tiempo. Simplemente parece suceder cuando lo hace en la película”. La blanca habitación es un espacio aséptico pero, aun así, está dotado de una acusada personalidad, aparentemente amable y hasta confortable, como los espacios que se construyen en los zoológicos para simular el entorno natural de los animales. Les confieso que, puestos a elegir, a mí me gustaría ser objeto de estudio en una biblioteca y hasta ser enterrado en ella como Celso. Lo que tengo claro es que en el laboratorio de la inteligencia sin cuerpo, Mara, Jesús y Miguel Ángel pertenecen a la estirpe de los superhombres.

 

 

               

               

               

YA QUEDA MENOS

           

28.01.2018 Rafael Guardiola Algunos de los episodios más traumáticos de mi infancia, en los estertores del franquismo, los protagonizó un humano orondo, con los ojos achinados, que exhibía sin rubor, mientras cantaba,americanas enormes y unas corbatas de colores y estampados imposibles –que se adivinaban, puesto que la televisión del Jurásico era “en blanco y negro”-, con las dimensiones de una espada romana corta o gladius. De origen argentino, se llamaba Luis María Aguilera Picca, y fue conocido artísticamente como Luis Aguilé. La pesadilla de mi mujer -algo que sabían muy bien sus hermanos, a la hora de fastidiar- se llamaba Rocco Walter TorrebrunoOrgini, conocido como Torrebruno, presentador cómico y cantante italiano afincado en España de estatura reducida y que no llegó nunca a tener una dicción correcta de la lengua castellana. Por azares del destino (obviamente cruel), la tormenta “kitchde Luis Aguilé se convirtió en una especie de ariete revolucionario para algunos de mis compañeros de Bachillerato en Madrid, y fue empleada, en forma de canto colectivo desafinado, para intentar reventar la clase del profesor de Literatura, un religioso agustino navarro, hermano del locutor y crítico musical de la Cadena SER y Los 40 Principales Joaquín Luqui (muerto trágicamente al caerse por una escalera), y de nombre difícil para un varón: Pilar José. Dice la Wikipedia que la mayor parte de las más de ochocientas canciones que grabó Luis Aguilé “reflejan una visión optimista de la vida y en ocasiones son directamente humorísticos”. Les confieso que a mí no me hacían ninguna gracia, y eso que me gusta bastante hacer el payaso. El gran éxito de Aguilé fue, sin duda, “Cuando salí de Cuba” –un alumno de guitarra de mi padre le pidió que le enseñara a tocar la canción “Cuando salí de una cuba”-, aunque es difícil desprenderse del halo cutre, casposo y fantasmal que desprenden temas como “Juanita Banana”, “La banda borracha”, “El frescales” o “El tío Calambres”. Con su permiso, me voy a tomar la libertad de hacer un comentario crítico de otro de sus reputados vástagos: la canción titulada “La vida pasa felizmente”, de tintes abiertamente “eudemonistas” y resabios empiristas.

 

            La canción mentada se abre con la siguiente declaración: “Es una lata el trabajar,/todos los días te tienes que levantar./Aparte de esto gracias a Dios/la vida pasa felizmente si hay amor.” En primer lugar, es dudoso que exista una conexión necesaria entre trabajar y levantarse. Alguien puede levantarse todos los días y no tener trabajo, como es harto frecuente en España, incluso queriendo trabajar. O hay quien vive y ha vivido bastante bien sin trabajar, y ha tenido el capricho de levantarse o de tirar a una amante por la borda de su yate, ante la inminente llegada de su mujer. Además, los que tenemos la suerte de poder trabajar, sabemos que el trabajo embrutece por regla general, pues es trabajo alienado, y de este modo, como dice Marx en sus Manuscritos de economía y filosofía, “el trabajador se siente libre en sus funciones animales: comer, beber y engendrar, y en todo lo demás que toca a su atavío y habitación y, en cambio, en sus funciones humanas se siente como animal.”

 

                Lo animal, precisamente, protagoniza los siguientes versos: “Mi madre llora en el corral,/sus tres gallinas se han debido de escapar./Aparte de esto gracias a Dios/ la vida pasa felizmente si hay amor.” Aguilé tampoco parece haberse enterado de que España ya no es un país de perfil agrícola. El sector servicios y el trabajo autónomo se han apoderado, por necesidad, de los modos de producción, y por eso las gallinas se han debido de escapar y los bancos amenazan con el deshaucio a la propietaria del corral. Por lo demás, les recomiendo cultivar su animalidad, ese gran tesoro que nos ha dado la vida.

 

Pero cuando entra en funcionamiento el vil metal, el amor que nos da la felicidad con la protección de la gracia divina se concibe como un negocio y amenaza con trasladarse a la “gran manzana”, como dicen en las películas: “Tengo una novia de lo mejor,/con mis ahorros se me ha ido a Nueva York./ Aparte de esto gracias a Dios/ la vida pasa felizmente sihay amor.” Al parecer, el propio Luis Aguilé no pudo vencer la tentación de la apropiación indebida y degustó presuntamente las mieles de la corrupción, al verse involucrado en el año 2007 en un escándalo político, a raíz de su colaboración con autoridades del Partido Popular de Castellón, esa localidad conocida por su aeropuerto fantasma y por ser el destino del accidentado viaje de nuestro Presidente, Mariano Rajoy –viaje al que había sido invitada incluso la difunta alcaldesa de Valencia Rita Barberá- en la inauguración del AVE del 22 de enero, mientras Carles Puigdemont –una especie de Lenin de derechas con casco capilar incorporado y flamante adalid de la democracia- pronunciabaalucinógenas palabras en Dinamarca sobre la liberación de los pueblos oprimidos de la tierra. Por eso no me extraña que las novias de España se “empoderen”, y desafiando a la sociedad patriarcal, jueguen a Robin Hood y roben los ahorros al mismísimo ladrón. Nueva York sigue siendo la tierra prometida del capitalismo, el símbolo del poder omnímodo del dinero, la selva especulativa en la que se desenvuelve con una soltura atlética el tupé de Donald Trump y la incontinencia verbal de los brabucones.

 

Luis Aguilé no se quiere despedir de su auditorio sin una apelación al esteticismo de la sociedad inocente en la que vivimos. Una sociedad individualista y enferma que ha creado multitudes altivas de irresponsables perpetuos, aficionados a la envidia: “Tengo una cara fenomenal/ cómo la envidian cuando llega el Carnaval./ Aparte de esto gracias a Dios/ la vida pasa felizmente si hay amor.” Los filósofos franceses Pascal Bruckner o Alain Fienkelkraut, entre otros llevan muchos años advirtiéndonos sobre la perversión de la vida social. La sociedad industrial avanzada ha generado un ejército de inmaduros de por vida, orgullosos de su falta de preocupación por la cosa pública y de una ignorancia adolescente autocomplaciente. El consumismo y el gusto por lo novedoso –que no siempre es lo mejor- es el caldo de cultivo más propicio para la lacra del infantilismo. De otro lado, la sociedad contemporánea ha elevado el victimismo a los altares. Se multiplica el “dramatispersonae” de los mártires del gran teatro del mundo calderoniano, tanto que muchos ángeles y arcángeles temen ser expulsados del Paraíso por overbooking. Lo tienen difícil, ahora que Ryanair ha restringido aún más el equipaje permitido en los desplazamientos.

 

¿Podrá la fuerza del amor, como nos repite hasta la náusea nuestra canción de hoy, permitir que nos sobrepongamos a tantas dificultades y contingencias? Dice la leyenda que el príncipe SiddhartaGautama, conocido posteriormente como Buda, hizo tres salidas furtivas del confortable palacio en el que vivía. En la primera, se dio de bruces con la vejez. Los que afrontan hoy en día la vejez en Europa saben que nada se puede ni podrá hacer políticamente, de ahora en adelante, sin su concurso. Los colectivos de pensionistas y jubilados –entre los que me gustaría encontrarme algún día, si no quiebran las reservas del Estado- se están abriendo camino en Europa desde hace años como una fuerza determinante, a pesar de que muchos políticos han dudado siempre de su poder de contestación. Paradójicamente, la rebeldía es ahora, cada vez más, patrimonio de nuestros mayores, quienes están dispuestos a cortar el tráfico rodado o sabotear las actividades cotidianas de las entidades financieras.

 

La enfermedad protagoniza la segunda escapada del príncipe Siddharta. Como saben, vivimos en un “estado clínico”, como afirman los lúcidos filósofos españoles Fernando Savater y Antonio Escohotado, a los que he tenido el privilegio de conocer personalmente estos últimos años en los Congresos de la Asociación Andaluza de Filosofía. El Estado se preocupa tanto por nuestra salud, que nos dice en qué consiste la vida saludable y no nos deja, por ejemplo, acercarnos libremente a las drogas llamadas “no legales” y al imperio de los sentidos, cuando cualquier persona en su sano juicio sabe que es preferible añadir vida a los años, que añadir años a la vida. Ya saben cuál es la solución: los brutales recortes en Sanidad y la privatización neoliberal.

 

 

Por último, y literalmente, nos encontramos con la muerte. Siddharta se topa con la realidad limitante de la muerte, con ese momento sobrecogedor para culturas como la nuestra –y que causa risa, por ejemplo, en México-, que nos suele impulsar hacia la búsqueda de sentido. Algunos lo creen haber encontrado en los sistemas de creencias religiosas, en especial, la creencia en la existencia de seres trascendentes; otros, en formas de pensamiento no dogmáticos como es el caso de la filosofía. La muerte condiciona nuestra existencia, pero no solemos acordarnos de ella más de la cuenta. Por regla general nos creemos inmortales y por ello no nos solemos embarcar en luchas contra los hábitos rutinarios y el reinado del conformismo. Son muchas las voces que oigo diariamente en la Sala de Profesores de mi centro de trabajo diciendo, tras un profundo suspiro o cosas peores, “ya queda menos”, conforme va pasando la mañana, y se van agotando los períodos lectivos. Yo suelo responder: “es verdad, ya queda menos para la muerte”, aunque me acusen de aguafiestas. Son dos formas de ver la vida radicalmente diferentes: unos, los inmortales vocacionales, piensan que es una victoria que pase el tiempo lo antes posible hasta llegar a la meta del fin de semana; otros, entre los que me cuento, sabemos que nos vamos a morir en cualquier momento, y que debemos exprimir el tiempo al máximo, para extraer los jugos dulces y refrescantes del instante, muchas veces de forma ocasional.

 

El príncipe SiddhartaGautama calmó su desazón compartiendo la paz del que renuncia, liberándose del apego a las cosas materiales y a cualquier otro tipo de servidumbre. Algo parecido decían los Estoicos, cuando defendían abstenerse del placer y soportar el dolor, con objeto de vivir según la Naturaleza. La libertad, para ambas formas de pensar no es otra cosa que una aceptación activa del destino, una aceptación que no es mera resignación. O también podemos echar mano de Luis Aguilé: aparte de esto,  gracias a Dios –o al ente metafísico que usted quiera-, la vida pasa felizmente si hay amor. 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

CONSTITUCION DEL 78 O REGIMEN DEL 82

 

14.01.2018 Luis Carlos Rejón Releyendo “Los cañones de agosto”, de Bárbara W. Tuchman, me reencontré de nuevo con un viejo dicho popular italiano que había escuchado en una película de acción, “los huevos no deben bailar con las piedras”, y que a mi parecer venía como anillo al dedo. Una Constitución, (excesivamente frágil), hija de una época inestable, fue sacada a bailar por las duras piedras con aristas de los sucesivos PSOEs, sus gobiernos, sus apaños, su desembarco en el poder y lo que conllevaba consigo. Total, todos los huevos destrozados.

 

Solía repetir F. González, que lo malo no era que la españolidad, no fuera a las bibliotecas si no que no iban a las hemerotecas. Mandó hacer leyes imbéciles, para que siguiéramos sin ir a las bibliotecas, y aprovechando que no íbamos a las hemerotecas, se puso a manipular las historias recientes. Cuando celebraron los Cien años del PSOE, con el slogan de cien años de historia o cien años de lucha, recibieron la contestación de “y cuarenta de vacaciones”. Así no. Y se pusieron a montar fundaciones, publicaciones, conferencias itinerantes y cátedras fijas, para las universidades de verano.

 

Solo quedaba un zona histórica en blanco: el periodo entre 1978 y su victoria de 1982, donde el doble ataque por los flancos, de Suarez y Carrillo, le hizo desaparecer del panorama político, aunque el debate de la moción de censura y el 23-F, junto con la debilidad interna de los dos líderes anteriores (debilidad pagada con marcos alemanes y un restillo de dólares) le llevara al gran triunfo del 28-O.

 

Se inició una doble operación. Por un lado, la tapadera de los acuerdos económicos y políticos y sus prácticas, junto con determinados comportamientos de sus primeros gobiernos, que están en la base de las crisis económicas, sociales e institucionales actuales, desde la corrupción al desprestigio de la política, y el olvido cobarde y cómplice de la memoria histórica; y por otro lado echando toda esta su basura sobre el periodo 78-82, con la complicidad necesaria de iluminadas mentes de la vieja y nueva izquierda, que lo mismo apoyaban la invasión de Checoeslovaquia y un confuso “derecho a decidir”, casi diez lustros después. Los derechos claros y en papeles, o en programas como la antigua IU.

 

He buceado en la hemeroteca de El País, en un artículo publicado el 20 del XI del 2013, por un destacado representante del mundo cercano al PSOE, catedrático de sociología de la Universidad Libre de Berlín, Ignacio Sotelo, A QUÉ LLAMAMOS FRANQUISMO: “La llegada del PSOE al poder, en vez de ampliar, refuerza el tipo de democracia harto restrictiva de la Transición. Así como en lo económico se aparta de los principios básicos de la socialdemocracia (papel del Estado en las políticas de empleo e igualdad), rompe con la unidad de acción de partido y sindicato (movimiento obrero), en lo político, repudia adoptar formas de participación social, empeñado en desmontar movimientos vecinales y asociaciones de base, con lo que la democracia queda constreñida en su forma más escuálida de votar en los plazos previstos, aplicando sin cambio sustantivo, para mayor inri, la impresentable ley electoral heredada. Los resultados están a la vista “

 

Me permito estar jarto de las críticas a la época de la transición, de personajes faltos de hervores que dicen “que el PCE, engañó y utilizó a la gente”, de regalarle ahora la Constitución del 78 a los que se abstuvieron o votaron en contra. Se hizo lo que se pudo, y dos pasos más, con gente que se jugó la vida, la salud, su futuro y tantas y tantas cosas. “Nunca le digas a un soldado, que no conoce el precio de la guerra”.                                                                                         

MUCHOS NO LLEGAN…

 

13.01.2017 Beatriz Rubiño Hace 10 años, la  canción “Papeles mojados”, del grupo musical “Chambao”, se convirtió en todo un éxito en nuestro país. Su letra expresaba la dura realidad de quiénes intentan llegar a nuestras costas en busca de una vida digna, de una vida mejor; era la historia de quiénes corrían peligro de muerte por llegar a nuestro país, de quiénes luchaban por alcanzar esos “papeles” que son la oportunidad de vivir de forma legal en España… Muchos de ellos, sin embargo, encontraban la muerte en el mar; otros, tras alcanzar tierra, eran deportados a las pocas horas; y los que lograban llegar, lo hacían en terribles situaciones de precariedad, lo que los condenaba -y les condena- a una vida marginal y marcada por la exclusión. Cada vez parece más claro que la actual gestión de fronteras condena a las personas a la clandestinidad, las empuja a jugarse la vida en su proceso migratorio y las despoja de sus derechos fundamentales.

 

Hace algunas semanas se cumplían 29 años desde la aparición del primer cadáver identificado como el de una persona migrante; casi 30 años después, duele decir que poco ha cambiado. O mejor dicho, sí que lo ha hecho, y ha sido para empeorar: la situación se ha vuelto más dura, más cruel, más amarga... No hay más que recordar la terrible imagen del pequeño Samuel, el Aylan español, en las playas de Barbate, o la noticia del ahogamiento de su madre en las costas argelinas. En el  año 2017, las víctimas mortales en las costas españolas, según los datos facilitados por Salvamento Marítimo, triplica ya a todas las del año anterior. El incremento en llegadas de inmigrantes a España, y muy especialmente, a las costas andaluzas, pone de manifiesto que somos la frontera Sur de Europa, y por tanto, un destino anhelado y codiciado, la promesa de una existencia libre de penurias y miseria, de persecución o de torturas. Un ritmo de llegada que ha aumentado debido al buen tiempo hasta escasas fechas y a que las embarcaciones son cada vez más pequeñas, lo que, según ha expresado la Oficina Internacional de Migraciones (Agencia de la ONU), pondrá en aprietos a nuestro país a la hora de gestionar la situación actual. Situación que, sin duda, obliga a las autoridades españolas a plantear que estamos ante una alerta humanitaria que obliga a trabajar sobre vías legales y seguras para que las personas puedan migrar sin peligro. En España, las competencias en materia de políticas migratorias corresponden al Gobierno central, mientras que nuestra Comunidad, según el artículo 62 de su Estatuto de Autonomía, “participará en las decisiones del Estado sobre inmigración con especial trascendencia para Andalucía”.

 

 

El drama de los menores inmigrantes

 

UNICEF estima que casi un 10% de las personas que llegan a España de forma ilegal son niñas y niños. De hecho, la inmigración infantil en nuestro país está alcanzando cifras récord: sólo en los tres primeros semestres del año, se habla de 5.380 menores extranjeros no acompañados (los conocidos como MENAs) en los diferentes centros de acogida repartidos en las Comunidades Autónomas y en Ceuta y Melilla; se trata de casi un 35% más en el 2016, cuando llegaron casi 4.000 -concretamente, 3.997-. Y aún queda por contabilizar el último trimestre del pasado 2017, lo que elevará la cifra y agudizará el drama. En este sentido, Andalucía vuelve a ser la región a la que llega un mayor número de menores: actualmente, nuestra Comunidad Autónoma tiene acogidos en sus servicios de protección a más de 2.000 menores extranjeros no acompañados, es decir, casi el doble que en todo 2016, lo que representa más del 38% de todos los que se encuentra en territorio español. Por sexos, hay una abrumadora mayoría de varones: 1.939 frente a 137 mujeres.

 

Ante esta difícil coyuntura, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó el 1 de agosto un refuerzo con 100 nuevas plazas los centros de acogida inmediata de menores extranjeros no acompañados. La medida, con carácter de emergencia por la gran afluencia de los últimos meses, se ha centrado en las provincias de Almería, Cádiz y Granada, de tal forma que la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales – a través de la Dirección General de Infancia y Familias- ha contratado, con carácter de emergencia, estas plazas hasta el 31 de marzo de 2018, suponiendo una inversión de más de 1,4 millones de euros para poder atender las necesidades básicas de alimentación, cuidados y alojamiento. Igualmente, y junto a la ampliación de plazas, la Junta ha activado un plan especial para acoger a los menores y ha hecho un llamamiento a las autoridades europeas, a través del Gobierno de España, para que se tengan en cuenta las necesidades de Andalucía como región de entrada de la inmigración. No cabe duda que la situación de los menores extranjeros no acompañados exige de políticas y medidas en el ámbito social, sanitario y educativo, 

 

Medidas ante la inmigración

 

El Tribunal de Derechos Humanos ha condenado en su última sentencia a España por las llamadas “devoluciones en caliente”, es decir, las deportaciones en cuestión de horas para quiénes “sí llegan”, y que se consideran una grave vulneración de los derechos fundamentales de las personas migrantes. Parece claro que los cientos, miles de muertes que se están produciendo en nuestras costas, tienen no sólo como causa la prolongación del buen tiempo y el uso de embarcaciones más pequeñas, sino la gestión que de los naufragios en aguas internacionales hacen Italia y nuestro país, en colaboración con la agencia FRONTEX de la Unión europea. Lo que deberían ser vías seguras y legales, respetuosas con los derechos humanos, se convierten en corredores de la muerte, y el Mar Mediterráneo, en lugar de ser una frontera natural, se erige como un gran cementerio, una fosa común donde mueren los sueños.

 

Ni España, ni la Unión Europea pueden ya mirar hacia otro lado. Andalucía, de hecho, no lo hace, y en los Presupuestos Generales para el año 2018 destina sendas partidas económicas en las Consejerías de Igualdad y Políticas Sociales y de Justicia e Interior -con competencias en materia de coordinación de políticas migratorias-. En el primer caso, en 2018 se destinarán 2,4 millones de euros para subvenciones de relacionadas con la inmigración, a través de las subvenciones a entidades locales para la atención a personas inmigrantes y emigrantes temporeros andaluces y sus familias, y mediante las subvenciones a entidades privadas para programas de acción social.

 

Por su parte, la Consejería de Justicia e Interior contaré este año con casi 5 millones de euros para políticas migratorias, lo que implica una subida del 51% respecto al año anterior y rebela el compromiso del Gobierno andaluz ante una problemática que, lejos de desaparecer, está más presente que nunca. Un presupuesto que va a permitir, entre otras actuaciones, incrementar las subvenciones destinadas a Corporaciones Locales, para mejorar la empleabilidad y el hábitat de trabajadores inmigrantes temporeros, en dos líneas de ayudas: una nueva, apoyada con 1.075.241 euros del Fondo Social Europeo, para mitigar las situaciones de infravivienda en zonas agrícolas con fuerte presencia inmigrante; y otra línea, puesta en marcha desde 2017, y que se refuerza en 2018 con 500.000 €, alcanzando un importe total de 1 millón de euros, destinada a sufragar la adquisición, construcción, reforma y equipamiento de albergues, casas de acogida y servicios diurnos de atención básica para personas inmigrantes. Estas líneas resultan de vital importancia ya que una de los principales problemas de la población inmigrante en nuestra tierra es el de los asentamientos ilegales y las situaciones de infraviviendas que se dan en varios de nuestros municipios.

 

Igualmente, se seguirá apoyando a las entidades sin ánimo de lucro que trabajan con colectivos de inmigrantes, y que tan buena labor realizan, en los proyectos y actividades que ya vienen realizando desde hace años, destinados al arraigo, la inserción y la promoción social de las personas que llegan a Andalucía, a fin de favorecer su efectiva integración laboral, económica y cultural, destinándose para ello un importe total de 1,2 millones de euros. Por último, se impulsará, en colaboración con las asociaciones de mujeres inmigrantes, la formación específica sobre prevención de la trata de seres con fines de explotación sexual y contra la mutilación genital femenina dirigida a profesionales del ámbito sanitario, educativo y de los Servicios Sociales, por lo que se consigna en el Presupuesto un importe de casi 50.000 euros.

 

 

 

 

CONJUNTO RUPESTRE DE  HACIENDA PLATERO

 

01.01.2018 Antonio Villalba Moreno — Me acabo de enterar que en Churriana tenéis un conjunto rupestre.

— Efectivamente. Un eremitorio.

— ¿Eso qué es?

— Una iglesia. Más bien una ermita.

— ¿Pero cómo? ¿Había ermitas en el Paleolítico?

— No hombre, que sea rupestre no implica antigüedad. Significa que está excavado en las rocas. Según reza en el cartel anunciador se remonta a los siglos VII-IX.

 

Esta conversación la tuve con un conocido de Málaga. No voy a descubrir su nombre por si se molesta al leerla. Aunque conjunto rupestre puede llevar a engaño, y eremitorio es comprensible no conocer su significado, hay que disculpar a los de fuera por desconocer este conjunto ya que no se descubrió hasta las obras de urbanización de Hacienda Platero, de esto hace unas décadas.

 

Le comenté también que junto a la cueva varias generaciones de Churriana disfrutamos de un frontón que permaneció en pie hasta que fue derribado para la construcción de viviendas. Los jóvenes jugamos al frontenis durante décadas y muchas de las bolas (entonces muy escasas) las perdíamos a la entrada de una oquedad cuya oscuridad no hacía posible visualizar su profundidad.

 

En realidad le dije a Pedro (nombre ficticio) que era ahí donde «embarcábamos las pelotas». Se quedó muy extrañado porque no sabía el significado de esta expresión que yo creía utilizada en toda Málaga, pero no, por lo visto no es así, él, sin ir más lejos, las empeñaba. Eso sí, nuestra Real Academia, aún no recoge como válidas ninguna de las dos acepciones. Allá ella.

 

Pero volviendo a lo que nos incumbe, tengo que confesarles que cierto orgullo localista floreció la mañana que hablé con Pedro y tuvo que soportarme durante todo un desayuno la tabarra que le di con algunas explicaciones sobre este Conjunto Rupestre.

 

Él marchó a su casa sabiendo que en Churriana hay varias cuevas rupestres dentro de casas que se han utilizado o se utilizan como bodegas o sótanos.  La de Huerta Platero está situada frente a la biblioteca de nuestro pueblo, en calle Maestro Vert. Aunque está vallada, en muchas ocasiones había basura y pintadas, de ahí que los grupos de la oposición y asociaciones de vecinos lo hayan venido denunciando. También se ha solicitado en varias ocasiones la posibilidad de visitarla (tiene 15 metros de profundidad y 7 dependencias en torno a un espacio central).

 

Yo me quedé reflexionando. ¿Hubiera cambiado de algún modo nuestra visión, al menos la mía, sabiendo que pasábamos numerosas horas bulliciosas junto a un eremitorio, donde doce o trece siglos antes reinaba la oración, el silencio y la meditación? Supongo que no, pero ahora, en la madurez me veo de joven sudando tras un disputado partido, empuñando una pesada raqueta mientras fantaseo con lo que me depararía el futuro observando la entrada de la cueva rupestre.

CRÓNICA DE LA ALEGRÍA SERENA

 

 

05.11.2017 Rafael Guardiola Manuel González es un fotógrafo de la alegría serena, de la vida paciente y la atención contenida y sostenida. Cada una de las imágenes que se muestran en la Casa de la Cultura “Gerald Brenan” de Churriana,desde el 30 de noviembre hasta el 30 de diciembre de 2017, es la crónica fiel de un viaje sentido.

 

 Con la curiosidad minuciosa de los amantes del vuelo de las aves,y el ritmo pausado, pero constante, de los que disfrutan viajando en bicicleta, saboreando cada esquina y cada guiño de la luz, o paseando con los ojos bien abiertos compartiendo cada sílaba con su mujer, con sus hijos, con sus nietos, con las personas que se saben queridas o, simplemente, salen al encuentro,va tejiendo oasis en color o en blanco y negro. Con el color, como el azul de Chauen o los verdes del sur, la imagen se convierte en un lienzo que dibuja ese universo que Galileo creía escrito usando los caracteres propios del lenguaje matemático. En ellas se revela como un diestro cirujano, extirpando la tristeza en cada gesto, borrando la tentación de tantos sueños melancólicos o los signos de la derrota. Y todo ello sucede en un abrir y cerrar de ojos, o dilatando el tiempo en la ceremonia del té, con el calor de un sincero apretón de manos, prólogo de la amistad, ese afecto reservado a los mejores. El resultado es, no obstante, la gravedad y el decoro ciceroniano.

 

 

El color nos hace sentir la seriedad de la labor del artesano de los cestos, sorprendido engarzandolos cordeles de sus versos, o la del elegante estoicismo que se hace carneen un anciano magrebí, casi un aristócrata del silencio, e incluso en la humana serenidad de un gato que parece fijado a su lugar natural aristotélico en medio del azul, de la nada, en el medievo de Marruecos. Manuel González se atreve incluso a reescribir la cartografía también señorial de los cielos de Doñana, o a ser testigo fiel de las migraciones, del latido de la vida en la laguna de Fuente de Piedra, o a contemplar las garzas del Río Grande, o a ser tan rápido como el águila que remonta el vuelo en la desembocadura del río Guadalhorce. En blanco y negro la mirada de Manuel González es más íntima y urbana. Nos demuestra que es posible retratar, casi como un poeta,el silencio de la noche en la calle Larios de Málaga olos rincones habitados de Churriana,dibujados a pluma, con sus luces y sus sombras. Aunque nada más íntimo y cromático que la perspectiva de la calle de esa casa familiar de Granada desde la que, según mi amigo Manuel, se puede contemplar la Alhambra.

 

LA FUENTE DEL REY

 

21.10.2017 Antonio Villalba Moreno Cuando les propuse a mis hijos comenzar la caminata, que teníamos pendiente, en la Fuente del Rey me miraron con perplejidad y permanecieron en silencio un buen rato hasta que Inma se atrevió a preguntarme dónde estaba y qué era “eso”.

 

Les dije grosso modo lo que recordaba, pero resultó que uno de los datos se los di mal puesto que yo creía que esta obra de casi tres siglos de antigüedad era Bien de Interés Cultural, sin embargo, al consultar en internet sobre nuestro trozo de acueducto del siglo XVIII, comprobé, según las últimas noticias, que no lo es aún. Precisamente nuestra colega columnista en este periódico digital, Beatriz Rubiño, junto con diversos colectivos de Churriana están en la ardua tarea de conseguirlo. La penúltima reunión con Cultura de la Junta de Andalucía se produjo a principios de abril y, recientemente, se ha aprobado en el Ayuntamiento una moción presentada por el PSOE para protegerla y mostrarla al público.

 

También los puse en evidencia (a mis hijos) recordándoles que su madre, profesora de Infantil en el Manuel Fernández lleva unos años enseñándoles a sus alumnos (entre los 3 y 6 años) lo más característico de Churriana, como la Cónsula, El Retiro, el Complejo Rupestre Huerta Platero o la Fuente del Rey, precisamente.

 

El método utilizado para ello es mediante los Bits de Inteligencia, con láminas y una serie de puntos fundamentales referidas a unos temas concretos se estimula la memoria y el aprendizaje de los niños. Las seños de infantil pensaron que si eso servía para desarrollar y ampliar lo genérico, sería buena idea emplearlo en lo referente a la localidad.

 

Hice una apuesta con mis hijos para comprobar la eficacia y, aprovechando una visita al colegio, preguntamos a los alumnos por la Fuente del Rey. María, supo decirnos que está situada junto al antiguo cuartel de la guardia civil, en el camino del Pilar. Nico, que tiene planta rectangular y Alejandra, que la obra está realizada con sillares.

 

La verdad es que me sorprendí de la eficacia, aunque mi mujer me confesó que era la lámina que tocaba esa semana. También me recordó que la fotografía la había realizado hacía más de dos años mi cuñado y los puntos a destacar en ella los había resumido yo mismo.

 

De esta forma recordé que el proyecto inicial es de Toribio Martínez de la Vega, que el arca de la Fuente del Rey es una sólida construcción para albergar el aljibe, que el manantial desde donde se inicia el acueducto ya era utilizado por los romanos y que la parte del acueducto que pretendía llevar agua a Málaga se construyó en 1728.

 

Esto último no lo habían asimilado aún. Quizá es demasiado para unos niños tan pequeños, también para los  mayores. Pero cuando el padre de Iván, el más travieso, me dijo que la semana pasada habían pasado junto a ese vestigio y su hijo le había dicho que aquello se llamaba Fuente del Rey, pensé que si, entre todos, ponemos de nuestra parte y conseguimos que la infancia se involucre, podremos conservar nuestro pasado. 

 

VINO DEL BUENO

 

30.06.2017 Rafael Guardiola “Considera las adversidades como un ejercicio” nos recomienda Séneca, ese sabio estoico cordobés, primer ministro del tirano Nerón, como una de las más preclaras enseñanzas de la vida. El dolor hay que sentirlo, porque es humano, aunque no sea recomendable saborearlo con deleite, so pena de quedarse fijado en la sombra de los esclavos sumisos, de los animales de rebaño o los adoradores de La Venus de las Pieles del insigne Sacher-Masoch. A Vanesa Torres Sánchez, vecina de Churriana y una de mis primeras alumnas andaluzas, la vida le ha sobrevenido con los ribetes de la lucha, con la imperiosa necesidad de superar las dificultades, y se le ha antojado no rendirse en el empeño. Habla como una estoica, piensa como una estoica, siente como una estoica, como tantos compatriotas. Y lo hace con una mirada penetrante, profunda hasta la médula, con el secreto de la aceptación, que no de la claudicación o la autocomplacencia en el victimismo, tan frecuente en los débiles de espíritu.

 

Hablo pues, de estoicos sensatos, deseosos de vivir de acuerdo con los dictados de la naturaleza, absteniéndose tal vez de los placeres superfluos y soportando, es decir, aceptando el dolor con la mejor de sus sonrisas. Vanesa agradece a su madre, mujer elegante, prudente en sentido aristotélico, y dotada con la firmeza anímica de una sólida columna dórica, la herencia recibida. Como una patricia romana, ha aprendido de ella a escuchar, a comprender, a ser el fuego del hogar y tejer una tela de araña cálida y consistente para sus hijos, como la bolsa de un marsupial. Eso no es otra cosa que amor, “amor del bueno”.

 

Vanesa declara en el ciberespacio que en otra vida fue “vino del bueno”, esa bebida amante y piramidal reservada para los momentos especiales, para paladares expertos y miradas estereoscópicas. Su cocina es un auténtico laboratorio de ideas y ella, una artista tan adictiva como el azúcar de sus pasteles. Al estar en perpetuo movimiento, las mujeres creativas como mi amiga Vanesa dibujan un espacio a su alrededor, giran sobre sí y causan un efecto embriagador, al tiempo que un deseo irrefrenable de quedarse en casa. Así me imagino su amor por su hija Samanta, su amor por los libros de papel impreso que huelen a ese no se qué especial, el movimiento de sus pendientes grandes al son de la música de los 90, su amor por el amor y por el color de las ilustraciones de los libros, la confección de mil y un adornos para la ropa y las paredes. Es un vivo ejemplo de la relación mano-cerebro de la que hablan los antropólogos a nivel evolutivo. Las industriosas manos ejecutan a la perfección las órdenes de un cerebro inquieto y le hacen decir a Vanesa: “cómo me gusta este cuadro –el cuadro de una flamenca-, pintar, pintar y pìntar”. A ver si se atreve a presentar su propuesta de cartel, el año que viene, para la Feria de San Isidro Labrador. Les confieso que yo también tengo esta secreta -.o no tan secreta- afición plástica y que vivo como un fin en sí mismo, y por eso me siento cerca de mi amiga, de lo que expresa, aun sin saberlo, su sonrisa racial; la sonrisa como una luna creciente andalusí anclada en el espacio. Pero una luna que puede ascender perfectamente hasta el infinito, cuando se trata de una mujer que sonríe con los ojos. Vanesa, como tantas mujeres y hombres del sur merecen un homenaje, que se vea su luna a pleno sol, para saber que este vino es vino del bueno, un vino que hay que servir en copa y cristal fino.

CAÑADÚ, SABOR A NOSTALGIA

 

07.06.2017 Antonio Villalba Moreno Hace algún tiempo comimos migas en casa de mi suegra. La verdad es que este año el tiempo acompañaba. El frío, al que no estamos acostumbrados, se hizo sentir y una comida como las migas se agradece, incluso en días no lluviosos, aunque para ser sinceros, lo suyo es disfrutarlas observando mientras comes el agua en el exterior. Sin embargo no voy a hablar de este plato típico y contundente.

 

Mientras esperábamos la llegada de la tan ansiada cacerola repleta de migas, chorizos y panceta, uno de mis cuñados me ofreció un pedazo de caña de azúcar, nuestra cañadú. Yo me extrañé y, sobre todo, me alegré. Su hermano la había conseguido el día anterior y allí estábamos, troceándola para que los mayores la disfrutáramos por el sabor y por el recuerdo.

 

Me hizo una ilusión enorme volver a chupar con placer el dulce de la caña y trasladarme con añoranza a los años de nuestra infancia. La ofrecimos a los niños y a los jóvenes, este producto ignorado por ellos. Unos ni siquiera la probaron, otros, apenas lo hicieron, tan solo para cubrir el expediente, y por fin, el nuevo miembro de la familia, Juan, aceptó encantado, pero ante su predisposición tuvimos que advertirle que no se tragaba.

 

Gracias a que José Manuel observó el día anterior que un hombre portaba bastantes cañas por la zona de La Noria y le pidió unas cuantas trayéndolas a la comida, disfrutamos de una magnífica sobremesa recordando anécdotas de un producto de enorme importancia en Churriana hasta la segunda mitad del siglo pasado. La cañadú crecía por doquier. Justo en frente de mi casa, donde ahora se celebra la feria, había gran cantidad de asas de cañas.

 

Así que allí estábamos los carrozones saboreando el azúcar de la caña y contando anécdotas. A veces comprábamos las chucherías de entonces: altramuces, chufas y cañadú, al vendedor ambulante, cuyo nombre he olvidado, que portaba un carro de madera con dos grandes ruedas y cuatro patas donde descansaba el artilugio frente al cine Cazorla. En ocasiones aprovechábamos los trozos de cañas que caían de los tractores repletos que se dirigían hacia la Azucarera. En otras, nos servíamos directamente del terreno, justo antes de la recolección.

 

También nos contó Rosalía, la veterana de la reunión, algunas tragedias que sucedieron por el vuelco de los carros transportando cañas. Pero no es lugar ni momento para estas historias. Sí para aquellos monderos pelando cañas, una tarea durísima. Los bueyes tirando de carros. La época de la recolección con cientos de jornaleros.

 

Aunque yo soy algo más joven y solo recuerdo a los tractores y a unos pocos jornaleros. El cultivo fue en declive permanente y a lo largo de los años noventa fue desapareciendo de Churriana y del resto de la costa. El último reducto permaneció en Salobreña hasta no hace mucho. Aún sueño con la lluvia de pavesas que en la época de recolección aparecía al atardecer, justo con la quema de las cañas, y que tanto molestaba a las madres cuando el viento las esparcía tras haber barrido el patio o haber tendido la ropa.

 

Antes de macharnos, una vez acabado con el té o el café correspondiente nos dimos cuenta que quedaba la mitad de una caña que cortamos a trocitos. Yo estaba repleto pero no me resistí a volver a coger uno de ellos para  paladear la memoria y el azúcar del pasado y despedirme de ese sabor dulzón que me llevó de nuevo a mi infancia. Cañadú, sabor a nostalgia.

LAS MENTIRAS REPETIDAS NO SON VERDADES

 

 Aclaraciones sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones en Andalucía

 

01.05.2017 Beatriz Rubiño  No por mucho repetir una o varias mentiras, éstas se convierten en verdad. Pero en estos tiempos en los que las “armas de distracción masiva”, como decía en fechas recientes Soledad Gallego Díaz en una acertada reflexión, nos llevan a mirar al dedo que apunta a la Luna, y no a la Luna. Es decir, en lugar de centrar nuestra atención en lo que verdaderamente importa, convertimos en objeto central de nuestras preocupaciones, y sobre todo, de nuestras críticas, a asuntos que, en cierto modo, pueden considerarse como “menores”. Y esto es lo que realmente ha pasado con el  debate público sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones en Andalucía, el cual se ha convertido en tema de conversación en comercios, tertulias de jubilados, puertas de colegios, etc. Todo ello, “gracias” a una campaña interesada y manipuladora, pero sobre todo, basada en las verdades a medias, las mentiras descaradas y la desinformación.

 

Mucho que aclarar

 

Y es que, respecto a este Impuesto, hay mucho que decir, pero sobre todo, mucho que aclarar. En primer lugar, se trata de un impuesto de carácter estatal, concretamente de 1987 (Ley 29/1987 de 18 de diciembre), cedido a las Comunidades Autónomas. Se trata, además, de un impuesto social, justo y progresivo, que grava el lucro por haber recibido gratuitamente unos bienes sin haber desempeñado un esfuerzo personal para conseguirlos, y que además, se destina al mantenimiento de los servicios sociales públicos; especialmente, la Sanidad y la Educación. Por todos es bien sabido que el Estado es el responsable de financiar las competencias cedidas a las Comunidades, y lo hace de dos maneras: una, con dinero líquido, vía entregas a cuenta; y dos, cediendo la recaudación de algunos impuestos, como el caso de Sucesiones y Donaciones. Muchos de sus detractores afirman que quién tiene que pagarlo, paga lo que ya tributaron los fallecidos, produciéndose una “doble imposición”. Sin embargo, en sentido estricto, no existe tal, ya que este impuesto grava una transferencia de riqueza que pasa de unas manos a otras, y por lo tanto, el hecho imponible es identificable. Sí podríamos hablar de una doble, tripe, cuádruple imposición, si consideramos que el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) se paga anualmente, y la misma situación se produce con el ITVM (Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica), el Impuesto de Entrada y Salida de Vehículos…y por supuesto, con el IRPF en la nómina de cualquier trabajador, puesto que tanto el empleador como el propio asalariado, pagan una parte de este tributo.

 

Otro de los argumentos que esgrimen quiénes desean suprimir este Impuesto es que resulta anacrónico, y que sólo se paga en algunas Comunidades Autónomas, y por supuesto, en ningún otro país. Decir que el Impuesto de Sucesiones y Donaciones existe en todos los territorios españoles, si bien en algunas regiones está más bonificado que en otros. De hecho, los llamados “herederos indirectos” (Grupos III y IV en la clasificación que hace la Ley, esto es, sobrinos/as, nietos/as, herederos sin parentesco…) pagan igual en cualquier Comunidad Autónoma, ya sea Andalucía y Extremadura, o Madrid y Cantabria. Estas dos últimas regiones, ejemplo paradigmático de la derecha ideológica que aboga por suprimir este tributo, en un burdo intento de confrontación entre territorios que flaco favor le hace a la solidaridad y que fomenta el “dumping” y el éxodo fiscal. Y por otra parte, tampoco es cierto que no exista en otros países, ya que 27 de los 34 más ricos del mundo (datos de la OCDE), mantienen esta figura tributaria. En el Reino Unido existe desde finales del siglo XVII, e igualmente existe en Bélgica, Francia, Portugal e Italia.

 

Andalucía no es, además, la Comunidad donde más se recauda por este impuesto, sino Madrid, que lo tiene bonificado al 99% para los llamados herederos directos, ya que allí se concentran las grandes fortunas y principales empresas domiciliadas fiscalmente. Tampoco es de recibo mantener que en nuestra tierra se producen renuncias de miles y miles de herencias a causa de este tributo. Dichas renuncias están motivadas por multitud de cuestiones, pero no pueden ser achacadas solo a los impuestos, porque entonces no se explicaría que en Madrid se produjeran 4.120 renuncias en 2015. Normalmente, quién hereda renuncia a la herencia cuando el fallecido tiene deudas (hipotecas, deudas con la Seguridad Social, Agencia Tributaria…) y puede hacer peligrar el patrimonio del heredero si acepta la herencia.  Es más, el Consejo General del Notariado aclara que, en 2016, de las 384.633 herencias que se tramitaron en España, 38.791 fueron rechazadas, lo que supone el 10%. Lo que sí parece claro es que desde 2007, con el comienzo de la crisis, el número de renuncias se ha triplicado, pero no sólo en Andalucía, sino a nivel nacional. De igual forma, señalar que los bienes que son objeto de renuncia, no van a parar a la Hacienda de la Comunidad Autónoma, sino a la central, la de Montoro.

 

Tampoco se sostiene la tesis de que miles de personas abandonan nuestra Comunidad Autónoma para no pagar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. El líder del Partido Popular en Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, llegó a sostener que 40.000 andaluces habían abandonado nuestra tierra por este motivo en los últimos años, pero las estadísticas oficiales de migraciones interregionales en España del Instituto Nacional de Estadística (INE) hablan de unos flujos de 12.500 personas desde Andalucía a la Comunidad de Madrid, y de más de 8.000 desde Madrid a Andalucía (datos de 2015). Y los motivos de estas migraciones pueden ser de cualquier índole, especialmente por motivos laborales. Debe tenerse en cuenta que el impuesto se paga según la residencia habitual del fallecido durante al menos 183 días al año, independientemente de dónde se tengan los bienes y vivan los herederos. Está claro que quién traslada su residencia por motivos de eludir la presión fiscal, puede cambiar su residencia para pagar menos, pero es difícil prever la muerte con dos años de antelación, plazo que establece la Ley para determinar la residencia de una persona desde el punto de vista fisca. En este punto, hay que aclarar que la noticia –antigua, además- de que la Junta de Andalucía iba a “bloquear” las cuentas de quiénes pudieran fallecer en un futuro inmediato, no sólo carece de fundamento, sino que raya lo grotesco y lo absurdo.

 

No confundir con…

 

Y seguimos desmontando mentiras y rebatiendo mitos… El Impuesto de Sucesiones y Donaciones suele confundirse con otros, y variados gastos, cuando fallece un familiar, tales como el Impuesto sobre el Incremento de Valor de Bienes de Naturaleza Urbana, conocido vulgarmente como “plusvalía”, y que es de ámbito local, se paga en el Ayuntamiento correspondiente, y cuyo plazo de presentación coincide con el de Sucesiones; gastos de notaría como consecuencia de la realización de la aceptación y adjudicación de la herencia; gastos de registro de la propiedad para la inscripción de los bienes a nombre de los herederos; gastos de gestoría, asesoría, etc. Se dan con frecuencia los casos en los que alguien liquida tanto el Impuesto de Sucesiones como la plusvalía al recibir una herencia, y tiene que pagar el impuesto local, pero no el autonómico, confundiéndose ambos.

 

También suele causar confusiones, y por supuesto, tergiversaciones interesadas, la valoración de los bienes inmuebles para el cálculo de Impuesto de Sucesiones y Donaciones. El valor de los bienes en este caso se estima multiplicando  el valor catastral del bien por un coeficiente regulador, calculado en base a diferentes fuentes de información y estudios de mercado para  que los valores resultantes se adecuen al 75% del valor de mercado. La Orden de 18 de julio de 2016 de la Consejería de Hacienda y Administración Pública recoge dicho coeficiente para cada municipio, e incluye igualmente el año de la última revisión del catastro, lo que suele incidir en dicho coeficiente. La Junta de Andalucía ha sido sensible a la disminución de los valores de los bienes inmuebles, provocada por la crisis, y ha corregido a la baja estos coeficientes. No obstante, la Consejería de Hacienda va a crear un grupo de trabajo con profesionales y técnicos para revisar la nueva orden de coeficientes a aplicar al valor catastral para que tenga el mayor consenso social posible. Pero no podemos perder de vista las declaraciones del presidente del Colegio de Notarios de Andalucía: “en Andalucía, han sido sensibles y ese porcentaje ha bajado en los últimos años”.

 

Expuesto lo anterior, debe aclararse uno de los casos más difundidos a través de Redes Sociales por parte de los detractores del Impuesto: el de María, divorciada con 3 hijos, del municipio granadino de Murtas, que recibe una casa de su padre fallecido con un valor catastral de 68.000 euros y que cobra una exigua pensión de 426 euros mensuales. Se da la circunstancia de que el coeficiente regulador de este pueblo  es de 5’06, “curiosamente”, uno de los más altos de Andalucía, y desde luego, de Granada. Nada se dice de si hay más herederos o si era la vivienda habitual de María, aspectos fundamentales que incidirían en la liquidación final del tributo, o de que el catastro en Murtas no se revise desde 1996. Se habla de sus circunstancias personales, ésas que nos tocan a todo el corazón porque nos parece incomprensible que la Hacienda de la Junta sea tan insensible ante un caso así, y más incomprensible aún, que un inmueble de 68.000 euros de valor catastral acabe siendo valorado en 344.080 euros al aplicar el altísimo coeficiente regulador. Este caso fue expuesto por un diputado autonómico del Partido Popular en el Parlamento andaluz, pero fue totalmente desmontado por el parlamentario del Grupo Parlamentario Socialista encargado de la réplica, quién con datos oficiales de Hacienda en la mano, demostró que el valor medio de los inmuebles en Murtas es de unos 10.000 euros, y que los únicos edificios en todo el municipio que tienen un valor superior a esta cifra son el de la Guardia Civil y el Ayuntamiento, por lo que, o María ha heredado uno (o ambos) inmuebles, es un caso totalmente irreal, y probablemente, inventado.

 

¿Quiénes lo pagan? Reformas del Impuesto en Andalucía

 

El Impuesto de Sucesiones y Donaciones ha experimentado dos reformas en el último año en nuestra Comunidad Autónoma: una, en agosto de 2016, y otra, el 1 de enero de 2017. Ambas, gracias a un acuerdo entre el Grupo Parlamentario Socialista con el Grupo Parlamentario de Ciudadanos tras la creación de un grupo de trabajo específico. Y también en ambos casos, con el voto en contra del Partido Popular, partidario de su supresión –a sabiendas de que sólo puede retirarlo el Gobierno central-, y Podemos e IU, quiénes no deseaban esta reforma, puesto que sus postulados ideológicos les hacen ser favorables a este tributo, como corrector de los privilegios de cuna y por su efecto redistribuidor de la riqueza. Desde comienzos del presente año, los parientes directos que en Andalucía heredan hasta 250.000 euros, no tienen que pagar nada por Sucesiones, si bien en otras Comunidades como Madrid, pagan un 1%. Los herederos con un vínculo más lejano la tributación es prácticamente igual en todas las Comunidades Autónomas; es el caso de la abuela asturiana Clavelina, que hizo su “tourné televisiva” contando que había recibido de su hermano una herencia de 300.000 euros, y que debía pagar 80.000 tras liquidar el Impuesto de Sucesiones, cantidad de la que no disponía. Pero lo que no contó es que su hermano era residente en Venezuela, y en tal caso, se le aplica directamente la legislación estatal, sin bonificaciones, y además, lo recaudado no va a parar a la Hacienda del Principado de Asturias, sino directamente a la central.

 

En Andalucía, también se aplican deducciones del 99% por vivienda habitual en parientes no directos (tío a sobrino) o entre hermanos cuando tienen más de 65 años, mientras que en Madrid solo llega al 95%. Otra de las modificaciones introducidas en el tributo ha sido la corrección del denominado “error de salto”; en concreto, para herencias de entre 250.000 y 350.000 euros, a las que se les introduce una reducción de 200.000 euros. En 2016 se produjeron en Andalucía 255.009 autoliquidaciones por el Impuesto de Sucesiones, de las que solo tuvieron que ingresar 19.136; es decir, el 7,5% del total, de modo que 235.873 herederos no pagaron nada. Además, de los que sí tuvieron que abonar, únicamente 5.426 eran descendientes directos del fallecido; el resto eran herederos indirectos, y recordemos que estos pagan lo mismo en cualquier territorio español.  Por otra parte, se ha bonificado al 99% la transmisión de explotaciones agrarias y se ha bonificado prácticamente en su totalidad la vivienda individual independientemente de su valor. En el primer caso, para favorecer el relevo generacional en el campo andaluz, con la novedad de que antes era obligatorio que la actividad se desarrollase de forma habitual, personas y directa, mientras que actualmente, la reducción se aplica aun cuando esta actividad no constituyera la principal fuente de renta del fallecido. Igualmente, la bonificación se aplicará igualmente a los asalariados sin parentesco alguno, con al menos 5 años de vinculación a la explicación.

 

En definitiva, la diferencia con otros territorios está acotada a los casos de parientes directos que superan los 250.000 euros por herencia individual y que no pueden aplicarse otras bonificaciones, como la de vivienda habitual, o transmisión de un negocio familiar. Son aproximadamente 2.600 personas, para los que el Gobierno andaluz ha solicitado la armonización del impuesto de Sucesiones. Porque, no lo olvidemos, se trata de un Impuesto estatal cedido a las Comunidades Autónomas, quiénes no puede eliminarlo: ésta solo corresponde al Estado, quién tendría que compensar la pérdida de recaudación a las regiones, como pasó con el impuesto sobre los Depósitos Bancarios. Podremos discutir si este impuesto estatal es justo o no: ése es un juicio de valor, y cada uno tendrá sus razones, pero lo que no podemos es cuestionar la dimensión del impuesto de Andalucía y el debate a nivel estatal que es preciso afrontar.

 

Parece claro es que la campaña de desinformación sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones ha calado hondo en las clases medias, fruto de una pérdida de conciencia como clase trabajadora, a pesar del aumento de los desequilibrios económicos, de la precariedad, de la miseria laboral, y del empobrecimiento de los más desfavorecidos. Se nos imponen unas condiciones de vida que fomentan la degradación de los sentimientos de solidaridad y unidad, imprescindibles entre la clase trabajadora, y se sustituyen por el individualismo y la falta de solidaridad, fundamentales en el mantenimiento del Estado del Bienestar vía impuestos.  Pero ésta es otra cuestión, y en el caso que nos ocupa, la Junta de Andalucía ha desplegado un completo paquete de medidas de transparencia y refuerzo de todos los canales de información y asesoramiento sobre el Impuesto de Sucesiones. Para ello se revisarán todos los contenidos de las páginas webs con información tributaria para que sea más accesible, se editará una guía sobre el Impuesto de Sucesiones y se reforzarán los servicios de atención ciudadana a través del teléfono, correo electrónico y cita previa de la Agencia Tributaria de Andalucía. Asimismo, desde el pasado 13 de marzo está en marcha marcha una campaña de comunicación en torno al Impuesto de Sucesiones que incluye la puesta en marcha de un simulador on-line para el cálculo del tributo: www.simuladorimpuestosucesiones.es.

 

EL CALOR DE LOS SUEÑOS EN UNA CIUDAD VIVA

 

27.04.2017 Rafael Guardiola Un singular hormiguero humano se apoderó la tarde-noche de ayer,  viernes 21 de abril, de “La Térmica”, el centro de creación y producción cultural contemporánea de Málaga, institución que se ha convertido en un referente por derecho propio de la vida ciudadana. “La Noche de los Libros” rindió un homenaje al mundo gestado en el vientre de la escritura, aunque sólo sea para llevarle la contra a los artífices del terror, el odio y el resentimiento, dentro y fuera de la estructura de los estados de las sociedades industriales avanzadas. La narrativa, la música, la poesía, el ensayo, el teatro,  la literatura infantil y las artes plásticas se dieron de la mano para subrayar un hecho incuestionable: la gozosa presencia y protagonismo de los hijos de la imprenta en el siglo XXI. Les confieso que el hormiguero humano que, en ocasiones, podía aturdir al visitante y que me recordó vivamente a las aglomeraciones de los transportes públicos de Madrid, la ciudad en la que nací hace tantos años que ni me acuerdo, en plena hora punta, no me resultaba alienante. Me traía a la memoria aquellas huérfanas tardes de domingo en las que gozaba fundiéndome con el lento movimiento de la masa en las aceras de la Gran Vía madrileña, a la salida de las sesiones numeradas de los cines en el siglo pasado, con objeto de paliar los efectos negativos de la soledad–a veces involuntaria, a veces deliberada- o un exceso de vida reflexiva. Es éste un buen ejercicio para subrayar la propia identidad y calmar la llamada de la sociabilidad, buscando sonrisas a cada paso, miradas cómplices, lágrimas perdidas en el asfalto, los signos de la preocupación y la pobreza material o de espíritu. Los sentidos se aturden pero, en ocasiones, quedan anestesiados por la belleza de lo humano, en la que tiene también un lugar reservado el sudor y el almizcle, el ruido y el vértigo de la velocidad, y hasta el calor de los sueños.

 

Las colas generosas que nos consumen de ordinario no parecían ayer un oneroso obstáculo para los espíritus libres. A mis espaldas, ciudadanos sedientos del dulce alimento de las ideas dialogaban sobre libros, sobre la codificación del ruido que es la música, sobre películas, sobre los elementos arquitectónicos y decorativos sincréticos del antiguo orfanato que nos había abierto sus puertas. La ciudad estaba viva y yo podría escuchar sus latidos con fuerza. Se me antojaba que el hormiguero hacía así acopio de alimento para el invierno, para la noche en la que todos los gatos son pardos y en la que reina la estupidez supina de nuestros emperadores del momento, de Trump, Putin, Xi Jinping y tantos otros, estulticia que amenaza con relegar a los museos las conquistas de la democracia de mis amados griegos. Porque, como comentaba el economista Juan Torres en las redes sociales, tras el lanzamiento de la mayor bomba no nuclear en tierras afganas: “cuesta trabajo creer que mañana puede empezar la III Guerra Mundial y todo siga transcurriendo como si nada. Siento más tristeza que miedo”. Gracias a los libros y a la lenta procesión del hormiguero humano, también había tiempo para la alegría y los placeres de los sentidos, la imaginación y el entendimiento.

 

El italiano Nuccio Ordine, con su imagen elegante e imponente, profesor de prestigiosas universidades y experto en el pensamiento del Renacimiento, clamó por la “utilidad de lo inútil”, oxímoron que sirve de título a su conocido libro publicado en España el 2013. Sus reflexiones sintonizan con otras manifestaciones, como las de la filósofa norteamericana Martha Nussbaum en su celebrada obra Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades, publicado tres años antes, obra de la que he hablado en este medio en otra ocasión. Para Nuccio Ordine los planes educativos actuales de muchos países occidentales han expulsado o dejado de financiar a un destacado conjunto de saberes humanísticos y científicos –o han tenido la tentación de hacerlo-, por considerarlos “inútiles”. Muy al contrario, se trata de saberes imprescindibles y el criterio utilitarista no genera la universalidad y necesidad del imperativo categórico kantiano, sino que colabora con la barbarie y la perversión de la egoísta aspiración al beneficio que impone su imperio en los tiempos presentes. ¿Y si las preguntas fueran más importantes que las respuestas? El utilitarismo que destilan formas de pensamiento tan influyentes en el mundo anglosajón de nuestros días, como el pragmatismo americano, contempla la racionalidad con los ojos del modelo matemático, con el firme propósito de abordar la solución de problemas. Aunque se sustituya esta actitud, esta perspectiva epistemológica dominante por la consecución de “objetivos” –eliminando los vestigios pesimistas de la palabra “problema”-, el pensamiento en boga encuentra su expresión arquetípica en los libros de autoayuda, libros que nos lo dan todo hecho (y de paso, nos recuerdan las cosas que hacemos “rematadamente mal”).

 

La filosofía, tal y como yo la entiendo, tiene poco que ver con este recetario pseudocientífico y moralista que se ha apoderado de los cerebros bienpensantes y amenaza con convertirse en “la voz de su amo”. Pues, como afirma el filósofo francés Michel Onfray, el autor del polémico Tratado de ateología (2005), en una entrevista reciente, “devolver la filosofía a la calle no es hacer la calle”. Comparto el tono hedonista y libertario de Onfray, y su decisión a la hora de elevar la consideración de la filosofía como un saber “de altura” y, al mismo tiempo, más pendiente de la claridad y la simplicidad que de la sacralización idealista de los conceptos. Griegos y romanos consideraban la filosofía como un saber popular, dado que se trata de “saber vivir”, del arte que nos pone en el camino de aprender a vivir bien. Siguiendo el planteamiento del filósofo y gran humanista Pierre Hadot, Onfray nos recuerda el cambio de timón que perpetraron el Cristianismo y “los buscadores de tres pies al gato”, cuando la filosofía se convirtió en “un asunto de curas encerrados en sus gabinetes, de técnicos anclados a sus escritorios, de profesores intoxicados por sus bibliotecas”, es decir, en una cuestión de “teoría”, de vanas y altivas especulaciones, paridas como dibujos en el aire. Pensar y vivir el pensamiento, esa es la alternativa. Y tal vez, como postulaba Platón, que el gobernante fuera el filósofo o, sin ser tan exigentes, “que los gobernantes supieran más filosofía”, como afirma en una entrevista publicada en el ABC de Sevilla el pasado día 16 de abril el filósofo sevillanoJosé Barrientos y poner en cuarentena la actividad de muchos practicantes del coaching y la autoayuda. Barrientos y Onfray simpatizan con la Práctica Filosófica, con una filosofía que ayuda a grupos o personas particulares a profundizar en aspectos importantes de su vida. “La filosofía práctica –afirma el profesor Barrientos-no pretende curar a nadie ni solucionar su vida, sino que la vida de la persona tenga más peso.

 

                Aquí es donde entra en juego “mi vida en el arte”, parafraseando el título de un libro del genial actor, director escénico y pedagogo teatral ruso Konstantín Stanislavski, (1863-1938), un texto que me influyó poderosamente en la adolescencia, cuando el teatro comenzaba a ser una de mis grandes pasiones. Seguramente, el hecho de que mis padres fueran músicos hizo que pronto simpatizase con las tesis del filósofo alemán Herbert Marcuse acerca del valor emancipatorio del arte. La creatividad artística nos libera de la servidumbre y la opresión del mundo de la razón unidimensional, de los imperativos hipotéticos, de la “acción instrumental” que hace las delicias del pragmatismo triunfante. Este es también el hilo argumental, aunque en clave terapéutica, como “método salvífico” para enfrentarse a la enfermedad mental provocada por traumas severos de la infancia, como es el caso de la violación, que esgrimió el pianista y escritor James Rhodes (Londres, 1975), en su intervención en “La Noche de los Libros”, en diálogo con la periodista y escritora Silvia Grijalba. El autor de Instrumental. Memorias de música, medicina y locura–libro del que ha vendido más de 75.000 ejemplares- alcanzó gran notoriedad en España al ser entrevistado en diciembre de 2016 por Jordi Évole en el programa “Salvados”, y sus reflexiones despertaron mi curiosidad gracias a los comentarios de mi amiga Isabel García y de su hija Alba. Hoy he sido plenamente consciente de que gracias a la música, James Rhodes, mi padre –que nació, como Kant, un 22 de abril-, y yo mismo, logramos la tan ansiada “atención plena”                que persiguen los practicantes de ese trasunto occidental de la meditación del budismo tibetano que se conoce como “Mindfulness”. Con la vida en la música es fácil dejar de pensar, romper hábitos automatizados y apartar de nosotros–aunque sea sólo momentáneamente- los efectos perniciosos de las emociones negativas, de ese torrente de sentimientos que nos esclavizan o nos restan autonomía. James Rhodes está convencido de que no hay mejor remedio para la locura que la locura del arte, sobre todo si se trata de las obras para piano de Beethoven, Bach o Chopin. Y no creo que piense que haya que tatuarse en el brazo el nombre del genial Sergéi Rachmaninov en alfabeto cirílico necesariamente para alcanzar la mayoría de edad en materia filosófica. ¡Sapere aude!

LA MEMORIA DE LOS PECES

 

21.03.2017 Pepe Cabrera En cuatro de los cinco continentes hay muros, vallas y cercas en las fronteras. Se esgrimen razones concluyentes para ponerlos en marcha, pero solo hay una razón de peso para hacerlo: impedir que los pobres, los refugiados, los machacados por la guerra y el hambre puedan llegar a un mundo mejor. Es cierto que es imposible acoger a todos los que sufren por lo que el pragmatismo aconseja su construcción, pero algo falla cuando hay una parte del mundo que necesita jugarse la vida para intentar tener un futuro digno. Sin solucionar ese problema, cada vez habrá más muros y más personas intentando superarlos jugándose la vida.Demos un paseo:

 

En Australia no existen, que para eso está el mar. En Asia si lo hay, con campo de minas incluido, para dividir la Corea capitalista de la comunista, o entre la India y Pakistán, que practican una enemistad íntima de hace décadas: sijs hindúes a un lado, musulmanes del otro. En África también tienen en el Sahara occidental —que fue español— con Marruecos. En Europa, para que no entren los refugiados sirios han levantado vallas: Grecia, Hungría y Eslovenia; allí las cuchillas son como las nuestras deMelilla.

 

El muro de Estados Unidos con México lo empezó a levantar Bill Clinton, aunque no lo aparentase porque tocaba el saxo y parecía gracioso y dicharachero —lástima que no haya sido primera dama—.Su muro anda por unos miles de kilómetros de largo y ya se sabe que Trump quiere ampliarlo y endosarles el costo a sus vecinos “manitos”. Obama –premio nobel de la paz—también hizo sus pinitos de constructor y ni siquiera pudo derribar los de Guantanamo. Que no se lleve el recién elegido presidenteel mérito en exclusiva.

 

Los muros suelen servir para cerrar el paso de inmigrantes ilegales; pero también para proteger posesiones en territorios disputados o colonizados. Es el caso del muro que mantiene Israel en Cisjordania y en Gaza. Estos “aíslan” a losjudíos de los palestinos, a los que las vallas les corta la tierra, el agua y la vida y han creado “reservas” para que estos últimos vean pasar el porvenir y se pregunten, tras las alambradas, si el terreno que pisan podrán perderlo también algún día.

 

Lo que sucede es que por muy altos que sean los muros y vallas siempre habrá alguien que los pueda superar, por alto o por bajo, ya sean con escaleras o con túneles. En México ha pasado.El “narco” los ha rebasado para entrar la “meta”, la “coca” y la “maria” con las que se carcajeanalgunos votantes de Clinton, Bush...

Aunque peor que las risas es la inacciónde algunos de los dirigentes políticos de Frontex, la Agencia Europea de las Fronteras.Por desgracia y mientras sigamos creyendo que se ahogan inmigrantes, no personas —nos deshumanizamos a marchas forzadas—;las pérdidas de vidas en este“mar nuestro de cada día” seguirán sucediendo,y entretanto,los europeos —sociedad civilizada, así nos definen—siempre contaremos con la inestimable ayuda de lafrágil memoria de los peces.

 

 

 

 

UNA MAÑANA ESTUPENDA

 

20.03.2017  Antonio Villalba Moreno El despertador no sonó, así que cuando los primeros rayos de luz atravesaron mi persiana reflejándose en mi dormido rostro salté de la cama buscando mi ropa apresuradamente. No quise desayunar sabiendo lo que ello implica, a saber: me cuesta concentrarme si antes no he tomado un café bien cargadito, cosa que hago cada mañana sin falta.

 

Me metí en mi coche y cuál fue mi sorpresa que al intentar arrancar la llave no hizo contacto: me quedé sin batería. Maldije en arameo  durante un buen rato ¿alguien sabe esa lengua? Pensé en llamar a un compañero que vive cerca de casa pero viendo la hora que era sabía que el tal susodicho estaba en la oficina comentando el partido de la noche anterior.

 

El coche de mi mujer fue el sacrificado, le dejé una nota y lo cogí alegando males mayores y asegurando que me llegaría a comprar una batería sin falta. Al salir del garaje poco faltó para atropellar a una anciana a la que no vi porque estaba familiarizándome con el vehículo que no acostumbro a conducir.

 

A los pocos minutos el tiempo cambió. Había amanecido con sol pero unas nubes no muy halagüeñas estaban apoderándose del cielo y ocurrió lo que habían previsto los sabelotodos de mi oficina: comenzó a llover. Me encanta la lluvia. No me gustan los atascos. Ambas premisas son incompatibles, sobre todo un día laboral y en hora punta, así que se formó una buena, me vi inmerso en un monumental embotellamiento. El móvil me lo había dejado en mi casa y la radio del coche de mi mujer no funcionaba. Los nervios a flor de piel y allí en medio de ese maremágnum me fui abandonando a otro tiempo lejano, cuando era pequeño, cuando en el pueblo apenas había coches. Allí estaba, otra vez en mi calle, con mi hermano, con mis amigos.

 

Formábamos los equipos en cuanto el último coche había salido y la calle se quedaba despejada, entonces teníamos un buen rato para jugar. Dos piedras y dos chaquetones bien doblados hacían las veces de porterías. El balón estaba recién estrenado, los jugadores preparados y el partido a punto de empezar. Al cabo de una media hora alguna madre lo interrumpía para enviar a uno de sus hijos por algún “mandao” a una de las tiendas cercanas. La mía, tan prudente como siempre, y, en vistas a la mirada que le echaba, procuraba que el partido estuviera finalizado o incluso se acercaba ella a comprar los pimientos, las cebollas o la barra de pan de turno.

 

Si no había partido me importaba menos ir a cualquier tienda con mi talega bajo el brazo a pesar de que luego tuviera que esperar una cola que en lugar de menguar, crecía. Esto era así simplemente porque las vecinas aprovechaban la presencia de un niño tímido para colarse descaradamente y como yo no era capaz de protestar,  esperaba a que alguna santa mujer tuviera la delicadeza de reparar en mí “Pero Pepe, despacha al niño que lleva aquí media hora”.

 

"Por favor, señor, circule" Un policía local me gritó esas palabras, con aire chulesco. Yo volví a la realidad desde un pasado lejano con la firme intención de recuperar esos momentos infantiles con más asiduidad. Llegué a la oficina una hora tarde. Mis compañeros, con algo de sorna, me preguntaron "¿qué  tal el día?", yo respondí a todos con una sonrisa de oreja a oreja:

 

— Está siendo una mañana estupenda.

 

PIENSE USTED LO QUE QUIERA PERO PIENSELO

 

19.03.2017 Rafael Guardiola Atrás quedó el  veintitrés de febrero, una de las fechas clave en la trepanación del cráneo del sistema democrático español sin fines terapéuticos. No obstante, la fecha me permitió celebrar con los melómanos de pro, por todo lo alto, con orgullo y satisfacción, el nacimiento de George FridericHändel, ese gigante del barroco que aspiraba, con su música solemne, alegre y galante, a ir más allá del mero entretenimiento del receptor, pues pretendía hacernos mejores, provocar una transformación en nuestra manera de leer el mapa de la existencia en este mundo cruel. Es ésta también una de las viejas aspiraciones de la filosofía, entendida como modo de vida y no sólo como juego académico altamente intelectualizado.

 

                El joven profesor malagueño Sebastián Gámez Millán nos ha hecho un precioso regalo con su último libro titulado 100 filósofos y pensadores españoles y latinoamericanos, publicado recientemente con sumo esmero por la editorial IlusBooks. Este “pequeño tesoro” como lo calificó el profesor de la Universidad de Málaga Enrique Baena, es un auténtico filón para quien, como yo, goza con el singular acto de la escritura. Y es que, como afirma el profesor Gámez, la escritura es un medio idóneo para articular y explicitar el pensamiento, así como para el reconocimiento y la exploración cognitiva. El libro de mi amigo Sebastián me ha facilitado sobremanera mis investigaciones y exploraciones (especialmente las que hago en mi maltrecho cerebro, casi tan trepanado como el poder judicial, a la vista de las últimas sentencias). Haciendo uso y abuso de las citas centrales que aparecen en cada una de las certeras entradas de esta pequeña enciclopedia del pensamiento hispánico, me dispongo a perpetrar un delito académico con tintes satánicos apropiándome de las ideas de otros para intentar mover a la reflexión a la ciudadanía sobre cosas harto enjundiosas. Seré su escriba y, en el mejor de los casos, un mensajero de los placeres del entendimiento. Dejo a ustedes la labor de extraer las consecuencias de mi collage “dadaísta” e indagar sobre la vida y milagros de los autores violentados por mi procaz verbo.

 

                El filósofo Fernando Savaternos anima a iniciar y continuar esta reflexión: “Piense usted lo que quiera, pero piénselo”, teniendo en cuenta que “filosófico es el preguntar, y poético el hallazgo” (María Zambrano). Pues “el hombre viene al mundo y no sabe por qué “(IbnGabirol) y “la inmortalidad dura mientras uno está vivo” (Manuel Alcántara). No obstante, conviene tener en cuenta que “vivimos dramáticamente -escribe Santayana- en un mundo que no es dramático. Tal vez sea así porque “se nos enseña a muchas cosas, menos a pensar y a vivir” (Giner de los Ríos).  Y a pesar de lo que se suele pensar habitualmente, “la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” (Gabriel García Márquez).

 

“La duda es uno de los nombres de la inteligencia”, escribe Jorge Luis Borges, el punto de partida inevitable, según San Agustín y Descartes, para que levante el vuelo la reflexión racional y el antídoto adecuado para el dogmatismo más pacato. No es de extrañar que el cordobés Maimónides nos haga la siguiente recomendación, para aplacar a nuestro ego: “enseña a tu lengua a decir “No se””.El hecho de reconocer, con Sócrates, que “sólo sabemos que no sabemos nada” y que “la verdadera ciencia enseña a dudar y a ser ignorante” (Unamuno), nos permite valorar la filosofía como aquel conocimiento que “configura y modela el espíritu, ordena la vida, rige las acciones” (Séneca). Y es preciso protegerse, con el sólido escudo de la racionalidad, porque “el corazón del hombre necesita creer en algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer” (Larra). En el siglo XVIII, por ejemplo, se hablaba de la conspiración de los clérigos y muchos pensaban que su sistema de creencias formaba parte de una mentira deliberada fabricada por los que ostentaban el poder y pugnaban por mantenerse perpetuamente en él. Algo muy diferente pensaba sobre la religión el ilustre Ibn Arabí: “mi religión es el amor”. Y hablando de amores, no conviene desdeñar la visión, algo más mundana y racional, del poeta Antonio Machado: “el amor a la verdad es el más noble de todos los amores”, nos dice, aunque conviene corregir sus excesos por cuestiones de salud. Por este motivo, y siguiendo al filósofo José Gaos, se podría afirmar que “si nos dirigiese siempre puramente la razón, la vida sería apacible, pero melancólica”.

 

Como a Santiago Ramón y Cajal, “me devora la sed insaciable de libertad y de emociones novísimas”, pero pienso que “estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás” (Fray Luis de León). Por todo ello, y tras este recorrido textual, me reconozco en una ¿difícil? síntesis de libertad y emociones: “conócete en mí”, afirma Santa Teresa de Jesús, por un lado; y  proclama Manuel Azaña con firmeza: “la libertad no hace felices a los hombres, los hace sencillamente hombres”. Toda una invitación a pensar, a disfrutar de las voces autorizadas del pasado y del presente de la cultura hispánica sin resabios casticistas, y a pasar del “yo” al “nosotros”, manteniendo viva la memoria frente a los dictados de la “sociedad líquida” y la inquietante rebelión de las máquinas por la que suspiran tantos. Piensen ustedes lo que quieran, pero piénsenlo.

               

                

OPERACIÓN CATALUÑA

 

19.03.2017  Joaquín Ramírez La pretendida y cada día más remota secesión catalana de los “Junts pel si” ha entrado definitivamente en otra fase. La calma constitucional de Rajoy, su gobierno, la oposición responsable y el funcionamiento de las instituciones del Estado, están dejando sin aliento a este grupo de dirigentes realmente imaginativo y, hasta aquí, pletórico de recursos estratégicos de todo orden. El referéndum de la marmota -del referéndum al referéndum-, desautorizado ya expresamente por el Tribunal Constitucional, ha sido varado. Hay que buscar dónde asirse con urgencia. Por ello, los Mas, Rufián, Vidal, Tardá y demás compañeros “mártires”, parecen haber pactado la idea de referirse a una conspiración del estado con visos hasta de violencia. Le han llamado “operación Cataluña”… Hay que identificar al enemigo y adjudicarle conductas, planes e intenciones, para conseguir adeptos y militantes indignados activos, aunque todo sea mentira. Nada importa, si es por una “buena causa”. La desafección por la independencia comienza a hacer mella en quienes están empezando a perder, el drama se acerca a su desenlace, porque el tiempo, las razones y las falsas explicaciones, se acaban.

 

Operación Cataluña no es sólo el fallido invento de los que buscan armas de destrucción secesionista masiva entre los escaños, las comisarías y las plazas, puede ser la denominación de un momento nacional que finaliza y a todos y en todo el territorio patrio nos ha rodeado. Por ejemplo, en medio del rabioso Brexit, Gibraltar se conmueve ante un futuro desconocido. Los llanitos identifican su “patriotismo” también con su alto nivel de vida. Son señores del Campo de Gibraltar, entran y salen a su antojo como el resto de españoles, pero con mando privativo en la roca.

 

Mimetizarse con los territorios que le circundan sería muy pernicioso económicamente para los británicos de la provincia de Cádiz. Nadie quiere renunciar a sus privilegios, y más si éstos son norma en los últimos cien años.

 

Operación Cataluña es también el fin de una época que marca la sentencia del llamado “Caso Nóos”. En ella, la prevención judicial está claro que se excedió, directamente influenciada por la defraudada presión ciudadana, sentando en el banquillo a muchos más de los que pudieran merecerlo.Incluso la expectativa penal de los encausados fue mucho más allá de lo que la lógica y la proporción demandaban. Las aguas vuelven a su cauce para que cada cual haga frente a su futuro, unos preparándose para penar y otros restañando sus heridas y volviendo a la normalidad de sus vidas. Sorprende, eso sí, la española capacidad para tildar de blandas las condenas ajenas, desde luego, nunca nadie se pone en el lugar de nadie, y en nuestro país menos que en ningún sitio.

 

En esta operación realmente compleja, a un lado del camino, queda el empeño –también sintomático- de juzgar al presidente de Murcia por una acción no llevada a cabo nunca. Pero para la que, entiende el instructor, hubo reuniones preparatorias e indicios racionales de una presuntamente favorable posición psicológica. Hay muchas preguntas. ¿Llegó a proponerse mentalmente Pedro Antonio Sánchez encargar un contrato a una determinada empresa para pagar con fondos públicos la limpieza y el buen posicionamiento de la Consejería de Educación siendo su calculada intención favorecer su curriculum y su perfil en las redes sociales? ¿Quiso Pedro Antonio Sánchez, en la intimidad de sus pensamientos, tomar la decisión de contratar a la citada con esta premisa ilegítima? ¿Fue muy intensa la decisión mental? ¿En qué graduación del 1 al 10? ¿Llegó a pensarlo con fuerza? ¿Lo tuvo en su cabeza muchos días? ¿Cuántos?... No existen grabaciones de los pensamientos, tampoco testigos, un pensamiento, si lo es, no se puede decir que sea un intento.

 

Tampoco podría probarse. Y, si efectivamente alguien piensa en hacer lo que en derecho se prohíbe, ¿es reprochable jurídicamente aunque nunca se lleve a cabo? ¿Se puede juzgar la intención de lo no producido ni intentado producir?

 

Es la “Operación Cataluña”, el santo y seña de unos años en los que vivimos peligrosamente una espectacular crisis económica fuertemente salpicada por vergonzosos episodios de corrupción con la psicosis generalizada de mucho más y con el fuego de todas las dudas aventado por crédulos, capciosos, inocentes, conspiradores e inventores. Hubo lo que hubo y toca a su fin. Operación Cataluña es un buen título, pero nunca existió.

YA PAGARA EL INGLES LA COPA QUE SA BEBIO

 

13.02.2017  Luis Carlos Rejón  Cuando ya había puesto (o mejor dicho ponio) el titulo al artículo sobre un decire que ya había escuchado varias veces, de la rica cultura popular de transmisión oral del pueblo de Doña Mencía (de Doña Mencia López de Haro), la innominada Villa Bermeja de “Juanita La Larga” de Juan Valera, se abrió una profunda discusión entre los entendios locales acerca de si realmente lo que dijeron en la barra de tal o cual taberna, en los grupos de la plaza o en el tajo de la aceituna era “ya pagará el inglés las copas que sa bebio” o “ya pagará el inglés el vino que sa bebio”. Entendiendo que el objetivo del título era mostrar la expresión “el que regala bien vende, si el que recibe bien entiende”, en la versión de estos pagos cercanos, estuvime callao (es un decir) y no entré es discusión. Sea.

Todo viene a la leyenda popular de un inglés que fue al patrimonio por el matrimonio, casándose con una rica heredera de estos lares, y que taberneaba por Villa Bermeja en busca de buen vino, al que se había acostumbrado, siendo generalmente invitado por los parroquianos en su mayoría jornaleros. Cierto día el secretario del Ayuntamiento de la villa recriminó el gesto en la barra de una taberna, como acto servicial. La respuesta popular no tardó en saltar de los labios. De ahí el título en cualesquiera de sus versiones.

En la política española actual, hay muchos partidos y organizaciones, cuyos ingleses (a simbólica manera), han sido invitados a miles, millones de copas de vino (asimismo a simbólica manera) en forma de voto, por equivalente ciudadanía a la espera de que les devuelvan la invitación en las urnas en trabajos, casas, servicios públicos y profundización democrática. Sin excluir a ninguno, solo introduzco la variante de cuanto de voto de calidad y cuanto de voto de caridad. Me importa un bledo (dicho de forma atrevida, porque si me importa) las exigencia al PP. PSOE, Cs y grupos nacionalistas, ALLÁ SE REPARTAN SU TARTA. Si me importa, a forma, manera y cuantía, como devuelven la invitación millonaria de su electorado, la formación de PODEMOS, por ser a la que he votado cuantas veces se ha presentado y la única que mantienen a un sector amplio en un estado de esperanza en que las cosas cambien en este puñetero país.

 

Es pues conveniente, que echando su ratito de charla tabernera, salgan al trabajo en todos los frentes, a fin de devolver la invitación que tan generosamente han venido recibiendo. Ni está Podemos, ni está el país, para fuegos de artificio. Ya tiene bastante carne en el asador esta organización con el lógico debate interno de caras a procesos asamblearios varios, para unir a la simplificación de “lucha por el poder” que le hacen desde el resto de fuerzas y medios de comunicación, como si tras la lucha de ideas no hubiera una lucha por el poder, con el fin de aplicarlas, siendo garantes tales o cuales personas, para que se metan además en una enfangada guerra de trincheras llenas de agua, fango, alambres de espino, campos minados y otras variedades, para que encima entren al fuego cruzado de francotiradores a la búsqueda de su minuto de gloria.

 

He vivido todos los modelos y variedades de guerras, conozco sus diseños estratégicos y sus jugadas tácticas, nada más peligroso y dañino que la aparición de “los tontos y tontas”, abriendo nuevos frentes o tocando los cojones u ovarios en zonas aparentemente pacificadas. Defensor hasta la saciedad de la libertad de expresión, si exijo al menos unos niveles de conocimiento y experiencia antes de meterse en campo sembrao.

 

No se puede obusear de un lado al otro y del otro al uno, con la descalificación de que el otro solo quiere ser algo así como el PSOE, cual si fuera fácil acumular decenios de “partido corrupto y corruptor” (políticamente hablando), en el paso de una Vistalegre a otra Vistalegre. Recomiendo paseo por las hemerotecas.

 

No se debe despertar de la modorra a dirigentes desmemoriados sobre la heroica historia de los hombres y mujeres de su partido. El otro día uno de los elitosamente tontos, dijo que la propuesta de Errejón le recordaba a IU 02 o 2.0, me da igual, ya hubiera querido él aprender de la IU-CA política y organizativamente, mientras que ahora pactan en su corriente con lo mas pútrido de IU, salvadores de su culo y del PSOE, y ahora alentando entregadamente a la denominada ala radical de Podemos.

 

Yo que estuve desgraciadamente en la reunión con Pablo Iglesias y otros sobre la convergencia con IU, me atrevo a hacer una propuesta podadora, buscar como oro en paño a los militantes y cuadros medios de IU-CA, pero mandar al carajo a la mayoría del Consejo Andaluz y los ocho consejos provinciales, son gente traidora y de escaso fiar….de sus filas salió el no votar a Unidos Podemos. A ver si sus enteráis.

Discutir (que no es malo), de política, de programa (que no tenéis y se os nota) y de organización abierta y horizontal. Y olvidar planificar vuestras relaciones con el PSOE. Como escribía Julio Cesar, “cuando lleguemos al rio cruzaremos el puente”. Lo otro no pasa de pajas mentales.

 

Zico y Paca, mis perros, vienen a reclamarme los fallidos de sus listas de regalos pa los reyes magos. Paso de la pelea que tienen montada entre ellos sobre la propiedad del pulpo pitón y la rata pitona. Total son de Paca y Zico se conforme con las pelotas de tenis. Veo venir a Paca con la sonrisa burlona. “Oye que ella se ha olvidao de la colonia Lavanda. No será por falta de directas e indirectas. Si te enfadas y no te echo colonia Lavanda, te sube la tensión Tú verás. Me das pena, así que te prestaré unos leuritos”. Las quiero. Y a Zico también.

NOCHES DE FUTBOL

 

12.02.2017 Antonio Villalba De niño, en las noches veraniegas, me fascinaba encender la radio enorme que teníamos en la cocina. Recuerdo un torneo veraniego, creo que era el Carranza. Mis padres ya se habían acostado, mis hermanos veían la tele y yo, pegando el oído al gran mamotreto, buscaba un dial donde poder seguir el partido del Athletic. Lo conseguí a duras penas. Justo en el momento en que Dani, aquel pequeño extremo que lanzaba los penaltis con paradinha, marcaba un gol.

 

Escuchaba la información a través de un comentarista apasionado, imaginándome las jugadas de mis héroes: Rojo, Guisasola o Madariaga, luchando contra los contrarios. No sé si esa noche que ahora recuerdo, el Bilbao, como decíamos entonces, jugaba contra un conjunto brasileño o era contra uno de los equipos de Madrid.

 

Yo abandoné la narración del partido con empate a uno, cuando la voz de mi padre sonó en el dormitorio, seca y autoritaria, ordenando que nos acostáramos, que tenía que levantarse temprano al día siguiente y no lo dejábamos descansar. Tuve que obedecer de inmediato, al igual que mis hermanos, que apagaron el televisor.

 

Ya, en nuestro dormitorio, narraba a José Carlos el partido que estaba imaginando. Mientras él atendía a mis palabras con la boca abierta y las cejas enarcadas,  yo lo adornaba con tiros al poste, penaltis parados por Iríbar, y el golazo que Dani había marcado. A la mañana siguiente pude comprobar en un periódico deportivo que mi Bilbao había perdido por dos a uno.

 

No sé el motivo de que aquella noche junto a la radio me venga ahora, cuando somos capaces de saber, escuchar y/o ver en el mismo momento cualquier partido, por insignificante que sea. Quizá para añorar la ilusión infantil, quizá para comparar la diferencia entre los años setenta y los de la actualidad, donde la inmediatez impera en todo el momento. Quizá para reivindicar el encanto de los torneos veraniegos de aquellos años.

 

Ahora busco en Google si a mitad de los setenta, el Athletic jugó alguna edición del Carranza, y veo que en 1976 la jugó y perdió contra el Atlético de Madrid, pero fue uno a cero. ¿Dónde está ese gol de Dani? Entonces pienso cómo la memoria te juega “buenas pasadas” para hacerte disfrutar de momentos dulces como aquellos, aunque tu equipo en lugar de jugar el Carranza fuera  en el Teresa Herrera o el Villa de Madrid.

 

Le doy a leer los párrafos anteriores a mi hijo y me comenta que le gusta, pero que él, si escribiera como yo, lo haría sobre la gesta de su equipo, el Málaga, hace cuatro temporadas, cuando llegó a los cuartos de final de la Champions y fue eliminado de manera cruel e injusta (tras un gol en fuera de juego de tres jugadores en el último minuto del descuento) en Alemania, contra el Borussia.

 

Le respondo  que lo intente, y si lo hace, que se acuerde del momento tan emocionante cuando sonaba el himno de la Champions en la Rosaleda en el partido de ida, o mejor, cuando el Málaga remontó un gol en contra del otrora campeón de Europa, Oporto, en la eliminatoria anterior. El ambiente, en ambos casos, era espectacular. Nunca habíamos disfrutado de nada igual en este campo. Aquellas noches presenciamos algo histórico, mientras muchos capturaban lo que allí se vivía con sus móviles, yo lo disfrutaba de otro modo, en mis retinas, en mi mente, tomando conciencia de cualquier momento. Iba almacenando sensaciones porque temía que aquello no volvería a suceder en años.

 

Noches de fútbol, de nostalgia, de alegría. Partidos imaginados, vividos, disfrutados. Goles irreales, goles inventados, goles ilegales. Momentos de la niñez, de la juventud, de la madurez. Para gozar en solitario, con tu hermano, con tu hijo. Noches de fútbol.

LA SOMBRA DEL FIN DEL PRIMER TRIMESTRE ES ALARGADA

 

15.01.2016 Rafael Guardiola En el siglo pasado habría levantado sospechas que un estudiante adolescente fijase su limpia mirada, cabizbajo, como en el trance colateral a una letanía, en el espacio frío y difuso que se esconde bajo la mesa. Lo prohibido siempre será motivo de atracción, como un imán concupiscible, aunque el aula se corone, hierática, como un espacio minimalista en el que reina la incomunicación y una larga espera hasta tener las notas en las manos, al final de la jornada. Mucho ruido y pocas nueces, diría yo. Se escucha el diálogo penetrante e inteligente de una película de Alfred Hitchcock que he decidido proyectar en unas de mis últimas clases antes de navidad, para acceder de forma ligera al final del trimestre, con objeto de ilustrar mis explicaciones académicas sobre el psicoanálisis freudiano y ciertas patologías de nombre impronunciable. Pero el diálogo racional sobre lo irracional suena vacío porque suena para nadie o para sí mismo, lo que viene a ser algo parecido. Por otra parte, es inútil elevar la voz por encima de las maniobras de los aviones del aeropuerto de Málaga, tan cercano a la ópera de palabras huecas y conceptos trasnochados que recorren las inhóspitas dependencias de mi centro de trabajo, salvo que tengamos la secreta intención de perseverar en disfrutar de los rigores de la faringitis en tan señaladas fechas. Miradas muy jóvenes fijadas en las pantallas ¿malignas? de los dispositivos electrónicos, un auténtico “punto limpio” de mensajes abortados, informaciones excesivamente efímeras, perecederas, orgiásticas, el resplandor de juegos alienantes, vídeos pornográficos de escasos vuelos, tortas virales y ciberofensas por doquier. Y yo me pregunto: ¿qué hago aquí? Les confieso que, para no desentonar, tengo la tentación de desenfundar también mi dispositivo móvil, mirar de reojo las novedades vertidas en las redes sociales como si fuera un niño malo y acariciar la fantasía de sentirme acompañado. Pienso, a estas alturas de la vida, que lo importante no es que alguien me indique que le gusta lo que publico, sino que yo me siga gustando, que no cese el amor que me profeso. Alentado, tal vez, por el canto de sirenas de la realidad virtual, me atreví a plagiar descaradamente recientemente el texto de un divertimento que encontré en la red, con objeto de alumbrar el comienzo de una nueva versión del archiconocido villancico “Noche de paz”. Dice así: “Noche de iPad,/noche de iPhone./Voy a enviar un whatsapp./Yo he subido la foto a Instagram./Yo tuiteo lo que hay que cenar./¡Tengo un diez de bateríaaaa!/Ponlo enseguida a cargar.”

 

“Dale alegría a tu cuerpo, Macarena”, cantan y bailan mis alumnas de tercero de ESO con una energía insultante, escandalosamente viva, en contraste con los rostros acartonados de “Los del Río” que aparecen en la pizarra digital. En los primeros momentos de esta fiesta improvisada con motivo de la cercana muerte del período lectivo y los festejos del Solsticio de Invierno que la Edad Media rebautizó con la denominación de “Navidad” (al parecer, para contrarrestar los perniciosos efectos de los festejos paganos herederos de las Saturnales romanas), y mientras se escuchan las últimas estrofas de la canción que emocionaba a los Clinton, no he podido por menos que recordar a Alaska y los Pegamoides, parte de la banda sonora de mi época: Empujando mi carrito/ lleno de Quench y Mielitos/ Mari Pili va muy mona/ con su faldita de goma./ Terror en el hipermercado./Horror en el ultramarinos./Mi chica ha desaparecido/y nadie sabe cómo ha sido. Acto seguido, uno de mis alumnos menos bulliciosos me pide permiso, haciendo gala de un notable sentido común, para ausentarse del aula. Huye de dos presencias rotundas: compañeros abducidos por las excelencias de las aplicaciones del móvil, y compañeras dispuestas a cantar y bailar con canciones del orondo King África, en plena víspera del nacimiento del Mesías. Y yo me vuelvo a repetir: ¿qué hago aquí, si me voy a morir un día de estos? Recuerdo entonces que soy funcionario del Estado, que me debo a la función pública desde los veintitrés años, y que se espera que mi comportamiento sea ejemplar. Por si fuera poco, estamos en clase de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, con las miras puestas en las virtudes públicas. No se trata, únicamente, de defender con urgencia y vehemencia la conveniencia del imperio de la buena educación y la conducta respetuosa en todas las esferas de la vida cotidiana, sino también, de extender la necesidad de lograr un buen gobierno de nuestra convivencia, esto es, la cultura pública de la convivencia. La tolerancia, el diálogo, el respeto, la disposición al pacto o el espíritu de cambio son algo más que palabras que habitan el mundo de las normas, puesto que alimentan el admirable despliegue de los valores morales que sustentan las raíces de la vida social. Y les recuerdo que sólo dispongo de una hora a la semana para emprender esta empresa faraónica entre un auditorio lleno de vida y de hormonas en flor, navegando muchas veces contracorriente. En esta clase hemos intentado ser ciudadanos y provocar el cambio de actitudes, aunque sea cosechando un modesto resultado, a través de la fiesta de la alegría de vivir. Para ello, mis alumnos no han dudado en servirse de una versión infame de “Paquito el chocolatero” y la mentada “Macarena”. Luego ha sido el turno del reggaetón, del mítico “Baile del gorila” y los grandes éxitos de Justin Bieber o Shakira, en feliz comunión. Esa tarde intenté estar a dieta estricta de los últimos cuartetos de Beethoven para resarcirme.

 

Por cierto, dado que se acercaba la tradicional cena de Nochebuena, ¿saben dónde hay que colocar el móvil, a la derecha o a la izquierda del plato? No puedo dejar de pensar que hay muchas personas que sufren en demasía en esas fechas, amparándose en la temida soledad. Todavía no se han dado cuenta de que, en realidad, todos estamos solos, nacemos y morimos en soledad. ¿Y si fuera cierto que“el infierno son los otros”?, como proclamara Jean-Paul Sartre, ese filósofo francés de mirada difícil.

 

 

VIOLENCIA DE GÉNERO: LACRA SOCIAL Y CUESTIÓN DE EDUCACIÓN

 

08.01.2016 Beatriz Rubiño  Celebrábamos el 25 de Noviembre, declarado “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, con numerosos actos a lo largo de todo el territorio español como vía para concienciar sobre este problema, que lleva cobradas las vidas de más de 800 mujeres desde el año 2003, fecha desde la que se tiene constancia oficial de dichas muertes; sin olvidar que, en no pocas ocasiones, sus hijos e hijas también fueron asesinados. Pocos saben, sin embargo, que fue el  asesinato de las dominicanas hermanas Mirabal en 1960, por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, el que dio origen a este día de reivindicación y lucha contra la violencia de género.  Y fueron los movimientos feministas de Latinoamérica, con altísimas tasas de violencia contra la mujer, los que acuñaron en honor de estas tres hermanas: Minerva, Patria y María Teresa Mirabal. Casi 40 años más tarde, concretamente en 1999, la ONU se sumó a dicha jornada reivindicativa, declarando el 25 de Noviembre como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

 

El fenómeno de la violencia de género comienza a adquirir una nueva dimensión y se convierte en un problema social a nivel mundial a raíz de la Conferencia Mundial de la ONU en Beijing, en el año 1995, cuando se adquiere una definición clara de qué es en el contexto de los derechos humanos y de la igualdad entre hombres y mujeres. En virtud de esta declaración, los estados miembros de la ONU se comprometieron en firme a prevenir, investigar y castigar todos los actos de violencia contra la mujer. Al mismo tiempo, definieron la violencia de género como “cualquier acto de violencia por razones de sexo que tenga o pueda tener como resultado daños o sufrimientos físicos, sexuales, o psíquicos para las mujeres, incluyendo la amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad”.

 

En España, es el asesinato de Ana Orantes, a mano de su exmarido, en diciembre de 1997, el que se considera como el momento del despertar de la conciencia y la sensibilización de la ciudadanía ante este problema social. Ana Orantes acudió a un programa de Canal Sur Televisión, y allí relató el infierno que había vivido durante sus años de matrimonio con su exmarido, José Parejo. A los 13 días, éste acabó con su vida de una manera extremadamente cruel: la roció de gasolina y la quemó viva a la puerta de su casa. La repercusión de este crimen machista fue tal, debido a la crudeza de su testimonio televisivo, que Ana Orantes no fue “una muerte más”, como se encargaron los medios de comunicación de reflejar en sus titulares en aquellos días, sino que conmocionó a la opinión pública. Además, propició un cambio legislativo que dio sus primeros pasos con la reforma del Código Penal y que tuvo su culmen en la aprobación en diciembre de 2004, por unanimidad, de la Ley Integral contra la violencia de género. Se da la circunstancia de que el asesino de Ana Orantes falleció en la cárcel donde cumplía una pena de 17 años por este asesinato justo un mes antes de la aprobación de dicha Ley.

 

Pero si analizamos las “raíces” de la violencia de género, es posible afirmar que no se debe a rasgos singulares o patológicos de determinados individuos, aunque algunos de ellos puedan presentar ciertos rasgos como falta de habilidades sociales y comunicativas, inseguridad, irresponsabilidad o celos patológicos. Por contra, está basada en una forma cultural de definir las identidades y las relaciones entre mujeres y hombres. Y si la cultura se transmite a través de la educación, es ésta la que lleva a algunos hombres a ejercer violencia contra las mujeres, así como que el resto de la sociedad, durante muchos años, lo haya permitido. De hecho, no podría entenderse el origen de este tipo de violencia y que se haya mantenido durante siglos si la cultura dominante en la sociedad –patriarcal- no lo hubiera permitido así.

 

A la hora de atajar la violencia de género debe partirse de dos hechos. Por un lado, que el maltratador “no nace”, ni tampoco se convierte en maltratador con unos años determinados, como si cumpliera una mayoría de edad. Por otro, que la tendencia a ser cruel, a dañar a los demás, es adquirida, y que se desarrolla bajo ciertas condiciones y la influencia de determinados factores, como un hogar desestructurado, malos tratos o abusos en la infancia y/o adolescencia, el consumo de ciertas sustancias –alcohol, drogas…-, etc. Hasta más o menos los 15 años de edad se calcula que estos aspectos pueden afectar directamente en la formación del carácter, influenciando de manera importante en la posibilidad de ser un maltratador en el futuro.

 

El objetivo consiste en prevenir, pero además, en disminuir significativamente, y hasta, aquellos factores individuales, familiares y sociales que coadyuvan al desarrollo de este tipo de conductas destructivas y dañinas que afectan al hogar familiar y a quiénes en él habitan. Hay que plantearse el estímulo de aquellas condiciones y antídotos que frenen el “crecimiento” de las semillas de violencia. Precisamente el hogar y la familia, como foco principal de la violencia contra las mujeres y sus hijos e hijas, puede ser también el lugar desde el que ésta se combata más activamente. Y lo que es más importante: desde su origen. Se trata de neutralizar los factores de riesgo que pueden predisponer e influir hacia los malos tratos. Lo que se ve desde pequeños, también se aprende, y lo que sus padres y madres transmiten, configurarán buena parte de la existencia de su vida adulta. Las lecciones destructivas, basadas en ejemplos nefastos y negativos, como padres que maltratan a su pareja e incluso a los propios niños y niñas, son un cocktail explosivo, una mezcla nefasta que puede transformar a muchos niños en “verdugos” o víctimas de los abusos en los años futuros.

 

Los terapeutas afirman que el desarrollo de sentimientos como la empatía o el reconocimiento del dolor ajeno, tan importantes a la hora de evitar y prevenir los malos tratos, se fomentan mediante las muestras de afecto, de tolerancia, de apoyo, de discernimiento entre el bien y el mal… Sentimientos que se aprenden desde la infancia a través de la educación, que son transmitidos por los padres y madres desde las edades más tempranas, ya que los niños y niñas tienden a imitar lo que observan en las personas de su entorno, y los progenitores son el primer ejemplo, y además, el más cercano e influyente en los primeros años de vida. Igualmente, el entorno escolar y el papel de los educadores resultarán vitales para el fomento de actitudes tolerantes y compasivas, y para la incorporación de estos rasgos a sus personalidades, consolidando comportamientos constructivos y no destructivos, basados en el reconocimiento de los sentimientos y necesidades ajenas, además de los propios. Un método eficaz para conseguir estos objetivos consiste en explicar de forma sencilla a los más pequeños cómo sus comportamientos afectan a los demás, lo que les permitirá desarrollar la empatía y la capacidad para reconocer el sufrimiento de quienes les rodean.

 

Por último, decir que la prevención y la sensibilización deben abordarse desde distintas perspectivas, todos ellas complementarias entre sí. Educar en igualdad a hombres y mujeres, coeducar en la escuela a las niñas y niños, realizar campañas de concienciación social sobre la violencia de género, revisar el papel de los medios de comunicación y de la publicidad en la difusión de ciertos estereotipos y roles sexistas, incluir la perspectiva de género en las políticas públicas, etc., son vitales para prevenir conductas violentas y malos tratos hacia las mujeres, tanto en el momento actual como en los años venideros.

 

 

BIENVENIDO 2017

 

02.01.2017 Isabel Naranjo Es hora de hacer balance y fijar propósitos para el año entrante tras un 2016 lleno de luces y sombras, marcado en lo político por la inactividad motivada de la irrupción de partidos ya no emergentes sino consolidados en nuestras instituciones. Partidos que  han revolucionado el tradicional sistema bipartidista al que estábamos acostumbrados desde la época de la transición, y que vienen a establecer las bases de una nueva forma de hacer política, aunque bajo esa premisa se ampare actitudes y propuestas nada ejemplarizantes.

 

En el plano doméstico, la provincia ha constatado un año extraordinario en el que la capital se ha coronado como exponente cultural en mayúsculas con la llegada del Museo Málaga y el turismo ha vuelto a cosechar un un nuevo record histórico en todos sus indicadores; y suma un hotel 5 estrellas de lujo; la construcción, otrora joya de la corona, ha sido uno de los sectores que ha podido constatar cierta reactivación, aunque la indebida dependencia del sector público tan escaso en sus pretensiones sigue lastrando la definitiva recuperación.

 

Hemos dado en este 2016 la bienvenida a infraestrucutras sanitarias necesarias y perentorias como el Hospital del Valle del Guadalhorce tras años de inadmisible letargo, y se ha dado el pistoletazo de salida al CHARE de Estepona que descongestionará el saturado Hospital comarcal de Marbella.

 

Pero sigue quedando camino por recorrer y no han sido pocas las veces que los hospitales públicos han trasladado una imagen preocupante y lamentable a partir de la saturación de sus servicios de urgencias u otros departamentos, y de listas de espera inadmisibles en una provincia pujante como la nuestra.

 

Tampoco parece aceptable el porcentaje de personas que engrosan las listas del INEM en una provincia llamada a ser motor económico de Andalucía, en la que se debe hacer porque hay mimbres para ello, una clara apuesta por la creación de empleo, y de calidad.

 

A nivel municipal, planean importantes incógnitas sobre cuestiones nada baladí como la gestión y el servicio de limpieza de Limasa, o la forma en la que llegará el Metro al Hospital Civil tras el último desencuentro entre Junta de Andalucía y Ayuntamiento de la capital al respecto,  amén de otras tantas incertidumbres.

 

En el capítulo de luces hay que tener los pies en el suelo y saber consolidar y gestionar ese potencial, mientras que en el de sombras trabajar en pro de atajar esas deficiencias.

 

Así las cosas, y como es momento para plantear deseos, en mi lista a los Reyes magos, tres peticiones para este año: que se elimine el lesivo e injusto impuesto de donaciones y sucesiones que sufrimos los ciudadanos en Andalucía; que se haga una apuesta por el tren litoral que merece la Costa del Sol Occidental y que acabe la sinrazón terrorista.Feliz 2017.

 

¿QUÉ NOS VAN A DEJAR PA NOSOTROS?

 

01.01.2017 Luis Carlos Rejón El tiempo pasado se olvida, con lo que con ello se lleva o conlleva de contenido y de procedencia, y así o lo olvidamos, o nos lo hacen olvidar. El silencio de los recuerdos y de las hemerotecas. El olvido de la historia.

Hace un año, Zico y Paca, escribieron un artículo dedicado a mi maestro Antonio Sanchez Morillo, que estaba malico, intitulado “¿Qué hay de lo de Andalucía?, a la manera de ¿Qué hay de lo nuestro?, atendiendo a la manera de un decir muy común a la hora de los repartos de cualesquier tipo y condición. Aquí y ahora, el o la que no se lo lleve calentito a casa, no ama y defiende a su nación (dirán), o como la llamen, porque una ocasión como esta, no se repite en nosecuantos años, algo así como el paso de un cometa o la estrella de los Reyes Magos. Lo dicho.

 

Lo que pasa es las cartas están más o menos escritas y enviadas por correo certificado con acuse de recibo, a La Moncloa o donde sea el sitio ahonde hay que mandar esas cartas, es como diría un tahúr o un cronista político, “las cartas, (de jugar a las ídem o naipes) ya están sobre la mesa”.

 

Y ya están pactados entre PP y PSOE, los limites de las apuestas y de las reglas del juego. La parte abierta a modificación es aparentemente amplia para la literatura constitucional, con dos puntos intocables: lo que ellos llaman “la unidad de España” y “la monarquía”. La primera deja claro que apuestas federales las justas… y que las concesiones en política territorial solo se abrirán hacia el PNV y hacia la nueva/vieja CiU….bien haciendo la vista gorda en el refine del CUPO VASCO y en el dimensionamiento de una neocupo catalán acentuando su participación en la financiación estatal o en las partidas inversoras en función de la aportación fiscal de lo generado nominal y domiciliadamente en el territorio catalán. Y al resto palabras bonitas y bienvenido místeres Rajoy y Montoro…

 

A lo sumo, nos dejaran que preguntemos, ¿qué nos van a dejar pa nosotros? No debemos sentarnos a la mesa con políticas que fueran fácilmente acusadas de pedigüeñas…A la hora de exigir (no pedir), plantear la incorporación al cuerpo constitucional de nuevo de la DEUDA HISTORICA, con la misma redacción de la Disposición Adicional Segunda del Estatuto de Andalucía de 1981, cedida al PSOE reinante, por una IU del sur, mediocre, analfabeta y entreguista como se vio tras las siguientes elecciones autonómicas.

 

Y no achantarnos ante las acusaciones de que aportamos poco como ciudadanía andaluza a las arcas del Estado, a pesar de que somos un montón de gente. Solamente plantear la exigencia de que sume, rece y conste como aportación andaluza a la fiscalidad del Estado, todo lo que realmente se produzca, genere, ingrese…etc, en Andalucía. No con una finalidad recaudadora per se (imposible sin una real federalización), pero si como incorporación contable al porcentaje fiscal de lo realmente ingresado por Andalucía y sus ciudadanos. Para ello el Ministerio de Hacienda y los gobiernos autonómicos deberán realizar una limpieza y puesta al día de su cuerpo estadístico.

 

Y a partir de ese momento, y con esos datos, contar para la Comunidad Autónoma de Andalucía el IVA en origen, la aportación al PIB de todo lo que desembarque en los puertos y aeropuertos de nuestra tierra, indistintamente de su titularidad, deben clasificarse las partes ingresadas en otras partes del territorio español, las subvenciones europeas por actividades productivas asentadas en nuestra comunidad, como por ejemplo las subvenciones por el aceite de oliva y otras que se ingresan en CC.AA como Madrid, Cataluña, Euskadi o Cantabria….así como los movimientos de capital realizados en Bancos y Cajas asentadas aquí… Con ese porcentaje y el tanto por ciento de nuestra población en el conjunto del Estado, llegar a la cifra bruta de nuestra presencia anual en los presupuestos generales del estado (PGE).

 

Podemos negociar la creación entre las CC.AA de una Cámara de Compensación, similar a la solicitada en Europa desde 1993, entre países importadores y exportadores como formas de acercarnos a formulas mixtas entre IVA de origen e IVA de destino. Ir, con las ideas claras, números no maquillados y la cabeza alta. SE LO DEBEMOS A NUESTRA GENTE Y A NUESTRA TIERRA. Lo demás, fuegos artificiales. Lo demás es dejarnos las migajas que caen de la mesa de los ricos. Al tiempo.

 

Zico y Paca, mis perros, vienen a verme con su ordenador portátil. Traen en la pantalla una foto mia, con parte del Grupo Parlamentario de IU-CA, en 1987, recibiendo los chorros de agua fría, sucia y tintada de una tanqueta de la Policía Nacional. Paca me pregunta “¿hasta para ir a las manifestaciones ibas vestido de casta?”. Zico, intenta suavizar, “es que Luis Carlos desde que era pequeño practicaba lo de antes muerto que sencillo”. “no sigáis prisioneros de las imágenes.

 

Aquel día había pleno en la Iglesia de San Hermenegildo, en la plaza del Duque. Yo iba siempre con chaqueta y corbata. A la puerta, una manifestación de ciudadanos de la zona de Mairena y el Viso protestando por un vertedero, y otra de estudiantes. La policía estaba preparada para cargar duro. Nos avisaron, y salí con unos cuantos diputados /as de los nuestros y cogidos del brazo formamos una barrera de protección entre la policía y el pueblo. Lanzaron el agua de la tanqueta contra nosotros. Dentro del Parlamento, Julio Anguita intervenía. Éramos la expresión de partido de lucha y de gobierno. Los debates de ahora no pasan de pajas mentales. Éramos capitanes”, les digo. Zico y Paca callados se me arriman y se refriegan contra mis piernas. Paca va a por la Lavanda y me pone chorreando…Las quiero y a Zico también.

¿NOS DETERMINAN LOS NOMBRES?

 

31.12.2016 Antonio Villalba Moreno Quizá mis compañeros no recuerdan un trayecto hacia una comida en la que hablamos de un tema interesante, el que da nombre al artículo. Aquel día íbamos en el coche de mi tocayo, aprovechando que era el más amplio y además tiene techo transparente, de esa forma podíamos disfrutar viendo como caía la lluvia.

 

Parece que los días lluviosos son idóneos para charlas profundas. Todo comenzó  porque Ana comentó que era el Día Internacional de la Felicidad, al hacerlo intenté dirigir la conversación a las casualidades, ya que la noche anterior terminé de leer una novela de Carlos del Amor en la que una de las protagonistas se llama Ana y su madre Felicidad. No crean que hablamos de ese tema, no tengo tanto poder de convicción. Lo hicimos sobre los nombres.

 

Hace de aquello más de medio año,  pero recientemente me vino a la mente cuando asistí a la conferencia que Rosa Montero dio en la Térmica. En ella hablaba de su nuevo libro: “La Carne”, también de  la vida y su complejidad, del impulso irresistible de contar que tienen los novelistas, de la inexistencia de la normalidad y del nombre de la protagonista de su novela: Soledad Alegre, una misógina tremenda.

 

Aún no la he leído pero la autora comentó que la propia madre de Soledad, que es un personaje cruel, le había puesto ese nombre a conciencia. Aprovecho esta idea, no la crueldad de la madre, sino la posibilidad de que los nombres nos influyan en nuestro destino, al menos los más significativos.

 

Y no me refiero a lo que exponen diversos estudios en los que se afirma que el nombre condiciona, en cierto sentido, tu vida. Según algunos informes científicos, las personas se pueden dejar influir por los nombres a la hora de elegir pareja, residencia o trabajo. Supongo que es algo exagerado y dependerá del libre albedrío que todos sufrimos, o de la forma en que cada persona se plantee su futuro.

 

Yo, más bien, me refiero a la negatividad que pueda pensarse en el significado del mismo, sin ir más lejos el de Soledad, como la protagonista de la novela, o Dolores, o Angustias. En muchas ocasiones siguen la tradición familiar, aunque esto se está perdiendo, en otras son los padres que gustan de estos nombres, sin pensar en lo que significan. Lógicamente, cuando imaginan a sus hijas no creerán que están condenadas a estar solas, o a sufrir, o a padecer desconsuelos. Otros, que las personas llamadas así son más fuertes. Como en cualquier tema, hay diversidad de opiniones. El caso es que, aunque no siempre, en una gran mayoría estamos habituados a llamar a las mujeres que tienen estos nombres que pueden inducir al pesimismo con diminutivos: Sole, Loli, Angu.

 

Por otro lado, está el del sentido positivo. Así, nombres como el que aparece al principio del artículo, Felicidad, o Milagros, o Esperanza pueden indicar ese lado alegre que dan sentido a su significado. Lo que sí estoy percibiendo conforme avanzo en estas líneas es que mis compañeros y yo, en marzo, perdimos una buena oportunidad de un debate, al menos, interesante y creo que me hubiera venido genial para aprovecharlo en esta columna.

 

Y acabo, por fin, diciendo que el nombre es lo de menos, lo importante es la persona, llámese Alegría, Martirio, o como diría mi padre, Periquito el de los Palotes.

 

 

 

PODEMOS… PODER DEL DEMOS???

 

07.12.2016 Luis Carlos Rejón Hace unos sábados o domingos, no recuerdo, tomé nota del final de un artículo de Chantal Mouffe, profesora de Teoría Política de la Universidad Westminster de Londres. Me gustan los The End, los finales….esos sitios donde no intentas enganchar como los principios, más bien pretendes concluir a modo de resumen todo el argumentario de tu escrito. En este caso, Chantal concluye: “…concebido de manera progresista el populismo, lejos de ser una perversión de la democracia, constituye la fuerza política más adecuada para recuperarla y adecuarla en la Europa de hoy…”. Me suena bien, me gusta. Y me gusta porque el gran problema (no el único) de la Europa de hoy es la recuperación por adecuación de la democracia, como punto de apoyo para cambiar, o al menos empezar a cambiar el mundo.

 

Si a alguien nos preguntaran hoy que entendemos por populismo, a lo sumo buscaríamos en un diccionario de qué va esto, o en todo caso iríamos a wikipedia donde necesitaríamos una clásica tortilla de aspirinas… ¿puede servir como concepto riguroso un término usado para calificar como tal al movimiento griego Syriza y a sus antagonistas los neonazis helenos?, o más actualmente, ¿sirve para calificar a Podemos y a la campaña electoral de D. Trump como hacen los periódicos del actual régimen político español?

 

No es que la pretendidamente finiquitada, en todo y en parte, globalización, nos haya de devuelto el vértigo ante las palabras, es que nos ha introducido en una comunicación de terrorismo, ante la neoconstrución de frases, ideas y noticias falsas, de mentira, medias mentiras y rumores manipulados, no con el neolenguaje de Orwell en 1984 y totalitarismos varios, si no con palabras “normales”, “respetables” utilizadas a modo de ladrillos con los que construir torres de mentiras y manipulación, que de esa manera pasan a la categoría de “dudosas”. En las campañas del Brexit o de Trump, la mentira era aceptada y reconocida y ya no pasa nada. También hay que reconocer, que para creerse determinadas mentiras, hay que tener una predisposición a ello.

 

De ahí, que sea una puñetera pena, que Podemos, recibida desde distintos niveles como “populista” y aceptada por quién y cuándo desde el interior de la casa, estén ahora cayendo en debates falsos y nada ilustrados sobre las posibilidades y limites de esta concepción y de este genérico modelo de la política, que gira sobre la superación o mejor adaptación a la realidad que el clásico concepto bipolar de las luchas de clases. Ante la fragmentación del proletariado, la pérdida de conciencia y de su valor por las clases medias, su ruptura ideológica y sus oscilaciones…. la búsqueda de un espacio de encuentro más amplio (sin olvidar el clásico principio marxista), desde donde confrontar a la inmensa mayoría ciudadana metida en múltiples y poliformicos conflictos contra la cotidianamente cambiante clase dominante, sus políticas, sus encargados, aperaores, servicios, tecnologías, aliados, etc.… Por múltiples razones, Podemos encontró en la compleja situación del Estado Español, en un momento propicio, con descomposición institucional, y desprecio hacia la vieja política, un momento adecuado donde poner en práctica su teorización populista de la trasversalidad, y su concepto de casta, bajo el que agrupar al nuevo grupo de dominio.

 

Perder el tiempo en debates estériles, si galgos o podencos, sobre si eurocomunistas o radicales, con personajes faltos de hervores, es no ponerse en marcha en un momento propicio. Plantearse, que la oposición al gobierno del PP con propuestas alternativas, reforzaría la imagen de un PSOE en su política de oposición constructiva y responsable, es no saber de la misa la mitad. La estrategia de “gobernar desde el parlamento” suele dar sus frutos a quien la trabaja, sobre todo a quien la trabaja con la ciudadanía. Y siempre que no confundas frutos con votos. Las críticas al papel de la socialdemocracia en el parlamentarismo alemán de inicios del siglo XX, realizadas por Rosa Luxemburgo, no deben confundirse con esto. Gobernar desde el parlamento es saber moverse con los elementos de impulso al gobierno y control de este, aliándose hasta con el diablo si es necesario, en beneficio de la mayoría. Es el contenido y la seguridad del acuerdo, lo que debe marcar esta iniciativa, siempre que se haga contra políticas dañinas o adversas (del gobierno que sea), a los sectores que quieras o pretendas servir.

 

La iniciativa debe partir de la ciudadanía o sectores de esta, y en caso de no ser así, por situaciones de letargo, debe utilizarse la lucha parlamentaria como elemento que conforme la movilización. El sí o el no, no deben marcar los complejos radicales ni el temor a las contradicciones pequeñas burguesas, debe ser el análisis concreto de las situaciones concretas el que marque el eterno debate del ¿qué hacer? Pararse en otros debates de purismo revolucionario o la mayor o menor distancia con el PSOE (recordar que estamos hablando de acuerdos de contenido en la oposición, no de pactos de gobierno), volvería a convertirnos en estatuas de sal, perdiéndola oportunidad de ese nuevo interés por la política y el debate que se nota crecer como la hierba tras las últimas hierbas.

 

Solo entonces, por sus hechos los conoceréis. Ah, y mientras tanto, haciendo una organización con las clásicas funciones organizativas, de formación, información, propaganda y agitación, a la que unir el nuevo trabajo de erradicar la epidemia de centralismo democrático (en todos los sentidos), por la vigilancia y el mantenimiento del descentralismo democrático, como clave para alcanzar a ser la voz del pueblo. ¡¡¡ahí es ná!!!

 

Zico y Paca, mis perros vienen cabreados con la ultima garzonada del chico ese sobre el papel del PCE en la transición y la política eurocomunista. “¿El pagafantas de ese niñato, por qué no habla de lo que sabe?”, rabia la Paca. “Porque entonces estaría callado. ¿por cierto Paca que haces tú defendiendo a los eurocomunistas?”, le digo. “porque yo soy anarquista, lesbiana y radical, militante de Podemos y defendemos a pobres del mundo, como los eurocomunistas”, salta la Paca. Zico dice que “los eurocomunistas no somos pobres, y que históricamente siempre hemos actuado con grandeza, generosidad y honestidad en los momentos difíciles”. “y por eso somos pobres”, le respondo. “pos sus jodeis” nos escupe Paca a la cara. Intento agarrarla, pero se escapa. Vuelve al rato con el bote de Lavanda, que ella sabe actúa como tila instantánea. Nos fumiga y me lame las heridas. Las quiero y a Zico también.

LAS PROMESAS SON PARA CUMPLIRLAS

 

 

03.12.2016 Antonio Villalba Moreno A finales de agosto tuve una larga conversación con el director de este diario digital, en ella nos comprometimos a cumplir  unas normas autoimpuestas, en mi caso fue que enviaría, como mínimo, una columna mensual para rebatir la afirmación, quizá cierta, de que los colaboradores habituales no somos constantes.

 

Resulta que la fecha para entregar la siguiente se está acercando sigilosamente y últimamente he estado muy atareado en otras ocupaciones, olvidando mi promesa, así que me he puesto manos a la obra para no faltar a mi palabra. Y este ha sido el resultado.

 

 

Quiero pensar que soy capaz de escribir de corrido un artículo, para ello me he provisto de unas notas, una idea preconcebida y he elegido el momento idóneo, justo después de la siesta de una tarde. Normalmente es la hora más fructífera, al menos para mí. Una tarde de otoño, y si está lloviendo, como es el caso, más aún, si a eso le añadimos que me he quedado solo en casa, se cierra el círculo perfecto para la inspiración. Ahora es necesario ir completando líneas en el cuaderno que utilizo.

 

Debo confesar que aún escribo a mano (aunque no siempre), así puedo tachar lo que no está bien. Ya sé que en el ordenador también puede hacerse, y mejor y más rápido, pero me gusta ver cómo avanzo, en este caso, sobre las cuadrículas de un cuaderno con anillas recién estrenado.

 

De vez en cuando rodeo con un círculo un párrafo, coloco una flecha y lo pongo al principio o al final del escrito. En otras ocasiones tacho tres o cuatro líneas, sino  el fragmento entero. Me gusta abrir llaves a los márgenes anotando ideas que luego puedo desarrollar. Después veo cómo ha quedado el conjunto y me olvido de él.

 

Al día siguiente lo recupero y lo paso a limpio, ya utilizando el Word. Entonces veo si el boceto merece la pena conservarlo, si es así le doy el visto bueno y continúo con él, si por el contrario es una birria, lo elimino, o quizá utilizo lo que puede ser útil para otra ocasión.

 

Esta idea que están leyendo estuvo a punto de ir directamente a la papelera. Ustedes dirán si he hecho bien en dejarlo o me he pasado de listo enviándolo al periódico. Si han llegado hasta el final del artículo es que están muy aburridos o quizá no me he equivocado en mi percepción. Al menos he conseguido algo: cumplir con mi promesa.

 

 

 

                

GORILAS EN EL CONGO

 

20.11.2016 Rafael Guardiola Para festejar el tiempo que, presuntamente, nos ha regalado el irracional cambio de hora institucional he saboreado los momentos culminantes de un reportaje sobre la sacrificada vida de los gorilas a orillas del río Congo y las cochinadas reiteradas de un grupo vecino de chimpancés, así como los dos movimientos finales del concierto nº2 de Serguéi Prokófiev, uno de mis compositores preferidos, un auténtico monumento al virtuosismo. Tenemos los biorritmos alterados como las maracas de Machín a causa de las preferencias ideológicas del general Franco por la Alemania nazi, y por los criterios de los usuremos más recalcitrantes de la Unión Europea. Estos últimos justifican la medida en aras del ahorro energético y la productividad, pero sus argumentos son falaces en estas latitudes. En lugar de hacer estos malabarismos temporales, ya es hora –valga la redundancia- de que se imponga en España la jornada continuada y de que el empresariado sea consciente de que es muy importante que los trabajadores disfrutemos de un tiempo dilatado para el descanso, el ocio y la vida familiar, para compensar los sinsabores de la jornada laboral, y si en este tiempo tan sagrado nos alumbra la luz natural, mejor que mejor. La psicología social ha demostrado, hace bastante tiempo, que el rendimiento en el trabajo es superior cuando el trabajador está más descansado y satisfecho con su vida personal. Además, no sé por qué les estoy contando esto, cuando el principal problema laboral actual es, que no hay trabajo digno para todos, como nos promete la Constitución. Será por la reciente lectura de un artículo sobre Singapur, “el país del futuro”, transitado por coches sin conductor, con robots encargados de la enseñanza  y niños que juegan con drones como si tal cosa. La mayor parte de los trabajos en las sociedades industriales avanzadas son superfluos (tanto como un elevadísimo porcentaje de los epígrafes que contienen mis programaciones didácticas ajustadas a la LOMCE), por inútiles o porque podrían ser realizados con eficacia  por robots y programas informáticos de última generación.

 

“Todo cambia, nada permanece” es una de las afirmaciones que se atribuyen a Heráclito de Éfeso, apodado “el oscuro”, pensador presocrático griego afectado de misantropía y de hidropesía. Su obsesión, como la de los filósofos contemporáneos, era perfilar una respuesta cabal para el problema de la naturaleza de las cosas y, en particular, sobre las características del fenómeno del cambio. Todo está en constante devenir, como las aguas de un río –pongamos el Nilo, para que la cosa sea exótica- en las que no podemos volver a bañarnos. El cambio impone su imperio a la naturaleza y llega inevitablemente a la orilla de lo humano. A pesar de la aparente constancia y permanencia de la estructura social en la que se enmarca nuestra existencia, todo está revuelto, se transforma incesantemente como la coloración de un camaleón atribulado. Así, con el cambio de hora, los votantes Socialistas de las dos últimas convocatorias electorales se han enterado de que, en realidad, han optado por el Partido Popular. Esto lo descubrieron los seguidores de Ciudadanos días atrás, sin demasiados sobresaltos. Tengo la sensación de que me va a resultar difícil explicar en clase, sin travestirme intelectualmente, algunos temas consagrados a las virtudes de la Democracia y el sistema de partidos políticos, en conexión con la concepción de la verdad como “coherencia”.

 

Pero aunque todo cambie, todo permanece. Nada parece haber cambiado con la metamorfosis del sábado 29 de octubre de 2016 y muchos respiran con alivio en su propio engaño. Los docentes que no hemos sido tocados por la ingenuidad ni por el clientelismo sabemos que las declaraciones del ya presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre la paralización de la aplicación de las “reválidas” propuestas en la nueva ley educativa, la LOMCE, en pleno debate de investidura, son una burda maniobra propagandística. En el texto aprobado hace dos legislaturas, se habla explícitamente de que las pruebas de evaluación externa carecerán de validez académica en el presente curso, 2016-2017. ¿Dónde está el cambio? Aunque en el presente curso se ponga el parche de que las pruebas externas sean similares a la difunta selectividad, y que sólo tendrá que afrontarla el alumnado que desee cursar estudios universitarios, la LOMCE cercena de cuajo la innovación pedagógica, pues fija los llamados “estándares de evaluación”, unos criterios uniformes –y unos contenidos, no nos engañemos- para todo el Estado, so pretexto de la universalidad de la prueba. Los centros educativos están a punto de convertirse en grises “academias” para la preparación de reválidas, y el profesorado se encuentra maniatado a la hora de abordar los contenidos seleccionados, por la imposibilidad de ofrecer enfoques alternativos y el carácter exhaustivo de los temarios.

 

Es cierto. La vida de un grupo de lustrosos gorilas que habitan cerca del río Congo, y que no pueden atravesarlo porque no saben nadar, no cambia ante la llegada de un posible competidor de su macho alfa. El intruso, el nuevo “espalda plateada” sólo quiere sexo, y no quiere buscar un sustituto en el poder, como les pasa a tantos humanos. El viejo macho alfa seguirá siendo el primero en comer, y el grupo continuará su natural devenir, siempre y cuando nadie se salga del guion. Esto último tiene mucho que ver con la concepción platónica de la justicia y la interpretación funcional del Estado. Como todo cambia y nada permanece, yo prefiero votar a otros simios menos ceremoniosos: los “bonobos”.

 

 

GOD SAVE THE QUEEN

 

06.11.0216 Rafael Guardiola Gracias al imperio de las tecnologías de la información y la comunicación puedo combatir últimamente el tedio que asalta las mentes adolescentes de mis alumnos cuando me empeño en transcribir, a un lenguaje medianamente inteligible, las peculiaridades que la “physis” pudo tener para los pensadores de la Grecia antigua. Ante la imposibilidad material de poder invitar a Heráclito de Éfeso o a Parménides de Elea para ilustrar mis explicaciones barrocas sobre la naturaleza y los humanos artefactos, excesivamente afectadas por la lectura malsana de manuales de Historia de la Filosofía, un servidor se arriesga, a diario, a no satisfacer los requisitos de la “interpretación radical”. Ni siquiera tengo a  mi lado a Nietzsche, una especie de extraterrestre y  filósofo griego del siglo XIX, a pesar de sus orígenes germánicos, para hacer más sencilla la tarea hermenéutica –vaya palabrota que me ha salido. ¿Cómo podría yo conseguir que mi auditorio sintonizara con la idea de que la naturaleza es un cosmos, una totalidad ordenada digna de ser reverenciada y conservada, y que se asemeja a un organismo vivo? Pensarán –mis alumnos-, que no me he tomado la medicación o que me he dado a la bebida. Sobre todo, después de leer que el gobierno español en funciones está presionando a la Unión Europea para que los coches de gasolina puedan contaminar más y que se les controle más tarde de lo habitual. En el aula estamos rodeados de artefactos –especialmente de los dispositivos móviles que se esconden impúdicamente en la entrepierna- y sólo nos devuelve la humanidad el hecho de constatar los regalos olfativos, cargados de feromonas, generados en la intensa sesión de la clase de Educación Física o las partículas de cebolla en suspensión que se escapan de la cocina de las instalaciones de los Ciclos Formativos. De este modo, no es difícil pensar que la naturaleza es el espacio en el que depositamos los escombros y la basura tecnológica. Difícil tarea la de intentar que la naturaleza se conciba como un espacio sagrado y tomar conciencia de que nosotros somos naturaleza.

 

                Gracias al ciberespacio puedo intercalar los arabescos del razonamiento abstracto con unos relajantes “minutos musicales”, con amor y humor, si es posible, divisa de mi escudo heráldico pedagógico imaginario. Me conecto a la red con la intención de encontrar una imagen de Parménides, para que mis alumnos se den cuenta de que mi sex appeal es muy superior al del ciudadano de Elea, entre otras cosas. Y desde el ciberespacio me hacen una sugerencia: ¿por qué no acude usted al canal YouTube para degustar las virtudes de un vídeo musical –o lo que sea- titulado “Pen Pineapple Apple Pen”. Se trata de una canción mínima y harto recurrente –menos florida que las producciones del ínclito Leonardo Dantés, compositor e intérprete de joyas artísticas como “Tiene nombres mil el miembro viril”-, interpretada por el japonés Piko Taro, a quien todos los dioses confundan, y que ha causado furor en los últimos días. Y yo, mientras tanto, intentando convencer a mi alumnado de la felicidad que obtendrán si adquieren los contenidos que les ofrezco, como  medio para tener un trabajo satisfactorio. ¿Trabajo? ¿Dónde hay trabajo para los jóvenes? ¿Cuánto dinero se habrá embolsado ya Piko Taro por su proeza musical? Y si es así, ¿qué hacéis aquí? (les digo a mis alumnos), aguantando este discurso romántico sobre el carácter sagrado de la “physis”. Llegamos a la triste conclusión de que esto es lo que hay.

 

                Menos mal que nuestra respuesta resignada y pesimista nos lleva a la reflexión política, algo que no rehusaban con facilidad los antiguos aristócratas griegos, según nos recuerda Diógenes Laercio. ¿Cómo se podría arreglar este desaguisado, con la que está cayendo? Seguimos con nuestros “minutos musicales” en nuestra peculiar “carta de ajuste”. Le toca el turno a los legendarios Sex Pistols, banda de punk rock fundada en Londres en 1975, y auténticos padres del movimiento punk en el Reino Unido. En el año 1977 lanzaron la canción “GodSavetheQueen (Dios salve a la Reina)[i]. La crítica de los valores caducos de la tradición británica y el grito desgarrado frente al conformismo social y la ausencia de oportunidades para los jóvenes en el marco de las sociedades opulentas del consumo desaforado y el evanescente bienestar no les resulta ajeno a gran parte de mis alumnos. De hecho, me preguntan si la canción que escuchamos –GodSavetheQueen- es “de ahora”. Más que nada, porque la situación que pinta tiene muchos puntos de contacto con el presente. En 1985, cuando empecé a explicar filosofía, me apetecía exhibir una cresta radiante y coloreada ante mi auditorio. Pero la alopecia caminaba a marchas forzadas e hizo imposible el intento. ¿Hay futuro? ¿La sociedad está calva? Juzguen ustedes.

 

 

[i]God save the Queen
The fascist regime,
They made you a moron
A potential H-bomb

God save the Queen
She ain't no human being
There is no future
And England's dreaming

Don't be told what you want
Don't be told what you need
There's no future
No future
No future for you

God save the Queen
We mean it man
We love our Queen
God saves

God save the Queen
'Cause tourists are money
And our figurehead
Is not what she seems

Oh God save history
God save your mad parade
Oh Lord God have mercy
All crimes are paid

When there's no future
How can there be sin
We're the flowers
In the dustbin
We're the poison
In your human machine
We're the future
You're future… 

 

LA CAUSA Y EL EFECTO

 

30.10.2016 Luis Carlos Rejón “Si está pa ti, aunque te quites, y si no está pa ti, aunque te pongas”. De aquesta forma y manera, me dieron una lección revolcón (un zás le llaman ahora) en el despacho de dirección del centro donde imparto una asignatura que no existe, “Sectores Productivos de Andalucía”. ¿Existen? ¿Haylos? Sin duda, es algo similar, al denodado esfuerzo, de politólogos y personajes del periodismo, por intentar explicarse y explicarnos la crisis del PSOE, y el o los por qué. Y al referirme a crisis, hago referencia a la unamuniana versión de “La crisis del cristianismo”, entendida esta como el último esfuerzo y lucha por el sobrevivir, en este caso en referencia a la antedicha partida o desorganización organizada.

 

He esperado unos días, a ver si las noticias, las informaciones varias, los columnistas, los/las politólogas (nueva partida de creación de empleo) y los cronistas de la villa y corte aportaban algo de luz, más allá de las tinieblillas creadas por una parte y criadas por las otras. Pero como mucho, sigo a dos velas. Aquí como mucho, se va de la causa o las causas, al efecto o los efectos. Criticándose entre el personal, entre la ellidad múltiple, acerca de la confusión teniente en los contenidos de a qué llaman causa o a qué entienden por efecto. No asumiendo que en este mundo heraclitiano, donde todo fluye, ayudado por la pendiente o desnivel de la crisis económica, estos dos conceptos (causa/efecto) están confrontados dialécticamente, donde hay una osmosis analítica y donde la separación de límites y la delimitación de bisturí, es imposible. En los efectos hay elementos de las causas, y estas se recargan de una u otra manera en virtud de los matices de los efectos.

 

En resumen, que nadie se baña dos veces en el mismo rio.

 

Máximo, cuando en causa y efectos ha habido bastante de nadar y guardar la ropa. Terminadas las previsiones lógicas de los resultados de Euskadi y Galicia y sin dimisiones del responsable o responsables del sedicente PSOE, los conspiradores y la conspiradora, vieronse en la obligación de empezar a pedir dimisiones, mientras Sanchez daba dos vueltas de tuerca entre bastidores, de la denominada vieja política. A cualquiera (es un decir) le vendía dos o tres docenas de motos escacharras. A unos le decía aquello del “no es no” (con matices variados), a otros, una vieja estrategia del PSOE…de “OTAN, de entrada NO” (con matices variadísimos), al “En interés de España, vota SI” (sin matices). Esta última se la vendió al mismo padre de la criatura, según sus palabras (que tampoco es muy de fiar, no por eso, impedirle a gritos, que siga mintiendo, quién se lo crea, allá él o ellos).

 

Unos reglones antes reconocía la necesidad, a la vista de la información y de los acontecimientos, de ir reconstruyendo causas y efectos de lo aproximadamente sucedido en el PSOE en los últimos meses y días, con el fin de irnos dando una interpretación o discurso lo más cercano, común y acertado de los hechos sucedido, con el objetivo de ir aprendiendo, entendiendo y explicándonos lo pasado y lo por pasar, porque pasar la hoja solo serviría a los truhanes, para seguir engordando el libro de las hojas pasadas. ¿Ha sido la crisis del Régimen bipartidista la causa del efecto follón del PSOE? o ¿Ha sido el follón del PSOE la causa que ha traído o acelerado, el efecto de la crisis del Régimen bipartidista?

 

Aventurémonos pues a iniciar la construcción de ese discurso necesario, aceptando que en su misma construcción lleva su enriquecimiento y reforma. Viendo los conspiradores, que nadie dimitía y que al contrario echaba órdagos varios, mandaron a un propio a que abriera la caja de los truenos. Tocole al Sr Vara, muy conocido en su casa a la hora de comer, y el resto le siguió con la boca chica. Total el parto de los montes. Osease nada. La preocupación subía en los órganos troykistas ante el bloqueo en España. Llamaron pues al funcionario en funciones que no funciona, y contestó que él estaba con Rita, la Gurtell y otras menudencias… llamad al PSOE. Llamaron a Felipe Gonzales que es al que tienen en agenda. Convocó al parvulario, osease a Susana y baronias, que le dijeron que eso lo arreglaban ellos por fas o por nefas. Pero pasaba el tiempo y ni subía el calor ni las adhesiones. Y pasó el tiempo. Y todos miraban a Susana, pa que se tirara al ruedo, algo así como si Armada hubiera tenido que entrar en el Congreso pistola en mano, porque Tejero estaba de perol con sus hijos. “Yo me ofrezco pa lo que necesiten. Porque cuando una trianera…”

 

Y mandó a dimitir a parte escogida de sus huestes, pa que se disolviera el partido y como Sanchez y los de su equipo no se daban por disolvios, mandó a una impropia, de alfereza y miniadalid a la puerta de Ferraz para desalojar a los infieles al grito de “Yo soy aquí la única autoridad competente”. No la dejaron ni entrar.

 

Y dio comienzo, es un decir, al Comité Federal, precedido por los editoriales del grupo con prisa de algo, en los kioscos y de la convocatoria a las masas sanchistas en la puerta de Ferraz. Y nada se masas y mucho publicado. Las típicas peleas de burócratas fulleros sobre quién puede entrar y quien no, quien se puede sentar y quién no, quién es de la ejecutiva y quién no y si no sois de la ejecutiva, por qué estáis vosotros, si no somos de la ejecutiva, qué hacéis aquí vosotros?… vamos a votar si votamos, y así fueron ambos quemando tiempo, urnas que aparecían, la secuestraban, desaparecían y los votos a mano alzada, pa que se vea quienes son de los nuestros y quién no hasta que por fin el Pedrito se dio cuenta que en el fondo no lo querían los mandamases y el era un pequeño, con pretensiones de ser un gran hombre. Y dimitió.

 

Ahora están en el tiempo de arreglar cuentas, a los que mancharon un poquito sus manos de sangre, son premiados, aparecen los traidores, los ya lo decía yo, los inventores de leyendas, es que Pedro ya tenía pactado un gobierno con los de Podemos y los rompe patrias, y lo iba a anunciar en una semana, o los que dicen que no permitir gobierno a España les da urticaria….pero de todo esto y más ya iremos viendo y leyendo, y pensando y sabiendo…como escribía Tolstoi del marido de Ana Karenina, ¿ cómo pretende gobernar Rusia, quién no sabe gobernar su casa?. Al tiempo.

 

Zico y Paca, mis perros, bajan corriendo de la via verde de Zuheros. Vienen de celebrar el batacazo del PSOE y el juicio de las facturas falsas de Baena. “¿Estarás contento?”, me preguntan al unísono. “Ha habido que esperar mucho” les respondo.” Y te cansas”. Paca me trae un ramo de Lavanda, que me trae bellos recuerdos. Las quiero. Y a mi Zico.

LA FAMIGLIA, LA COMUNE E L´UNIONE

 

09.10.2016 Luis Carlos Rejón  La familia, el municipio y el sindicato. Grito consigna de las otrora huestes del movimiento nacional sindicalista o capos locales de los acomodaticios falangistas de la transición. Lo he escrito en italiano, para estar más en ambiente. El italiano se habla en Italia y en la punta de la bota de Italia, justo allí, se encuentra la isla de Sicilia, con forma de triangulo escaleno, y en ella dueña y señora, la mafia, detentadora del poder, abusadora del poder, compradora de voluntades, controladora de la ciudadanía, con dinero y miedo, generalmente con medios públicos, y si es necesario accediendo a los poderes institucionales y judiciales con lo que sea menester. Y de esta manera asociativa quería yo llegar a la punta de la bota de una supuestamente aislada isla, en un nombrado y aireado caso, en espera de sentencia: “el caso de las facturas falsas del Ayuntamiento de Baena”.

 

El sedicente excelentísimo señor Luis Moreno y Castro, páter familiae, de la famiglia juzgada y seguramente condenada en lo que estime el magistrado, reconocedora en autoría de todos los delitos de los que son acusados, defendía en su día a sus familiares, con el ataque, de que todo esto no era más que una trama, entendida como un complot, una conspiración o una confabulación por la que se intenta perjudicar a alguien, osease en roman paladino, por una mafia. A su señoría senatorial se la devuelvo.

 

Tan perspicaz señoría, utilizó o hizo uso de instituciones, plenos televisados, medios de comunicación, de la maquinaria del partido, su partido, del secretario provincial del PSOE-Córdoba y actual Presidente del Parlamento de Andalucía, sr Durán, del “comando” Rubalcaba, a todos sus niveles, repito a todos sus niveles, etc.… para extender a la manera goebbelsiana, su acusación de trama mafiosa.

 

Alimentada y sostenida la acusación con las arcas públicas, fondos de incierto origen del Partido Socialista y favores varios. Tal trama, según el oráculo de los dioses, estaba formada por María Jesús Muñoz (concejal de IU y funcionaria municipal), su marido Carlos Arenas Blanca (primer alcalde democrático de Baena, técnico y constructor de CONSARCA S.L.), la Guardia Civil, (repito la GUARDIA CIVIL) y Rejón, (osease yo).

 

No ha sido casual este artículo por estos días. A cada cerdo le llega su sanmartín. Ya se ha celebrado juicio. El PSOE ha enseñado la casi peor de sus caras en su Comité Federal, y en particular la escuela andaluza, en su peculiar manera de golpes de estado, mentiras, coacciones, manipulaciones y formas de hacer. Baena y sus prácticas políticas, un microcosmos. Y los datos, cifras y maneras de actuar ante el caso de las facturas falsas un microcosmos contagioso a otros niveles institucionales gobernados por dicho partido en Andalucía.

 

En política no hay casualidades. Al día siguiente de que EL MUNDO publicara la denuncia en el Juzgado de Instrucción de Baena y el estado de la situación de las facturas falsas en un derroche de montaje dio rueda de prensa con dos abogados a cada lado (¿quién los pagó?) acompañado de sus concejales destacando la primera teniente de alcalde del ayuntamiento de Baena, (que se empleó a fondo en el reparto de propaganda montada por ella, defendiendo a los funcionarios implicados y acusando a la trama), María Jesús Serrano, en inicio de una carrera meteórica, alcaldesa, Concejera de medio ambiente, diputada a Cortes, miembro de la comisión gestora del PSOE tras la dimisión de Sánchez, y Jesús Rojano, el actual alcalde de Baena. En política no hay casualidades.

 

Esta semana los titulares de los periódicos encabezan la noticia, “los acusados de las facturas falsas de Baena confiesan nueve años después” (El Mundo o Cordopolis)”. Hasta aquí parte de la verdad resuelta…¿pero quién pide responsabilidades al todopoderoso Alcalde de entonces por todas sus tropelías, tapaderas urbanísticas y abusos de poder? Este señor con sus acusaciones públicas en plenos televisados que eran unos auténticos shows, dañó la imagen personal y profesional de la señora Muñoz, de su marido, que perdió todos los encargos de proyectos que tenia pues nadie encargaba algo técnico al enemigo de don Luis, (que ejercía de capo, cabeza o jefe) y que en sus obras encontró todas los problemas y dilaciones, habidas y por haber…hasta llevarlo a una situación delicada.

 

¿Quién pide responsabilidad por los costes económicos que tuvo que soportar esta familia en los nueve juicios en los que tuvo que defenderse por acusaciones o actuaciones del Ayuntamiento, que tiraba con pólvora de rey? ¿Quién pide responsabilidad a los autores de dos auditorías (una del Ayuntamiento y otra externa) que certificaban que las facturas eran correctas? ¿Y a un perito designado por el Juzgado o al Técnico municipal que certificaron las obras falsas hechas o los materiales suministrados?

 

¿A quién le pido responsabilidades por los cerca de dos millones y medio de euros que a Hacienda Minerva, le han costado los tejemanejes de tan excelso señor acerca de los compañeros/as de su ¿trama? ¿de su mafia?, al retirar ayudas y subvenciones concedidas, costes de informes y juicios, por denuncias falsas, presentadas por ciudadanos desconocidos comprados por la administración, con documentación manipulada y falseada de direcciones generales de Fomento…..etc..?

 

¿ A quién se le pide responsabilidad del bloqueo de ascenso , y los castigos contra el cabo primero de la Guardia Civil que llevó al juzgado la denuncia del empresario de las facturas falsas o los daños a su mujer, secretaria del empresario que alertó de la situación?. Qué razón llevaba el todopoderoso cuando en comisión o en la taberna habitual de al lado, fanfarroneó que él arruinaría a todas y a todos los que habían acusado al Ayuntamiento de Baena de facturas falsas.

 

¿Y ahora qué? Ya se han declarado culpables de todas las acusaciones, a cambio de que le bajen la petición de cárcel de seis años a seis meses, y paguen diez mil euros en lugar de cuarenta mil. Ellos han salvado relativamente su culo…y a cambio han dejado con el culo al aire a un montón de técnicos y profesionales que avalaron sus facturas., que si pueden terminar en la cárcel. Se ha retirado el jurado popular al declararse culpables. Al final decidirá el magistrado…y políticamente ¿Qué hace la oposición?

 

Zico y Paca, mis perros, se han puesto un paño negro encima y se están echando cenizas. Se esconden avergonzados. Paca me pregunta, “¿no fuiste tú el que dijo que la justicia es un cachondeo?” “no Paca, primero porque no creo en ello y segundo porque el que lo dijo está en la cárcel, por otras razones”, le respondo. Los dos siguen entre los olivos con sus paños negros y sus cenizas. Los quiero.

AQUEL PRESUNTO MACHISMO

 

04.10.2016 Antonio Villalba Moreno Lástima que los que vieron a nuestros jugadores como machistas cuando nombraron a una mujer como capitana, hoy no quieran disculparse tras comprobar que, precisamente, con una fémina como directora, España ha vuelto al grupo Mundial de la Copa Davis. ¿Dónde están las voces de entonces? Esas que tachaban a técnicos como Toni Nadal de machista cuando, al igual que su pupilo y el resto de compañeros, cuestionaban la designación  por su capacidad, no por su sexo. Por cierto, les recuerdo que la ex tenista de la que hablamos se llama Gala León, muy respetable, pero no creo que tuviera méritos suficientes para dirigirlos, de hecho tan sólo ganó un torneo de la WTA en su carrera profesional. ¿Qué podría aportarles a tenistas con el currículum de los nuestros?

 

Conchita Martínez ha sido medallista olímpica, ganadora de un Grand Slam y de una treintena de torneos, además de campeona de la Copa Federación  en cinco ocasiones. ¿Se ha oído a Ferrer o Nadal levantar polémica cuando la nombraron?  Es muy fácil refugiarse en este debate, por supuesto que hay que luchar contra esa lacra, pero en su justa medida. La demagogia y el victimismo no deberían desviar la atención de las mujeres que realmente sufren por el machismo que aún impera en nuestra sociedad.

 

De igual forma ocurre con la xenofobia, la homofobia y, sobre todo, con el racismo. Hay que luchar contra estas inmoralidades que acechan nuestra sociedad pero sin caer en lo fácil, antes de posicionarse a favor del débil debemos entrar en los detalles. La presunción de inocencia debe continuar como hasta ahora, como uno de los pilares básicos de nuestro modelo.

 

La otra mañana me contaba un amigo la anécdota de su vecino. Desde que comenzó la temporada de fútbol había estado acompañando a sus hijos a los entrenamientos del equipo del pueblo y, tras el segundo partido de liga, abroncó al entrenador porque no salían de titulares. La razón, según él, era una: por su color.

 

Había olvidado comentar a los lectores que este señor es un alto cargo de una empresa y, sobre todo, que es de raza negra. Estaba cegado por el subjetivismo paternal, pero sobre todo por ese victimismo que impide ver las cosas con claridad. Había disfrazado de discriminación racial un simple berrinche por no ver incluido a sus hijos en el equipo inicial.

 

Este amigo me aseguraba que esos niños, por ahora, no tenían cabida entre los mejores, simplemente porque había otros que los superaban, así de simple. Además, desde siempre han estado integrados en el pueblo y, por supuesto, en el grupo. En el deporte base, de lo que se trata es fomentar las ideas de compañerismo, colectivismo y amistad. A veces es difícil conseguirlo, y si los progenitores no ayudan, más aún.

 

Quizá sea un artículo políticamente incorrecto pero, a veces, el cuerpo te pide escribir sobre los que se aprovechan del esfuerzo de los demás, convirtiéndose en demagogos de su propia lucha. Así que prefiero terminar con el aspecto deportivo. Enhorabuena al equipo español y a la capitana, que ha sido capaz de unir de nuevo a estos enormes jugadores y conseguir que se olvide el tema extradeportivo. El próximo año lucharemos por la Ensaladera. 

                                

NOS QUIEREN MÁS TONTOS

 

03.10.2016 Rafael Guardiola Este es el elocuente título del libro que Eduardo Luque y Pilar Carrera acaban de publicar en Ediciones de Intervención Cultural a propósito de la escuela que promueve sin rodeos la economía liberal. Aunque no me gusta hacer uso de fuentes que no he leído y, en su caso, desmenuzado y digerido, me hago eco aquí de la recomendación de la mítica revista “El Viejo Topo”, nacida en 1976 y que tanto transité en mi lejana adolescencia y juventud, enredado como estaba entonces, y sigo estando, en los espinosos confines del marxismo crítico y el pensamiento libertario. La sociedad industrial avanzada que se ha consolidado en occidente y aspira a ser también la sociedad del futuro, se ha amancebado lascivamente con un modelo educativo muy poco sensual para mis ojos operados de cataratas. El “saber hacer”, la “techné” de los griegos impone su imperio sobre el “saber”, sobre la fascinante “sophía”. La techné –saber hacer, saber producir algo- es, para Aristóteles, un modo de saber universal y exclusivo del ser humano, y de un espectro más amplio que el de nuestra “técnica”.

 

Se erige sobre la madre experiencia, pero es un saber inferior, a fin de cuentas, dado que sus objetos son meramente posibles, accidentales o “contingentes”: son de una manera determinada, pero podrían ser de otra (el artesano puede modelar un botijo, pero podría en su lugar hacer una jarra). Es la capacidad para producir algo actuando sobre las cosas, o sobre el propio ser humano en tanto que cosa (el carpintero puede fabricar una mesa y el nadador, aprender a nadar a braza, actuando sobre su cuerpo). No obstante, a la techné no le podemos pedir una finalidad diferente a la de “producir obras”, no da más de sí. Y las acciones sociales que siguen este paradigma no son otras que las que los filósofos de la Escuela de Frankfurt denominaron “acciones instrumentales”, acciones que se adoptan en función del coste y los beneficios de las mismas de acuerdo con un fin exterior. La utilidad es elevada a los altares y se convierte en un medio para justificar y consolidar el poder de unos pocos, manoseando obscenamente los cimientos mismos de la democracia y las virtudes de la globalización. Los planteamientos maquiavélicos y los imperativos hipotéticos se nos hacen familiares, carne de nuestra carne, alumbrando un pensamiento “unidimensional”, como afirmaba Herbert Marcuse al abrigo del Mayo del 68 francés.

 

Las proclamas en materia educativa sobre la bonanza del “saber hacer” del socialista francés Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea de 1985 a 1994, catapultadas por las otrora prestigiosas instituciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, han acabado recluyendo al conocimiento a secas en el castillo derruido del Libro I de la Metafísica del viejo Aristóteles (“todos los hombres desean por naturaleza saber”) y nos intentan seducir a los docentes con cantos de sirena, ahora bautizados como “competencias”. Tanto es así, que quieren construir “la sociedad del conocimiento” prescindiendo del propio conocimiento. Es el mercado el que marca el compás, el que fija en realidad los contenidos y los instrumentos diseñados para el aprendizaje, amparado en la erótica del poder más acartonado. Y en esta gris encrucijada una caótica milicia de psicopedagogos iluminados, de una especie muy diferente a la del mentado Eduardo Luque, y en las antípodas de la profesora de Historia que es Pilar Carrera, escupe vorazmente por sus fauces lloronas una jerga incontrolada, en el mejor de los casos, de conceptos bienintencionados pero vacíos. Al final, vamos a acabar añorando la alucinógena terminología de la vieja LOGSE. Según ésta, por ejemplo, cambiar a un alumno de sitio en el aula equivalía a hacer una adaptación poco significativa a uno de los elementos espaciales de acceso al currículo. Todo se puede empeorar fácilmente.

 

No quiero decir con esto, obviamente, que el conocimiento no tenga o no deba tener una dimensión práctica, sino que no comparto que sea el mercado quien delimite el ámbito de aplicación de lo conocido. Y ya saben que, afortunadamente, hay otros valores distintos de la diosa utilidad y ajenos a las concepciones ahistóricas del ser humano. La filosofía, por ejemplo, puede tener un estimable valor social, aunque no reserve sus sinuosas curvas a la organización empresarial y a la difusión a bombo y platillo de las ideas arrebatadoras de los nuevos emprendedores.

 

Para emprendedores osados, el gaditano Jenaro Jiménez, según la feliz crónica que ofreció Francisco Apaolaza en el diario Sur del 26 de septiembre titulada “Jenaro el escurridizo”: “Encontraron su coche en una playa de Cádiz y pensaron que se lo había tragado el mar. Dejaba una viuda embarazada, pero había huido a Paraguay con el dinero y una miss. Le acaban de detener en Hungría”. Jenaro Jiménez simuló su muerte en 2008, e hizo las Américas con los 47.000 Euros de la señal para la adquisición de una vivienda que sisó a un cuñado, para desaparecer nuevamente, tras su detención en Madrid y residir en Málaga. Cuando fue detenido en Budapest, Jenaro disfrutaba ya de la compañía de un nuevo amor, una azafata rumana.

 

Suscribo, para finalizar, el espíritu y el cuerpo mismo del comentario que el Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, José Antonio Pérez Tapias, ha dejado en las redes sociales: “Alumnas y alumnos del Grado de “Estudios Árabes e Islámicos” de la UGR pusieron en la cafetería de la Facultad de Filosofía y Letras este cartel con tan iluminadora cita de Ibn Rushd. Tuvimos tiempo de atender a la enseñanza de Averroes. Desgraciadamente faltó más. Ojalá aprendamos de una vez.” El cartel decía: “La ignorancia lleva al miedo, el miedo lleva al odio, el odio lleva a la violencia. Esa es la ecuación”. El cordobés Averroes, singular intérprete de Aristóteles, es uno de los viejos emprendedores de la Filosofía, un amante de la “sabiduría a secas”.

 

EUROCOMING

 

 

02.10.2016 Joaquín Ramírez  En los ensayos, novelas e incluso el cine de los 60-70, los aliados occidentales habían cambiado el uniforme militar por un aseado atuendo civil al que todos querían imitar. La guerra fría se servía con una media sonrisa y sus protagonistas occidentales se conducían con la seguridad de representar al Mundo Libre. Los franceses, británicos, alemanes o italianos y también los americanos –USA- habían aprendido de la historia lejana y de la más reciente, su adversario era el comunismo y su gran arma la democracia. Convencidos de su tarea, la construcción de Europa y el libre comercio eran una invitación de prosperidad y progreso asegurados para los países de su entorno. La Europa de los siete, doce, quince, veintisiete… El Parlamento Europeo, el tratado de Shengen, el euro como moneda común, el papel del BCE…  La Europa de la cultura y las libertades se convirtió en un modelo compartido común, el modelo más avanzado, más democrático, más social y de mayor progreso del mundo y de toda la historia.

 

Lejos de ser perfecta, la Unión Europea ha debatido, confrontado y rectificado constantemente en la búsqueda de las mejores opciones y las garantías de una más perfecta y profunda democracia. Construir un sistema económico y financiero que también condujera a la igualdad ha sido un camino casi pacífico en fases de crecimiento y mucho más arduo y controvertido en momentos de recesión y crisis económica. A pesar de ello, el espíritu del tratado de la UE y su fortaleza económica han podido mostrarse a las claras muy recientemente con los rescates y ayudas concedidos a Irlanda, Portugal y Grecia. Se mire como se mire, con todos sus inconvenientes, el hecho de que la Uniónpueda apoyar y respaldar de este modo a sus países miembros es la prueba más fehaciente del inmenso acierto que tienen las fórmulas empleadas y la vigencia de la filosofía y los objetivos fundacionales.

 

Todo ello no quiere decir que no se alcen voces denunciando errores, situaciones de injusticia, imperfecciones del sistema o posiciones contrarias por tal o cual causa. De hecho, en los últimos tiempos se ha producido un choque entre la necesidad de que algunos países contaran con el respaldo de la UE y una falseada cuestión de soberanía. Ya saben, eso de soplar y sorber a la vez. Independientemente de determinadas cesiones de soberanía en algunas cuestiones concretas transferidas a la propia UE, nunca ha habido rescates obligatorios, aunque sí condiciones de obligado cumplimiento caso de querer aceptar los referidos rescates. El prestatario para serlo pone condiciones al acreedor que así lo decide, no hay más misterio que ese en medio de un proceso que es constructivo y que sólo busca no dejar caer al país socio que ha generado la situación con su específica acción política y económica.

 

Tampoco ello quiere decir que la actuación de la UE en casos como éstos no sea perfectible ni que no esté sometida a debate y a los cambios y matices que puedan acordarse para afinar lo más posible en la consecución de los objetivos propuestos.

 

Sin embargo y a pesar de todo ello, los declarados enemigos de esta vanguardia han aumentado sus argumentos y su acción muy recientemente. La oleada de ese populismo miope que hace de la más simple inmediatez su plataforma para convencer a los más incautos goza hoy de más fuerza que casi nunca o nunca.

 

Nadie es impermeable a los inconvenientes o a las situaciones de dificultad y más si estas circunstancias son aderezadas con habilidad por los voceros de las más elementales y descaradas mentiras.

 

El otro gran enemigo de la Unión Europea es el terrorismo. Mientras más pacífica, organizada y próspera es una sociedad, mayor conmoción y daño puede causar un asesino organizado de indiscriminada actuación. Por ese motivo las políticas de seguridad son tan importantes y prioritarias en las instituciones europeas.

 

Europa tiene enemigos, pero no es enemigo de nadie. Aún las dudas y hasta la deserción reciente por chiripa del mayor euroescéptico, la UE es el vehículo ideal de futuro de un mundo sin fronteras en el que la igualdad de oportunidades y la democracia no sólo sean la norma, sino que habrá de alcanzar hasta el último rincón del planeta. A nadie deberá sorprender ver llegar que la coalición económica, social y política UE-USA sea en un futuro cercano lo que hoy es en solitario la Unión Europea, o que a ella se incorporen Canadá y México, ni tampoco que lo hagan Israel y hasta un Egipto que dé con su camino de modernidad, democracia y justicia. Es lo que viene.

EL SINDROME APLEY

 

26.09.2016 Pepe Cabrera Hace unas semanas leyendo un libro de artículos periodísticos de Javier Marías (en adelante J.M.), me llamó la atención uno de ellos que empezaba comentando una película de Joseph L. Mankiewicz“El mundo de George Apley”. Exponía con detalle la descripción irónica de la vida cerrada y rancia de una familia conservadora y cicatera de la ciudad de Boston. Sus miembros dice J.M. se pasaban su existencia preocupados por cuestiones mínimas relacionadas con el pasado, presente y futuro de la familia y consideraban poco menos que extranjero a cualquiera que no hubiera nacido en su refinada calle. Unos de los personajes rondaba según J.M. el ridículo: la tía Amelia, que en un momento dado afirmaba: <<Cada vez que estoy deprimida, me recuerdo a mí misma que soy una Apley>>. La sátira transcurre en 1912 y es sorprendente que después de más de cien años esta actitud decadente, retrógrada y miserable se dé con tanta frecuencia. Pues participan de ella considerables porciones de pueblos, regiones, naciones o como prefieran que les llamen, es indiferente para el caso. Según J.M. una definición de nacionalismo sería: <<Consiste en pasarse la vida dando importancia a cosas que no la tienen>> o esta otra un tanto más dura: <<Consiste en cultivar un espíritu mezquino y excluyente, y en encontrar la razón de ser en algo enteramente accidental, como es el lugar de nacimiento>>. Coincido con J.M. que nacionalista es ser <<una Apley>> y en ejercer de tal las veinticuatro horas del día.

 

Yo soy de Málaga, y quizá porque la gente de esta tierra estamos tan acostumbrados a recibir a personas de tantas nacionalidades o quizá por alguna otra razón que desconozco, nos da igual que fulanito sea de allí o menganito de allá, en definitiva nos molesta poco la procedencia de cada uno. Por tanto perdemos poco el tiempo en ese tipo depreocupaciones superficiales evitando añadirlas a las que ya tenemos. No hace demasiado tiempo el Sr. D.Artur Mas (presidente de la Generalidad de Cataluña hasta hace un año) dijo parafraseando a su mentor y presunto socio el honorable Sr. D. Jordi Pujol (no sé si se acuerdan de él… el de: <<España nos roba>> y todo eso) <<Cada día debemos defender nuestra identidad. Nuestro primer objetivo es el de ser catalanes>>. Lo curioso es que lo son desde que nacen; no sabía yo que los ciudadanos tengan que defender algo que ya son. Perla sin desperdicio esta otra: <<Los medios de comunicación se cuelan por todas partes, en inglés, en castellano; se nos meten bajo la puerta y no podemos pararlos. Cada mañana, cuando nos levantamos, hemos de defender nuestra identidad>>. El catalán de a pie no tiene otra cosa que hacer recién levantado, a pelo, incluso sin desayunar que cerrar puertas y ventanas, apagando radios y televisores para que nadie les hable en inglés o castellano y así no perder la identidad. Un disparate, me recuerda alguna película de Berlanga. Y es que quién sabe. Pudiera suceder que pallareses, ampurdaneses, araneseso cualquier otros miembros de comarcas como tantas hay en Cataluña se les ocurriese pensar: <<los barceloneses son una fuente de corrosión y unos de los elementos más contaminantes que existen en Europa>>. Les aseguro que esto se publicó en un diario de Gerona no hace mucho tiempo.

 

Y es que no puedo estar más de acuerdo con mi admirado Javier Marías cuando dice que dentro de poco habrá nacionalistas de una comarca, de un pueblo, de una calle o de una casita adosada. Y visto lo visto en estos últimos tiempos yo añado que nos quedamos cortos pues intentarán separarse de la comarca, del pueblo, de la calle o de la comunidad de vecinos de la casita adosada. De esta manera, por fin, nadie contaminará a nadie ni se contaminarán de nadie y así podrán vivir todos aislados y satisfechos, eso sí, cuando estén melancólicos y depresivos se miraran al espejo con un gesto altanero y orgulloso y repetirán el mantra: por lo menos soy una Apley.

 

LA DOBLE DE SUSI

 

 

25.09.2016 Antonio Villalba Moreno Ya habrán oído en más de una ocasión que todos tenemos un doble en alguna parte del mundo. Algunos incluso dos o tres, más aún: una legión. Por lo visto yo tengo un doble cerca, en Málaga. De hecho, ya han sido varios amigos los que me han asegurado verme en Pedregalejo o en Torrox una tarde de este pasado mes de agosto cuando yo estaba disfrutando, en el sofá de mi salita, de la remontada de España en baloncesto femenino ante una Turquía  seria y peleona o viendo la victoria en la final de bádminton de la onubense Carolina Marín.

 

A veces ese doble tuyo puede ser un problema, imagínense que comete algún robo o le da por hacer un estriptis ante unas cámaras de vigilancia, o peor aún, delante de alguien conocido tuyo que pueda confundirse contigo y que, pensando, que eres tú, no se atreve a decírtelo. Sí señor, mejor que tu doble esté en un país lejano, y si es en otro continente, punto a favor.

 

Pues bien, en julio, mis dos Inmas y yo viajamos a Praga y Viena, y en esta última ciudad, mientras nos acercábamos al Palacio de Belvedere, una joven guapa y alegre nos miraba y sonreía desde una valla publicitaria. Esa imagen apenas duró unos segundos porque los anuncios iban rotando, pero el rostro nos resultó muy familiar. Nos olvidamos de la chica al entrar en los jardines del palacio.

 

La volvimos a encontrar camino del hotel, justo a la salida del metro, y ahí sí, los tres supimos a quién nos recordaba. Era Susi, nuestra sobrina, aspirante a médico. Era idéntica, o eso creímos. Bromeamos y fotografiamos el panel justo antes que volviera a cambiar. Cuando estuvimos en la habitación,  después de una jornada agotadora (ya se sabe lo duro que es la vida del turista), aprovechamos el wifi indispensable del hotel y waseamos con Susana enviándole la foto con el consiguiente comentario: “¿Qué haces en Viena?”

 

Ahí  pude comprobar que la chica del anuncio no nos seguía con la mirada ni con la sonrisa en los labios porque ella ríe, junto a otras amigas que la observan, pero tiene los ojos cerrados. Un pañuelo en la cabeza la hace interesante y confundirse con mi sobrina. Pero no sabemos el producto que ofrece ni las frases que aparecen en alemán.

 

La encontramos de nuevo en un panel publicitario justo cuando nos marchábamos hacia el aeropuerto. “Mira, Susi también nos despide” y entonces, se me ocurrió invertir el pensamiento de mi sobrina y trasladarlo al de la chica austríaca que tanto parecido tenía con ella. Pensé que ignoraba que su doble está en otro lugar, un pueblo que ni siquiera sabe que existe. Supongo que al prestarse a posar para publicidad podría convertirse en un icono, sabía que sería observada por miles de viandantes y, algunos, como nosotros podrían bromear o filosofar con su imagen comparándola con otros rostros.

 

Al llegar a Málaga, mientras esperaba las maletas en la cinta transportadora temí que no aparecieran después de una larga espera, fantaseé con que un doble mío se había apoderado de ellas e incluso se había marchado con mi mujer y mi hija. Entonces oí las voces de ambas diciéndome que me había confundido de puerta y que ellas habían recogido el equipaje. Suspiré aliviado y cogí una de las bolsas.

 

 

                                                                                                              

¿HA CAMBIADO LA POLITICA?.UNA VISION FEMINISTA SOBRE EL LIDERAZGO POLITICO

 

Beatriz Rubiño Yáñez

Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología

Parlamentaria andaluza

 

27.08.2016 Los tiempos cambian… Esta frase me venía a la cabeza cuando hacía un repaso a mi trayectoria laboral. Mis primeros pasos en el mercado de trabajo comenzaron con una beca de prácticas en el Gabinete de Prensa de la Universidad de Granada, cuando aún estudiaba Ciencias Políticas y Sociología, y aún recuerdo aquel día de noviembre de 1996. Volví a casa ilusionada con aquella oportunidad –que marcaría buena parte de mi vida profesional-, entusiasmada por mis nuevas tareas, y a la pregunta de mi abuela: “¿cómo te ha ido hoy?”, no pude por menos que contestarle que había sido un día increíble y para recordar, a lo que ella replicó: “¿pero pasas frío, tienes que trabajar a la intemperie?” Mi sorpresa inicial por esta pregunta, sin embargo, tenía una explicación lógica: para una mujer como mi abuela, nacida en 1907, trabajadora del campo y curtida bajo el sol de la Vega de Motril, que nunca pudo aprender a leer  a escribir, que su nieta estudiara en la Universidad y que no tuviera que sufrir los rigores de la meteorología en su nuevo trabajo, era un gran avance, una mejora en sus condiciones laborales, y por tanto, en sus condiciones de vida.

 

Evidentemente, los tiempos han cambiado: las mujeres ya no necesitamos permiso paterno para trabajar o abrir una cuenta bancaria, podemos votar, y sobre el papel, la igualdad es real. Y digo “sobre el papel”, porque la igualdad formal, la que recogen las Leyes, no puede negarse, pero la real, la que debería impregnar nuestro día a día, sigue siendo una utopía. Los “techos de cristal”, es decir, esas veladas limitaciones en nuestro ascenso laboral en las empresas que limita nuestras carreras profesionales, tan difíciles de traspasar y que no nos permiten seguir avanzando; los “suelos pegajosos”, esas fuerzas que nos mantienen atrapadas en la base de la pirámide económica, y que comprenden el trabajo conyugal, doméstico y maternal; y los “guetos de terciopelo”, esos sectores profesionales y laborales feminizados, que solo se consideran “de mujeres” y que conllevan de forma casi inmediata una precarización de las condiciones laborales, una reducción salarial y mayores dificultades de ascenso, siguen existiendo.

 

Listas paritarias y listas cremallera

 

En el mundo universitario, la Consejera de Educación de la Junta de Andalucía, Adelaida de la Calle, ha sido durante más de una década, la única Rectora de las Universidades españolas, presidenta además de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE). Actualmente, vuelve a ver una sola Rectora en el territorio nacional: Pilar Aranda, que a comienzos del mes de julio de 2015, fue investida como máxima autoridad académica de la centenaria Universidad de Granada. Parece casi un imposible que nuestras Universidades puedan tener más de una rectora al mismo tiempo.

 

Pero… ¿y en la política? ¿Han cambiado los tiempos? Si nos remontamos a las primeras elecciones democráticas, allá por 1979, observamos que tan sólo había un 11% de presencia de mujeres en las candidaturas electorales al Congreso y al Senado. En contrapartida, en el año 2015, una mujer, Susana Díaz Pacheco, fue elegida en las urnas como presidenta de la Junta de Andalucía el 22 de marzo de 2015(además de su etapa anterior como tal, de unos 18 meses de duración). Es decir, 35 años más tarde de esas primeras elecciones democráticas, nuestra Comunidad Autónoma cuenta con una mujer al frente de su gobierno, lo que sin duda nos lleva a preguntarnos si durante estas décadas no ha habido ni una sola mujer en nuestra tierra con la suficiente preparación, capacidad de liderazgo y carisma para ostentar dicho cargo. Siendo como somos el 51% de la población, me resisto a pensar que sea así. Surgen de nuevo expresiones como “techo de cristal” y “suelos pegajosos”.

 

La democracia paritaria, término acuñado por la Declaración de Atenas de 1992 en la Primera Cumbre Europea de Mujeres en el Poder, obtiene su mayor y mejor expresión en el cambio de las leyes electorales. La Ley Electoral 1/86 Electoral de Andalucía, recoge en su artículo 23 “que la presentación de candidaturas, en la que se alternará hombres y mujeres, habrá de realizarse (…), mediante listas que debe incluir tanto candidatos como escaños a elegir por cada circunscripción, y además, cuatro suplentes, expresándose el orden de colocación de todos ellos, ocupando los de un sexo los puestos impares y los del otro pares”. Mucho se ha escrito –y criticado- sobre las listas electorales paritarias y las denominadas “listas cremallera”. Ambas cosas, sin embargo, no son lo mismo. A raíz de la Ley de Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres de 2007 (Ley 3/2007), se aprueban las listas paritarias, de manera que ningún sexo podrá superar la cuota del 60% en estas listas, lo que también se establece para las listas de suplentes. Hasta aquí, (casi) todos de acuerdo. El debate gana intensidad cuando hablamos de las listas cremallera, en virtud de las cuales, en las listas electorales debe existir una representación del 50% de ambos sexos, donde mujeres y hombres se alternan consecutivamente, ya sea comenzando las mismas por uno u otro sexo, pues a partir de la persona que ocupa el número 1 en éstas, se alternan los sexos. De esta forma, se garantiza que en los “puestos de salida”, esto es, los que tienen mayores posibilidades de obtener representatividad tras unas elecciones, se vean reflejados tanto mujeres como hombres.

 

El asunto no es baladí, ya que una lista puede ser paritaria, y sin embargo, no permitir que las mujeres adquieran puestos de responsabilidad, ya que en esos puestos de salida suelen concentrarse el 60 ó el 40% de las figuras masculinas, y en los puestos con escasas probabilidades de representación –los conocidos como “de relleno”-, concentrarse las femeninas. Una lista que siguiera este patrón sería una lista paritaria, pero a todas luces, no igualitaria. Alcanzar verdaderas cotas de poder, y obtener una auténtica representatividad se convierten en una odisea imposible de cumplir. Por muchas ampollas que levanten entre las élites masculinas de los partidos políticos, las listas cremallera garantizan la igualdad y la representatividad de las mujeres, y por ende, una visión más completa del mundo, un fortalecimiento de la democracia y un claro enriquecimiento cultural que no puede dejar de lado a la mitad de la población. Las críticas a las listas cremallera siguen la senda de las acciones de discriminación positiva, que no dejan de ser aquellas acciones que conducen a reducir las desigualdades de determinados grupos o colectivos –las mujeres, en este caso-, con objeto de corregir las mismas y que, además, tienen como fin su propia desaparición una vez también lo hagan las situaciones de desigualdad que pretende erradicar. Tan mala prensa tienen este tipo de acciones, que muchas mujeres las rechazan esgrimiendo el argumento de “conseguiré lo que me proponga por mis propios medios”. Y así llevamos siglos.

En las elecciones municipales, no obstante, la regla de las listas cremallera no rige de igual forma, puesto éstas se regulan por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) 5/85, la cual, en su artículo 44.bis establece que “las candidaturas que se presenten para las elecciones de diputados al Congreso, municipales y de miembros de los consejos insulares y de los cabildos insulares canarios en los términos previstos en esta Ley, diputados al Parlamento Europeo y miembros de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas deberán tener una composición equilibrada de mujeres y hombres, de forma que en el conjunto de la lista los candidatos de cada uno de los sexos supongan como mínimo el cuarenta por ciento. (…) En las elecciones de miembros de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas, las leyes reguladoras de sus respectivos regímenes electorales podrán establecer medidas que favorezcan una mayor presencia de mujeres en las candidaturas que se presenten a las Elecciones de las citadas Asambleas Legislativas”.

 

En los pasados comicios municipales del 24 de mayo de 2015, el Partido Socialista Obrero Español estableció que los municipios de más de 20.000 habitantes debían cumplir con el requisito de presentar listas cremallera. Los resultados de dicha cita con las urnas han arrojado un mapa electoral ya conocido, pero si aplicamos un análisis de género al mismo, observamos que, de los 103 municipios que componen la provincia de Málaga, tan sólo un 18% de las personas que han ocupado los sillones de primer edil de cada Corporación, son mujeres. O dicho de otra forma: nuestra provincia sólo cuenta con 19 Alcaldesas, de las cuales, 12 formaban parte de las listas del PSOE -2 de ellas, en pueblos de más de 20.000 habitantes-, 3 del Partido Popular, 3 de Izquierda Unida, y otra, de un formación política de carácter independiente. Esta realidad entronca con otra cuestión de vital importancia: la renovación política. Y es que, cuando se habla de renovar cargos públicos, ésta siempre afecta a las mujeres, lo que impide nuestra consolidación en las esferas de poder. Probablemente, estamos ante la presencia de nuevas actitudes patriarcales –incluso paternales-, puesto que dichas renovaciones se apoyan en expresiones como “buscar caras nuevas” o “evitar que se queme”. Que los hombres repitan como cabezas de lista una y otra vez, o que se eternicen en determinados sillones, no se cuestiona, pero a las mujeres se nos exige un constante ejercicio de regeneración que no se le impone al otro sexo.

 

La pregunta queda en el aire: ¿es esto representatividad? Porque no es posible hablar de una auténtica democracia si dejamos en el camino a las mujeres, si en las esferas donde se toman las decisiones que nos afectan a todas y a todos, la visión femenina y feminista, no está presente. Legislar y diseñar, aplicar e implementar políticas públicas, no puede hacerse sin la riqueza de pensamiento que aportamos las mujeres, sin valorar de forma real y realista nuestros problemas, así como sin contar con nuestro potencial de pensamiento y gestión. Resulta intolerable que aquella expresión del Despotismo Ilustrado de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, se adapte a una nueva visión machista y patriarcal de “todo para las mujeres, pero sin las mujeres”. Dicho lo cual, queda claro que el camino hacia la verdadera igualdad ha sido largo, y la lucha, dura; aún lo es. Aunque las mujeres ya podamos y seamos Alcaldesas, Concejalas, Diputadas o Senadoras, incluso presidentas de Comunidades Autónomas –que no del Gobierno: otra “asignatura pendiente” en nuestro país-, y sin duda, mi abuela estaría orgullosa de que su nieta sea hoy parlamentaria andaluza, aun se cuestiona cómo llegamos a dichos puestos, si nuestra presencia no ha sido impuesto por listas cremallera o por discriminación positiva. Claro que eso daría para otro extenso artículo…

 

 

ESCALOFRIOS EN AGOSTO

 

13.08.2016 Rafael Guardiola Iranzo Desde que me he despertado se agitan una y otra vez en mi cerebro recalentado dos estrofas de “Pido la paz y la palabra”, el descarnado libro de poemas de mi admirado Blas de Otero. Mi segundo órgano más querido, como diría Woody Allen, pide una tregua para no caer rendido antes de tiempo, como si el asedio lo protagonizase cualquiera de los grandes éxitos del verano del pasado siglo,paridos por la inefable Raffaela Carrà o el ínclito Georgie Dann. En cualquier caso, esta comparación me produce escalofríos y hace que me “espeluque” –como diría una entrañable amiga natural de Alozaina-, aunque se haga con voz queda y en esa intimidad que permitía al expresidente Aznar hablar en catalán. Dice el poeta: “Me llamarán, nos llamarán a todos./Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,/en tornos de cristal, ante la muerte./Y te expondrán, nos expondremos todos/a ser trizados ¡zas! por una bala./Bien lo sabéis. Vendrán/por ti, por ti, por mí, por todos./Y también/por ti./(Aquí/ no se salva ni dios, lo asesinaron.). ¡Vaya jarro de agua fría! No hay duda de que hoy me he despertado cual disciplinado budista, meditando una y otra vez sobre la fugacidad de la vida y la cruda realidad del sufrimiento que es norte de nuestra existencia.

 

Y es que la muerte puede llamar a nuestra puerta con su enorme guadaña sin mantener las ciceronianas reglas del decoro, como le sucedió el pasado 14 de julio a una mujer siberiana, decapitada cuando practicaba sexo demasiado cerca de las vías del tren y en estado de embriaguez. Eros y Thanatos se fundieron en una macabra y oscura danza, como si le quisieran dar la razón a Freud, y abortaron el “final feliz” para gestar una truculenta historia.  Para compensar, leo en la Red que la compañía aérea Flamingo Air permite a sus usuarios mantener relaciones sexuales en sus vuelos desde hace más de dos décadas (y yo con estos pelos). Actualmente y por 425 Euros, los pasajeros pueden disponer de un vuelo de una hora en una avioneta privada, separados por una cortina del espacio ocupado por el piloto, siendo agasajados con champán, chocolate, almohadas y sábanas ad hoc. La noticia no habla de la posible participación del piloto o la pilota en el evento. Yo prefiero no imaginármelo, porque ello me produce un vértigo tan invalidante como el que paralizaba al protagonista de la película memorablede Alfred Hitchcock encarnado por James Stewart.Una vez más, sexo y muerte van de la mano, aunque sólo sea como posibilidad, en forma de una fantasía digna del mismísimo Marqués de Sade.

 

Miedo me da compartir con ustedes esta canción “pegadiza” de tonalidad verde, después de haber tenido que declarar a finales de junio, como funcionario obediente, que no he sido “condenado por sentencia firme por algún delito contra la libertad e indemnidad sexual, lo que incluye la agresión y el abuso sexual, acoso sexual, exhibicionismo y provocación sexual, prostitución y explotación sexual y corrupción de menores, así como por trata de seres humanos”, de acuerdo con el artículo 13.5 de la Ley Orgánica de protección jurídica del menor. Aquí estoy, querido lector, sufriendo unos simbólicos escalofríos, con efecto retroactivo, en pleno mes de agosto, viendo peligrar mi derecho a la intimidad sin haber abierto la boca hasta ahora, sintiéndome desposeído  -como si tal cosa- de mi humana libertad, sintiéndome bajo sospecha como consecuencia de haber superado una oposición en tiempos ancestrales y tener un público adolescente, contemplando cómo proliferan las causas inquisitoriales y se multiplican los inquisidores a diestro y siniestro, y cómo los gestores del Estado –muchas veces sumido en las cloacas de la corrupción- se vanaglorian,con un cinismo superlativo,de ser fieles guardianes de la moralidad más estricta. No sé si podré conciliar el sueño esta noche pensando que alguien pueda señalarme con el dedo acusándome de exhibicionismo por escribir estas letras o despertar una sonrisa entre mis alumnos, aunque no use gabardina y lleve bien cubiertas las partes pudendas.

CARACAS Y MADRID.

 

10.07.2016 Joaquín Ramírez Iberoamérica, Hispanoamérica o Latinoamérica, siempre está presente en la vida de España. Cada exceso, cada crisis, cada noticia, tiene un especial eco en nuestro país. Se habla de “especiales lazos”, de vinculación cultural, de parentesco o de países hermanos. Lo cierto es que el golpe de estado en Chile, desde el asalto a la Casa de la Moneda, el asesinato de Allende y los avatares de la dictadura de Pinochet fueron asuntos que nutrían las noticias y el debate de nuestra vida diaria. Pasó lo propio con la dictadura argentina, y el grado de conocimiento de muchos personajes nefastos, militares y civiles, era muy alto, Videla, Masera… Antes de eso, Juan Domingo y Evita Perón fueron portada y objeto de atención de buena parte de nuestros compatriotas durante años y aún hoy. El general Stroessner protagonizó una de las más largas dictaduras de América -35 años- al frente de Paraguay y su nombre se convirtió en habitual como objeto de crítica política también en España. Cuba, cuya longeva dictadura es todavía más larga, fue la última gran posesión española y nunca hemos dejado de atender su actualidad de forma totalmente cotidiana. Las FARC colombianas, Sendero Luminoso en Perú u otros implicados en sucesos violentos o de terror fueron del conocimiento y atención de los nuestros en todo momento. Correa (Ecuador) o Evo Morales (Bolivia) son viejos conocidos. La llegada del movimiento Sandinista a Nicaragua, o la vida de Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, República Dominicana, Paraguay o Puerto Rico, también son y han sido objeto de interés y conversación. ¿Qué decir de Méxicoo Panamá?, por unas causas o por otras, el PRI, el presidente Fox, Peña Nieto o, en su día, el general Noriega… No, no es raro ni extravagante que en estos días Venezuela, con muchos de sus más importantes personajes, ocupe parte de nuestra curiosidad y debate. Carlos Andrés Pérez, conocido presidente socialista de aquel país, tuvo al final de su mandato mucho lío con la corrupción, aquí se habló de ello uno y otro día. Tal y como se ha hecho con Chávez –desde su llegada-, Maduro, Diosdado Cabello, el fallecido en extrañas circunstancias Fiscal Nisman, Henrique Capriles, Corina Machado, Leopoldo López, Lilian Tintori, el alcalde Ledezma, entre otros.

 

Si a todo ello añadimos que el modelo venezolano fue en numerosas ocasiones puesto como ejemplo a seguir por la muy emergente fuerza política de los Iglesias, Monedero, Errejón, Bescansa, Echenique, etc. a nadie puede ni debe extrañar que se hable de Venezuela y su estrangulamiento económico, democrático y social en medio del proceso político español.

 

La reciente larga campaña electoral, tras la disolución de las Cortes en octubre de 2015, ha intensificado las alusiones a la cuestión venezolana por la innegable importancia electoral y política de Podemos, por los documentos que prueban las muy pingües e inexplicables ayudas gubernamentales de Venezuela a la fundación CEPS u otros inexplicados cobros y papeles, la probada relación con el Régimen Chavista de los principales dirigentes podemitas, el agravamiento de las condiciones sociales y democráticas de aquel país, los presos políticos, las visitas de Felipe González, Zapatero y recientemente Rivera… El gobierno de España se ha interesado por las encarcelaciones de algunos de los principales políticos opositores, ha acogido a sus familiares y hasta ha concedido la nacionalidad española a algunos de ellos para facilitar sus movimientos y su incesante lucha contra la persecución y la injusticia. Hay doscientos mil españoles en Venezuela, las circunstancias de desabastecimiento e inseguridad de todo orden nos obligan a intentar atender y ayudar lo más que se pueda.

 

Y no, no es Venezuela modelo a seguir, como tampoco lo es su paradójico “referéndum revocatorio”, una figura jurídica inspirada por una mente perversa, aplicada parcialmente ya una vez de modo igualmente perverso.

 

La crisis y los aberrantes sucesos de corrupción nos han llevado a los españoles a escuchar algunos cantos de sirena en momentos de especial sensibilidad. Sin embargo, la senda de la Transición del 78 sigue siendo el más viable y mejor camino de nuestra democracia, con todos los inconvenientes y virtudes. Nunca nuestro país alcanzó un grado general de prosperidad social tan alto como el actual, ni nunca una Constitución ha durado tanto ni dado mejor resultado que la vigente; perseverar en el espíritu que su letra y realidad representan no debe ser una opción. A pesar de los problemas y de nuestra sociológica y tradicional tendencia derrotista, pueden tomar nota: el proceso español, su sistema y su orden constitucional, sí que son el modelo a seguir.

 

 

 

UNA TARDE DE JUNIO
 
09,07.2016 Antonio Villalba Moreno El día de mi santo, me eché una buena siesta después del partido de España. En apenas media hora de sueño profundo pude retroceder a los primeros días de mi llegada al Instituto de Torremolinos.
 
Estoy en mi sitio junto a mi primo Gerardo, no sé el motivo, pero todos mis compañeros me miran señalando mi rostro, es el de un hombre cincuentón, con canas incipientes y patas de gallo algo exageradas. Un rostro experimentado en un cuerpo de adolescente. Tengo la impresión de llevar un buen rato en esa situación, extrañado, pregunto a mis profesores de Literatura y Física de segundo de BUP quién soy, pero permanecen mudos.
 
Entonces, despierto sobresaltado por el ladrido de mi perro. Me levanto y siento que alguien se acerca a la puerta de entrada. Me aproximo y percibo que tiene un parecido sospechoso al director de mi colegio de siempre.
 
—Buenas tardes, busco al alumno que salió del Ciudad de Jaén antes de los ochenta. —Voy a contestarle pero no me sale la voz de la garganta. Él continúa hablando. — Tengo que decirle que si quiere dedicarse a la enseñanza debe tener una cosa en cuenta: que lo primero es el alumno. La empatía con él es primordial y si no está dispuesto a seguir esta premisa debe dedicarse a otra cosa en la vida
 
Intento gritarle que yo soy ese alumno que está buscando, intento decirle que me dedico a otros menesteres, no porque no esté de acuerdo con él, al contrario, mi sueño hubiera sido ejercer de maestro, sin embargo el destino es, a veces, caprichoso y te va llevando a otros lugares diferentes a tus sueños y tú debes adaptarte, pero reina el silencio en ese momento, no puedo articular palabra alguna y lo veo volverse hacia el final de la calle donde lo pierdo de vista.
 
Drako, se me queda mirando con ojos tristes y cansados, y yo le pregunto (ahora sí oigo mi voz) cuándo cree que comprenderé lo que estaba pasando aquella tarde de junio. Noto que intenta decirme algo, pero, obviamente, los perros no hablan, así que le acerco mi mano, él la lame, luego le masajeo la cabeza, mueve la cola y lentamente se va tumbando junto a mí para que no deje de acariciarlo.
 
Yo le sigo hablando.
 
—Drako, ¿tú crees que estoy soñando, o la vida es así de fantástica? ¿tú crees que el pasado puede volver al futuro para intentar explicar el presente?
 
Mi perro, mueve las orejas, se hace un ovillo y simula dormirse. Cojo la indirecta y me callo, paso la mano por su espalda. Lo agradece. Al cabo de un rato suena el teléfono. Es mi primo Gerardo, hacía tiempo que no hablaba con él.
 
 
 

26-J.ESPAÑA Y LA ENCRUCIJADA EUROPEA

 

26.06.2016 Rafael Guardiola En la viñeta firmada ayer por El Roto se afirma: “¿Qué es lo que votamos, si gobiernan los mercados?” Pienso que hoy, más que nunca, necesitamos un cambio de paradigma político que ilumine los actos de nuestros representantes. Habitualmente nos hemos dejado seducir por el paradigma del “gobernar”, convirtiendo a aquellos en dueños y señores de nuestra vida hasta la siguiente cita electoral. Pienso que no hay que obsesionarse con el poder que nos incita a gobernar, ni con el sistema caduco en el que se inspira la práctica de los ritos democráticos cuasi decimonónicos. El secreto está en “organizarse”, avanzar hacia la democracia directa y la autogestión gracias a las posibilidades del ciberespacio. Y todo ello haciéndolo desde la “sensibilidad” (no desde idealizaciones vacías y los corsés conservadores o revolucionarios) y teniendo como norte la habitabilidad del planeta.

 

Confío en que la Democracia española deje pronto de ser una mera idea platónica, para convertirse en una auténtica forma de vida, una fiesta a la que no están invitados ni los manipuladores ni los corruptos. Pensemos más en la cooperación y en la organización de nuestras potencialidades que en las miserias propias del gobierno, con independencia de quiénes sean los líderes de los Partidos de masas que aspiren al asalto del poder. Tan necesaria como la justicia lo es la alegría y la paz social. Y hace falta también cuestionar las políticas de austeridad que han ahogado al propio capitalismo.

 

Además, no hay que perder de vista que muchas cosas han cambiado tras el resultado del reciente Referéndum británico. Como nos recuerda Antonio Campillo, Catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia y Presidente de la Red Española de Filosofía: “Se abre ahora una gran encrucijada: o Europa cambia de rumbo y aprovecha la oportunidad para avanzar hacia la unión política, la democratización de sus instituciones y la recuperación del “modelo social europeo”, o corre un riesgo muy serio de precipitarse hacia a fragmentación, la renacionalización, la violencia xenófoba, el empobrecimiento colectivo y la autodestrucción del propio proyecto europeo”. Esta noche hay muchas cosas importantes en juego.

 

PLURALIDAD TELEVISIVA

 

19.06.2016 Pepe Cabrera Estos días en los que estamos inmersos pueden ser días de una felicidad sin parangón. Días en los que veremos cómo se nos prometen la creación de empleos con la misma facilidad que nacen las margaritas en el campo

 

A partir de estos días ya no habrá subida de impuestos, por el  contrario se nos prometerá una bajada de estos… para el año que viene o tal vez para el siguiente o para el otro… Se nos prometerá dichas incontables, sueldos y contratos dignos; fórmulas mágicas de inversión pública sin cargo a la deuda pública; una racional reforma educativa que se eduque en la crítica y no en el aborregamiento y lo más maravilloso de todo un país con la corrupción exterminada como se erradicó la viruela.

 

Un país idílico se nos propone estos días, sin duda, en el que todo problema del ciudadano será solucionado a cambio de nuestro voto y donde el partido político contrario es incapaz de ofrecer soluciones creíbles y realizables. Nos declararan con osado disimulo poco menos que de idiotas si no les votamos. Veremos aparecer todo tipo de bonanzas bajo eslóganes como: “ahora más que nunca, España en serio”, “Un sí por el cambio”, “Tiempo de acuerdo, tiempo de cambio” o “La sonrisa de un país”. Con esta tormenta de venturas no hace falta ningún tipo de receta curativa pues a partir de estos días, todas nuestras dificultades serán agua pasada.

 

Cabe preguntarse si hasta ahora se lo estaban tomando a broma; si el cambio que propugnan algunos pueda ser para peor; si los acuerdos van a ser como los obtenidos en la mini legislatura anterior o la tan esperanzadora sonrisa se pueda convertir en risa y ya se sabe: se puede llegar a reír por no llorar.

 

Por fortuna Dios aprieta pero no ahoga y con la diversidad televisiva tenemos la oportunidad de elegir no ver debates, noticias referentes a la campaña electoral, y no escuchar lo bien que lo van a hacer unos en detrimento del oponente político.

 

Pluralismo televisivo en cuanto a poder decidir no ver nada de todo esto y retrepado en el butacón más cómodo de nuestra casa delante de nuestro televisor disfrutar admirado de una buena serie o película, o mala da igual, el caso es tener la sensación de que lo que estás viendo en la pantalla se sabe de antemano que es una ficción y que por lo menos no se nos está engañando.

 

LA TARJETA POSTAL
 
04.06.2016 Antonio Villalba Moreno El pasado lunes se me ocurrió abrir el buzón de mi casa. Había publicidad de las centros comerciales cercanos, varios avisos de impuestos pendientes de cobro y ... ¡una postal! Me extrañé. Perdón, igual algunos lectores no saben o no recuerdan qué era eso. Sí, una cartulina con una fotografía por un lado y en el reverso la explicación de la imagen, un espacio para el sello y el resto en blanco para escribir un mensaje.
 
Hechas las oportunas aclaraciones comentaré lo que me ocurrió. Ya he dicho que me sorprendió, muy gratamente, porque me hizo retroceder unos años y recordé las primeras que envié, al menos desde el extranjero. Fue en 1985, aún no había llegado a la veintena de años y aquel verano me fui de interrail por Europa con dos amigos.
 
Hace algo más de treinta años remití varias tarjetas desde distintos países a mis padres, abuelos y amigos. Algunas llegaron después de mi viaje, como la que mandé desde Roma con una fotografía del Coliseo, en ella le decía a mi novia que tenía muchas ganas de verla y que le enviaba muchos besos. Nos reíamos los dos mientras la besaba en persona y la sosteníamos comentando la rapidez de Correos.
 
Ahora eso es impensable. La inmediatez impera en casi todo. Fotografías, mensajes y noticias llegan al instante. Llámenme antiguo, carca o como quieran hacerlo, pero yo echo de menos dosificar las emociones, dosificar las fotografías pensando en las 24 o 36 de cada carrete y por tanto, escogerlas de forma concienzuda. También la emoción del revelado, esas fotos en papel que veíamos varios días después, incluso semanas si el carrete quedó a la mitad y no se acabó hasta las siguientes vacaciones.
 
La celeridad de los correos electrónicos y, sobre todo, de los whatsapp no cuadran con la postal que encontré en el buzón, pero lo extraño fue que, cuando me senté en casa para contemplarla y leerla, me percaté que eran las Torres Gemelas. Me dio un vuelco el corazón al verlas enhiestas e intactas y recordé el acontecimiento que nos cambió la vida a todos.
 
¡Qué cantidad de sensaciones pasaron por mi cabeza! ¿Cómo era posible aquella incongruencia? ¿Era una broma de mal gusto que alguien quiso gastarme a destiempo? ¿Se habrían equivocado de dirección?
 
Estuve un buen rato observando aquella imagen y no caí en darle la vuelta y comprobar el remitente. Era de mi amigo Pepe, de visita en Nueva York, fechada en los noventa. Un sello de medio dólar estaba pegado y franqueado en el margen derecho y unas líneas manuscritas me saludaban desde el otro lado del Atlántico (y, ahora también, desde el pasado).
 
No quise averiguar el motivo por el que apareció en mi buzón, al contrario, agradecí tan grata sorpresa que me hizo agitar mis recuerdos y remover mis sentimientos. Así que busqué una chincheta y pinché la tarjeta postal en mi tablón de anuncios.
 
 
 

DESDE LA VILLA Y CORTE.EL SOL POR ANTEQUERA

 

29.05.2016 Joaquín Ramírez Fue el Infante don Fernando de Trastámara quien, a las puertas de la ciudad antequerana para su toma, a punto de cruzar un muy crecido río Yeguas, tomó la decisión de avanzar frente a las dudas de su consejo militar. “Salga el sol por Antequera y que sea lo que Dios quiera”. Desde entonces esta frase es una muestra de determinación en la que va implícita la asunción de las consecuencias de la decisión tomada. El 24 de septiembre de 1410 Antequera, hasta entonces inexpugnable, tras el asedio y una dura batalla, es entregada al que ya sería conocido como Fernando de Antequera, posteriormente elegido Rey de Aragón -1412-.

 

Hoy echar mano de esa frase es tan socorrido como necesario su significado, tomar las decisiones y asumir las consecuencias es tan esencial como seguir respirando. Cierto es que usamos muchas veces frases hechas cuyo origen ignoramos por completo. Pero, a poco que echemos un ligero vistazo a la historia y sus hechos, podemos encontrar el qué, el cómo y el porqué. Para aquella larga aventura de la “Reconquista” Antequera, por su situación geográfica, resultaba ser una plaza estratégica para la toma de Granada, que pondría fin al proceso.

 

Aquella España moderna en ciernes cumplió una etapa, el Infante don Fernando, que mandaba los ejércitos castellanos, fue poco después Rey de Aragón, tras el Compromiso de Caspe. La historia y las circunstancias políticas y militares de Antequera fueron determinante para podernos explicar el posterior reinado de los Reyes Católicos, la creación de la nación moderna y hasta el Descubrimiento de América.

 

Pero nuestro país está lleno de hechos sonados, nombres de batallas cruciales y puntos geográficos cuyo protagonismo e importancia quedaron para siempre en los anales, pero que la vida moderna ha hecho desaparecer su vigencia estratégica. Sin embargo, otros muchos –entre ellos Antequera- parecen predestinados a permanecer en la vanguardia de los acontecimientos adaptando su papel a las necesidades de los tiempos.

 

Después de casi 6000 años de historia, la vieja Anticaria romana, no sólo ha sido escenario clásico de hechos y contiendas, sino contemporáneo de pronunciamientos políticos y sociales. Situada en el centro geográfico de Andalucía, a cuarenta minutos del Mar de Alborán, Antequera en su auténtica capital logística debido a su conexión por autopista o autovía con todas las capitales del sur de España, así como por estar conectada también por el Tren de Alta Velocidad –ave-. Por eso hoy es el mayor centro de distribución de mercancías de una latitud que sigue creciendo en población, comercio e influencia.

 

Por si fuera poco, hoy Antequera aguarda la decisión para la declaración del Sitio de los Dólmenes de la ciudad como Patrimonio Mundial de la Unesco. Esta declaración de la catalogación Patrimonio de la Humanidad situaría –situará- a los Dólmenes de Antequera en el mapa de los grandes monumentos megalíticos del mundo, convirtiéndose en el primer bien de esta tipología declarado en la Europa continental.

 

No cabe en estas líneasla importante monumentalidad antequerana, pues su patrimonio cultural es de todos los tiempos. Dice la leyenda que al Infante Fernando la frase que le convenció para dirigirse a su conquista se la sugirió Santa Eufemia de Calcedonia, mártir cristiana a la que veneran las iglesias Católica y Ortodoxa, patrona de Antequera desde entonces. En la torre más alta de la ciudad, la Real Colegiata de San Sebastián, un ángel custodio tiene una reliquia de esta santa.

 

La historia, la arqueología, la tradición cristiana, la vida actual con todas sus conquistas tecnológicas y humanas, el arte y la cultura, todo está servido en esta antiquísima ciudad del sur que hoy afronta su futuro con brillantes expectativas. Es fácil acceder al conocimiento de la versátil e interesantísima ciudad. No hay que ir a Antequera a buscar las explicaciones, pero es mejor acercarse y comprobar que todas están allí.

 

LA VIDA NO ES TAN BELLA

13.05.2016 Pepe Cabrera Villalba “Empieza el juego. Quien no haya llegado ya no juega. Se precisan mil puntos. El primer clasificado ganará una vida nueva fuera de este camión. Menuda suerte. Cada día leeremos la clasificación, al último clasificado le colgaremos un cartel que dirá “asno”. Aquí en la espalda. Los de ahí fuera están en el equipo de los súper malos que gritan que te llevarán a un centro de internamiento de extranjeros sin caramelos, si te descubren. Quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar; dos, los que quieren ver a su mamá; tres, los que tienen hambre y piden la merienda.”

 

Este es un párrafo de la película “la vida es bella” de Roberto Benigni. La vida sigue siendo bella para algunos en Europa, como pasaba a principios de los 40 y cuenta esta película. Antes, hombres y niños hacinados en un campo de concentración alemán; hoy, y aunque salvando afortunadamente las diferencias, hombres y niños hacinados en campos de refugiados en Grecia y Turquía, estacionados  allí por la insensibilidad de una Europa que debería acogerlos de brazos abiertos. Distinta época, parecidas circunstancias, el mismo sufrimiento por culpa de lo inhumano de las políticas europeas de inmigración y acogimiento.

 

El problema de los refugiados de guerra e inmigrantes ilegales, no es un problema que la Unión Europea en este caso, asuma como propio más allá de lo puramente formal, esa formalidad que se traduce en dirigentes en rueda de prensa mostrándose dispuestos a hablar con otros dirigentes y a ver si la próxima semana, y sino la siguiente...se arregla el “problemilla”. Hace tiempo que el factor humano dejó de ser una prioridad en el lugar donde vivimos. Hace tiempo que aceptamos como normal que los dirigentes que cobran el sueldo de nuestro bolsillo despachen asuntos humanitarios con un “métalos usted en su casa” tan irresponsable como vomitivo.

La comisión europea habla ya de los refugiados como si fueran emisiones de CO2. Primero con lo de la cuotas y ahora se sacan la manera de que los gobiernos incumplan pagando un peaje para que los refugiados los acoja otro. Con una multa de 250.000€ de un refugiado que te toque acoger y que no acojas. La pagas y te exime de responsabilidad. Ósea pagar por escaquearse. Y hace unos días con la proposición de que las políticas de asilo  se deberían financiar con una combinación de préstamos e impuestos que contribuirían a cumplir objetivos climáticos de Paris. Idea discutible donde la haya, pues muy a nuestro pesar, poco tienen que ver el tocino con la velocidad.

 

Pertenecer a  Europa no es solo tener Euros en el bolsillo, es también ser solidario con la desgracia que está pasando en nuestras fronteras. No podemos mirar para otro lado. Hace tiempo recibíamos fondos europeos nosotros, ahora es a nuestro país conjuntamente con sus socios europeos a los que les toca echarles un cable  y ayudarles mediante planes de integración responsables en el que el factor educativo sea indispensable. La cuota de refugiados que tienen que recibir nuestros países europeos no son números, son familias, son niños, son personas. Hay que ser solidarios con la desgracia ajena.

 

Si las muertes de los que sufren el hambre y la guerra en esos países en conflicto o los que se ahogan intentando cruzar en una barcaza hacia nuestro continente hicieran bajar los índices Dow jones, Nikey o el Ibex35, hace ya mucho tiempo que no existiría el Día Mundial del refugiado. Pero este día tiene que existir, como si no se iban a exonerar las culpas y las vergüenzas de nuestros dirigentes políticos ante tanta desgracia e injusticia.

 

LA SOLEDAD SONORA DE LA LECTURA

 

                12.05.2016 Rafael Guardiola Todos aquellos que, por obligación o por devoción, frecuentan los actos académicos, como es mi caso, convendrán conmigo en que no es fácil hoy en día quedarse ensimismado por las buenas artes de un conferenciante, hasta el momento desconocido. Más aún, cuando son dos las ponencias seductoras, desprovistas del ropaje y la imaginería de las nuevas tecnologías, y éstas se suceden en el tiempo en la misma jornada. Esta feliz conjunción astral se produjo el pasado jueves 5 de mayo en el Salón de Actos de la ETSI de Informática y Telecomunicación de la Universidad de Málaga, con motivo de la reunión general de la Red de Bibliotecas Escolares de la provincia, a la que asistí como responsable de la Biblioteca del IES Jacaranda de Churriana. Son múltiples las voces que ya han mostrado su agradecimiento a la Administración Educativa por la sabia elección de los ponentes en el foro del que participamos los sufridos bibliotecarios, en sintonía con mis palabras. No voy a ser muy original por ello, como reclama el pensamiento posmoderno, pero sí pretendo ser justo. No en vano, ambas ponencias invocaron la memoria del checo Franz Kafka.

 

                En su conferencia titulada “Leer para qué”, el escritor, ensayista y filósofo residente en Túnez, Santiago Alba Rico, desgranó con pericia las tesis principales de su magnífico libro, Leer con niños, cuya primera edición data de 2007, pero que no ha perdido ni un ápice de actualidad. Nos habló de “cocina y lectura”, del tiempo infinito que dedicamos a la digestión y de las delicias que obra en nuestro cerebro el sabor de la lectura apelando al testimonio de Sor Juana Inés de la Cruz y a su propio tránsito diario por las dependencias de su vivienda en tierras lejanas. Santiago Alba nos invita a recorrer el espacio que va del estudio de su casa, donde impone su ley el divino ordenador gracias al que encadena sus pensamientos y desarrolla su intenso trabajo intelectual, hasta la lejana cocina, en la que el entendimiento cede paso a la elaboración de los productos perecederos destinados a la digestión. Entre el ordenador y la cocina ha erigido un monumento a la vida reposada en forma de sillón de orejas, a medio camino de todo, en el que se consagra a la lectura para no olvidar rápidamente en qué consiste vivir. Dice que es a Darwin al que suele leer en este tránsito, en este anacrónico monumento de la duración bergsoniana, del “tiempo vivido”, subjetivo, un continuo presente continuo que nos arroja fuera de las fauces del tiempo de los físicos, sea del tiempo absoluto de Newton, sea del tiempo relativo de Einstein. Santiago Alba confiesa que su lectura de Darwin es una especie de kantiano fin en sí mismo, pues su profesión no es la de biólogo, ni se acerca al libro para degustar sus sabores literarios, que los tiene. Lee para no olvidar rápidamente que está vivo, dado que nos encontramos en una sociedad de la destrucción generalizada, en la que lo producido hoy desaparece antes de seis meses, en el mejor de los casos, y perdemos su rastro. Saturno devora a su hijo con una velocidad de vértigo en el estado de guerra permanente que marca la sociedad del consumismo delirante y el imperio arrollador del mercado y el “valor de cambio”, hasta el punto de que el ocio se ha proletarizado, se prepara para ser digerido y reducido a un pestilente detritus.

 

                Para Santiago Alba, en nuestras sociedades industriales avanzadas –es un decir- ya no hay cosas, ya no hay objetos, sólo mercancías. El usurero Shylock del Mercader de Venecia de Shakespeare se frotaría las manos simplemente con el roce de semejante idea. Los objetos que no han sido desnaturalizados nos suelen devolver una imagen especular que nos convierte en sujetos, en protagonistas de nuestro tiempo. En los objetos –sean artefactos, como un libro, o de carne y hueso, como un niño- podemos fijar nuestra mirada, pueden llamar así nuestra atención y volverse interesantes. Los objetos son auténticos archivos de la memoria y encierran el misterio del proceso de su elaboración o aparición. E incluso se mueren y podemos asistir a sus estertores. Pero esto no pasa con las mercancías, que desaparecen rápidamente de nuestra vista, que mueren anónimamente aquejadas por el mal de la obsolescencia programada o la voracidad del intercambio ventajoso que, según los calvinistas, revelaba la ansiada salvación tras el Juicio Final. Y en lugar de la imagen del Tío Gilito de Disney, nadando en el océano de sus billetes y monedas relucientes, el presente nos devuelve la del cretino bronceado Donald Trump, un adalid de la digestión a gran escala y de la ley del Oeste. Nuestra amada sociedad civil languidece y ve cómo se atrofian la razón, la memoria y la imaginación de los ciudadanos. La propuesta de Santiago Alba es simple y revolucionaria: hay que leer para recuperar y conservar, para reconquistar nuestro presente, el tiempo como duración, para distanciarnos de lo que nos aliena y embrutece.

 

                “La pasión de leer” fue el título del segundo regalo de la mañana y su artesano, Antonio Basanta Reyes, Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, un ponente que transmite un entusiasmo y un cariño inconmesurables, casi lascivos, dignos de la mismísima Sherezade. Comparto con Antonio Basanta que la lectura es un acto de rebeldía, un ejercicio de soledad sonora que se modula con el propio devenir de nuestras mortales existencias. Ya es hora de proclamar las virtudes de la actitud lectora ante la vida, para que se instale definitivamente en nuestras meninges y recoja el testigo del grito descarnado de Kant, “sapere aude”. La lectura crítica, reflexiva, nos permite observar sin ser ingenuos, interpretar lo que acontece y comprender profundamente hasta lo incomprensible. Gracias a la lectura podemos, incluso, llegar a ver con el corazón. Eso es lo que hizo Franz Kafka, ya muy herido por la tuberculosis, cuando fue capaz de hacer que una niña olvidara la pérdida de su muñeca más querida creando una historia para ella durante dos semanas a través de unas cartas imaginarias, cartas que compartieron, felizmente, en un parque berlinés.

 

LA MAGIA DE LA AMISTAD

 

24.04.2016  Rafael Guardiola Iranzo Es para mí un honorhablar del talento que atesoran las páginas de La magia de los días,la última novela del centauro y mago Antonio Báez Rodríguez, un aprendiz de brujo nacido en Antequera hace unos cuantos años, un tenaz profesor de Cultura Clásica con el que compartí más de quince años en el IES Jacaranda de Churriana, y que ha sido publicada con esmero por la Editorial Talentura. Como pueden observar, las palabras no son gratuitas en todo esto.

 

El olvido, como envés de la memoria, es el protagonista de la primera novela de Antonio Báez, publicada en septiembre de 2011 también por la editorial Talentura y titulada La memoria del gintonic. Desde que apareció su primer libro de relatos, Mucha suerte en el año 2008 (narrador.es), Antonio Báez ha publicado también Griego para perros, en la editorial Sabara (2012), libro que concibe como un “híbrido de relatos, microrrelatos y novela”, y ha colaborado con cuentos y microrrelatos en antologías como Mar de pirañas (Menoscuarto, 2012), Velas al viento. Los microrrelatos de la nave de los locos (Cuadernos del vigía, 2010), y en Blogs de papel (Editores Policarbonados, 2009). Numerosas son también sus publicaciones digitales y meritorio su Blog cuentosdebarro.blogspot.com, que mantiene desde

el año 2007, y que fue nominado como mejor Blog de creación por la Revista de Letras en el año 2011.

 

Como Adán, el protagonista de la novela, mi amigo Antonio Báez es “un detective de vidas ajenas” especialmente dotado para la ironía agridulce y para suscitar en el lector una cascada compleja de emociones sencillas, como hacía el feo Sócrates, al parecer, cuando ejercía el oficio de partero intelectual en los mercados atenienses y con la sinceridad y descaro de Diógenes cuando se masturbaba con fruición en el ágora ante los ojos bienpensantes.

 

Me gusta pensar que La magia de los días se ha sumergido, alevosamente y sin permiso, en la noble tradición de la novela filosófica que tanto agradaba a los ilustrados del siglo XVIII. Me gusta imaginar a Antonio Báez convertido en un Voltaire malagueño, desayunando cien ostras regadas con una botella de champagne, tras una agitada y sudorosa noche de placer carnal. Me gusta ver a Antonio Báez travestido como una Penélope seductora y sin depilar, tejiendo la urdimbre del relato de millones de Ulises tuertos, curiosos y erráticos, movidos por el deseo de hacer magia, sonriendo a la nada, al vacío de nuestra existencia mortal. Como sucede en el ingenioso cuento de Voltaire de 1767 que lleva por título Cándido o el optimismo, el relato del que nos ocupamos tiene un final abrupto. Todo acaba “como si no hubiese pasado nada”. Parece como si no tuviéramos razón alguna para atormentarnos pensando en las desgracias que aparecen a lo largo de la vida, de una vida marcada por el dolor, la fatalidad y el vértigo paralizante. Un tema recurrente del Cándido de Voltaire y de La magia de los días es la sucesión y acumulación de calamidades que acontecen, con la sombra del destino inexorable como telón de fondo y horizonte vital. Por otra parte, no hay que olvidar que Cándido y Adán comparten en su viaje a lo largo del gran teatro del mundo la misma motivación: la ingenuidad y la capacidad de asombro.

 

Mi amigo Antonio es un consumado aficionado a los viajes exteriores e interiores, es un testigo de la magia que llueve con los días, pero no es precisamente un estoico como el protagonista de su novela. Me gusta pensar que es un cínico diplomado. Se rebela corriendo y dando gritos cuando la ciudad duerme, y buscando vivos entre las tumbas de los cementerios. Definitivamente el emperador Marco Aurelio no tiene razón: no hay que abstenerse del placer ni soportar el dolor. Para vivir bien basta la magia. Mi diagnóstico filosófico es simple: Antonio Báez se ha encontrado de frente consigo mismo, jugando a ser un detective de vidas ajenas de la mano de Sócrates, Diógenes y Marco Aurelio y, de paso, nos ha mostrado el valor terapéutico que la literatura tiene en momentos de crisis.

 

La magia de los días consta de dos partes perfectamente ensambladas por un centauro irreverente, aficionado a tejer historias verosímiles con un realismo pedestre, casi de sopa de picadillo, gazpachuelo o porra antequerana, con ribetes aristocráticos, que gusta de provocar mágicas sorpresas en el lector bien temperado. La primera abarca un conjunto de relatos (“El magnetofón”, “Insomnio”, “Hospital”, “Cumpleaños” y “Ven, Capitán Trueno”), y la segunda, comprende  la novela La magia de los días, que aparece como el fruto de una conversación mantenida por el autor del relato y Adán, su protagonista, durante veinte años. Sólo nos queda ceder la palabra, al autor de La magia de los díaspara que tenga a bien revelarnos el secreto de alguno de sus trucos. Que ustedes lo pasen bien.

 

EL POLIDEPORTIVO FANTASMA

 

27.03.2016  Antonio Villalba ¿Han visto ustedes esos semáforos en los que nos dicen que pulsemos un botón para poder cruzar? Cuando lo hacemos aparece una pequeña señal luminosa que dice “Espere verde”. Y, ¡qué remedio! Hay que esperar. ¿Han notado que a veces dicha acción no sirve para nada? Es lo que llaman el efecto placebo del pulsador de los semáforos que, por lo visto, se está aplicando en algunas  ciudades.

 

A veces pienso que algo parecido ocurre en Churriana pero con otras cuestiones. Y me refiero, por ejemplo, al cartel que permaneció durante cuatro o cinco años a la entrada del pueblo anunciando EL POLIDEPORTIVO DE CHURRIANA. Sobre este tema quería escribir desde hacía tiempo y lo he vuelto a recordar con la sección de este periódico Tengo una pregunta para usted. En ella, el director respondió a la pregunta sobre el proyecto del Polideportivo que se le hizo en esa sección de forma diplomática. Quiero no hacer lo mismo en estas líneas. 

 

Lo que no saben los lectores es que, en un principio, la pregunta estaba formulada de esta forma: “Comentan las malas lenguas que el cartel que había a la entrada de Churriana en el que se leía «Próxima inauguración de Polideportivo» quieren colocarlo en la Plaza de la Inmaculada. ¿Es cierto o es un bulo?”.

 

Como podrán imaginarse es una invención que viene a cuento porque ese cartel estuvo demasiado tiempo cerca de donde ahora está el local de la Asociación de Disminuidos Psíquicos y Físicos. Nuestro concejal, entonces, era José Hazañas. Lógicamente tendría buenas intenciones, al menos a un político se le presuponen, pero no solo basta con ellas y a los hechos me remito. Dejó el cargo pero la construcción no se hizo.

 

Era una ilusión. De hecho, todavía seguimos sin tenerlo. Los más cercanos no están en nuestro municipio y si es necesario utilizarlos siempre es más ventajoso desplazarnos  a Alhaurín o, sobre todo, a Torremolinos. Somos muchos los churrianeros que utilizamos sus instalaciones, al carecer nuestra barriada de algo tan necesario.

 

Creo que cuando nuestro anterior edil, José del Río llegó, ese cartel anunciando el polideportivo ya no estaba. Tuvieron la decencia de quitarlo. Tengo que confesarles que cuando fue elegido concejal de Deportes del Ayuntamiento de Málaga me ilusioné y pensé que si continuaba  en el cargo en los siguientes presupuestos se podría habilitar esa partida que el Sr. Hazañas no pudo conseguir.

 

Ahora la pelota está en manos de la nueva concejala, María del Mar Martín, para que, si tiene ocasión de leer este artículo, por lo menos sepa lo que sus compañeros prometieron y no cumplieron. Hay inquietud, hay necesidad. Es una carencia histórica de nuestra barriada. 

 

Le recuerdo a nuestra representante que los terrenos siguen ahí, que la parcela está situada en la Calle Rigoberta Menchú, en Las Espeñuelas. De lo que no tengo ni idea es de donde está el cartel que anunciaba el polideportivo con piscina.  Así que si no se encuentra ahora el dichoso letrero no creo que importe mucho, seguro que nuestros gobernantes utilizarán otros elementos para adormecer  a los ciudadanos, para que sigamos creyendo que todo funciona gracias a nosotros, a modo de efecto placebo, aunque, pensándolo mejor y dejándonos de palabrería, ¿no sería más efectivo comenzar con los cimientos del centro?

 

UNA NUEVA HUMANIDAD

 

  22.03.2016 Rafael Guardiola    Jordi Casas, el experimentado director titular del Coro de la RTVE y de la Gran Misa en Do menor, K427 de W. A. Mozart,  que tuve el placer de saborear el pasado sábado 19 de marzo en el Teatro Cervantes de Málaga, ignora el atávico poder que le he atribuido a sus nobles gestos. No es consciente, sin duda, de la inmensa metáfora auditiva que dibujó en el espacio y ha obrado como dulce lenitivo para calmar la desazón que me han provocado las serias noticias de hoy, los insensatos atentados de Bruselas, no menos dolorosos que los que han azotado recientemente a las tierras turcas.

      Jordi Casas abrazaba, una y otra vez, casi maternalmente, a los intérpretes del elegante rito expiatorio de Mozart. En una carta a su padre de enero de 1783, Mozart confiesa que su Gran Misa es fruto de una amorosa promesa y se eleva como un imperativo moral: hace votos por la pronta recuperación de Constanza, su esposa, y ofrece una oda a la belleza, finamente engarzada, implorando a un ser omnipotente para que la salud retorne a su compañera y pueda ésta cantar los poéticos solos de la obra, como así hizo finalmente en octubre de 1783. Mozart no compone aquí por encargo, ni se obstina en trascender la maestría de las obras sacras de Bach, sino que se entrega, a mi entender, a la exploración sincera de las posibilidades cósmicas y matemáticas de la música gracias a la iluminación de la orquesta y el coro a solas, a solas con su corazón, con la libertad del singular acto creativo, y con un libidinoso sentimiento de piedad hacia el que sufre como un masón tan ejemplar al estilo deHaydn.

Jordi Casas tiene una estatura discreta, pero sus manos maternales mueven multitudes. Sus brazos nos protegen del gris resentimiento de los nietzscheanos animales de rebaño, de la moral contraria a los impulsos naturales, que abrazan -con brazos bien diferentes- los amantes suicidas de Thanatos. Estos últimos se han empeñado en renunciar a su humana excelencia, cercenando la paz y la partitura vital de los que, tal vez ingenuamente,albergamos ciertas esperanzas de comunicación y entendimiento planetarios.  La profunda oración de Mozart y el abrazo sincero de Jordi Casas, son el camino de una vieja "nueva Humanidad".

 

 

 

 

CRONICA DE LA SEGUNDA VOTACION DE LA SESION DE INVESTIDURA

 

05.03.2016  Rafael Guardiola Aprovechando mi desplazamiento a la capital de la Villa y Corte  para representar a la Asociación Andaluza de Filosofía en la Asamblea General de la Red Española de Filosofía, y tras degustar el bacalao y las croquetas de la Casa Labra, muy cerca del Oso y el Madroño, como columnista de esta casa me he acercado al mismísimo Palacio de las Cortes para hacerme un "Einstein", esto es un selfie, donde exhibo mi afilada lengua,en recuerdo del gran científico y siguiendo el ejemplo del cínico Diógenes de Sínope, para mostrar su adhesión a las ideas aristocráticas.

 

Es el momento de buscar el gobierno de los mejores, de los filósofos, como postulaba Platón,a la vista del descrédito al que nos han sometido los mediocres, impresión que escribo  mientras se escuchan sonoros abucheos al candidato Pedro Sánchez y al ministro De Gundos.Fin de la conexión.

 

UNA CANCIÓN EN EL MOMENTO CORRECTO

 

29.02.2016 Rafael Guardiola "El momento "correcto" lo cambia todo" leo en un librito de mensajes de un ilustre “sanador tibetano”, un auténtico sabio oriental y universal, al que he tenido el gusto de conocer y abrazar en más de una ocasión: el Lama GangchenRimpoché. Y esta lectura intempestiva y oracular me ha hecho recordar una cita de Aristóteles de la Ética a Nicómaco que viene al dedillo (aunque no me gusta demasiado porque habla del "enfado" y el enfado tiene perniciosos efectos como son la explosión de violencia y el resentimiento que nos reconcome): "Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, ciertamente, no resulta tan sencillo". Aristóteles y el Lama Gangchen son sabios, no cabe duda. Porque, como escribe el filósofo español Xavier Zubiri en un artículo publicado en 1935, son capaces de hacer que se congreguen felizmente en la actividad cognoscitiva, las tres dimensiones que, según Aristóteles, implica “entender”: la necesidad apodíctica, la intelección de los principios y la impresión de la realidad (menudas palabrotas filosóficas, y proferidas en horario infantil). Gangchen y Aristóteles, entre otros, son capaces de “discernir” lo que es de lo que parece ser, deslindar la verdad de las apariencias, recordarnos que lo que consideramos real en el cosmos y en nuestras acciones depende, en gran medida, de nuestras interpretaciones subjetivas. Pero el conocimiento, el estado que nos libera de los peligros de la ignorancia nos exige ser capaces de “definir” con precisión lo que es, identificar con claridad, por ejemplo, las causas de nuestra desazón cuando bregamos con el sentido de nuestra propia existencia. Finalmente, el sabio aristotélico es capaz de “entender lo definido”. ¿Cómo se puede lograr dicho entendimiento que, al parecer, sólo está al alcance de mentes bien adiestradas? Para Aristóteles tres son las vías adecuadas para acceder a un fin tan loable: la “demostración” (medio en el que tiene un papel destacado la ciencia y la investigación y la argumentación lógica como instrumento), la “especulación”, captando el origen, las causas y el sustrato permanente que subyace a todos los acontecimientos y procesos del universo con el uso de la razón, y “la experimentación”, esto es, la impresión de lo real a través de nuestras vivencias en el mundo que nos descubren los sentidos. En cualquier caso, el sabio no se apodera del conocimiento para uso propio y exclusivo, sino que, como dice Aristóteles, “sabe enseñar”, tiene vocación de magisterio y pretende poner su granito de arena en la “salvación espiritual”, cognoscitiva, existencial o como quieran llamarla. No sirve aquí el famoso dictum del poema del cordobés Luis de Góngora: “Ándeme yo caliente y ríase la gente”. No me puedo resistir a recordarles aquí una estrofa de esta composición admirable: “Como en dorada vajilla/ el príncipe mil cuidados,/como píldoras dorados,/ que yo en mi pobre mesilla/ quiero más una morcilla/ que en el asado reviente,/ y ríase la gente.” El sabio estaría dispuesto a compartir su morcilla, con perdón. Las viandas serán sabrosas para todo aquel que se atreva a degustarlas, o lo que es lo mismo, a seguir la escarpada senda de la “investigación”. La clave está en el “conócete a ti mismo” del oráculo de Delfos que Sócrates adoptó como divisa y de la que han vivido multitud de sabios, como Freud.

Espoleado por una disquisición tan sesuda,  pienso que éste es el “momento correcto” para mostrar mis afectos, como sucede cuando saboreamos la miel de compartir la vida con personas extraordinarias, mientras suena, como telón de fondo, uno de los últimos cuartetos de cuerda de Beethoven, una obra que, con razón, veneraba mi padre, pues combina magistralmente la expresión de las emociones y el sesgo matemático de la música. A esa mujer que atesora la excelencia aristotélica va dedicada esta canción:

 

HOY QUIERO LLAMARTE LUNA

Hoy quiero llamarte luna,

aunque seas hija del sol.

Hoy quiero llamarte mar

y nadar en tu piel azul.

 

Hoy quiero llamarte árbol

y fundirme con tu tronco,

rugoso, alegre y perfumado.

Hoy quiero llamarte viento

y adorarte mientras bailas.

Hoy quiero llamarte fuego

y moverme con tus alas.

 

Hoy quiero llamarte luna,

aunque seas hija del sol.

Hoy quiero llamarte mar

y nadar en tu piel azul.

 

Hoy acariciar quiero

la miel de tu vientre terso.

Y seguir el rastro verde

y rojo de tu sangre, de tu risa,

cuando besas a los niños,

con el brillo inmenso de tus ojos

y el calor de tu voz cercana.

 

Hoy quiero llamarte luna,

aunque seas hija del sol.

Hoy quiero llamarte mar

y nadar en tu piel azul.

 

 

LAS ONDAS DEL PACTO

 

24.02.2016 Pepe Cabrera Hace ya dos meses los españoles fuimos llamados a las urnas.  El resultado arrojado por estas apuntaba a que quien quiera ser nuevo inquilino de La Moncloa va a tener que hacer un master en el arte del pacto.

Muchas combinaciones se están plateando en estos días y todas ellas pasan por la táctica de ceder algo del todo a cambio de que el otro haga lo propio.

La cultura del pacto no ha sido tradición en la España parlamentaria, aunque sí que se han vivido situaciones parecidas sin ir más lejos en el parlamento andaluz, peropara ir cogiendo prácticas nuestros políticos bien podrían optar por ver la serie Borgen, una de las series europeas más premiadas y valoradas en estos últimos años.

Esta serie danesa es un retrato del día a día de la vida política del país nórdico. Una tierra habituada a la cultura de alianzas políticas, ya que desde 1909 ningún partido ha obtenido la mayoría absoluta en el parlamento danés.

Borgen (término coloquial por el que se conoce al palacio de Christiansborg, sede de los tres poderes del estado daneses y oficina del primer ministro) es, ante todo, un alegato a la democracia. Una narración de las luchas internas de los partidos, de las cloacas del poder. Entre los que juega un papel decisivo la prensa y su connivencia con la clase política. El mapa de partidos no es fiel copia de los que tenemos aquí en nuestro país, pero sí denota un buen uso de la cultura del pactoen el que este no es visto como una debilidad. Así que repasar cómo juegan en el tablero de la política los representantes daneses, aunque sea en la ficción, es un buen ejercicio

Birgitte Nyborg, protagonista de la serie y líder de los moderados (lo que sería aquí Ciudadanos), no era una aspirante real a ser la primera ministra danesa. Pero un supuesto caso de corrupción de los liberales-conservadores lo que sería aquí el PP (igual ahí nos parecemos) y las ansias de poder del candidato laborista lo que sería aquí PSOE (también aquí nos parecemos), le llevan a situarse cerca de ocupar la jefatura del gobierno.

Y ahí es cuando aparecen los acuerdos, tan arraigados en Dinamarca. Nyborg consigue convencer a los laboristas, que tienen más votos que ella, que le han de apoyar para ser primera ministra. O eso o dejará vía libre a los liberal-conservadores.  Con tácticas y más tácticas políticas, y el gran arte de la persuasión consigue alcanzar su objetivo.

Cuesta creer que esto ocurrirá en la España de 2016 después de los que estamos viendo en estos últimos días,pues ni siquiera los líderes de los principales partidos son capaces de darse la mano ante las cámaras. Y un dato a tener en cuenta es la rémora de los partidos independentistas catalanes pues cualquier tipo de acuerdo con ellos no sería entendido por casi el 70% del electorado de nuestro país.Sea como sea  a nuestra clase política, más les vale a ellos y a nosotros, están condenados a entenderse por el aclamado y tan mancillado a veces interés general.

Los agujeros negros de la mayoría absoluta se han fusionado y han dado paso a la llegada de  las nuevas ondas del pacto. De ahora en adelante en nuestro país esto es lo que hay, no se entendería de otra manera.Comprobaremos si eltalento de nuestros políticos se ve por algún lado y están a la altura de lo esperado en esta tan deseada “regeneración política”; no vaya a ser que les cueste más entender esto quela explicación teórica de otro tipo de ondas tan populares en estos últimos días: las gravitacionales.

 

 

EL GOLPE A LA INTELIGENCIA Y LOS SOTANOS DEL ESTADO

 

23.02.2016 Rafael Guardiola Iranzo  Es ciertamente irónico que las noticias de la asnal irrupción del exteniente coronel Tejero y sus secuaces, amparados en la “obediencia debida” como los oficiales nazis en la II Guerra Mundial,  salpicadas por expresiones que han pasado al imaginario colectivo, como aquel memorable “se sienten coño”, el ruido descafeinado de los impactos de bala en el techo del Hemiciclo o el incisivo y nervioso tono narrativo del periodista deportivo José María García, me pillaran en una peluquería del madrileño barrio de Moratalaz (barrio que fue más tarde conocido por dar cobijo a Belén Esteban o a la Reina Letizia en sus tiempos de divorciada). Quien me conoce bien debe pensar que estoy fabulando, puesto que los churrianeros me recibieron ya sin mucho pelo sobre mi maltrecha cabeza allá por 1994, dispuesto a alumbrar la segregación del “Cantón de Churriana”. Sí, señores, en el año 1981 yo tenía pelo, un flequillo de pelo muy liso, que amenazaba con cubrirme un ojo y dejarme funcionalmente tuerto y estudiaba Primero de Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid, en Cantoblanco, muy cerca del acuartelamiento de la Acorazada Brunete nº1 y en el mismísimo culo del mundo, cerca de la Sierra: ¡con todo lo que había que ver en los tiempos de la Transición Política!En la peluquería de José Luisdejé de pensar en la proximidad del examen de Introducción a la Metafísica y me percaté de que reinaba la confusión y hasta un ambiente desenfadado, como de partido de fútbol radiado –testimonio que pude volver a rememorar en una de mis visitas a Madrid, comentando el evento con mi antiguo peluquero mientras me tapaba infructuosamente las “entradas”. Lo que se oía por la radio parecía la resaca de una mascarada, de una ópera bufa perpetrada en plena investidura de Leopoldo Calvo Sotelo, con el cadáver político de Adolfo Suárez de cuerpo presente. Y ¿qué lo voy a decir a mis padres? ¿Cómo les explico que es probable que tenga que coger la maleta y poner rumbo a Berlín a toda prisa? Mi corta experiencia en cuestiones políticas me bastaba para saber que el triunfo de los enemigos del sistema democrático podría acarrearme consecuencias indeseables, pese a no haberme significado demasiado en mis tiempos mozos, debido a mi proverbial resistencia a militar en grupos altamente jerarquizados. No obstante, y pese a mi juventud, como miembro de los Grupos de Acción No Violenta y del Movimiento de Objetores de Conciencia al Servicio Militar obligatorio (nuestros ingeniosos lemas eran, por ejemplo, ¡muchacho, objeta, pon tu casco de maceta! o ¡más vale una oveja negra que un borrego caqui! y estábamos estudiando con pasión los medios de “defensa popular no violenta”, como la resistencia pasiva) uno resultaba persona non grata para las escasas neuronas de los que empuñaban los sables en aquel tiempo. Si las cosas se ponían feas, lo mejor era huir, usando un pasillo estratégico hacia Berlín, hacia la extinta República Democrática Alemana,ardid que se había diseñado para momentos difíciles y para reorganizar allí nuestras fuerzas pacifistas con la aquiescencia de las autoridades comunistas. Al llegar a casa de mis padres puse cara de circunstancias, intenté tranquilizarlos y esperé acontecimientos, mirando de soslayo la maleta. Las noticas se sucedían vertiginosamente. Estábamos pegados al transistor y a la televisión (esta última fue ocupada inicialmente por los sediciosos), mientras pasaba el tiempo. Para más abundamiento, la familia de mi madre residía en Valencia, ciudad en la que los tanques y el toque de queda  del exteniente generalMilans del Bosch campaban a sus anchas y de la que llegaban las noticias más inquietantes. Sobre la una de la madrugada, creo recordar, apareció presidiendo la pantalla de televisión el Jefe del Estado, con un color cetrino y tantas medallas en la pechera que parecía que se le iba a caer el uniforme, un rey constitucional que había sido instalado en el cargo por el dictador, “ese sapo Iscariote y ladrón” como le llamaba cariñosamente el poeta León Felipe. La tardanza de la aparición real  hizo que se dispararan rápidamente las dudas sobre el papel de la monarquía en esta ópera bufa, algo que, seguramente, nunca llegaremos a saber con certeza cartesiana.

 

A la mañana siguiente, me dirigí, como todos los días, y pese a los acontecimientos del día 23 de febrero, a la Universidad, convencido de que en lo que estábamos viviendo (aunque, aparentemente, habían ganado “los buenos”, los servidores públicos de la joven Democracia española) había gato encerrado. Los estudiantes de Filosofía y Letras nos constituimos en Asamblea en el Salón de Actos, tras las escenas del típico Oeste americano que se vivieron en el bar, cuando dos pistoleros ultras, estudiantes de Derecho, blandieron sus pistolas y se liaron a golpes con la asistencia, siendo finalmente reducidos por nuestra peculiar “vanguardia del proletariado”. Teníamos un poco de miedo, bien es verdad, porque los tanques de la Acorazada Brunete estaban muy cerca, y se hizo el silencio ante la crónica periodística que nos anunciaba la salida de los parlamentarios del Hemiciclo. Ya no tenía que hacer la maleta a toda prisa y podría repasarme sin sobresaltos los apuntes de Aristóteles, Kant y Hegel para el examen de Introducción a la Metafísica. Llegaron tres parlamentarios al Salón de Actos, recientemente liberados de su cautiverio en el Congreso, y se dirigieron a la masa estudiantil con las alas que proporciona la victoria. Pero muchos dudábamos de que hubiera triunfado la Democracia, pues lo hecho hasta el momento nos parecía más bien poco y aspirábamos a más cotas de libertad y autonomía políticas. Por eso, tal vez, y de modo exagerado, algunas voces se dedicaron a increpar en la Asamblea al dirigente histórico del Partido Comunista de España y de Comisiones Obreras, Nicolás Sartorius, llamándole nada menos que “fascista”. Lo cierto es que, extremismos y operaciones de la CIA al margen, la fiesta de la Democracia tuvo lugar en la calle, en una impresionante manifestación de civismo y solidaridad orgánica, aunque –quizá debido a mi condición de filósofo- todavía siga teniendo la sensación de que los que manejaban los hilos del poder en aquel entonces nos habían tomado el pelo, ese pelo liso e indómito, que amenazaba con cubrirme un ojo.

 

EL SINSENTIDO DE LA ESCUELA DE HOSTELERIA

 

20.02.2016 Antonio Villalba Moreno  Hace unos días salía de mi casa y me encontré con un coche del que se bajaba el conductor. Me preguntó por el centro del pueblo. Me entraron ganas de meterme en el vehículo y llevarlo de ruta turística, pero no me atreví. En primer lugar porque no sabía lo que podría pensar de mí, y en segundo y principal razón, porque no podía ubicarme en el interior. Creo que no lo he matizado: el Toyota estaba repleto.

 

Visto lo visto le indiqué la Calle Torremolinos y le dije que, más adelante,  aparcara frente a la iglesia porque así podrían observar desde El Mirador unas panorámicas del aeropuerto, el pueblo y los montes de Málaga. Les comenté también que si tenían tiempo  y estaba abierto, podrían visitar la Casa de Gerald Brenan. Al oír esto me miró con incredulidad y contestó que pensaba que el escritor inglés había vivido en Alhaurín. Tuve que sacarle de su error, mejor dicho le aclaré que sí, que había pasado sus últimos años allí pero que, después de las Alpujarras, donde habitó fue en la casa de Churriana, durante varias décadas, junto a su esposa.

 

Mientras explicaba todo esto, una sensación de orgullo me subió por las venas, quise contarles también otros lugares emblemáticos de Churriana como la Fuente del Rey, la Cónsula, el Retiro o el Conjunto Huerta Platero, pero no  quise abrumarlos o, con toda seguridad, la imposibilidad de visitarlos. Creo que mis hijos tienen razón, me enrollo demasiado. Pero fue el conductor el que, antes de continuar la marcha, me comentó que se habían acercado a La Cónsula con la esperanza de disfrutar de una buena comida en el Restaurante de la Escuela de Hostelería cuando se encontró cerrada la entrada.

 

Me extrañó que no hubiera leído la prensa, así que le aclaré brevemente la situación tan absurda y surrealista que se viene sucediendo de un tiempo a esta parte. Lo fácil, aquí, sería escribir de las promesas incumplidas de nuestra presidenta, de la demora por la integración del Servicio Andaluz de Empleo lograda ahora, de las muestras de apoyo hacia esta Escuela, de las concentraciones, de los auditores, del Consejo Rector de la Cónsula. Resumiendo: de la incertidumbre.

 

Lógicamente los más afectados durante estos cursos han sido los alumnos y profesores, pero también Churriana. La imagen que se está dando no es adecuada. Muchos piensan que si la Escuela hubiera estado ubicada en Sevilla no hubiera ocurrido este sinsentido. Yo puedo pensarlo pero como no es demostrable solo lo insinúo. Allá cada cuál.

 

También comentan otros que si en 1993 no se hubiera creado esta escuela de hostelería gracias a la iniciativa de la Consejería de Trabajo y el Ayuntamiento de Málaga este jardín, hoy, estaría totalmente descuidado. Creo que es una afirmación demasiado pretenciosa. Efectivamente, cuando comenzó la andadura de la Escuela de Hostelería de La Cónsula, los jardines estaban muy mal y la mansión unos años antes, cuando el Ayuntamiento la adquirió, era motivo de un saqueo sistemático. Hay que recordar que estos jardines son utilizados para diversos eventos, públicos y privados, por tanto es de suponer que, aunque la cabeza visible del mantenimiento y la preservación de los Jardines sea la Escuela, supongo que no es la única.

 

Pues bien, tengo que confesar que estos dos últimos párrafos los pensé pero no me atreví a explayarme con el desconocido ante el temor de que me dejara con la palabra en la boca. Así que al llegar a casa aproveché el encuentro y redacté este artículo con la esperanza de que sea el inicio de una serie de ellos sobre nuestro pueblo: Churriana.

 

 

 

ABEJAS Y TABANOS

 

14.02.2016 Rafael Guardiola Aquella osada abeja churrianera me provocó un latigazo eléctrico más intenso que el que recibí de un tábano resentido en la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias, en los albores de la adolescencia. De vuelta a casa, derrotado por la pertinaz burocratitis aguda que me dejó fuera de juego una lejana mañana de julio de 1996, mes de mi debut “a la fuerza” como Secretario del IES Jacaranda, me descalcé rápidamente en el dormitorio e introduje el pie derecho en la que, hasta aquel día, había sido una confortable zapatilla, con ánimo de repetir la operación con el pie izquierdo poco después. Pero fue un negro dolor el saludo que recibí entonces, por obra y gracia del certero aguijonazo de un soberbio ejemplar de himenóptero suicida, y practiqué, como un acto reflejo, un involuntario salto del tigre sobre la cama, escocido cual ano en carne viva, y lancé al aire una serie encadenada de quejidos y exabruptos (ya saben que los miembros del género masculino somos poco resistentes al dolor y tenemos tendencia a exagerar). Una vez restablecido –y eso que mi mujer no accedió a practicarme el boca a boca-, hice salir de la zapatilla, con gesto decidido, al responsable, ya cadáver, de mi quemazón, y me apiadé franciscanamente de la infortunada abeja. Este sentimiento de extraña compasión hacia los insectos, aunque nos incordien o piquen, me viene de lejos, seguramente de aquel feliz momento en el que mi profesor de Ciencias Naturales, D.JoséCañeque, me invitara a explorar en el laboratorio la anatomía de los grillos bajo la lupa binocular, e iniciara en los secretos de la entomología, en unas clases presididas por el rigor, la ironía, el humor inteligente y la pasión por las múltiples manifestaciones de la materia viva. Doy gracias a los dioses del ciberespacio, a Santa Tecla o a quien proceda, por haberme permitido recuperar el contacto con mi admirado profesor, clara imagen de un docente comprometido política y pedagógicamente. Este es el momento de recordar que el uso irracional de los plaguicidas está provocando la muerte masiva de las abejas. Según Green Peace, sólo en España, siguen autorizados más de 300 productos peligrosos para ellas. De la polinización de las abejas depende un tercio de los alimentos que consumimos y casi el 90% de las plantas silvestres que pueblan la Tierra.

 

                Antes de que mi deteriorado cerebro me juegue una mala pasada y tenga la tentación de tejer telas de araña conceptuales de altos vuelos, acompañando a las habitantes de las colmenas, les hablo de la puntería de aquel tábano madrileño que estuvo a punto de arruinar la magia de un día de verano. ¡Quién sabe! Tal vez el tábano mentado era un enviado del filósofo  Sócrates, en honor a su conocido apodo (el tábano de Atenas, que pretendía espolear a la ciudad con su aguijón), para darme pistas sobre mi futuro profesional. Lo cierto es que la picadura del insecto en la zona lumbar de mi cuerpo serrano, en el momento en el que me afanaba en transportar un gran capazo negro cargado de uvas, no pudo borrar la sonrisa de mi rostro adolescente. Las uvas eran un regalo destilado en el tiempo, el dulce fruto de un reencuentro, y yo me sentía importante, tocado por la Historia. Horas antes, mi padre había vuelto a abrazar a Juan Rey Díaz, un amigo de su adolescencia robada, de aquellos años en los que una guerra fratricida hizo que compartieran jornadas en las que recogían bellotas en pleno frente de El Pardo, desafiando inconscientemente el peligro de morir en medio del fuego cruzado. Al fin y al cabo, aunque de uniforme, no dejaban de tener la edad que tenían, y derrochaban la vitalidad propia del que se siente inmortal.

 

MI REGALO DE COMUNION

 

31.01.2016 Antonio Villalba Moreno El otro día estuve desayunando con unos compañeros con los que he congeniado. No solo hablamos de trabajo, de fines de semana y de los hijos, a veces, a nuestra edad, echamos la vista atrás y, si no hay mujeres, la mili es uno de los temas más recurrentes porque coincidimos en los destinos donde cumplimos nuestro deber para con la patria. Casualidades de la vida.

 

Pero el viernes la reunión era mixta y el tema derivó a la comunión. Quizá porque está próxima la de alguno de los hijos de los presentes, quizá porque alguien nos contó la nueva modalidad de “comuniones civiles”, quizá porque tocaba esa mañana. Entonces comenté lo ocurrido hace algo más de veinte años en un colegio de Alhaurín el Grande donde mi mujer daba clases a unos avispados alumnos de 4 y 5 años. Una mañana la madre de uno de ellos le preguntó a la señorita si sabía si había comunión por lo civil.

 

Esta anécdota se ha quedado desfasada según parece. Uno de mis amigos es de Rincón de la Victoria y nos dijo  que desde este año en esa localidad malagueña se pueden celebrar comuniones y bautizos civiles, de hecho un conocido suyo ya ha realizado la solicitud para su hijo. Por lo visto la controversia está servida en el propio Ayuntamiento porque la oposición no está de acuerdo. Desde luego, nos pareció una ridiculez la idea, pero allá cada uno con sus creencias.

 

Nosotros, en nuestra época aún no teníamos la opción de no hacer la comunión. Se daba por hecho que a los siete años tomaríamos el cuerpo de Cristo. Después la historia ha cambiado mucho, y la obligatoriedad se ha perdido, de ahí que es absurdo buscar ceremonias paralelas o sustitutivas de los actos religiosos. En eso, prácticamente estábamos todos de acuerdo, así que como la polémica no se instalaba en nuestra mesa, fue la nostalgia la que se apoderó de nosotros y comenzamos a contar no la comunión de nuestros hijos, sino las propias. Entonces, la mayoría la había celebrado con un gran desayuno después de la ceremonia o con una invitación a base de bocadillos y refrescos y junto a alguien, normalmente un primo o una prima porque no se estilaba eso de hacerla los hermanos juntos cuando se llevaban un año de diferencia como ocurre ahora.

 

                Las mujeres recordaban los vestidos, normalmente blancos, los hombres sus trajes de marinero. Contamos anécdotas varias: que si habían leído en el atril de la iglesia, que si el vestido era de la hermana, que si la habían obligado a cambiarse en cuanto se hicieron las pocas fotos que se llevaba antes, que si el primo había manchado estrepitosamente a la  compañera en el convite.

 

                Y llegó el turno de los regalos. Alguien preguntó por el favorito de cada cual: la Nancy, la bicicleta, el peluche, el reloj. Y entonces me di cuenta que yo no recordaba alguno preferido, de hecho en mi mente no tengo ninguno de los  que me hicieron aquel día. Se me han extraviado en la memoria, supongo que no me emocionaron lo suficiente.

 

                Me salvó la campana porque mi amigo Pedro cambió la conversación al observar una taza de café sucia y preguntarme si me acordaba de la cocina del CIR Santa Ana, donde hicimos parte de la mili. Ahí pude escabullirme y ese juguete olvidado aún permanece en el limbo del recuerdo. Un día de estos preguntaré a mi madre por él.

 

                Por cierto, mejor no describo como estaba el lugar donde se hacía la comida para aquellos reclutas que creían iban a comerse el mundo con su adorable juventud. 

 

AUTO DE FE EN EL GELIDO PALOMAR DE LOS SABAÑONES

 

24.01.2016  Rafael Guardiola Iranzo Todavía no me he despendido del razonable temor de ver la infame eclosión en mis prominentes orejas de los temibles sabañones o la vil retención urinaria, debido al frío polar que reina, en invierno, en la Biblioteca del IES Jacaranda de Churriana (conocida coloquialmente por el profesorado con descripciones definidas como, “el palomar” o “el secadero de jamones”), cuando leo en la red que, desde el pasado 14 de diciembre de 2015, Aministía Internacional ha emprendido una singular campaña de recogida de firmas reclamando la liberación de una bibliotecaria rusa, NatalyaSharina, directora de la Biblioteca Estatal de Literatura Ucraniana de Moscú, detenida el ya lejano 28 de octubre, por dar cobijo presuntamente en los estantes, a “literatura extremista” de corte nacionalista. A Natalya, actualmente en arresto domiciliario, no se le había pasado por la cabeza, seguramente, que su labor llegara a adquirir los estigmas propios de una profesión de riesgo, pudiendo verse privada hasta cinco años de la preciada libertad por un puñetero libro. Casi de modo automático me he apresurado a esconder en el fondo de una caja de cartón,atestada de libros, un ejemplar del Kamasutra y otro del informe Hite sobre el orgasmo femenino, dos títulos sospechosos para mentes pacatas que formaban parte de una virtuosa donación de un profesor a la Biblioteca de la que soy responsable desde septiembre de 2007. No están las cosas como para andarse con tonterías, ¿no les parece?, con tanto integrista suelto. No obstante, recuerdo el relato de uno de los dueños de la Librería Fuentetaja de Madrid, en mis tiempos de estudiante de Filosofía, sobre la mente obtusa de los censores y represores. Me contaba cómo las autoridades, en tiempos del franquismo, dieron órdenes tajantes al personal de aduanas para que interceptasen en la frontera con Francia todos los libros de autores rusos, con el fin de que la influencia soviética no desbaratase lo que debía estar “atado y bien atado” ideológicamente por el régimen. El resultado: mi amigo el librero pudo importar, sin problemas, usando su vehículo particular como medio de transporte, múltiples ejemplares de las obras de Marx y Engels –alemanes y barbudos ellos-, a pesar del título secundario de alguna de ellas, dedicada a la situación de la clase obrera en Inglaterra (Crítica de la crítica crítica era el título de marras).

Los curiosos caprichos del destino han hecho que hoy mismo, cuando escribo estas letras, mi antiguo y avispado alumnoAlejandro Sierra Barea, un auténtico espíritu libre dotado aristocráticamente para el humor o, lo que es lo mismo, para la inteligencia, diabólica a los ojos de Baudelaire, haya publicado en una red social unas páginas de la novela de ciencia-ficción de RayBradbury,Fahrenheit 451, cuando me disponía, precisamente, a rescatar de mi maltrecha memoria una alforja de fotogramas de la película homónima de François Truffaut que viera la luz en 1966. Alejandro se ha estremecido al pensar que Bradbury es una especie de vidente cuando nos ofrece su fábula sobre un tenebroso futuro sin libros. En la ficción, los bomberos, más que apagar fuegos, se dedican a quemar sin piedad libros prohibidos. Y, como afirmaba el filósofo norteamericano Ralph Waldo Emerson, “allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres”. Que se lo digan a los adalides del Nacionalsocialismo alemán en tiempos de Hitler, al Califa Omar –más obsesionado por los efectos nocivos de los papiros y pergaminos de la Biblioteca de Alejandría que por la ingesta de un alijo de chuletas de cerdo-, o al ínclito dominico palentino Tomás de Torquemada, Gran Inquisidor y Confesor de Isabel la Católica, con quien, tal vez, jugara a la brisca entre una y otra combustión de herejes, con objeto de corroborar la teoría del flogisto.La supervivencia de la civilización queda, por tanto, en manos de unos pocos, de unas almas bellas dispuestas a memorizar los productos más genuinos de nuestro pasado cultural escrito, como auténticos libros andantes.

Espero que no acaricien demasiado la idea de quemarme por decir lo que voy a decir ahora, haciendo uso de argumentos que desliza en su admirable libro EvilScreens mi amigo, el filósofo valenciano afincado en Al-Ándalus –en Granada, por más señas- José Antonio de la Rubia Guijarro. Destrozando tópicos con precisión quirúrgica, dejando a un lado los prejuicios de conservadores y progresistas, resulta que “no hay crisis de valores”: los valores se multiplican como las hormigas o los conejos, con perdón, están hasta en la sopa y sobre todo, en las “pantallas malignas”, en los medios de comunicación. Y tampoco es cierto que todas las lecturas sean adecuadas y válidas, que “leer sea algo bueno en sí mismo”, como una Idea platónica. Si la lectura es valiosa, lo es por ayudarnos a vivir (estoy pensando, obviamente, en el último libro de Belén Esteban, o en el MeinKampf de Adof Hitler, textos edificantes donde los haya). Y como hay ideas detestables, hay libros deleznables, como los que tratan de demostrar que los padres debemos ser los mejores amigos de nuestros hijos, mandando al cuerno el más elemental principio de autoridad (no autoritaria) o que el cambio climático es una ficción tan abigarrada (porque lo ha dicho el primo de Rajoy) como la existencia de campos de concentración y de exterminio en la II Guerra Mundial.

Escribe el filósofo y periodista liberal cordobés, Santiago Navajas, a quien tengo también como amigo y compañero de fatigas en la Asociación Andaluza de Filosofía, que ha recibido diversos “insultos” e improperios a través de las redes sociales, a propósito de un artículo publicado recientemente en el Diario Córdoba, en el que defiende el derecho del obispo de esta hermosa tierra, D. Demetrio Fernández,  a expresar sus opiniones (como, por ejemplo, que “la fecundación in vitro es un aquelarre químico de laboratorio”), al mismo tiempo que las critica. El insulto, no obstante, no deja de ser alentador y me llena de orgullo y satisfacción: “Filósofo tenía que ser”. A los filósofos, devotos de la reflexión y la sospecha, no nos suelen gustar los Autos de Fe, ni vamos por ahí deteniendo a bibliotecarias rusas, ni obligando a la gente a leer Ambiciones y reflexiones,el libro autobiográfico de Belén Esteban, o el prospecto de un fármaco para combatir el escozor que producen las hemorroides sin domesticar. Y es que la defensa de la libertad de expresión es uno de nuestros más preciados defectos, aunque se ejerza en un gélido palomar o en el borgiano jardín de los senderos que se bifurcan.

RAFAEL GUARDIOLA

 

 

ESA RARA COSTUMBRE

 

19.01.2016  Antonio Villalba Moreno Tengo una costumbre algo peculiar que, hasta hace poco, procuraba ocultar. En cada ciudad a la que viajo abandono los zapatos que he utilizado en ella. Comencé en Dublín. Allí estuve un fin de semana largo, de esos a los que estamos acostumbrados en nuestro país, no recuerdo si fue en el puente de la Inmaculada, en Semana Santa o en el del día de Andalucía. Como buen turista recorrí sus calles, crucé los puentes, comí junto a los ejecutivos en el Parque de St. Stephens, tomé varias pintas en los pubs de Temple Bar y cada noche regresaba a mi hotel caminando junto a la orilla del Liffey. Fueron tres noches las que dormí en él. No recuerdo el nombre pero sí que, a unos doscientos metros, existe un conjunto escultórico que me impactó. Ahora, años después, lo miro en fotos impresas, de las que ya no se llevan y veo que son muchas las que me hice. El primer día aún no había anochecido, estábamos frescos, con ganas de recorrer la ciudad, de pasarlo bien, de hacer fotos a todo lo que veíamos. En una de ellas, aparezco agachado al lado del perro famélico que acompaña a las figuras humanas de ese conjunto de esculturas colocado en la margen del río. Sonrío. Doy la vuelta al papel y en él aparece la fecha: 8 de setiembre de 2007. ¡Qué puñetera puede ser la memoria! No he dado con ninguna de las fechas. Al final fui a Irlanda en el puente de la Victoria. Es lo que tiene ser malagueño.

 

Era setiembre de hace ocho años, el mundial de rugby se celebraba entonces en Francia. En todas las televisiones de los pubs donde cenábamos o bebíamos las Guinness de rigor, o ambas cosas a la vez,  retransmitían esos partidos donde hombres robustos y atléticos competían para conseguir que un balón ovalado traspasara una línea al final del campo de juego. El segundo día Irlanda jugaba contra un equipo africano, ganaba con cierta facilidad y el ambiente era distendido, nosotros nos contagiamos de la alegría y acabamos bebiendo más de la cuenta, así que, de camino a nuestro hotel, me topé, de nuevo,  casi sin proponérmelo con el Famine Memorial. Y al observar a las figuras tan de cerca, en la noche dublinesa, con una leve lluvia que nublaba la visión, me di cuenta del espectáculo sobrecogedor que tenía delante. Gracias al alcohol me vi dentro de ese grupo huyendo de la gran hambruna de mitad del siglo XIX. Me acerqué al hombre que portaba a su hijo, derrengado y exhausto, sobre sus hombros y lloré junto a él. Todavía hoy, mientras miro las fotos, recuerdo ese momento como uno de los más impactantes de aquel viaje. Sé que nos hicimos más instantáneas esa noche pero salieron movidas y las rompimos. Pero esos minutos aún permanecen dentro de mí y afloran, de vez en cuando, para avisarme del dramatismo y sufrimiento que nos rodean o el que han padecido millones de seres.

 

Antes de partir hacia el aeropuerto rumbo a Málaga desayunamos copiosamente y nos dio tiempo de dar una última vuelta por los alrededores. Quise pararme, de nuevo, junto al grupo escultórico para despedirme de mis amigos. Pude observar con la claridad del día y más calma a todos y cada uno de ellos, y admiré el gran mérito del escultor que supo plasmar de forma conmovedora  la tristeza y el dramatismo de la escena. Volví a fotografiarme con ellos y junto a la pareja que inicia la marcha había un pequeño charco de agua que pisé distraídamente. De  vuelta para hacer la maleta percibí que la humedad había traspasado el calzado, al quitármelo vi un pequeño agujero en la suela en uno de los zapatos. Ya lo intuía la noche anterior al caminar sobre el suelo mojado pero al llegar a la habitación solo quería dormir y no presté atención al calzado. ¡Mis zapatos se rompieron! Muchos kilómetros recorridos con ellos pero, como todo, terminaron por estropearse ¡Qué mejor homenaje a esa ciudad maravillosa, donde disfruté tres magníficas jornadas, que dejar una parte de mí en ella!

 

Justo antes de cerrar la puerta de la habitación me asomé para comprobar, como siempre hago, que no me dejaba nada y eché un último vistazo a la papelera donde los abandoné. Asomaba uno de ellos, precisamente el derecho, el que tenía el agujero. Desde entonces procuro llevarme los más desgastados a cada viaje y los abandono en los hoteles antes de volver a casa.

 

 

 

 

 

EL CORAZÓN DE UNA MUÑECA RUSA

 

17.01.2016 Rafael Guardiola Cuando se cierne la oscuridad prematura de las tardes de invierno, sobre todo si ésta se ve acompañada por agrias tormentas cerebrales, me consuela pensar que podría toparme, gracias a una varita mágica, con el calor de la amistad. Gracias al pintor belga René Magritte soy consciente de que un verde bosque puede llegar a ser inquietante y hasta terrorífico en manos de los largos y puntiagudos dedos de la noche. Gracias a las pisadas del viento es un escenario sin luz, agitando las alargadas hojas del maíz en tierras gallegas, en plena juventud, supe lo fácil que es confundir la respiración de la tierra con la cercanía de las fauces letales de un lobo. Gracias a la tiranía del perfeccionismo más osado sé que es fácil, incluso, caer en las delirantes redes de la locura más negra. Gracias al inmenso poder de la risa y de los más preclaros productos del pensamiento científico y filosófico he dejado de reptar, no pocas veces, esclavizado por la amígdala cerebral, nadando torpemente en el mar de las emociones. Y he sentido, como en un encantamiento, el calor púrpura de mi amiga almeriense Rosario Sánchez, una de las personas más valientes de Al-Ándalus, alumbrándome con su linterna de largo alcance y protegiéndome bajo su manto, el manto del sentido común, como si pudiera refugiarme en el corazón de una preciosa muñeca rusa.

 

DESDE LA VILLA Y CORTE.LA INVESTIDURA QUE VIENE

 

10.01.2016 Joaquín Ramírez Tras el 20-D, políticos, periodistas y ciudadanos de todo orden, en España y fuera de ella, se apresuran en despejar a toda prisa la incógnita del qué pasara en la investidura que viene. La aritmética electoral que las elecciones han arrojado es suficientemente compleja para que los pronósticos acerca de sus consecuencias sean muchos y variados. A ello cabe añadir que el trasiego y las declaraciones de los responsables políticos y los movimientos de los partidos, uno y otro día, aclaran el desenlace tanto como lo oscurecen.

 

El proceso que nos debe llevar a la formación de un gobierno o a la nueva convocatoria de elecciones dura dos meses –o puede hacerlo- y su resolución es compleja. No es muy osado deducir que aquellos cuya decisión será determinante no van a dar más pistas de sus intenciones que las estrictamente necesarias. Cada uno de los partidos que puede sumar se dispone a jugar esta auténtica partida de póker con la intención de ocultar sus cartas, reforzar su juego y debilitar el de sus contendientes.

 

Entre tanto, vamos a asistir a todo tipo de escenificaciones, de planteamientos maximalistas, condiciones difíciles o imposibles de cumplir y batallas internas de consecuencias opinables.

 

El partido del gobierno actual ha ganado las elecciones en minoría y, a través del presidente Rajoy, ha explicado que quiere volver a formar gobierno abriéndole al PSOE y a C´s su disposición a formalizar un acuerdo para conformar una amplia mayoría. El portavoz de Ciudadanos, Rivera, ha pedido al Partido Socialista que facilite con su abstención que gobierne la lista más votada, ofreciendo al tiempo la suya, añadiendo su rechazo a favorecer la articulación de una mayoría parlamentaria con Podemos. Tanto PP como C´s se han mostrado contarios a una nueva convocatoria electoral.

 

El tercero en discordia, el PSOE, arroja más complejidad. Su actual líder, Pedro Sánchez, ha expresado que debe ser el Partido Popular –al haber ganado- quien tome la iniciativa para intentar formar gobierno, no sin avisar de que sus 90 diputados votarán no a la investidura de Rajoy. Sánchez ha terminado exponiendo que, si el PP no consigue el voto favorable, el PSOE iniciará las conversaciones para liderar una mayoría de izquierda.

 

Como quiera que al partido gubernamental no le bastaría con el voto positivo o la abstención de Ciudadanos para ganar la investidura, las miradas se trasladan a un Pedro Sánchez dispuesto a pactar con Podemos. Sin embargo, la formación radical de izquierdas que comanda Pablo Iglesias, no sólo hace gala expresa de su neo planteamiento -nunca oído hasta ahora- de “país plurinacional”, sino que pone como condición irrenunciable la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Ante ello distintos dirigentes socialistas –los llamados barones- establecen e imponen una gruesa línea roja explicando que “no pactarán con aquellos que quieren romper España”. De un lado, está claro que cuestionan ya abiertamente a su actual Secretario General y la mayoría de sus propuestas, de otro que la imposibilidad de entenderse con Podemos lo es sólo por la condición previa de éste de celebrar el referido referéndum. (Se echa de menos que este rechazo lo sea a Podemos por el hecho de serlo y no por ninguna condición, ¿o es que, si se aparca la exigencia de celebrar una consulta, es factible una alianza socialista con la plataforma radical neo comunista antisistema autodenominada Podemos?).

 

Aún todo ello, los todavía socialistas de Sánchez tendrían que sumar a Esquerra Republicana de Cataluña, un partido con el que se han entendido tradicionalmente. El PSOE-PSC ya conformó el conocido gobierno tripartito de Montilla y, en los últimos años, se ha presentado en coalición con ERC a las elecciones al Senado en las provincias catalanas con el nombre “Entesa”. Pero hoy día, dada la condición secesionista del partido de Junqueras, hay obstáculos insalvables y no parece que la mayoría de los socialistas acogería de buen grado tal entente.

 

Difícil pues esa mayoría de izquierda. Difícil la continuidad de Pedro Sánchez. Casi tan difícil que el PSOE facilite un nuevo gobierno del PP, como que sea capaz de conformar una mayoría alternativa a éste. Difícil, muy difícil, es también que los socialistas favorezcan la celebración de unas nuevas elecciones, aun cambiando de candidato, pues no hay tiempo para hacerlo ni se dan las condiciones para alterar de forma sustantiva la deriva electoral descendente a la que se ven abocados en el momento presente.

 

Van a ser dos meses de dimes y diretes contradictorios que nos harán creer una cosa y su contraria. Puede que algunos sepan ya exactamente lo que harán, pero sólo mostrarán sus cartas cuando toque. Ahora hay que esperar.

 

 

A VUELTAS CON LA INDEPENDENCIA CATALANA

 

“Están creando imágenes de un pasado histórico que un porcentaje bastante elevado es pura filfa” (Juan Marsé)

 

19.12.2015 Antonio Villalba El otro día una compañera me instó a un reto en los artículos de EL MIRADOR: que olvidara un poco mis vivencias personales y me “mojara” en temas algo más actuales. Que opinara sobre ellos porque veía en mis escritos cierta bonanza. Yo le dije que desde hacía tiempo me apetecía escribir sobre la independencia catalana, pero que es un tema demasiado trillado y estamos cansados de oír a detractores y partidarios impartir sus juicios como si tuvieran la razón. A ella  le pareció estupenda la idea porque tiene familia catalana y, precisamente, aunque por aquí se tiende a pensar que más de la mitad de los catalanes quieren la independencia, no es así. Al menos no todos, y me dice, por ejemplo, que sus sobrinos se sienten catalanes pero la influencia de su parte malagueña está muy presente en ellos. Me dice Sonia que sentirse catalán es un sentimiento absolutamente respetable, otra cosa es como se vive o como se transmite.

Esa misma tarde mi cuñado Marcial me dijo que le gustaría que aparcara de vez en cuando las experiencias personales como principal vehículos  conductor de mis artículos e hiciera alguno de opinión para que, y utilizo sus propias palabras “vean que también peleas bien en un ring distinto”. Le comenté lo de Cataluña y le pareció interesante por lo que se avecina. Incluso se aventuró a decir que las últimas generaciones han sido adoctrinadas en el odio a España a través de las aulas y los medios y pienso que, en parte, tiene razón, aunque con matices que deberían estudiarse en profundidad.

El caso es que, derivamos a la idiosincracia catalana y de ahí a la pitada del himno. Cuando en mayo se celebró la final de la Copa del Rey de fútbol se habló más de la pitada al himno que del resultado del encuentro. Quizá por la claridad del mismo, quizá por la enorme diferencia entre un equipo y otro, quizá porque se intuía. El caso es que la sonora pitada que recibió la Marcha Real copó la mayoría de las portadas de los periódicos y telediarios de esa noche y del día siguiente.

Cuando los periodistas preguntaban a políticos y deportistas por la situación vivida, dependiendo del grado de compromiso o la opinión personal de cada uno, contestaban de una forma o de otra sin tener en cuenta un hecho fundamental: “El himno está protegido por ley, y se pena la ofensa o el ultraje, ya sea de palabra, escrito o por hechos consumados, y es constitutivo de delito”. Así que pienso que los que declaraban que el público era soberano y libre para expresar sus sentimientos estaban equivocados, o al menos en parte porque la tolerancia debe primar en un estado de derecho como el nuestro. 

Y como muestra un botón. En setiembre, en el campeonato de Europa de baloncesto que se celebró en varios países de Europa, y cuya fase final se disputó en Francia, España llegó a las semifinales a pesar de que pocos daban un céntimo por el equipo. El gran partido fue contra la anfitriona. La verdad es que estaban bastante asustados por enfrentarse al equipo español. Y hacían bien, porque barruntaban lo que ocurrió. De hecho no fueron muy caballeros en la derrota culpando a los árbitros de ella.

Sin embargo lo que me gustaría destacar fue lo ocurrido en los prolegómenos. Justo antes del encuentro estábamos esperando con impaciencia cuando mi hijo subió el volumen del televisor para oír los himnos. La Marsellesa fue entonada por todos los presentes con gran solemnidad. Al llegar el turno del himno español todos, las 27.000  personas presentes en el estadio, guardaron un respetuoso silencio, mientras tanto recordaba la sonora pitada de dos meses antes en el Nou Camp. La diferencia era abismal. Tú puedes sentirte más o menos español que tu vecino pero el respeto no debe perderse.

Pero no quiero generalizar. Siempre se oyen a los que hacen ruido, a los bullangueros y a los que se hacen notar saltándose las reglas establecidas. Se puede pensar que una gran mayoría de catalanes y vascos no están de acuerdo con el himno nacional, quizá, pero lo que estoy seguro es,  que no todos tienen la mala educación que mostraron los que no respetaron el himno español a finales de mayo.

Otro ejemplo: A finales de julio estuvimos presentes en el Campeonato Absoluto de patinaje que se celebró en Alhaurín de la Torre. Aquella calurosa tarde asistimos a unas horas de malabares, cabriolas y ejercicios imposibles para la mayoría de los mortales. Cuando llegó el turno de la entrega de premios, sonó el himno andaluz (por el lugar donde se celebró ya que no hubo ningún representante en la cita de nuestra comunidad), después el himno español. Todos guardamos silencio, con más o menos emoción, pero lo hicimos.

Ahí pude comprobar lo que ya imaginaba. Catalán no es sinónimo de poco respetuoso, todo lo contrario. Casi las tres cuartas partes de los presentes eran catalanes ya que era esa la misma proporción de los participantes en el campeonato. Allí se oía hablar catalán o castellano con ese fuerte acento que los delata, y habría independentistas y nacionalistas. Pues, tanto unos como otros quisieron y supieron guardar la compostura ante los acordes que escuchábamos.

Resumiendo: una cosa es lo que tú pretendes y otra es lo que sale, es decir, he intentado opinar sobre la independencia catalana y me ha salido sobre la educación, los himnos y el deporte. He procurado escribir sobre este tema tan actual y lo he hecho, pero al final no he podido olvidar mis vivencias personales y he tenido que ilustrar las opiniones mías con esas experiencias. No tengo remedio.

 

A MI QUERIDO SUEGRO

 

Nuestro más profundo agradecimiento  en estos momentos tan duros por las inmensas muestras de cariño, afecto y apoyo hacia la familia, de todos sus vecinos y amigos ante la pérdida irreparable de un ser tan querido y apreciado por todos los que lo conocieron. 

Su familia queda en una gran deuda de gratitud a todos y en especial a El Mirador de Churriana por la deferencia que ha tenido con nosotros.

 

18.12.2015 José Cabrera Mi suegro, José Muñoz Gómez, Pepe el carpintero o Pepe el de los carros,como todos sabéis gran aficionado al futbol, decía siempre que hasta que el árbitro no pitara el final del partido los jugadores tenían que darlo todo en el campo, pues hasta el último segundo era posible meter un gol.Esta ha sido su manera de entender la vida. En el partido de su vida, sin duda ha sido titular indiscutible. Siempre dispuesto a darlo todo. Con él hemos aprendido el valor del trabajo en su justa medida, trabajar duro pero también tener tiempo para la diversión, para tomarse una copita de Rioja, pues decía que cuando Jesucristo convirtió el agua en vino por algo sería. Con él hemos aprendido honestidad, ser buenos vecinos; cumplidores con la familia y hacer favores a quien te lo pida, y lo mejor de todo a Pepe era muy difícil no quererlo, pues era afable, cercano y cariñoso.

 

En el partido de su vida el árbitro ha pitado el final. Y ahora ya en los vestuarios del cielo, está esperándolo San Pedro. Seguro que lo primero que le llamará la atención será la puerta de entrada, a ver si chirria o roza en el suelo, ofreciéndose por si hay que cepillarla o echarle un poquito de aceite. Hacer el bien y no mirar a quién. Estar más pendiente de su familia que de él mismo. No era un católico muy practicante pero sí que practicaba el cristianismo en su vida. Pepe era una gran persona, un ser irrepetible, un ejemplo para todos; por el amor que nos ha transmitido y nos ha tenido siempre; por su rigor en el trabajo y sobre todo por esa voluntad férrea por luchar y querer seguir viviendo pese a las muchas dificultades que limitaba su capacidad de autonomía que ha sufrido al final de su larga vida.

Pepe era una persona sensible, y bueno con sus hijas, con sus nietos y yernos y con su familia menos allegada. En definitiva una persona que ha sido querido por todos los que lo han conocido.

 

En estos momentos ya está reunido en cuerpo y espíritu a su gran amor: su Pepa de su alma, la idolatraba, la adoraba, la amaba incluso después de que ella abandonara precipitadamente este mundo.

 

Sus enseñanzas, sus recuerdos y sus actos siempre pervivirán como una antorcha encendida en nuestra memoria y en el corazón, emitiendo luz y reflejo de una unión que no se romperá jamás.

 

Querido suegro, querido padre, querido abuelo nunca te olvidaremos.

 

 

 

UNA ABUNDANTE COSECHA

 

08.12.2015  Rafael Guardiola Iranzo Aprovechando que las últimas clases de la semana me han dejado hecho unos zorros, no me he “arrepentido” de consagrar parte de mi tiempo en dar un repaso a la prensa digital con el Concierto para Piano y Orquesta de Edward Grieg como fascinante telón de fondo, después de un breve calentamiento con los Sex Pistols. No he tenido “remordimiento de conciencia”, expresión sublime, donde las haya, por su fiera oralidad e intencionalidad hegeliana, ni siquiera cuando he leído que “el colegiado del partido entre el Abes y el Gabia, correspondiente a la Segunda División Andaluza y que se disputó el pasado 15 de noviembre en el Polideportivo Molino Nuevo de Granada, explicó en el acta del choque que Rubén Gómez Bustamante, que asistía como aficionado al partido, "invadió el terreno de juego, se sacó su pene e intentó dar con él a un asistente". Miedo me da pensar que asistiera a tan singular enfrentamiento deportivo algún ojeador de la CIA: el órgano más querido del ciudadano –por decir algo- Rubén Gómez podría haber sido catalogado como “arma de destrucción masiva” y los Estados Unidos tendrían la tentación de intentar un segundo desembarco en la isla de Granada, tierra que los informativos norteamericanos situaron la primera vez en plena Alhambra. Y yo me pregunto, ¿habrá sentido el ciudadano Gómez algún tipo de arrepentimiento? Y en caso afirmativo, ¿lo habrá sido por vergüenza, o por no haber conseguido su objetivo, al emplear su miembro viril como improvisado proyectil y el cuerpo de un honrado colegiado como diana móvil? No sé si podré conciliar el sueño esta noche en el caso de que no dé con la respuesta pues, siguiendo a Teresa de Jesús, noto en mí una desazón excesiva, “vivo sin vivir en mí,/ y tan alta vida espero,/ que muero porque no muero”: la cosa no es “moco de pavo” para un fogoso amante de la sabiduría.

 

Para el exministro y filósofo francés Luc Ferry, en su libro de divulgación titulado Aprender a vivir, nuestro pertinaz miedo a las cosas, sucesos y procesos irreversibles hace que la nostalgia, la culpabilidad, el arrepentimiento y los remordimientos se conviertan en grandes destructores de la felicidad (con un poder destructivo muy superior al impacto sobre nuestro cuerpo del pene de D. Rubén Gómez, supongo). La “saudade” de la que hablan portugueses y gallegos hace que nos precipitemos vilmente en la melancolía, que añoremos otros tiempos, tiempos lejanos, tal vez también otros espacios, meciéndonos con frialdad y parsimonia, como Greta Garbo, cerca de una mesa camilla con el brasero encendido, y que más de uno trate de corregir la bajada de serotonina con una tortilla de antidepresivos o un arrebato nacionalista. La culpabilidad, ese diabólico constructo judeocristiano, se nos agarra al estómago, cual emocional garrapata (en catalán, “paparra”), y nos fastidia con insistencia y regularidad, obligándonos a asomarnos al precipicio existencial y sentir un vértigo insoportable, mayor que el que atenaza la voluntad del personaje interpretado por James Stewart en la magistral película de Alfred Hitchcock del mismo nombre. La tenacidad de Nietzsche a la hora de seguir el rastro de los viejos y caducos valores con su instrumental genealógico puede servir aquí de lenitivo, apaciguar nuestras molestias morales y permitirnos caminar sin sobresaltos o incluso bailar beatíficamente, como en un anuncio de compresas, por tierras tan verdes y llanas como las de los Países Bajos, invadidos por una alegría dionisíaca o la atmósfera bucólica y luminosa que traza la Suite Alentejana nº 2 del portugués Luís de Freitas Branco que estoy escuchando en este preciso instante. Para Nietzsche, Kant, ese filósofo que se han empeñado en citar torpe y recientemente tanto Albert Rivera como Pablo Iglesias en medio del fragor electoral, era un redomado aguafiestas.  A Kant se le metió en la cabeza –por cierto, enorme- que las pasiones, los impulsos, pulsiones e instintos que nos ha regalado la animalidad, entraban en contradicción con la ley moral, y que esta última era nuestra dueña y señora. Faltaría más. Y la culpa es el mejor gendarme para evitar las tentaciones que acechan con muy mala leche a los santos más famélicos de la Cristiandad y a los intelectuales laicos.

 

El arrepentimiento tiene dos caras, como he sugerido anteriormente, en el caso del belicoso pene de un futbolista

 

. Hace pocos días he disfrutado con la lectura del “Heráclito cristiano y segunda arpa a imitación de la de David” del insigne Francisco de Quevedo, un conjunto de poemas graves, cargados de solemnidad y enjundia filosófica, que escribió hacia 1613, tras una larga crisis de conciencia. Al lector se confiesa el autor de La vida del Buscón y de memorables poemas satíricos con clara sinceridad: “Tú, que me has oído lo que he cantado y lo que me dictó el Apetito, la pasión o la naturaleza, oye ahora con oído más atento, lo que me hace decir el Sentimiento verdadero y arrepentimiento de todo lo demás que he hecho; que esto lloro porque así me lo dicta el conocimiento y la conciencia, y esotras cosas canté porque me lo persuadió así la edad”. Quevedo renuncia a los trofeos sensuales de la juventud, busca el recogimiento, y se siente nacer a una vida ordenada y sosegada: “Un nuevo corazón, un hombre nuevo/ ha menester, Señor, el Alma mía:/ desnúdame de mí, que ser podría/ que a tu piedad pagase lo que debo”, afirma en el Salmo I. El poeta quiere desprenderse de la oscuridad y de sus pasos torcidos y no oculta el profundo dolor que le proporciona la memoria de su errada vida mundana. Reclama incluso el castigo y no duda en censurar la sal de sus recuerdos, en favor de una nueva existencia, muy kantiana ella, en la que reine el deber y la conducta virtuosa. Pero, ¿se puede ser feliz con tanta mortificación y tanta asepsia?

 

Aquí, como contrapunto, recupero las palabras del Marqués de Sade, en boca de un “moribundo”, como respuesta a la invitación de arrepentimiento de un “sacerdote”, en el Diálogo entre un sacerdote y un moribundo: “Fui creado por la Naturaleza  -dice el moribundo- con los más intensos apetitos y las más ardientes pasiones y fui puesto en esta tierra con el único propósito de aplacar ambos rindiéndome ante ellos (…) Me arrepiento solo de que nunca he reconocido suficientemente la omnipotencia de la Naturaleza y mi remordimiento se dirige únicamente contra el uso modesto que hice de las facultades –criminales a tus ojos pero perfectamente comprensibles a los míos- que ella me otorgó para su servicio (…) Tan solo recogí flores cuando pude haber reunido una más abundante cosecha de frutas maduras.” Ustedes tienen la última palabra.

DE PARIS AL CIELO

 

21.11.2015  Antonio Villalba Moreno Hace una semana de los atentados de París y desde entonces no dejan de aparecer en todos los medios secuencias de lo ocurrido. Vamos sabiendo más de la crueldad de estos bárbaros, vamos leyendo a articulistas que saben expresar lo inexpresable, vamos asumiendo lo inaceptable y, mientras, intentamos que el miedo no se apodere de nosotros porque, al fin y al cabo, es lo que pretende esta gente, estos hijos, que algún día fueron niños amamantados por madres que, quiero suponer en su mayoría, ahora sufren al comprobar que sus  retoños son los asesinos sin alma que han provocado la masacre.

 

El miedo está ahí, a la vuelta de la esquina intentando corroernos, oxidarnos. Pero la vida sigue. Es ineludible continuar viviendo. ¿Qué podemos hacer si no? De la mejor manera posible. Eso sí, por culpa de estos desalmados tendremos que resignarnos a seguir haciéndolo con menos libertades, justificado por las amenazas de unos fundamentalistas que no sabemos hasta donde podrán llegar.

            Ellos quieren que entremos en su mismo juego: el odio. Sería lo más fácil, sería incluso comprensible. Pero ante el miedo o el odio ofrezcámosles, por ejemplo, la solidaridad. Esas manifestaciones que llegan de forma espontánea o premeditada. Solidaridad con los afectados. Compasión también. Sí, compasión por esos musulmanes de buena fe que tienen que aguantar la ira del Occidente asustado y agazapado, mirándose su ombligo, sin reparar en un Oriente que hace tiempo muere lentamente por el horror y el sinvivir.

            Y pienso que levantarse a las seis puede ser productivo, aunque luego estés “cojeando” durante todo el día buscando esa hora y pico de sueño que la inspiración te ha robado, pero creo que quizá merezca la pena si leo estas líneas en un artículo, si antes las he repasado buscando repeticiones para suprimirlas, rectificando los errores y viendo que, quizá, haya podido plasmar, mínimamente, la rabia acumulada y la solidaridad con los que han sufrido la barbarie.

Después de oír cientos de veces La Marsellesa y de ver  imágenes desoladoras de ese París que siempre has imaginado  idílico, sientes el impulso de ayudar de cualquier forma a las víctimas, y te preguntas cómo es posible que estos asesinos puedan estar dominados por un odio ancestral e irracional que solo saben liberar a base de bombas y fuego, sembrando el horror y pensando que son mártires que irán a un cielo inventado, un cielo, que si lo hay, desde luego, será difícil entender.

 

¿DONDE VAMOS A BAILAR ESTA NOCHE?

 

15.11.2015 Rafael Guardiola  Las artistas Sara Goldschmied y Eleonora Chiari no podían sospechar, ni por asomo, que la instalación bautizada con este título y depositada en una distinguida sala del Museo Bolzano de Milán alcanzaría la notoriedad cosechada recientemente como fruto de una acción técnica fortuita, no exenta de consecuencias teórico-prácticas. Y es que una empleada de la limpieza del museo citado introdujo en sendas bolsas de basura, al parecer, con eficacia y mimo, un variopinto conjunto de botellas de champagne, confetti y restos de una presunta fiesta, esparcido en el suelo, con objeto de dejar la dependencia como los chorros del oro, ignorando que todo aquello era una obra de arte merecedora de ser expuesta ante los ojos del moderno espectador. El servicio de limpieza de un rascacielos norteamericano, en la década de los setenta, tuvo un papel muy diferente en el proceso de creación y recepción de lo artístico, según cuenta Umberto Eco en su Obra abierta, si la memoria no me falla. Las limpiadoras del edificio de aquellos lares fueron invitadas por un artista conceptual a pensar en un tema (de cuyo nombre no quiero acordarme), simultáneamente, a una hora acordada: he aquí la artisticidad del asunto. Heroínas o villanas, las limpiadoras han tenido su momento de gloria.

 

                Si seguimos el rastro de la tristeza, sentimiento que, probablemente, se apoderó de la  limpiadora del Museo Bolzano tras conocer las consecuencias de su acción, no tardaremos en encontrar su origen en situaciones frustrantes o conflictivas, más que en alteraciones bioquímicas de nuestro augusto cerebro, como sucede en el caso de la depresión. La aflicción también debió sacudir el sistema límbico de una limpiadora doméstica de la provincia de Málaga, según me cuenta el ilustre Director de “El Mirador de Churriana”, cuando descubrió que había tirado a la basura las cenizas del abuelo de la familia para la que trabajaba, pensando que eran los productos de un tabaquismo pertinaz. La apatía, el desinterés, la desmotivación y hasta la desaparición del deseo sexual se pueden apoderar de nuestra existencia, por menos de nada, aunque no trabajemos en un crematorio. No obstante, conviene recordar que la tristeza, pese a la sobrevaloración de la alegría en nuestro océano sentimental, juega un importante y positivo papel, es una respuesta natural y hasta necesaria ante determinadas situaciones estimulares.

 

                La sensación de pérdida de algo que valoramos nos pone tristes. Eso le pasaba a Epi, en Barrio Sésamo, cuando preguntaba con desolación a Blas, personaje de poderoso entrecejo, vive Dios, si había visto su patito de goma. Y también nos hace arrugar la frente la imposibilidad de realizar nuestros deseos, satisfacer nuestras necesidades o llevar a cabo nuestros proyectos, condenándonos muchas veces a la soledad y el aislamiento. Aunque la frustración y el fracaso suelen ser fieles compañeros de nuestra melancolía, lo cierto es que podemos identificar el motivo que desencadena nuestra tristeza y que ésta habita en nosotros poco tiempo, lo que nos permite tomarnos un respiro antes de vernos encumbrados, de nuevo, por la diosa alegría, tras un ensimismamiento muchas veces creativo, como si actuase como un auténtico catalizador del pensamiento.

 

                Este efecto “catapulta” –seguramente bien regado por el alcohol o cualquier otra sustancia euforizante- debe ser el responsable de la propuesta del Ministerio de Educación de una especialidad de Formación Profesional Básica de “Tauromaquia y Actividades Auxiliares Ganaderas”. Al parecer, los alumnos que obtengan el título podrán ejercer como novilleros, pero no como toreros. Para ello, deberán recibir la alternativa de otro colega. También aprenderán las técnicas para convertirse en banderillero, pastor y picador. El Gobierno está empeñado en defender la Tauromaquia “a capa y espada”, valga la redundancia, debido, tal vez, a la enorme demanda social de “toreros titulados”. Me llena de orgullo y satisfacción pensar en la presencia de toros en los Centros de Secundaria, conviviendo en armonía con la efervescente adolescencia y profesorado especializado, vestido “de luces”, con su máster en Educación bajo el brazo, dispuesto a “echar un capote” a las hormonas.

 

                Semejante trasmutación mental, de la tristeza a la alegría, que nos podría llevar hasta el paroxismo gracias a las ocurrencias de los herederos del exministro Wert, es el argumento del ilustre historiador del arte del siglo XIX Aby Warburg, a propósito del grabado de Alberto Durero, “Melancholia I”, fechado en 1514, y del consuelo humanista frente a la confrontación mitológica con Saturno, siempre presto a devorar a sus hijos. Según Warburg, el pintor renacentista Rafael Sanzio fue capaz de transformar los siniestros demonios en serenos dioses del Olimpo, la causa de la tristeza más paralizante en la alegre serenidad de los seres trascendentes. Lo malo de todo esto es que, tanta pasión por los sentimientos puede reducir nuestro comportamiento, con suma facilidad, al producto de nuestro cerebro primitivo que, como le gusta recordar a mi amigo y compañero, el biólogo Eduardo Campos Montañez, compartimos con los reptiles. Y de ahí a devorar a nuestros hijos, hay un paso.

 

 


 

 

¿SOMOS ESCRITORES QUE NO ESCRIBEN?

 

“Cuando uno se sorprende quitando lo que acaba de poner es que el relato ya está terminado” Raymond Carver

 

 

 

02.11.2015  Antonio Villalba Moreno Tras un productivo desayuno volvía al trabajo charlando con uno de mis jefes (compañero y amigo a pesar de ello). Seguíamos la charla comenzada en el bar, pero en un momento determinado, a raíz de un comentario sobre la imposibilidad de abandonar el vicio de fumar de una conocida común,  me vino a decir una expresión que me hizo pensar en un posible artículo: “Yo soy un fumador que no fuma”.

 

Pues no, queridos lectores, no voy a hablar de tabaco, ni tampoco de vicios. Se han equivocado. Mi propósito es hacerlo de escritura. Ahí estoy algo más ducho que en lo anterior, aunque no demasiado. Dicen que los escritores son unos ladrones: roban ideas, experiencias, sueños y esperanzas. Yo no diría tanto, yo creo que más bien las toman prestadas y, a veces, esas personas a las que en teoría se les ha robado lo agradecen al verse reflejadas. 

 

En este caso he tomado prestada la frase de Joaquín, espero que no se moleste y sea benévolo si lee el artículo, y la he transformado a mi conveniencia ¿Somos escritores que no escriben? Sobre todo, pensando en muchos conocidos, que sé de buena tinta, que tienen una facilidad envidiable a la hora de expresarse por escrito.

 

Esa capacidad innata está olvidada hasta que algo la recupera. Un momento de inspiración que les hacen redactar un relato, una lectura de un libro que les despierta esas ganas de escribir, una situación que les hace enviar una carta a un periódico.

 

Intuyo que todos llevamos un narrador en nuestro interior. Algunos nunca lo manifiestan por escrito y se conforman con el lenguaje verbal. Recordemos a nuestros antepasados, esos que apenas sabían escribir su nombre y, sin embargo, eran capaces de contar historias en las noches junto a las hogueras. Gracias a ellos la tradición oral permanecía en nuestra sociedad.

 

En mi caso esa facilidad envidiable no es tal, pero la poca que pudiera tener la despertó el director de EL MIRADOR  invitándome a que fuera partícipe de una columna y si el próximo 2 de noviembre se publica la  que ahora estoy redactando coincidirá con una fecha señalada para mi. Ese día hará (o hace) dos años justos que salió a la luz mi primer artículo en este medio.

 

Gracias a la posibilidad de expresarme en este diario he podido retomar algunas amistades que estaban abandonadas, he comprobado que la lectura, aún, no está muerta, he compartido con los lectores diferentes argumentos y he disfrutado redactando líneas y líneas que me han dado una gran satisfacción porque no creía que la dirección del periódico continuara aguantándome después de veinticuatro meses.

 

Han sido más de treinta los títulos. Han sido varios los temas. Entre medias he tenido ideas abandonadas por absurdas, repetidas o demasiado personales; he visto mi papelera repleta de folios arrugados o documentos de word eliminados con palabras perdidas para siempre, olvidadas por su autor, sentimientos a medio expresar, ideas originales, temores casi confesados, frases, párrafos que nunca llegaron a ver la luz.

 

Por eso vuelvo al principio: ¿Somos escritores que no escriben?

 

 

 

 

SER COMO PAUL AUSTER

 

25.10.2015 José Cabrera

 

A lo largo de mi vida, como seguramente les habrá sucedido a ustedes, he sentido admiración por gente famosa. Cuando cabalgaba por esa época de transición en nuestras vidas aderezada de hormonas y acné, que es la adolescencia, admiraba a jugadores de futbol como Cruyff, Zico, Quini o de baloncesto como Carmelo Cabrera, Rullán, Corbalán, o actores principales como Dustin Hoffman, Robert de Niro o Harrison Ford e incluso por qué no decirlo cuando tenía doce años me hubiera gustado parecerme a Bruce Lee, en especial cuando repartía puñetazos y patadas a diestro y siniestro.

 

Con el paso del tiempo los personajes mitificados van cambiando al igual que cambian nuestros gustos, o mejor dicho va cambiando nuestro concepto de la vida. Por esta sencilla razón nuestros ídolos van cambiando también, incluso si me apuran desaparecen. Pero este no es mi caso.

 

Por mi afición a la lectura, les confieso que no deja de asombrarme un escritor que para algunos puede llegar a parecer un tanto excéntrico. Me refiero a Paul Auster.

 

Mi admiración hacia este escritor viene condicionada por su forma y manera de escribir. Lo reconozco, me gustaría ser como Paul Auster, y no precisamente por vivir en New York, y que la mayoría de sus libros traten en mayor o menor medida de esa ciudad icono de la diversidad cultural.

 

Que haya sido marino, o vivido en Paris después de terminar sus estudios en la Universidad. Paso por alto todo eso. Paul Auster es un contador de historias. De historias dentro de historias. Rara vez algún libro suyo me ha dejado indiferente.

 

La carrera de Auster es un salto permanente entre la ficción pura y la revisión de su biografía, de sus miedos, acciones, sueños o inquietudes. Hablar de Paul Auster es hablar del azar, de las coincidencias, de las casualidades, es hablar de su vida en definitiva y como apuntan algunos críticos literarios de “Austerland” de un mundo creado propio donde la realidad y la ficción cabalgan al unísono. Cuando empiezo uno de sus libros, rara vez lo puedo dejar a medias, los leo en tiempo record.

 

Hay quien de mayor quisiera ser como Messi, George Clooney, o Pablo Alborán... a mi Paul Auster.

 

Como esto va contra natura, me conformo con aprender de él y si me apuran poniendo los pies en el suelo me resigno tan solo al mero disfrute de sus creaciones. Y así combato la gran enfermedad de estos tiempos: la ignorancia. No vaya a ser que no pueda yo soportar tanto reconocimiento, premios y menciones. La popularidad en altas dosis puede llegar a ser contraproducente para la buena salud.

 

NUESTROS MAYORES

 

24.10.2015 Antonio Villalba Moreno Con la llegada de un setiembre que ya quedó atrás viene la vuelta a la rutina tras un, siempre, corto verano. Vienen los compañeros de vacaciones. Recuperamos varias sanas costumbres, entre ellas: la piscina.  Recobramos las charlas amistosas con nuestros colegas de fatigas.

 

Tras algunas semanas o meses sin vernos preguntamos por las parejas, por las familias y, últimamente por nuestros padres. Ellos son uno de los temas principales muy a nuestro pesar. Ahora, al suegro de uno le faltan las fuerzas en las piernas y en los brazos, la madre de otro apenas puede doblar las articulaciones para colaborar en su limpieza. Caídas, operaciones, listas de esperas son frases repetidas.

 

Todo esto le comentaba a mi padre mientras paseábamos por Churriana. Al parar en el jardín situado frente al Centro Social le acerco su botella de agua y me aprieta la mano intentando un imposible: levantarse. Él cree que puede hacerlo.

 

            Yo le digo que más adelante, que hoy está muy cansado. Él vuelve a la niñez en ese mundo en el que ahora vive mezclando recuerdos. De pronto está trabajando, haciendo tratos o enluciendo una de las paredes de sus viviendas, como narrando alguna de sus historias con sus antiguas novias o pasando sed en sus meses de cabo en el Sáhara. El tiempo se ha distorsionado para Antonio.

 

            Pensaba, al principio de su enfermedad, que estaba envuelto en una nebulosa y, ahora, a veces, casi ni se reconoce en fotos recientes, y además no tiene constancia de lo que puede o no puede hacer. Entra en un bucle diario donde olvida todo lo reciente.

 

            Pierde la noción de la realidad, desvaría, no sabe qué le ocurre. Él mismo se da cuenta que es otra persona. No sabe donde vive. A veces piensa en retornar a España. Confunde su mujer con una prima, sus hijos con sus hermanos, se le olvida todo.

 

El pasado domingo se me ocurrió la idea de esta columna, aunque ya lo tenía en mente desde que se publicó “Una mañana de agosto”, justo después de pasar unas horas con mi padre. Ahora hay días que apenas puede articular palabra pero recordé una conversación que tuve hace unos meses, cuando se agravó su pérdida de memoria. Aquella tarde, aún podía meterse en mi coche con mucha dificultad, fuimos a recoger a mi hija a la facultad como en las últimas semanas. Él, no sé el motivo, pensó que nos dirigíamos a Madrid. Yo intenté convencerlo de que era mala idea un viaje tan largo diciéndole que el cielo estaba muy cubierto y empezaba a llover, como así era. Entonces soltó una de sus frases “Un abuelete decía que eso no es lluvia, son chirimoyas al aire”

 

            Cuando llegué al aparcamiento para recoger a Inma aún no había salido, saqué mi cuaderno de notas para apuntar esa frase tan enigmática. Mi padre me miraba con interés.

 

— Menos mal que tienes buena letra, hijo. —Dijo señalando con el bastón la página donde escribía

 

— Ya ves, papá, escribiendo tus ocurrencias.

 

            Sonrió, y como vio que me gustaban, siguió hablando. Recordó lo que uno de sus abuelos le decía.

 

— Antoñillo ¿tú no te pierdes?

 

— Yo no me pierdo porque no sé donde voy.

 

VANITAS VANITATIS

 

12.10.2015 Rafael Guardiola La muerte segó con su fría guadaña el manuscrito con el que el clarividente poeta chileno Pablo Neruda pretendía ofrecer al mundo sus recuerdos. Recuerdos que son, a su entender, siempre “intermitentes y a ratos olvidadizos porque así precisamente es la vida. Neruda confiesa “que ha vivido” desde ese momento mágico en el que naciera “a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia”. Ahí es nada.

 

Me gusta fabular pensando que los recuerdos con los que edifico mi propia memoria no se engarcen en un collar de frías fotografías instantáneas, sino que se aproximen, aunque sea de lejos, a las memorias del poeta. Me gusta imaginar, con Neruda, que “tal vez no viví en mí mismo; tal vez viví la vida de los otros” (el título de esa gran película de Florian Henckel von Donnersmarck) y por eso, “mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta”. Y por ello he decidido disfrutar de la escritura y “dar vida” al colorido fragmentario de las primeras frases de algunos libros que amo y he amado con verdadera pasión. Espero que les guste mi sincera confesión a corazón abierto.

 

“Todos los hombres desean por naturaleza saber”, escribe Aristóteles, al comienzo de su monumental Metafísica, persiguiendo encontrar el ADN de “una cierta ciencia que estudia el ente en cuanto ente y las determinaciones que a él le pertenecen”. Aunque el texto está un tanto desnaturalizado, al ser los “apuntes de clase” de las enseñanzas de Aristóteles en el Liceo, caminando de un lugar para otro, y no una obra escrita de puño y letras por el insigne maestro, pienso que es un buen punto de partida. Todos queremos saber, adquirir conocimientos teóricos y prácticos, y esto nos viene muy bien para poder sobrevivir en este mundo cruel y llenarlo de significado, dotándolo de un sentido que, muchas veces, se nos escapa. De momento, ni las plantas ni los animales tienen este quebradero de cabeza, salvo en las películas “La invasión de los ultracuerpos” o “El planeta de los simios”. Y resulta que desde mi más tierna infancia tengo a gala ser un apasionado de la lectura, lo que desembocó inevitablemente en un idilio todavía no resuelto con el mundo del conocimiento. Hay tanta información sobrevolando nuestras cabezas, que me costaba decidir en la librería de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid, si adquirir la Revista “Mathesis” promovida por los filósofos, o la Revista “Solemne el gordo”, editada por los filólogos.

 

 Con el paso del tiempo, he reconocido una cierta intención en el destino: me decanté por el saber filosófico y, tal vez como consecuencia de ello, tengo la tendencia a adoptar una cierta pose sacerdotal y oracular, acorde a mis inclinaciones histriónicas. La odisea del Ulises de James Joyce se abre con esta clara imagen de mis intenciones ocultas: “Solemne, el gordo Buck Mulligan avanzó desde la salida de la escalera, llevando un cuenco de espuma de jabón, y encima, cruzados, un espejo y una navaja. La suave brisa de la mañana le sostenía levemente en alto, detrás de él, la bata amarilla, desceñida. Elevó en el aire el cuenco y entonó: -Introibo ad altare Dei.” Me gusta imaginarme convertido en un ser tan poderoso como Torquemada, el cardenal Rouco Varela o Cayetano, el ínclito tomista, empuñando la “navaja de Ockham”, ese osado instrumento epistemológico tardomedieval que nos permite eliminar de cuajo “los entes” que nuestro cerebro, lleno de pájaros metafísicos, sin cesar multiplica. A la hora de dar un sentido a nuestros actos y un significado amplio al mundo y a la existencia, más vale perseguir la simplicidad y buscar el cobijo de la ciencia.

 

Pero no sólo de ciencia vive el hombre, y menos mi compleja corteza cerebral, e incluso mi sistema límbico que tanto admira a las hembras de “mantis religiosa”. Me gusta “hacer mundos”, como nos recuerdan el filósofo Nelson Goodman o los relatos de Italo Calvino. Me encanta situarme en la posición privilegiada que proporcionan el arte y la experiencia estética. Ello me permite pensar que “mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta”, como decía Neruda. Insuflando vida a la vida, a través de infinitos mundos posibles, sea a través de la lectura o la escritura, me convierto en un ser babeante, ebrio de amor, estupefaciente. La realidad del científico, entonces, me importa un comino, como me sucedió cuando leí, por vez primera, el inicio del exquisito Concierto barroco de Alejo Carpentier: “De plata los delgados cuchillos, los finos tenedores; de plata los platos donde un árbol de plata labrada en la concavidad de sus platas recogía el jugo de los asados; de plata los platos fruteros, de tres bandejas redondas, coronadas por una granada de plata; de plata los jarros de vino amarillados por los trabajadores de la plata; de plata los platos pescaderos con su pargo de plata hinchado sobre un entrelazamiento de algas; de plata los saleros, de plata los cascanueces, de plata los cubiletes, de plata las cucharillas con adorno de iniciales…” Con el arte, el placer se convierte en el protagonista del tiempo.

 

“Cuando Zaratustra tenía treinta años –escribe el filósofo Friedrich Nietzsche al principio de Así habló Zaratustra- abandonó su patria y el lago de su patria y marchó a las montañas. Allí gozó de su espíritu y de su soledad, y durante diez años no se cansó de hacerlo. Pero al fin su corazón se transformó, -y una mañana, levantándose con la aurora, se colocó delante del sol y le habló así: “¡Oh gran astro! ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas”.” La soledad es connatural a las grandes gestas filosóficas, como las de Nietzsche. Y la transformación del corazón, uno de los efectos más notables del discurso bien trabado y argumentado, y de la práctica filosófica, cuando se hace “de corazón”. Incluso cuando lo que se proclama es “la muerte de Dios”, la muerte de las entidades ideales que enmascaran los instintos vitales, que nos amargan esos momentos en los que disfrutamos del placer de leer el inventario poético de los objetos de plata de la novela de Carpentier. Porque los dioses necesitan inevitablemente de tristes mortales que los adoren. Somos los humanos, de nuevo, y no los repollos o los osos hormigueros, los que damos sentido a todas las cosas, lo que incluye a los dioses, dioses que están constituidos por “agua”, al igual que los restantes seres del cosmos, según Tales de Mileto. Es difícil desprenderse del antropocentrismo, aunque afirmar su imperio no sea políticamente correcto.

 

“Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto”. Con esta descripción aterradora se abre La metamorfosis de Franz Kafka. Les confieso que, a estas alturas del artículo, así es como empiezo a sentirme, como “un monstruoso insecto”. Como algo “monstruoso”, en definitiva. La memoria y los textos han hecho que me tope, cara a cara, con mi “sombra”, con mi Mr.Hyde, con emociones inconfesables, con el lado oscuro de la naturaleza humana que silenciamos y adornamos con las pasiones del intelecto, los gestos sacerdotales que hacemos cuando nos afeitamos y decimos latinajos sin pudor, o con el preciosismo de un inventario de artefactos de plata o invocaciones al astro rey tras un prolongado ataque de misantropía. Para el psicoanalista Carl G. Jung no podemos alcanzar la iluminación fantaseando sobre la luz, sino “haciendo consciente la oscuridad”. ¿Conviene, entonces, darse de bruces con nuestro “lado oscuro”? Parece que no está tan mal eso de aceptar la fuerza energizante de las emociones negativas, practicar la aceptación de nuestro sino de la que hablan tanto los estoicos como los budistas, recuperar la crónica de nuestros “crímenes” para cimentar así nuestra humanidad sobre sólidas bases. Reconocer la oscuridad de nuestra sombra es un buen remedio para sacudirnos la culpa. En sintonía con lo dicho, las primeras frases de El extranjero de Albert Camus: “Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: “Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.” Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer”. En ocasiones somos tan miserables, que condenamos abiertamente a una persona por no recordar una fecha con dolor extremo, impidiéndole que se libere de la culpa. Y no dudamos a la hora de censurar la intensidad de la pasión erótica asimilándola a la brutalidad, cuando ésta se desata sin disfunciones eréctiles, vaginismo ni eyaculaciones precoces y con unas altas dosis de sobreabundancia. “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, -dice el protagonista de La vorágine de José Eustasio Rivera al comienzo del relato- jugué mi corazón al azar y me lo ganó la Violencia.”

 

¿Se imaginan lo que habría pasado si el mítico, asmático y prosoviético Darth Vader, el representante del “lado oscuro” por excelencia, en lugar de hacer a Luke Skywalker la confesión:  “No. Yo soy tu padre”, le hubiera recitado el principio del bíblico Eclesiastés: “Vanidad de vanidades; todo es vanidad. ¿Qué provecho queda al hombre de todo el trabajo con que se afana bajo el sol?”? Otro gallo nos habría cantado en nuestra galaxia.

 

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DESDE LA VILLA Y CORTE.25 PREGUNTAS.

 

 

11.10.2015 Joaquín Ramírez ¿Tiene Artur Mas preparadas las maletas y los billetes de avión para irse a Canadá, como insiste la leyenda urbana?

 

¿Existió la trama del tres por ciento durante años, es verdad que hay pruebas, será objeto de causa judicial en un futuro cercano?

 

¿Es el concejal Pisarello un desahogado, un iconoclasta, un desalmado, un lacayo del mal, o sólo un hombre desinformado?

 

¿La equidistancia asimétrica puede llegar a ser contagiosa?

 

¿Por qué los independentistas catalanes quieren seguir siendo españoles a toda costa? ¿Será para conservar su derecho a decidir sobre España? ¿Querrían también transmitir la nacionalidad española a sus hijos y a los hijos de sus hijos?

 

¿En qué medida y con qué hechos puede considerarse Cataluña la víctima de España, como afirma una y otra vez el president Mas?

 

¿Por qué el Estado a lo largo del siglo XX tomó tantas decisiones económicas de gran calado con destino a Cataluña?

 

¿España –a los separatistas- les roba?

 

¿Es más de la mitad de la población catalana, en primera o segunda generación, de origen gallego, extremeño, andaluz, castellano-manchego, etc.?

 

¿Es el éxito y la riqueza de la sociedad catalana el principal agente inductor del movimiento por la independencia?

 

¿De verdad que Tarradellas y Junqueras militaron en el mismo partido?

 

¿Quiénes son en “Junts pel sí” los rehenes y quiénes los que dirigen el afaire?

 

Unos han hecho bandera de su permanencia en la Unión Europea y otros –como la CUP- tienen como objetivos salir de España, de Europa y del Euro, ¿es posible hablar en serio de una futurible coalición entre ambos? 

 

¿Si Romeva (número uno de “junts pel sí”) o Eduardo Reye

s (número seis) se describen como españoles y catalanes, por qué se consagran a la separación?

 

¿Por qué le llaman catalanofobia si quieren decir hispanofobia?

 

¿Son la Seat, Editorial Planeta, Vueling, Telefónica, Gas Natural, Abertis, Caixa Bank, Banco de Sabadell, Nutrexpa o Tulipán, empresas catalanas sin más, estando el 80% de su negocio en el resto de España?

 

¿Cuántas empresas relevantes no emigrarían a Aragón, Comunidad Valenciana o cualquier otro punto del territorio español ante la perspectiva de encontrarse de la noche a la mañana en un país tercero?

 

¿Es España una nación –como dice la Constitución-, o se trata de una “nación de naciones” o de un “estado plurinacional”?

 

La Constitución afirma que la soberanía nacional reside en el pueblo español, ¿saben los partidarios del estado federal que si se produjera una reforma de este orden, la soberanía de cada uno de los estados federales residiría en cada uno de sus respectivos pueblos?

 

Los defensores de una tercera vía abogan por reconocer la singularidad catalana, ¿realmente los españoles somos más singulares unos que otros?

 

¿Podría llegar a concitarse un nivel de consenso suficiente para reformar la Constitución profundizando en la desigualdad de los ciudadanos de según qué territorios en los campos social, económico y fiscal?

 

¿Pueden descartarse por irrelevantes los pronunciamientos en contra de este desmayado proceso del Primer Ministro Británico –Cameron-, el Presidente de Francia –Hollande-, el de USA –Obama-, Junker, u otros de la UE?

 

¿Es realmente factible que el escrutinio final de las elecciones catalanas 2015 determine alguna consecuencia jurídica que exceda las competencias de una comunidad autónoma?

 

¿Alguien puede dudar de la decidida voluntad del Gobierno, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, de aplicar la legalidad vigente en toda su extensión, en caso necesario?

 

¿Tardarán mucho en despejarse las dudas? Son tiempos intensos.

 

 

 

EXTRAÑOS EN UN TREN

 

10.10.2015 Rafael Guardiola “Para la libertad –escribe el poeta Miguel Hernández- sangro, lucho, pervivo./Para la libertad, mis ojos y mis manos,/como un árbol carnal, generoso y cautivo,/doy a los cirujanos”. Acabo de regresar, jubiloso, de unos días de “turismo sanitario” que ha tenido a bien concederme la Junta de Andalucía, para desprenderme del incómodo velo lechoso de las cataratas que me amenazaba con aplicar el decadente efecto “color sepia” a mi mirada. No he dado mis ojos a Instagram, sino a los hábiles cirujanos y la técnica ha logrado los frutos apetecidos. Tengo la esperanza, no obstante, de haber donado mis cristalinos por obra y gracia del ultrasonido, “para la libertad”. Ahora podré ver con más claridad, aunque no me hayan podido implantar las lentes del “hombre con rayos x en los ojos”, como en la película de Roger Corman de 1963, a las que pensaba dar un uso, fundamentalmente, “voyeurista”, siguiendo el proceso inverso al que, al parecer, recurría el pintor austríaco Gustav Klimt, quien creaba una atmósfera visual para el espectador, vistiendo con coloridos ropajes el cuerpo femenino desnudo, carnal, como el árbol de Miguel Hernández. Un poco “cautivo”, eso sí, me sentí tendido en la camilla ergonómica del quirófano, como era de esperar, cuando el entrañable y experimentado Dr. José Martín López, con más de 30.000 operaciones de cataratas a sus espaldas, ciñó una cinta adhesiva a mi despejada frente para inmovilizar lo más posible la sede del alma racional, según Platón. Estaba cautivo como el jamón en el jamonero, tratando de borrar de la mente la célebre imagen lunar de la película de Luis Buñuel y Salvador Dalí, “Un perro andaluz”, en la que la navaja rasga virilmente el globo ocular de una incauta. También tuve que olvidarme de los ojos perforados de Edipo y de las referencias freudianas a los ojos como trasunto del pene, siguiendo el rastro de los elementos decorativos de la civilización romana.

 

Después de las intervenciones, la belleza de los ojos y de las elegantes figuras del equipo femenino del Dr. Martín calmó mi desazón con notable eficacia. El cariño y la belleza de mi mujer obraron finamente el milagro. Como pueden observar, soy adicto a la belleza y bastante hipocondríaco y las cosas que uno ha aprendido, a veces obran en contra de nosotros cuando menos lo esperamos.

 

Y llegó el momento de partir hacia Málaga como un niño con “ojos nuevos”. El infortunio de Edipo, que no es otra cosa que una invitación a la aceptación del destino, salpicó mi recta mirada. En un rancio escaparate, muy cerca de unos abanicos artesanales, me contemplaba la escuálida figura de un “Niño Jesús”, con unas negras cejas arqueadas de forma diabólica, que me recordó vivamente al cantante Camilo Sesto. Mi nueva mirada se posó, acto seguido, en el cartel anunciador de un espectáculo circense sujeto a una farola. Contemplé con horror, que Leticia Sabater, aquella presentadora de espacios televisivos destinados al público infantil, con un toque histérico y barroco, que veían muchos adultos debido a la “generosidad” de las carnes y la indumentaria ceñida de aquella –que no por su despierta inteligencia-, y que colaboró a que muchos locos bajitos abandonasen a toda prisa la fase de latencia freudiana para acceder a la fase fálica, formaba parte del evento como artista invitada. No perdí un segundo más: había que llegar pronto a la estación de tren, antes de que mis ojos se posasen en alguna imagen de Falete, Teresa Rabal o Carmen de Mairena. Ya, dentro del vagón, respire tranquilo y me enfundé las gafas de sol. Fue entonces cuando vi a un joven de edad avanzada y estética rockera, depositar una guitarra eléctrica enfundada en la repisa-maletero situada sobre su asiento, así como a una mujer madura y de aspecto apocado intentar infructuosamente hacer lo mismo con su maleta. Al enésimo intento de la mujer, el joven decrépito le arrebató la maleta con decisión, la subió a los cielos del maletero y espetó a los presentes palabras de desprecio, acompañadas de algún que otro insulto personalizado, por no haber socorrido a la mujer madura en tamaño aprieto. Nuestro héroe anónimo, nuestro aprendiz de profeta, parecía investido de un poder sacerdotal, daba lecciones al mundo como la víctima perfecta (aunque curiosamente se desentendió de la bajada de la maleta al llegar a Málaga). Sin duda, no había leído la Crítica de la Razón Práctica de Kant o su contenido le importaba un bledo. Quería la Medalla de Honor de la RENFE, la Legión de Honor francesa y el fusilamiento sumarísimo, sin juicio previo, de todos los presentes, simplemente por haber llevado a cabo una acción “conforme a la Ley Moral” en lugar de seguir jugando con su teléfono móvil. Desconocía, tal vez, que dichas acciones, las que se hacen por un fin exterior a la propia acción (buscando una recompensa económica, afectiva o para lograr un fin diferente, como la de ser famoso, ganar dinero a cambio o ser nombrado benefactor de la Humanidad) son amorales, algo muy parecido a las acciones técnicas.

 

La acción moral, según Kant, se lleva a cabo “por el estricto cumplimiento del deber”, sin otro tipo de motivación, de forma casi secreta, sin participar en ningún espectáculo, aunque participe en él Leticia Sabater, ni dejar que salgan sapos y culebras por sus egocéntricas fauces. Los reproches de este crecido e iluminado adolescente treintañero me hicieron pensar que él y yo éramos  ciertamente “extraños en un tren”, parafraseando el título de la excelente novela de Patricia Highsmith (y que sirvió de inspiración a lo no menos célebre película de Alfred Hitchcock), que yo podría encargarle, llegado el caso y sin problemas, como en la novela, el asesinato de mi mujer, y asimismo concluí, que nuestro mundo no necesita justicieros, sino ciudadanos justos y virtudes cívicas.

 

 

 

EL SILENCIO FRÍO DE UNA PARED HELADA

 

21.09.2015.Rafael Guardiola

 

Disimulad.

Haced como si los vierais.

Será mejor, mucho mejor

que no nos vean a todos juntos.

 

Creerán que conspiramos

y que queremos apoderarnos

de la luna. Blanca efigie

que transfiguramos

a fuerza de llorar

entre las piedras.

Aunque perdamos la luz

que nos ciega,

aunque nos deshidratemos

y tengamos que tentar al olvido

esperando el remedio

de sus manos poderosas.

Será mejor, mucho mejor

que no nos vean desconsolados.

 

Creerán que nos bebimos la luna,

su resplandor y su manto,

como la leche celeste

que inmortales nos hace.

O nos acusarán tal vez

de arroparnos con la seda

de su cuerpo,

y de molestar a la nieve

que sobrecoge y pisar se deja.

 

Hacedme caso.

Dejaos colgar en las salas

de los hombres.

Dejaos, en fin, comprar

y ser cenizas

de los que no os hicieron.

No importa que os manchen,

que pendáis de un clavo torcido

o que os acoja la pared bien o mal.

Ahora huérfanos sois

de padre y madre,

aunque mostréis su aceitosa

sangre como imborrable marca.

Sangre que nunca morirá

si me hacéis caso.

No importa que crean

que su destierro anheláis.

 

Seguid ahorcados,

frente a frente,

hasta que las fibras

se destensen,

rotundas sombras aderezadas

por un feroz ejército

de puntos cromáticos.

Disimulad.

 

Alguien viene.

 

 

UNA MAÑANA DE AGOSTO

 

08.09.2015 Antonio Villalba Moreno “No son los sitios los que se pierden en nuestra memoria, sino lo que llevamos dentro” (Víctor del Árbol en  La tristeza del samurái)

 

Hace casi 30 años que acabé la carrera en la “prestigiosa” Universidad de Málaga. Y de lo que estoy más satisfecho de aquellos cinco cursos no es del conocimiento que adquirí sino de la amistad, que aún conservo, con algunos de mis compañeros.

 

En agosto tuve la oportunidad de desayunar con tres de ellos y, nunca pensé que ese rato fuera tan productivo. No solo por la alegría de vernos juntos sino por la charla tan gratificante que tuvimos.

 

El cuarteto se reunió a instancias de Pepe, que desde hace tiempo se nos fue a Murcia y, en ocasiones, cuando vuelve, plantea vernos. Nos citó por la mañana, en el centro de Málaga, el pasado agosto.

 

Nos hicimos una foto para inmortalizarnos, ya se sabe que ahora hay que dejar constancia de forma inmediata con los dichosos móviles. Al vernos tan guapos y jóvenes, al igual que hiciera cualquiera de nuestros hijos, nos sentimos tentados y la enviamos por Whatsapp a varios compañeros con los que aún tenemos contacto.

 

Las vivencias en común hacen que estas reuniones sean nostálgicas, nos aferramos al pasado con los recuerdos juveniles que afloran en cuanto nos juntamos. Un ejemplo fue el último examen de literatura de Romero Esteo, célebre entre nosotros por la pregunta tan particular que nos hizo, pero al mencionar al profesor salió a la luz mi nueva faceta como columnista y ellos, entre chanzas y halagos, me comentaron mi artículo del pasado 21 de junio “El sueño del pasado” donde contaba cómo, el famoso dramaturgo nos invitaba a unas cervezas. Yo pensaba que alguno de ellos había asistido esa mañana, pero resulta que ninguno estuvo. Jose, el cuarto en discordia me indicó que le preguntara a Carmen, cosa que hice más tarde para confirmar lo que me habían señalado, y efectivamente, yo estaba confundido. Además, ella me dijo que nos convidó a unas cigalitas en casa Curro porque le habían tocado 1.500 pesetas en la Lotería. Es curioso como, en muchas ocasiones, una anécdota conocida por todos es recordada de diferentes formas, dependiendo de cada uno, ya sabemos que la memoria es selectiva. 

 

Pero no solo son recuerdos los que mueven nuestros hilos, el viaje al pasado que hacemos en cada encuentro lo aderezamos con otros temas que, con el paso de los años, han ido cambiando: compañeras, novias, mujeres, hijos y ahora, cómo no, los padres. Éstos, los que aún viven, son una de las preocupaciones principales que ahora padecemos la mayoría de nuestra quinta, pero esto puede ser motivo de un nuevo artículo.

 

La edad fue otra cuestión tratada, ya que en unas semanas o meses todos llegaremos a la barrera de los 50, ya dije al principio que la mañana fue muy productiva.  En eso estábamos cuando recibo un mensaje comentando la foto que habíamos enviado: “Vaya grupo de cincuentones”, nos escribió José Mari, que no pudo asistir al desayuno al estar de viaje. Todos sonreímos, excepto Virgilio, que rió a carcajadas.

—Lo ha clavado —dijo mientras sorbía el café.

—Perdona, yo solo veo uno —le contesté mientras hacía yo lo propio.

—Cabronazo —respondió el aludido.

 

Por cierto, Loli, otra de las asistentes al famoso convite de Romero Esteo me comenta días después que se arrepintió de habernos invitado porque se había equivocado de número y no le había tocado nada o bastante menos de lo que nos  dijo. ¿Será verdad o le estará jugando una mala pasada su memoria?

 

ESTO NO ES LO QUE PARECE

 

03.09.2015 Rafael Guardiola Esto no es lo que parece” o algo así, debió entonar en una lengua eslava el detenido por la Benemérita en el aeropuerto de Málaga, con rumbo a Londres y “bellotas de hachís en la entrepierna”, como reza el titular de portada del día 22 de agosto de este ilustre medio informativo. No es de extrañar que el peso de la bolsa blanca con 945,5 gramos de hachís en salva sea la parte y en formato “bellota”, convirtieran el caminar del protagonista del suceso en una empresa harto difícil y sospechosa a los ojos de la autoridad competente. Es como si el sospechoso tuviera el pene sedado por las apreturas y los testículos de plomo e intentase ratificar con su torpe locomoción la validez de la Ley de Gravitación de Newton para el sistema inercial terrestre.

 

 “Esto no es lo que parece” es lo que suelen decir en las películas los que son sorprendidos por sus parejas legítimas en plena faena adúltera. Se entabla entonces un diálogo de besugos sobre la verdad y las apariencias que habría hecho sonrojar al mismísimo Platón, por la incoherencia de las argumentaciones y las desnudeces que suelen asomar en el momento cumbre de la acción dramática. Y la mayor parte de las veces, a la dialéctica “bellotera” le sigue un arrebato pasional que provoca la muerte del amante, sea en versión masculina, sea en la femenina, aunque realmente “pasara por allí” en ese momento inoportuno para hacer el salto del tigre o la tigresa desde el armario del dormitorio. El/la amante paga los platos rotos y la pareja infiel se queda viva, fundamentalmente, para sufrir y seguir participando en diálogos belloteros, como una posesión más.

 

Dicen algunos especialistas que la “infidelidad” dentro del universal cultural de la monogamia en relaciones heterosexuales tiene una faz diferente para hombres y mujeres. Mientras que a los varones nos suele preocupar la infidelidad sexual, a las mujeres les inquieta prioritariamente la infidelidad de corte emocional. A los hombres nos asalta la incertidumbre de la paternidad y la posible pérdida de nuestros recursos reproductores en beneficio de un rival. Las mujeres parecen más preocupadas por la pérdida del “compromiso” de la pareja, de la confianza y la sinceridad en la relación, que por la pérdida de recursos reproductores en favor de una rival. Y como somos potencialmente infieles, somos celosos. Los celos son, por tanto y desde esta perspectiva, una adaptación evolutiva para conservar la pareja, un dispositivo ecológico para resolver el inquietante problema de la infidelidad, más que un comportamiento patológico, un subproducto pernicioso de la sociedad capitalista o una firme construcción social.

 

Ahora es el turno de otro tipo de infidelidad, la que atenta contra nuestro patrimonio cultural y la memoria histórica. En una línea de actuación que prosigue el grotesco legado de la restauración sui generis que Dña. Cecilia Giménez Zueco hiciera en agosto de 2012 del “Ecce Homo” sito en el Santuario de Borja (Zaragoza), en connivencia con las autoridades locales, un grupo de empleados municipales del Concello de San Cristovo de Cea (Orense) convirtieron “de golpe y porrazo” –nunca mejor dicho- un dolmen neolítico de 6.000 años de antigüedad en un funcional merendero de hormigón, apto para poder degustar las maravillas gastronómicas del lugar a salvo de hormigas y gusanos. El monumento funerario en cuestión estaba registrado en el Catálogo de Bienes Culturales de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, por lo menos, hasta caer en las garras de los herederos de personajes de los tebeos de mi infancia como Pepe Gotera y Otilio –chapuzas a domicilio-. Nuevamente, una forma higiénica y “bellotera” de evitar un problema: el de tener que conservar y mimar las señas de identidad de nuestra identidad colectiva.

 

Me temo que el choque irracional entre identidades colectivas exacerbadas es uno de los frutos más amargos de la globalización y la propensión hacia el fanatismo más pacato. Asistimos atónitos también estos días, en Siria, a la vil destrucción del patrimonio histórico y cultural de la ciudad de Palmira y a la eliminación física de los celosos conservadores de sus tesoros. Y, recientemente, dos neonazis alemanes de 32 y 37 años, respectivamente, han sido acusados de atacar en Berlín a una madre y dos niños procedentes de Europa del Este, asalto en el que uno de ellos orinó sobre los menores –de unos 5 y 15 años-, tras proferir repugnantes insultos racistas contra la madre. Los sospechosos, los belloteros en cuestión, ya disfrutan de una libertad que difícilmente les pertenece. Lamentablemente, “esto sí es lo que parece”.

 

 

LUGARES PROPICIOS

 

24.08.2015 Rafael Guardiola En el capítulo de agradecimientos de su libro Un antropólogo en Marte (páginas que no solemos leer salvo que nos demos por aludidos) el lúcido neurólogo británico Oliver Sacks, cuya vida se apaga desgraciadamente, por momentos, afirma que al escribirlo “algunos lugares han sido de tanta importancia como las personas, proporcionándome refugio, serenidad, estímulo.” Resulta que el espacio, que según Einstein configura un continuo con el tiempo, puede cobrar un protagonismo insospechado, dado nuestro antropocentrismo impenitente. El espacio no es sólo un escenario marchito que tiende a difuminarse en favor de lo humano, de ese “yo” del que nos sentimos tan orgullosos, ni una aséptica forma apriórica de la sensibilidad, un conjunto de coordenadas vacías que sólo cobran vida dentro de la ciencia física, como apostilla Kant. El espacio es refugio y fuente de serenidad y estímulo, cuando menos.

 

En un dulce sueño recurrente, la oceánica experiencia del amor regala a mi cerebro, en un primer momento, el calor de un espacio interior, íntimo, habitado por la madera, los libros, algunos reflejos dorados y el fuego de una elegante chimenea del siglo XIX, como si se tratase de un fotograma de la película de Visconti sobre Luis II de Baviera o de un cuadro preciosista de Fortuny. Ese brillante espacio interior, claramente femenino, tiene un acceso secreto –aunque sea un secreto a voces, porque la luz del sol se filtra por los filos de una puerta macerada por el tiempo-, que me permite alcanzar un espacio abierto, masculino, abierto a la claridad del astro rey, en el que se peinan las copas de los árboles de un bosque frondoso que me gusta sobrevolar como un genuino superhéroe escuchando música de Brahms o Wagner. Me alegra saber que el espacio para el amor que he diseñado, con el paso de los años es, como afirma Sacks, refugio, serenidad y estímulo.

Me alegra saber, también, que comparten estas notas los espacios en los que he buscado refugio, serenidad y estímulo en las cosas relativas al intelecto. En mi lejana juventud madrileña cobraron especial relevancia la Biblioteca Nacional, el Museo Arqueológico Nacional, el Casón del Buen Retiro –en aquel entonces, sede del Museo del Siglo XIX-, las casetas de madera que albergaban las librerías de la “Cuesta de Moyano”, abiertas incluso los domingos, y el verde entramado del Parque del Retiro, testigo de mis innumerables paseos. Aun corriendo el riesgo de que me tilden de “friki”, les confieso que uno de mis placeres preferidos consistía en abrir por vez primera las páginas de los libros que acababa de adquirir, respirando su olor virginal, al abrigo de esculturas griegas y romanas o los enormes lienzos de contenido histórico de Madrazo, Rosales, Casado del Alisal, Pradilla y tantos otros. Tanto en Mallorca como en Málaga, mi principal fuente de inspiración se ha gestado en lo que los ilustrados denominaban “la belleza natural”, en la fascinante luz del mar y la montaña. Conservo además el olor de la madera de las estanterías y el mobiliario de la Biblioteca del IES “Ramon Llull” de Palma de Mallorca, construido hace más de cien años, la imperturbable presencia de la piedra de los muros y la delicada decoración modernista de muchas de sus dependencias. No puedo decir lo mismo de la Biblioteca del IES “Jacaranda”, lugar inhóspito donde los haya, un previsible secadero de jamones en invierno, y una sauna, con vista privilegiada del aeropuerto de Málaga, eso sí, a partir de finales de abril, a pesar de la nobleza de sus ilustres usuarios.

 

Pero conviene recordar que el espacio también puede contribuir a desdibujar nuestras señas de identidad individual y colectiva. En el libro titulado Tratado de urbanismo (1967) se encuentra el conocido poema de Ángel González, “Inventario de lugares propicios al amor”. Para el poeta madrileño, la ciudad contemporánea nos deshumaniza y es símbolo de un tiempo que se nos antoja adverso, más propicio al odio que al amor. Los lugares propicios para el amor

 

Son pocos.

La primavera está muy prestigiada, pero

es mejor el verano.

Y también esas grietas que el otoño

forma al interceder con los domingos

en algunas ciudades

ya de por sí amarillas como plátanos.

El invierno elimina muchos sitios:

quicios de puertas orientadas al norte,

orillas de los ríos,

bancos públicos.

Los contrafuertes exteriores

de las viejas iglesias

dejan a veces huecos

utilizables aunque caiga nieve.

Pero desengañémonos: las bajas

temperaturas y los vientos húmedos

lo dificultan todo.

Las ordenanzas, además, proscriben

la caricia (con exenciones

para determinadas zonas epidérmicas

-sin interés alguno-

en niños, perros y otros animales)

y el «no tocar, peligro de ignominia»

puede leerse en miles de miradas.

¿Adónde huir, entonces?

Por todas partes ojos bizcos,

córneas torturadas,

implacables pupilas,

retinas reticentes,

vigilan, desconfían, amenazan.

Queda quizá el recurso de andar solo,

de vaciar el alma de ternura

y llenarla de hastío e indiferencia,

en este tiempo hostil, propicio al odio.

 

Con permiso de Ángel González, mi optimismo patológico me hace ver, incluso en la escenografía urbana, y a pesar de los últimos desarrollos legislativos, innumerables muestras de lugares propicios para el amor y el conocimiento, porque nos proporcionan, casi sin saberlo, refugio, serenidad y estímulo.

UN MUNDO SIN LUZ

 

“Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran” (José Saramago en Ensayo de la ceguera)

 

16.08.2015 Antonio Villalba Moreno A veces, tras desayunar, aprovecho para pasear por los alrededores y dar un respiro a mi maltrecha espalda con una caminata de varios minutos. De este modo puedo observar a alguno de mis vecinos. Al que siempre veo es a un ciego que, por su forma de manejarse con el bastón, deduzco que no hace mucho que ha llegado a ese estado de sombras donde permanece.

 

Ramonchu, que es así como lo llaman, tropieza, cruza la calzada a destiempo o se desorienta en apenas unos metros. Cuando lo diviso, me acerco con sigilo por si es necesaria mi ayuda. En la mayoría de las ocasiones no la necesita porque son muchos los que se me adelantan para encaminarlo.

 

Ayer advertí que Ramonchu se encontraba en la acera de enfrente tanteando con su bastón una señal recién colocada. Indicaba las plazas libres que, en la zona azul, había en las calles adyacentes. Allí estaba este invidente, en su mundo oscuro, pensando que otra vez se había vuelto a equivocar en su trayecto. Rápidamente crucé para auxiliarlo.

 

— Señor, no se preocupe, yo le ayudo. —Tomé su brazo y lo orienté hacia el camino correcto.

— Gracias joven. Soy muy torpe.

— No, no lo es. Esa señal la colocaron el lunes.

 

                Me sonrió antes de comenzar a andar. Mientras le seguía con la vista recordé un verano de hace unos años, cuando estuvimos en las Islas Afortunadas, una mañana descansamos de playas y turismo rural y visitamos Las Palmas, la ciudad, pero sobre todo sus tiendas. Mi mujer y mis hijos hicieron una ruta por ellas. Al llegar a la calle Triana aproveché para sentarme en uno de los bancos para descansar y estudiar la vida diaria de aquella isla.

 

                Reparé en un ciego que vendía cupones. Un perro labrador esperaba, paciente, bajo sus pies. De vez en cuando alzaba el hocico, su dueño notaba el movimiento y lo acariciaba, le susurraba unas palabras y ambos continuaban con su labor, él despachando suerte y el animal vigilando a su propietario.

 

                Me cautivó aquella escena porque vi la nobleza del perro y el cariño que ambos se procesaban. Repitieron la escena varias veces. Cuando mi familia salió de la tienda, me acerqué al vendedor. Pedí un número. Acabado en 3, por supuesto. Me dio las gracias y  me deseó suerte.

 

                A la mañana siguiente leía el periódico mientras tomaba un estupendo desayuno y reparé en que había comprado un cupón. Miré el número agraciado. No era el mío. De hecho, creo que no coincidió ni por asomo.

 

                Mi mente, últimamente, da muchos saltos hacia el pasado y ayer recordó aquella escena en Gran Canaria. Estaba dormida hasta que Ramonchu hizo que saltara una chispa y volviera a mi. Pensé que quizá él debería agenciarse un perro guía, así podría ser sus ojos. Quizá de esa forma, en su mundo sin colores y sin luz, podría adquirir la destreza que le falta. En ese momento el cartel luminoso que indicaba las plazas libres cambió. Apareció un nuevo número: el 3, por supuesto.

LA REBELION DE LOS PERVERSOS POLIMORFOS

 

01.08.2015  Rafael Guardiola Es muy difícil esconder la sonrisa cuando Isabel dice “Papá”, fundida hasta la médula con el calor cómplice y brillante de su madre. Abre sus ojos de miel como una luminosa flor tropical, como si su serena mirada fuera capaz de llenar las coordenadas vacías del espacio, explorando así, con grave rotundidad, el proceloso mar de los afectos, con un oscilante paso firme. Puedo adivinar que mi jovencísima vecina está apunto de sembrar el mundo con la magia de la palabras, con un verbo tan ágil como sus piernas de muñeca comestible. Sus pasos de gacela son firmes e inquietos, arriesgados en las curvas, y se ciñen como un guante a la alegría del encuentro con sus padres. Hablo aquí de un vínculo de tintes sagrados que no se deja someter a los dictados de la Diosa Razón de los Ilustrados del siglo XVIII y que, con frecuencia, nos reserva un sabor agridulce conforme pasan los años.

 

                Y es que, como apunta el título del admirable libro del psicoanalista Bruno Bettelheim, “no hay padres perfectos”. Mi amiga Isabel unirá muy pronto la palabra al pensamiento y luego se “socializará”, como acostumbran a decir los especialistas, al ingresar en la honorable institución escolar (a la que, con notable lucidez, mi hijo denominaba “la selva”), interiorizando, casi sin saberlo, una abigarrada colección de normas y preceptos. Isabel pasará, entonces, más tiempo con sus iguales, con esos “locos bajitos”, que con sus figuras de apego. De estas últimas habrá recibido, sin duda, útiles herramientas para la vida en sociedad. Los comportamiento modelados por vía genética y las intensas experiencias vividas en el proceso socializador se sumarán a las herramientas materna y paterna para alumbrar las notas de color características de la personalidad de nuestros queridos “perversos polimorfos”, como llamaba cariñosamente a los niños el barbado Sigmund Freud.

 

                Se trata, ni más ni menos, del problemático binomio autocontrol y libertad. Fraguamos nuestras señas de identidad como abanderados de la libertad y la autonomía, gritando a calzón quitado como si estuviéramos proclamando las virtudes de nuestro género en el mercadillo de Churriana de los martes, o abriéndonos paso entre cadáveres con un pecho al aire, al modo de la protagonista del famoso cuadro de Delacroix. Confieso que no me seduce mucho esta última idea, ya que a mis años, tengo el pecho muy caído.

 

                Pero también somos hijos del valor de las leyes, de la tediosa disciplina, de la rigidez de las normas. Todo sea por ese “autocontrol emocional”, tan necesario para la convivencia en el medio social y la propia salud del individuo. Conviene recordar que el filósofo alemán Inmanuel Kant, humano de altas miras, menguada estatura y enorme cráneo, hizo del deber el norte de las acciones morales y la calve de la sociabilidad, siguiendo la estela de todos aquellos que han visto con recelo el intento de satisfacer sin mesura las pulsiones, los instintos y la eclosión descarada de los sentimientos. Según Kant, el aire frena el vuelo de la paloma. Sin aire, la paloma podría volar con mayor rapidez. Pero es evidente que la paloma sería incapaz de volar sin aire, sin controlar sus emociones, en nuestro caso.

 

                ¡Quién sabe si mi amiga Isabel será capaz de alcanzar el kantiano equilibrio! Tal vez sería deseable que esto no ocurriera, si damos la razón a Nietzsche. En cualquier caso, procuraré decir a mi amiga con mis gestos, que todavía es pronto para semejante recalentamiento de neuronas. Isabel está en plena rebelión y por eso abre sus ojos de miel como una flor tropical. Y yo ya no estoy para estos trotes, entre otras cosas, porque tengo el pecho demasiado caído.

 

INSOMNIO

 

 

19.07.2015 Rafael Guardiola Iranzo Dicen que nuestras horas están contadas. Todo se cuenta y ha de ser contado, sólo vale lo que es susceptible de ser contado. Es más: creo firmemente que alguien nos suma, nos resta, divide y multiplica, que algunos son capaces de contarnos y porfían por ello. De poco serviré yo a nuestros grises contables, tocados de fuerza y calculadora, que ingentes cifras tabulan con los minutos que nos quedan.

 

Pienso que nunca he sabido contar, a pesar de tener buenos maestros. De repente, comienzo a sentir cansancio. Voy a dormir con el anhelo de vivir incontables sueños. Y pienso también que siempre quise estar despierto –por lo que pudiese ocurrir-, y ganar con ello a la vida ese tercio que nos arrebata el sueño. Quién sabe: quizá nuestras horas estén contadas por el miedo y el tiempo

 

EL ESCULTOR DE LLANTOS

 

15.07.2015 Rafael Guardiola Iranzo Suspendidos de una nube de alambre de espino o abrochados a las piedras de una indumentaria harapienta vagan ingentes masas silenciosas, ciegos a la verde esperanza, por las sendas del planeta. El refugiado no es nada, ni siquiera una palabra olvidada. Imagino millones de pasos polvorientos, ojos perforando las estrellas, amores desterrados, oxidando los verbos paridos en la tierra y abandonados en la inclusa de la desidia pacata e insensible. Millones de hijos no deseados de una ultrajada belleza que se desgarra en silencio.

 

El escultor de llantos talla con un dolor infinito rostros sin futuro, bajo la luz de la oscuridad, con decididas vibraciones estancadas. Todo está por hacer.

 

Lacrados como una cosecha perdida (y eso que el grano quería germinar a borbotones), sus lágrimas contenidas sueñan con hacernos despertar, sueñan con que admiremos sus sueños abortados. Los refugiados están labrados con el cariño de la pobreza, hacen profundos surcos con la carne que reviste sus huesos altivos. Las telas de las tiendas en las que ocultamos nuestra vergüenza se caldean con el fuego de su aliento y se perfuman con el regalo de la sangre.

 

Levantándose de la postración que atormenta las caricias del olvidado, grabando con su cincel sílabas que nunca serán pronunciadas, el escultor de llantos intenta calmar su desazón, siendo todo, nada siendo

 

EL REINO DE Y YO MAS

 

28.06.2015 José Cabrera Villalba Permítanme una pequeña historia:

 

“En un reino muy lejano hace ya algún tiempo vivía un rey con su pueblo en plena armonía. Había llegado a un entendimiento tal que no existía la pobreza. La paz y la fraternidad campaban a sus anchas por todos los rincones. Los legisladores se dedicaban a dictar leyes justas para velar por su bienestar. Los jueces tenían pocos litigios que resolver pues la ley y el orden amparaban tan idílico lugar. Vivian del trueque justo y utilizaban el banco del tiempo para todo tipo de transacciones y permutas. Se buscaba la felicidad mediante el conocimiento.  Los educadores enseñaban lenguas clásicas, historia, filosofía, ciencias y literatura; dedicados a transmitir el conocimiento como principio esencial. Las autoridades eclesiásticas solo se dedicaban al culto de la espiritualidad, sin intentar amaestrar forzosamente y sin inmiscuirse en los asuntos terrenales.

 

Por aquellos tiempos, las flores y todo tipo de vegetación de las plazas y bosques del reino florecían en vivos y sorprendentes colores y desprendían olores asombrosamente embriagadores y los pájaros con sus armoniosos trinos alegraban el paradisiaco ambiente; todo era fruto de la perfecta armonía entre el rey, sus ciudadanos y la naturaleza.

 

Pero sucedió que un mal día el rey, influenciado por sus asesores y por los gobernantes de un reino vecino, dictó leyes distintas a las que regían. En ellas se incitaba al consumo desmesurado como práctica para obtener la felicidad personal con la promesa del progreso y la modernización. Se instauró una moneda que representaba un valor que en nada tenía que ver con el del objeto intercambiado. Todo este proceso los haría ricos y más libres. La gente influyente y poderosa se encargaba de crear necesidades superfluas. Se prestaba dinero a los más ingenuos e inocentes para que compraran objetos y cosas innecesarias, cobrándoles por ello un precio injusto y abusivo. La envidia se apoderó del país.

 

Después de algún tiempo el pueblo que hasta entonces se había caracterizado por el buen entendimiento y las buenas relaciones entre todos ellos, se transformó como de la noche al día, en enemigos y competidores acérrimos. Se instauró las culturas del “y yo más”; del “acumular sin necesidad”; del “reemplazar por reemplazar”; y del “yo soy más que tú”; “yo tengo más que tú” y “yo quiero tener eso que tú tienes”.

 

Los negociantes forasteros se frotaban las manos; les había salido la jugada a pedir de boca tan solo habían tenido que sembrar las semillas del deseo y la codicia.

 

Se cuenta que aquel reino nunca volvió a ser el mismo. El rey aunque arrepentido fue expulsado. Los poderes dominantes encumbraron a un títere para gobernarlos. La desesperanza, la infelicidad y el desánimo se apoderaron de todos sus ciudadanos. Ya nadie confiaba en nadie. Se dictaron leyes cada vez más represoras. Ya no se enseñaba se adiestraba. El consumismo y materialismo habían ganado la batalla.

 

En los jardines y plazas del reino en los que hasta hace poco existían parterres de flores multicolores y de olores deliciosos, fueron mutando a un color grisáceo y a un olor acre y corrosivo. Los pajarillos solo piaban tristes y apenados trinos. Era un cruel y fiel reflejo de lo que se habían convertido los corazones de sus ciudadanos.”

 

 

EL SUEÑO DEL PASADO

 

21.06.2015 Antonio Villalba Moreno Es difícil mantener los ojos abiertos a las cinco de la tarde en un mes de junio, en Málaga, en una clase donde los activos financieros, entre otras cosas, se pueden alterar según coste amortizado con un interés efectivo, o algo así. Es decir, que en el tipo de actualización con costes amortizados, me perdí. Más concretamente me dormí. Tuve la suerte que estaba en la última fila, justo detrás de una columna y de un compañero que se acerca a los dos metros de altura.

 

En el sueño yo tenía veinte años y estaba en la Facultad oyendo una clase de Literatura. En ella, don Miguel, se dirigía a los jóvenes estudiantes preguntándonos qué puñetas hacíamos allí, escuchando a un viejo profesor soltado una clase magistral sobre la picaresca en la literatura del Siglo de Oro.

 

Yo sonreía sabiendo que después nos invitaría a nuestro grupo de amigos a unas tapas en Calle Nueva porque le había sido otorgado el premio Europa. Era Miguel Romero Esteo. En el sueño el dramaturgo cordobés me decía que en treinta años yo estaría sentado en un aula escuchando a un profesor sin tener ni idea del porqué lo hacía. Yo me extrañé de esa afirmación, entre otras cosas, porque me lo dijo en Latín y yo no tenía mi diccionario VOX para ayudarme a traducirlo.

 

   En ese momento el compañero de mi derecha me dio con el codo para preguntarme si me estaba enterando del tema porque se me había escapado un ronquido justo en el momento en que los valores representativos, según el profesor, devengan flujos de efectivo. Le rebatí, a mi vecino de asiento, diciéndole que estaba muy despierto, y que, si acaso, el resfriado que cogí la noche anterior era el que me hacía respirar con dificultad y escaparse algún ruido agudo. Además, añadí, que la capacidad financiera para conservar valores no debía preocuparle porque el efectivo tiene un coste amortizado.

 

 Rafa, el compañero de dos metros, se volvió hacia nosotros para decirnos que, por favor, bajáramos la voz porque no se concentraba en la charla del ponente. Aunque yo estoy seguro que era para que lo dejáramos echar una cabezada como Dios manda. El caso es que volví a cerrar los ojos al cabo de unos minutos, incluso agaché la cabeza y la metí entre mis brazos sobre la mesa, al modo que lo hacía cuando éramos pequeños y dábamos clases por la tarde en EGB y nuestro tutor nos invitaba a descansar de ese modo.

 

 Regresé a esa mañana en Calle Nueva. Éramos cinco alumnos y un profesor. Brindábamos por su premio, pero sobre todo porque nos invitaba, porque nos contaba anécdotas suyas de cuando estuvo en un país europeo que entonces era comunista. Todos dijimos que habíamos leído su obra cumbre, “Tartessos”, él sabía que no era cierto, pero nos seguía la corriente. En la tercera ronda se dirigió a mí: “Antonio, en 2015 tú estarás soñando conmigo y posteriormente plasmarás tu sueño en un artículo y, con suerte, yo podré leerlo”

 

  En esta ocasión habló en griego, pero yo no sé esa lengua, así que, en el sueño le pregunté a mi compañera Loli qué significaba lo que me había dicho mi antiguo profesor. Ella me miró extrañada y me lo tradujo con una facilidad envidiable.

 

  Así que, ahora, cuando estoy pasando todas estas líneas al ordenador no sé qué he soñado, qué he recordado y qué he inventado. Lo dejo todo a vuestra elección, a la del lector, y si alguno de vosotros me tiene aprecio me gustaría que si termina de leer la columna me diga si aún estoy soñando o mi inventiva empieza a ser preocupante.

EN EL DUELO DE MARI

 

16.06.2015 Antonio Villalba Moreno Mari, la mujer de don Miguel murió el domingo. Se la encontraron tendida en el suelo de su casa. Había sufrido un ictus y cayó a plomo al suelo. Esa misma tarde, en cuanto el hijo menor la encontró, todos en la calle Gálica lo supieron, y una de ellos fue mi madre que nerviosa y muy afectada me llamó para comunicármelo.

 

Por los motivos burocráticos, y por la necesaria autopsia al haberse producido de esa forma, el cadáver no llegó al tanatorio hasta el día siguiente. Allí nos dirigimos mi mujer y yo en cuanto llegué de un curso. Permanecimos con los familiares y amigos un buen rato acompañando en el duelo y charlando de cosas trascendentales y no tanto.

 

Con Manolo y con Pedro departíamos sobre las referencias de cuando éramos pequeños: del “Cholo”, de don Miguel, de don Francisco, de personas que se han ido o ahora están en sillas de ruedas o con demencia o con enfermedades crónicas, y ahora somos nosotros esas referencias de nuestros hijos, aunque de una forma distinta. Yo les comentaba que cuando nuestros padres tenían 50 años parecían más viejos de lo que ahora somos nosotros, o eso quiero creer. Las décadas pasan y nosotros nos vemos igual pero esa ilusión es un espejismo. Ya peinamos canas, muchos no tienen pelos en la cabeza, las barrigas van en aumento, la presbicia se ha apoderado de todos nosotros, pero ahí seguimos , andando, buscando un sentido a la existencia, recordando a alguien que se nos ha ido, alguien como Mari, con esa simpatía que contagiaba a cualquiera con quien se encontrara.

 

Cuando íbamos a marchar me percaté que aún no le había dado el pésame a Fernando. Esa fue la guinda final. Al verlo me abracé a él y se puso a llorar conmigo, eran lágrimas de tristeza por la madre muerta, pero también de agradecimiento por acompañarlo en esos momentos trágicos y también de nostalgia. Me sentí bien cuando hablé con él, recordando los años de la niñez. Dijo que en otro duelo se encontró a Jacinto y a Antonio y le dio mucha alegría verlos, aunque fuese en esa situación. Le dije que teníamos que tomarnos unas cervezas cuando todo pasara. 

 

Habíamos sido muy amigos en la niñez, en la EGB fuimos compañeros inseparables hasta séptimo. A partir del último curso, la vida nos distanció. Las inquietudes no eran las mismas, el resto de las amistades tampoco, en fin, el destino es inexorable e impecable y nos separó por distintos motivos. Sin embargo, más de 30 años después ahí estábamos abrazados, con lágrimas en los ojos recordando a su madre, a Mari, una mujer entrada en los setenta que encontró una muerte rápida. La que todos quisiéramos para nosotros. Aunque estuvo sola esa mañana de domingo, al parecer no sufrió, y eso es lo que debemos pensar, eso le digo a mi amigo, eso le dije a mi madre, que lo ha sentido mucho, porque Mari era, es, una mujer que inspiraba alegría, que la repartía a todos. Sus hijos, nietos, vecinos y amigos tenemos que quedarnos con eso, con lo que nos ha dado en los años que ha estado con nosotros. Debemos agradecerle haber estado ahí, siempre.

 

La mujer de don Miguel se ha ido para acompañarlo cuando éste habría cumplido, precisamente, ochenta años si aquel accidente de hace casi dos décadas no lo hubiera bajado del tren de la vida. Pero esto es así, y hay que seguir. Y todo eso se lo decía a Fernando, a mi amigo, o si no lo decía lo pensaba y ahora lo hago.

 

Por cierto, queda pendiente la cerveza, hay que avisar a Jacinto, a mi tocayo, a.... Y todo esto le contaba a mi madre al día siguiente cuando se me ocurrió escribir estas líneas y me dijo Rosi que la echaba de menos. Y es cierto. La queríamos mucho. Que en paz descanse: María del Carmen Rosado Márquez.

CUESTION DE VALOR

 

21.05.2015 Rafael Guardiola No hace mucho, en la localidad alicantina de Elda, un hombre de unos 35 años declaró haberse pegado un tiro en el pie para “saber qué se sentía”. El entusiasmo patológico que alimenta las conexiones neuronales del ilustre Director de esta publicación, Jesús Manuel Castillo, es de tal calibre, que es capaz de arrastrar a propios y extraños a pegarse no uno, sino varios tiros en el pie, sin inmutarse, con un afán científico parecido. La persuasión hecha carne propició el pasado 10 de abril de 2015 un feliz encuentro en la Biblioteca Pública Municipal “José Moreno Villa” de Churriana, auspiciado por la Junta Municipal de Distrito. Tuve entonces el honor de presentar, en el marco del Ciclo “Valores de Churriana”, a dos protagonistas de su vida cultural y, a la sazón, colaboradores, como un servidor, de “El Mirador de Churriana”: Antonio Villalba Moreno y Victoria Plaza Fernández. Dos muestras evidentes de la vitalidad creativa que late muy cerca de nosotros relacionadas con dos formas de acceder al fenómeno artístico: la palabra y la imagen.

 

Aunque el significado del término “valor” tiene un origen económico y mis interlocutores se ganan la vida con oficios relacionados con la infraestructura del todo social, aquí se trataba de otros menesteres menos prosaicos relacionados con nuestros “criterios de elección” más queridos. Destaco de esta conversación amable, en la que devino afortunadamente el acto del que me ocupo, su carácter eminentemente festivo, pues es siempre una fiesta el reconocimiento público de las virtudes cívicas que atesoran sus protagonistas y el nutrido grupo de asistentes que nos obsequiaron con su presencia y sus cálidas observaciones.

 

Antonio Villalba Moreno, Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Málaga, trabaja como técnico de gestión en la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de la misma ciudad. Desde muy joven ha cultivado la pasión por la lectura y la escritura y ahora, en la madurez, afirma haber “vuelto a su antiguo hobby, la escritura, aprovechando que ya no juega al fútbol, ni organiza torneos de pádel, ni tiene que hacer de chófer de sus hijos, Inmaculada y Antonio (a los que he tenido el placer de disfrutar como alumnos). En el año 2014 fue finalista del II Certamen Literario “María Carreira” con el relato titulado “Mi Novia”, y uno de los cinco finalistas del II Certamen Nacional de Microrrelatos “Ciudad de A Coruña”, organizado por la Asociación Cultural de Estudios Universitarios, con el microrrelato “El vendedor de seguros”. Con anterioridad, en el 2013, fue el brillante ganador del ciclo “Las contras de La Térmica”, organizado por la Diputación de Málaga, con un relato titulado “Ando por aquí”, sobre un niño de diez años, Javier, al que le gusta jugar a asustar a las limpiadoras de un centro cultural que, anteriormente, fue un orfanato. En el mismo año, se hizo acreedor de la condición de finalista del mismo ciclo, con motivo del “Día de la Madrastra”, con el relato “Mis madrastras”. Antonio Villalba es un fiel cronista de la vida cotidiana, un atento lector, fiel amigo de sus amigos, un ser humano afable y respetuoso hasta la médula, siempre en su sitio, socialmente comprometido, amante de las mieles del deporte y de los intrincados recovecos de la memoria (y de la presencia de Churriana en ella). Es el claro ejemplo de un escritor de un “diario” amable, en el que la sensibilidad se oculta –sin conseguirlo- tras la sombra pesada de las letras. Su sencillez se hace carne, se hace crónica, se convierte en historia, en testimonio y sus lectores lo agradecemos.

 

Aunque no se considera fotógrafa, craso error, la fotografía ha formado parte siempre de las inquietudes de Victoria Plaza Fernández. En junio de 2011 entró a formar parte de la red social de fotografías “Instagram”, donde desarrolla sus dotes creativas con el disparo y la edición fotográfica con el teléfono móvil. Entre sus múltiples participaciones y méritos, cabe citar que en el 2013 ganó el primer premio del segundo congreso de Fotografía Móvil e Instagram, celebrado en Torrevieja (Alicante) y que en el 2014, ganó el concurso “La Noche Soñada” del perfil de Instagram Igersspain, para la novela del mismo nombre del escritor Màxim Huerta, en competición con más de dos mil fotografías. Como seguramente saben, se ha incorporado recientemente, y con éxito, al proyecto de “”El Mirador de Churriana”, en la sección “Desde mi objetivo móvil”. Trabaja como contable en una empresa dedicada a los arrendamientos urbanos en el centro histórico de Málaga, lo que le ha permitido acceder, como espectadora privilegiada, a escenarios dignos de atención.

 

 A Victoria Plaza le gusta, según me confesó hace unos días, mirar a su alrededor, observar, canalizar sensaciones. Me alegra saber que la música y el humor son, para Victoria, ingredientes imprescindibles para vivir. No concibe la vida sin canciones, me dice, como le pasaba a Nietzsche, y no le entra en la cabeza que alguien pueda vivir sIn poner en práctica a diario el sentido del humor. Victoria persigue los sentimientos que ruedan por la calle y recorren las venas y arterias de la naturaleza con un afán de búsqueda de lo incondicionado que, según Kant, caracteriza a nuestra dialéctica condición, y hasta con pretensiones de inmortalidad al modo de Unamuno. Me dice que “siente que sus ojos son lentes que intentan captar escenas que aparecen ante ella por azar, que al ser irrepetibles, debe inmortalizar al instante” y también se deleita, haciendo uso de modelos improvisados, pergeñando escenas que imagina en un momento determinado. “La modernidad –escribe el poeta y ensayista del siglo XIX Charles Baudelaire- es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte”, que necesita también su otra mitad, lo constante, intemporal y universal. Victoria Plaza es, pues, una artista “moderna” por derecho propio, a la que le gusta contemplar cómo en una escenario, aparentemente inerte, hay siluetas, personas e incluso sombras. Lo humano da vida a la imagen, al igual que el movimiento, que se adueña de su oficio, y suscita emociones. Disfruta como una niña con las fotos a ras del suelo, descubriendo reflejos sorprendentes e inesperados o enfocando desde arriesgados ángulos. La soledad, el mar, la puerta de la vida, la espera, la necesidad del movimiento, las edades del hombre, la mujer como ángel o demonio se asoman ante nuestra mirada. Todo ello en espacios pulcros, luminosos y habitados, muy parecidos a los que dibuja Antonio Villalba con sus precisas palabras, palabras que desprenden el calor de la leña en la chimenea, o la oportuna brisa que refresca las interminables tardes de terral.

 

En medio de este diálogo familiar, casi maternal, recuerdo que, para Inmanuel Kant, mientras que el valor de una cosa es su precio, el de un ser humano se llama “dignidad”.

LA LECTURA COMO SOLUCION

 

“He andado muchos caminos,/ he abierto muchas veredas;/ he navegado en cien mares,/ y atracado en cien riberas.” Primera estrofa de un poema de Antonio Machado

 

20.05.2015 Antonio Villalba Moreno Tengo que confesar algo que quizá algunos de vosotros ya sabéis, apenas utilizo las redes sociales. Es mi asignatura pendiente. Ya me ha reñido mi hija más de una vez para que me ponga al día. Me di de alta en facebook hace años, y hasta hace unas semanas, apenas lo utilizaba. 

 

Poco tengo en común con mis colegas de Opinión de esta Web, Rafael Guardiola y Pepe Cabrera.  Ellos han creado grupos de lectores a los que avisan cuando publican sus columnas y es muy buena idea porque de este modo pueden participar expresando su parecer sobre el artículo en cuestión.

 

Comento esto a raíz del publicado el pasado día 11 de marzo “Palabras en el desván”. Pepe me decía que  le hizo recordar varias anécdotas parecidas con sus hijos y que el formato de este periódico digital donde escribimos no permite compartir ni publicar comentarios por lo que no había podido darme su opinión hasta que me respondió, en privado, a una de mis críticas (buena) a su última columna. Recordé que hace unos meses, cuando aún EL MIRADOR estaba en formato blog, mi amigo Ildefonso me avisó que los comentarios no aparecían. Hice partícipe de esta sugerencia al director y me contestó que le llegaban, aunque éstos no se publicaban.

 

Por tanto, aprovecho ahora para enumerar otras consideraciones que  estimo interesantes. Esas palabras en desuso de las que se hablaba eran tendero y transistor. Pues bien, cuando una amiga, profesora de 6º de primaria leyó el artículo me dijo que era curioso porque, precisamente la palabra transistor no la conocía ninguno de sus 25 alumnos. Y yo que pensaba estar contando un caso excepcional me encuentro que es la norma en estos tiempos.

 

Me explicaba Encarna, la profe, que el penúltimo caso ha sido vereda. Dicha palabra aparecía en un poema de Machado, cuando hicieron el comentario del texto resultó que no sabían lo que significaba. Le daba pena que no comprendieran lo de “abrir nuevas veredas”. Algo parecido ocurrió con la palabra tapia con otro de Bécquer. Yo creía que estaba exagerando pero no, más hubiera querido ella.

 

Mi mente, cómo no, se trasladó al pasado, me vi como el niño que había sido, saltando la tapia de La Cónsula, que, casualidades del destino, ahora, en mi madurez, linda con mi casa. Entonces, más de una vez, la escalábamos para jugar en los jardines de esta finca histórica y hacer travesuras que no puedo reflejar en estas líneas o para asistir a los actos que a finales de los 70 allí se celebraban. Y ahora, la mayoría de los niños no solo nunca han escalado una tapia, sino que ni siquiera saben el significado de esa palabra.

 

— Pero todo se compensa, Antonio, hemos estudiado recientemente los anglicismos y otros extranjerismos y la que no comprende muchas palabras de las que usan hoy los jóvenes soy yo —me decía Encarna—. El reto es, según mi opinión, conocer mejor nuestra lengua para utilizar lo menos posible términos de otra.

 

He utilizado las frases de esta maestra que está a punto de jubilarse, no solo por la admiración que siempre he tenido hacia los buenos docentes, y sé de buena tinta que ella lo es, sino también por el cariño que le proceso y porque creo que la voz de la experiencia es un grado a su favor.

 

Acabamos hablando de la mejor solución para el problema que se plantea en estas  líneas, ahí coincidimos los dos: la lectura.

 

 

CARMEN O LA PROFUNDIDAD DE LA MIRADA

 

26.04.2015 Rafael Guardiola Los dictados del tiempo y la implacable posmodernidad han convertido en obsoleta o, cuando menos, evanescente, la figura de “Don Juan”, sea en la versión musical del “Don Giovanni” de W.A. Mozart y Lorenzo da Ponte de 1787, en el personaje D. Félix de Montemar, “El estudiante de Salamanca” de José de Espronceda, o el mismísimo “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla o  “El Burlador de Sevilla y Convidado de Piedra” de Tirso de Molina. El seductor impenitente ha caído en desuso, ya no resulta creíble sino como reliquia mitológica de nuestra cultura, y no creo que seamos muchos los que nos hayamos atrevido últimamente a batirnos en duelo con la prosa del Don Juan del filósofo danés Søren Kierkegaard. El “playboy” del siglo pasado da risa, más que otra cosa, o se ha llegado finalmente a identificar con los siempre erectos protagonistas del porno patriarcal. Pero no me parece que ocurra lo mismo con las herederas del mito de “Carmen”, la Circe europea prototipo de la “femme fatale”.

              

  Para especialistas como Carlos García Gual, siguiendo a Steiner, “Carmen”, a diferencia de “Don Juan”,  tiene un lugar asegurado en la mitología moderna como prototipo de una “mujer fatal” muy completa: es gitana, tramposa, ladrona, cigarrera y aúna dos condiciones muy dispares, la de seductora y la de víctima. La protagonista de la novela corta que alumbró Prosper Mérimée en 1845 y que alcanzó gran notoriedad gracias a la ópera que estrenara G. Bizet en 1875 (una obra idolatrada por el filósofo F.Nietzsche, tras su sonada ruptura con R. Wagner) es una pieza clave dentro del pensamiento romántico y se ha filtrado sutilmente entre los intersticios de la modernidad y el aliento de la vida cotidiana. García Gual nos recuerda en su Diccionario de Mitos, que en Carmen late “un juego de fondo entre la pasión fatal y el ansia de libertad de la gitana, figura más seductora que bella” y exhibe una “arrogancia casi demoníaca en defensa de su libertad, que la lleva a la muerte fatídicamente”.

 

 Carmen se llama la mujer con la que comparto la vida desde hace más de veintisiete años y confieso, ahora que no me oye, que hace honor a su nombre mitológico debido a su coraje telúrico y el relámpago de su seductora inteligencia y su inagotable sed de amor y justicia, capaces de provocar más de un terremoto en los espíritus mejor cimentados. Y Carmen se llama, asimismo, una singular vecina de Churriana que me honra con su amistad y honra también con una elegancia aristocrática a la etnia gitana. Los ancestros de mi amiga proceden del norte (como le sucede al personaje de Mérimée) y la sabiduría heredada de su madre y de su tía, maestra en Ojén, y su infancia marbellí, han perfilado la profundidad de una mirada limpia y penetrante, difícil de olvidar, que nada tiene que ver con cigarreras, ladronas y tramposas.

 

 Mi amiga Carmen es capaz de sonreír con sus ojos kilométricos y seducir con su arte, con la belleza de su baile milenario, con ese oleaje racial que le hizo visitar, siendo muy joven, numerosos rincones del mundo, con su vitalidad desbordante, con la vitalidad portentosa de una niña que juega con el movimiento, la música y el viento. Carmen me habla de la frialdad de Belgrado, la sencillez y el calor de la gente de Marruecos, las ventanas abiertas de Dinamarca o de Noruega, de cómo no pudo ir a Osaka, de mil y una anécdotas engarzadas en un inmenso collar de afecto. A Carmen le gusta pensar que sus raíces están en la India. Y yo pienso que comparte con la gitana sevillana de Mérimée y de Bizet su porte seductor y su vocación libertaria, no así su pasión fatal. Carmen se da cuenta de que hoy estoy triste, aunque trate de disimularlo, me ofrece un huevo de gallina recién puesto para que disfrute del calor que desprende, me invita a saborear el hinojo silvestre como si se tratase de un experimento científico, se alegra por todo y por todos, y es capaz de reconocer el imperceptible embarazo de una joven, por el simple brillo de los ojos, a pesar de las innumerables prendas que ocultan su estado. Carmen venera espontáneamente y sin tapujos la sabiduría de los mayores y es la viva imagen del “carpe diem” del poeta romano Horacio, dos rasgos del pensamiento gitano, según nos recuerdan los antropólogos, que valoro especialmente.

 

Como si de la bandera gitana se tratase, mi amiga Carmen se mimetiza con ella cuando no deja de repetirme que el azul del cielo es su techo (aunque siempre ha porfiado por que sus hijos tuviesen un techo firme y sin fisuras), y que Dios está en todas las cosas, como reza el panteísmo que profesan en la India. Carmen entona también a mi lado una constante oda a la naturaleza, se embriaga con el verde casi irreal de un prado, a los pies de una escarpada montaña, cerca del Torcal de Antequera, todavía con el sabor a fresco del hinojo en nuestras bocas, compitiendo con las meditadas palabras de Schiller que inspiraran a Beethoven en su Novena Sinfonía. Y con una elegante sencillez y la espontaneidad de su arte es capaz de atrapar un pensamiento nómada confesándome uno de sus secretos más queridos: sueña con que la vida le permita comprarse una sofisticada y cómoda caravana que le permita, cuando deje a un lado las fatigas del trabajo, recorrer todos los prados de la tierra con la inmensa fuerza que da a la sangre el ansia de libertad.

 

 

 

MAL PASO MAÑANERO

 

27.03.2015 Pepe Cabrera Es muy reconfortante y estimulante salir de casa por la mañana al empezar el día presto para la lucha diaria y pisar una caca de perro recién depuesta fresquita y pegajosa.


Ante este imprevisto suceso se tiene dos opciones:


Opción “a”: acordarte como poco de la familia del propietario del chucho y empezar el día con un inesperado calentón, habida cuenta de que hoy precisamente vas tarde al trabajo y pones de cuarta y media el civismo, la ciudadanía y los valores humanos de tus conciudadanos con la consecuente subida y aumento de tu presión arterial.


Y opción “b”: dar gracias a Dios y sentirse gozoso por haber tenido la suerte de pisar mañaneramente una caquita empatizando ipso facto con el perrito y su dueño, pues en definitiva todos somos criaturas de Dios y a fin de cuentas puede que haya sido tuya la culpa; pues bien podrías haber tenido más cuidado y no posar torpemente tu zapato sobre ella; y seguidamente, ponerte a buscar sin dilación un vendedor de la ONCE o cualquier oficina de apuestas del estado pues sientes que la llamada de la diosa fortuna puede estar tocando a tu puerta en este día tan glorioso.


En la mayoría de los casos la opción “a” sería la elegida por la buena parte de nosotros, simples mortales, y es que en el pasaje Maestro Soutullo esquina calle Doctor Ramos Acosta (lugar del suceso, justo al ladito de mi casa) las deposiciones anónimas van ocurriendo con bastante frecuencia.


En las calles y pasajes peatonales, ante esta circunstancia de ahora en adelante deberíamos por los que allí vivimos (por favor no molestemos al Ayuntamiento en estos desconsuelos…) señalizar con “carteles informativos” invitando a que los dueños de los perros los traigan y los suelten para que depongan sus excrementos y así poder gozar, todavía más, de una decoración de lo más natural. Y como es sabido que el género humano tiene tendencia a reaccionar de manera contraria a lo que se le sugiere con este golpe de efecto podremos conseguir que el dueño del can anónimo mañanero pase de largo y no le siga sirviendo el pasaje (en este caso el mío) como aliviadero matinal.


A fin de cuentas ese cúmulo de bacterias, parásitos y otros patógenos no nos debería preocupar demasiado que se desperdiguen por las vías públicas pues los niños juegan cada vez menos en las calles.


Y es que el peso de una bolsita de plástico debe ser una carga sumamente pesada, y supone mucha dificultad prender el “regalito” con la bolsa vuelta depositándolo en el contenedor de basura, que no en papeleras, y que por el contrario en un acto altruista desmedido y sin esperar nada a cambio se prefiere ir regalando presentes por toda la vecindad.


Nuevamente quedo sorprendido y agradecido con este claro y desmedido ejemplo de generosidad humana.

 

LA INVESTIDURA DE VIRGILIO

 

22.03.2015 Antonio Villalba Moreno El sábado tuve el privilegio y la suerte de asistir a un acto solemne de una Academia en un lugar emblemático en el centro de una ciudad preciosa. La ciudad es Málaga; el lugar la Casa del Consulado, sede de la Sociedad Económica de Amigos del País, Monumento Histórico Nacional; la Academia es la Andaluza de la Historia; el acto fue la sesión de investidura como académico de un Doctor en Historia Medieval: Virgilio Martínez Enamorado.

 

Voy a atreverme esta semana a hablar de un eminente arabista. Tengo la fortuna de contarlo como un amigo muy querido y, sé de buena tinta, que algunos de los lectores de este periódico lo conocen, lo aprecian y saben de su valía. A pesar de su enorme sabiduría y su brillante currículum, no presume de ello, aunque a veces le traicionan sus conocimientos. Por su visceralidad, se ha granjeado alguna que otra enemistad, pero no puedo redactar la columna sin reseñar que el “puñetero”, es ameno, simpático, y muy querido en todos los círculos en los que se mueve.

 

Como estarán viendo, lo difícil para mí va a resultar ser objetivo en estas líneas, por tanto intentaré que las mismas sean una breve descripción de la ceremonia y de paso hago partícipes del evento a los conocidos que no supieron del mismo, o sí lo supieron y no pudieron asistir, o sabiéndolo no asistieron.

 

Tras la presentación por el Presidente y el Secretario, dos miembros de la Academia abandonan la sala donde estamos. Al cabo de unos instantes aparecen acompañando al futuro miembro, el público aplaude, tras el saludo y el preámbulo comienza la exposición. El título del discurso de ingreso es “Takurunna, el país de los Nafza: una cora andalusí desentrañada”.

 

Yo cierro los ojos durante unos segundos y lo veo en el antiguo Colegio San Agustín, en una de sus vetustas clases rebatiendo al profesor Fernando Wulff algo sobre los hititas; o en pantalón corto con nuestro equipo de futbito, curiosamente “Los bereberes de la Tropopausa”, que, todo hay que decir, alcanzó un meritorio tercer puesto en una de las temporadas de la liga de Filosofía y Letras; o discutiendo con un taxista en Atenas rumbo a la estación en el interrail del verano del 85. Mientras, el orador habla de las tribus de los Nafza; del asentamiento de clanes beréberes; del emplazamiento de Takurunna; del Cortijo Nina Alta; del territorio en el término de Teba. Al cabo de tres cuartos de hora oigo que Virgilio dice que el discurso toca a su fin y todos volvemos a aplaudir.

 

Después, toma posesión de su plaza como Numerario en esta Academia Andaluza de la Historia. Es entonces cuando una colega suya, Dª Gloria Lora, contesta con su discurso de réplica y la oigo decir que el Dr. Martínez Enamorado ha impartido cursos en distintas Universidades; que, actualmente dirige siete tesis doctorales; que ha participado como autor o coautor en unas 300 publicaciones; que ha colaborado en 8 campañas arqueológicas... y yo vuelvo a trasladarme al pasado para verlo exponiendo su tema en las oposiciones de instituto (que aprobó); o meses antes, compungido y desolado en el cementerio de Casabermeja en el entierro de su padre; o perdidos en las carreteras del Atlas en nuestro viaje a Marrakech del 93.

 

Acaba el acto con el himno de Andalucía, que los asistentes escuchamos con emoción. Todos felicitan al protagonista de la jornada tras la formalidad, solemnidad y parafernalia de la ceremonia, pero los que tratamos a este singular personaje sabemos que, quizá, estará deseando que termine para despojarse de la chaqueta y la corbata que tan bien ha lucido en este día tan especial.

PALABRAS EN EL DESVAN

 

“Aunque no escribas estás escribiendo. La imaginación narrativa no se alimenta de lo inventado sino de lo sucedido. Cada hecho menor o trivial que uno vive o que uno descubre en sus indagaciones puede ser un hallazgo valioso.” Antonio Muñoz Molina en su novela “Como la sombra que se va”

 

11.03.2015 Antonio Villalba Moreno Ya va siendo hora de retomar esta sana costumbre de redactar, al menos, un artículo al mes para el periódico digital de Churriana. Para ello tomo prestado anécdotas propias o cercanas y las desarrollo a mi antojo o donde la escritura me va llevando. En esta ocasión lo ha hecho una compañera. Nos estaba contando lo ocurrido con su hijo.

 

Según nos detalló, lo vio preocupado delante de los deberes. Al preguntarle qué no comprendía, cogió el cuaderno y leyó el problema que el profesor de Matemáticas le había planteado. Un tendero de un comercio de comestibles vendía varios kilos de distintas frutas a diferentes clientes de forma que debía dar con una solución algo complicada. La madre, diligente ella, se disponía a explicarle las operaciones que debía realizar para dar con la solución, cuando su hijo le dijo:

 

— No mamá, no te preocupes. Si ya sé el resultado. Lo que no entiendo ¿qué es un tendero?

 

Todos nos reímos y recordé una escena parecida con mi hijo y su abuelo. Se llevaban muy bien y en una de las tardes en que estaban juntos, Paco, mi suegro, estaba sentado en su sillón favorito, al ver a Antonio, su nieto, rondando por la salita, le pidió que fuera a su dormitorio y le trajera el transistor que se encontraba en la mesita de noche. Hacia allá se dirigió el niño, al cabo de un buen rato, apareció muy preocupado:

 

— Abuelo, he estado buscando en todo el cuarto y allí solo hay una radio pequeña.

 

Son anécdotas graciosas que tienen, muchas de ellas, como protagonistas a los niños y, además, se les puede sacar partido. Es normal que Miguel, el hijo de mi compañera, apenas conociera la palabra tendero, puesto que si, alguna vez va de compras, lo hace acompañando a sus padres a alguno de los supermercados de las cadenas que todos conocemos, donde el contacto es con las cajeras. Ya se ha perdido la labor social que se realizaba en las tiendas de los pueblos, el trato con los vecinos, la charla con estos dependientes atentos y cariñosos que escuchaban las penas y alegrías de sus clientes mientras los atendían amablemente.

 

Es muy probable que Antonio, cuando era pequeño, no hubiera oído hablar de la palabra transistor. Era un sinónimo que no había utilizado hasta esa tarde en casa del abuelo, sin embargo, nuestros mayores, sólo utilizaban ese término para las radios pequeñas. También los de nuestra generación. De hecho hay una noche inolvidable que periodísticamente aún tiene ese nombre, “La noche de los transistores” (23-F).

 

El lenguaje está vivo, se va renovando, son muchas las palabras que ya no se utilizan, y otras están en desuso como las protagonistas de esta columna. El recuerdo de ellas agita la memoria para trasladarnos décadas atrás, cuando aún algunos éramos jóvenes.

 

PRIVILEGIOS Y AVENTURAS

 

08.03.2015 Rafael Guardiola Al tiempo que me entero que el brillante escritor y neurólogo británico Oliver Sacks se despide de la vida en un magnífico artículo publicado el 19 de febrero en 'The New York Times', leo que un vidente alemán, de nombre Ulf Buck, afirma poder predecir el futuro leyendo las líneas de nuestras nalgas. Y es que la vida está hecha de contrastes y hasta de contradicciones dialécticas hegelianas. Dualidades en las que me refugio los últimos años para intentar que mi alumnado se sumerja en las profundidades del océano filosófico. Con una gravedad desproporcionada, eso sí, y con apariencia de solidez, hablo a mi bullicioso auditorio adolescente sobre Eros y Thanatos, sobre el impulso erótico y la freudiana pulsión de muerte, como las cosas más importantes sobre las que conviene estrujar las meninges cerebrales. Dicho esto, lanzo la pregunta: ¿de qué queréis que hablemos, de sexo o de muerte? Como se pueden imaginar, el sexo gana por goleada. ¿De qué quieren que hable, del cáncer terminal de un lúcido neurólogo o de nalgas? Me imagino que si este artículo tuviera como título “Sexo gratis” habría llamado a la puerta de más lectores, y recogido la lucrativa cosecha mediática del esperado estreno de la película “Cincuenta sombras de Grey”. Siento decirles que lo que sigue va sobre videntes y científicos y, si me apuran, sobre un tema sesudo: el sentido de la vida.

La minuciosa lectura de un culo ajeno (la “culomancia”) con la recompensa de otear nuestro oscuro futuro entra en el campo, igualmente oscuro, de las técnicas para generar profecías. Muy al contrario, la obra de Oliver Sacks –que incluye éxitos editoriales como Despertares, Un antropólogo en Marte o El hombre que confundió a su mujer con un sombrero- tiene un valor divulgativo sobre los misterios de nuestro querido cerebro y una clara vocación científica en el campo de la neurología, y apuesta sin tapujos por las virtudes de la predicción científica en la práctica del método hipotético-deductivo. La predicción científica nos permite poner a prueba las hipótesis y el control e incluso la modificación del devenir de los acontecimientos. Pero no se limita a afirmar, como en las profecías, “ocurrirá x”, sin más. Esto es lo que sucede cuando afirmamos “El Partido de Angela Merkel ganará las próximas elecciones generales –porque su lideresa tiene una larga línea transversal que surca su nalga izquierda-“. La predicción científica se fundamenta sobre leyes (aunque no sean absolutas, sino enunciados probabilitarios) y sobre informaciones específicas fidedignas, relativas a lo que sucede o sucedió en el pasado. Así, podríamos decir: “como todos los cuerpos sólidos se dilatan con el calor y las nalgas de Angela Merkel son, sin duda, un cuerpo sólido, si ponemos a calentar estas últimas con una poderosa manta eléctrica fabricada en Grecia, podremos constatar su dilatación” (si puedo, no seré yo quien haga semejante comprobación).

Les sugiero “pasar del mito al logos”, como en la Grecia del siglo VI antes de nuestra era, acceder a una conciencia madura, tirando a la papelera la “conciencia profundamente mistificada” que reina más de la cuenta en los estados cerebrales ordinarios del ser humano de hoy y nos anima a encontrar las huellas del presente y del futuro en las líneas del trasero. Esta es la invitación que hace el antropólogo norteamericano Marvin Harris, entre otros, en el prólogo de uno de sus libros más leídos en Europa. Nuestro gusto por el misterio y los placeres de la imaginación se alía con la ignorancia, el miedo y la necesidad de los poderosos de enmascarar las desigualdades sociales creando una conciencia onírica colectiva para perpetuar su control de los resortes del poder y la miserable lógica de la explotación.

Sacks nos devuelve nuestra humanidad reflexionando a pecho descubierto sobre la enfermedad y la muerte. Y lo verdaderamente “inhumano”, por paradójico que pueda parecer, no es la muerte, sino la enfermedad. Epicuro de Samos nos recuerda que no hay que temer a la muerte porque, cuando vivimos, ella no existe para nosotros. Y cuando morimos, ya no tenemos vida para que nos produzca ningún tipo de sufrimiento. Ante la muerte, Sacks no quiere huir sino “despedirse”, sin tragedias: “Me encuentro intensamente vivo -escribe- y quiero y espero que el tiempo que me quede por vivir me permita profundizar mis amistades, despedirme de aquellos a los que quiero, escribir más, viajar si tengo la fuerza suficiente, alcanzar nuevos niveles de conocimiento y comprensión. Esto incluirá audacia, claridad y hablar con franqueza; trataré de ajustar mis cuentas con el mundo. Pero también tendré tiempo para divertirme (incluso para hacer alguna estupidez)”. Quién sabe, tal vez nos sorprenda el gran Oliver Sacks haciendo próximamente un viaje relámpago a Alemania para someterse a una intensa sesión de lectura de glúteos.

El problema está en la enfermedad, en la que tenemos o tendremos cada uno de nosotros y que nos convierte, en mayor o menor medida, en diferentes momentos de nuestra existencia o de modo permanente, en discapacitados. No se trata tanto de “curarse” de la enfermedad que desestabiliza nuestro cuerpo serrano, nuestra adaptación al medio, sino de “aprender a vivir con ella”, de volver a definir nuestra existencia y nuestra interpretación del mundo a partir de la enfermedad. ¡Ahí es nada! Sacks confiesa que convive diariamente con el miedo ante la cercanía de la muerte, pero su sentimiento dominante es “la gratitud”: “Por encima de todo, he sido un ser con sentidos, un animal pensante, en este maravilloso planeta y esto, en sí, ha sido un enorme privilegio y una aventura”.

 

 

SEDUCIENDO AL SILENCIO

 

22.02.2015 Rafael Guardiola La kilométrica tela de araña que ayer tejió en el Teatro Cervantes de Málaga con su arpa la sevillana Cristina Montes (1984) sería capaz de resistir la furia indómita del viento en Churriana. Cristina se licúa entre las cuerdas apoderándose de la partitura de Reinhold Glière, se enrosca como una columna salomónica en el baldaquino de los sueños, seduciendo al silencio con una elegancia que se respira, se abraza amante a la maternal madera que da cobijo a éstas con la inocencia propia de una niña con coletas perfectas, y edifica el inmenso poder de la vida con la fragilidad de sus dedos de acero.

 

El director Josep Vicent dibujó, gracias a Mussorgsky y Tchaikovsky, una coreografía envolvente, trazando líneas imaginarias en el aire, llenando el espacio con su presencia ausente, como si fuese capaz de tocar todos los instrumentos, extrayendo su codiciado néctar, libando de sonido en sonido con una alegría desbordante. Doy fe de que su alegría y la juventud de sus gestos son contagiosas. Hoy me he despertado poseído por el cuarto movimiento de la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky y he caminado rápidamente para acariciar la batuta con la que dirigía mi padre, ese insignificante trozo de maternal madera con el que yo jugaba de niño, soñando que algún día dirigiría una orquesta amante, capaz de realizar la alquimia que la música genera combinando las matemáticas con el insondable mar de los afectos, subido a un pequeño taburete que empleaba mi madre para tocar el piano, al tiempo que giraba el vinilo y los vecinos se acordaban de mí. Y ese momento mágico en el que la arpista tendió su mano al director y éste bajo de la tarima para besar castamente sus mejillas, me recordó inevitablemente el abrazo en el silencio que mis padres tejieron en sus vidas gracias a la magia de la música.

A POR LA COPA

 

“Si uno mira al pasado, en todo ve un indicio, un vaticinio, una advertencia”. Luis Landero en su novela Retrato de un hombre inmaduro

 

Ha llegado el gran momento de la temporada.

 

13.02.2015 Antonio Villalba Moreno Hace 14 años aún no se había ganado ningún título. Se presentó una oportunidad con la celebración de la Copa por primera vez en Málaga. Yo estaba en el Martín Carpena con mi hijo viendo los cuartos de final de Unicaja contra el Madrid. Habíamos presenciado los tres encuentros anteriores, el ambiente era increíble. Todavía puedo saborear aquellas sensaciones. Recuerdo a la demencia cantando: “estamos hasta los huevos del Barça y del Madrid”. Mi hijo también. Tenía 6 años y al oír el estribillo me miraba sonriendo, él no decía palabrotas. Esta frase ya se ha hecho común pero entonces acababa de implantarse. Se perdió tras un final muy igualado. Aún siento la punzada de la derrota pero, sobre todo, recuerdo el esfuerzo de mi niño para contener el llanto, aguantó a duras penas. Su decepción me hundió un poco más. Ni siquiera se acercó el sábado a ver las semifinales, aunque sí vio ganar a Pau y a los suyos la final.

 

En 2007 hubo otro intento que no se pudo aprovechar. Desde el principio las posibilidades de derrotar al Barcelona fueron nulas.

El año pasado se presentó de nuevo la ocasión, era la tercera vez que se celebraba en Málaga la Copa del Rey, había comunión entre equipo y aficionados después de un lustro desilusionante, pero la sorpresa saltó y el CAI nos eliminó.

 

Está visto que nos cuesta ganar un título en nuestra casa. Tenemos tres en las vitrinas y en todos ellos el partido decisivo se celebró fuera. El único de Copa fue hace una década, en Zaragoza. Ya va siendo hora de conseguir otro, así que, quizá, este año tengamos una nueva oportunidad: Gran Canaria. ¿Hay algún lugar más lejano en territorio nacional para conseguirlo?

 

Leí, en un artículo de David Trueba, que la justicia poética no existe y que nos tenemos que conformar con la otra, que tampoco se inclina siempre hacia donde debería. Nosotros la hemos probado varias veces en nuestras carnes. Me estoy poniendo en situación desde que acabamos líderes en la primera vuelta. La próxima semana quiero disfrutarla desde el primer partido. Esto no ocurre todos los años. Esta temporada estamos dando guerra a los gigantes futbolísticos. No somos ni el Barça ni el Madrid. No estamos en disposición de ganar un título cada año. Y por eso, porque soy del Unicaja, porque yo sí creo en la justicia poética, porque aunque no escriba poemas soy un poeta y, también, porque la vida le debe un alegrón a aquel niño de 6 años que ahora estudia Ciencias del Deporte, tengo la sensación de que vamos a ganar y porque sí, ¡Cojones! ¡Arriba Unicaja!

 

 

 

EL ENCUENTRO

 

08.02.2015  Rafael Guardiola Llegó el avión con los primeros rayos del sol, sobrevolando una agridulce mixtura de ilusión y miedo. Nuestras miradas nerviosas se cruzaron, por fin, en la magia del encuentro. Quería besar tus labios de sal y fruta fresca, persiguiendo con mis gestos un mar rotundamente abierto, pero tú abrazabas un cálido refugio al abrigo de la luna más secreta, fundida, amante, con mi pecho despierto y orgulloso. Y la vida amaneció, desde entonces, con sus brillantes luces y sus pálidas sombras, como un beso infinito al que, hasta dormidos, nos abrazamos verso a verso.

JUICIOS PRECONCEBIDOS

 

03.02.2015 Antonio Villalba Moreno

 

"Uno se cree que sabe algo y entonces descubre que no sabe nada y ahí empieza a aprender de verdad” Clara Sánchez en su novela Presentimientos

 

Primer domingo de febrero. Hace fresco pero el sol luce, después de unos días inestables a los que no nos acostumbramos los del sur. La mañana es preciosa. Después de casi una semana con gripe, me decido a sacar a mi perro a dar un paseo. Al cabo de unos minutos me encuentro con un vecino con el que entablo una breve conversación. Al despedirse, con asombro por mi parte, me dice que está esperando mi próxima columna en EL MIRADOR, pero que no me ponga tan pesado con la Casa de Gerald Brenan.

 

Me dejó pensativo, sorprendido y, porqué no decirlo, con un aura de vanidad que me hizo sonreír. Me dispuse a buscar un tema para este artículo que trascribo. Al menos, sabía de qué no iba a tratar. Me acababa de dar una idea para desarrollar: los juicios preconcebidos. En mi vida habría pensado que este conocido, al que llamaré Paco para preservar su identidad, es un lector empedernido según pude enterarme con posterioridad, pero no tiene pinta de ello. ¿Es que las personas con ganas de leer tienen que tener gafas redondas, deben portar libros bajo el brazo y participar en debates literarios de clubes de lectura?

 

Funcionario es igual a vago. Político a corrupto. Taxista a sinvergüenza. Así un sinfín de etiquetas. ¿Tenemos que superarlas con nuestra propia experiencia o sería necesario hacer un ejercicio consciente y predisponernos a olvidarnos de ellas?

 

Ocurre con los inmigrantes. Porque algunos, e incluso muchos de ellos, hayan delinquido no podemos encasillarlos como ladrones a todos ¿Quién no tiene algún amigo o conocido extranjero trabajador y responsable?

En los años 80 y 90 ocurría con los vascos. Había una tendencia muy arraigada en la que se metía en el mismo saco a todos ellos, y se les acusaba de etarras, obviando que la mayoría de las víctimas de ETA eran, precisamente, sus propios paisanos.

Ahora nos ocurre con los musulmanes. “Todos son terroristas”, porque a unos yihadistas se les ocurre asesinar a mansalva en nombre del Islam, interpretando el Corán a su antojo y conveniencia.

 

Del mismo modo, yo caí en una de esas dichosas etiquetas al encasillar a Paco dentro de los estereotipos de un grupo, sin considerar siquiera su individualidad. Este señor, albañil en paro, me dio la idea del artículo de hoy.

 

Antes de publicar la columna tuve la deferencia de enviársela a Paco. Me sugirió que, por favor, le cambiara el nombre y el oficio. Además me dijo que usa lentillas, tiene más de mil títulos en su e-book y es un asiduo de las tertulias de internet.

 

 

 

 

        LA INTERPRETE

 

 

 

        02.02.2015  Rafael Guardiola Y llegó la intérprete. Escondida tras unas enormes gafas de concha, una triste, oronda y menguada figura se detuvo en el quicio de la puerta de la habitación 413 del Hospital Universitario, y su ronca voz traspasó, no sin dificultad, los labios pintados con un carmín desbordante de un intenso color rojo que formaba una especie de costra. “¿Hay algún extranjero aquí”? espetó a los presentes. Dentro de este extraño lugar, azotado por las huellas que la desidia deja en lo público, una ciudadana británica aficionada al turismo sanitario mostraba, tumbada en la cama, a la par, su pálida desnudez, sin ningún recato, bajo una ligera sábana, manteniendo las rodillas flexionadas y su puerta de jade expuesta a la vista de los ancianos que deambulaban por el pasillo, dado que el acceso a la habitación permanecía tan abierto como sus vergüenzas. Una visión paradisíaca que hacía las delicias de los amos del pasillo, quienes lo recorrían compulsivamente, a velocidad de crucero, arrastrando portasueros y andadores con repisa azul celeste, esperando algún tipo de recompensa para los sentidos con la que mitigar el miedo y el aburrimiento.


                        La sonrosada vulva de Hannah Green, coronada por una generosa mata rojiza de vello púbico se reflejó rotundamente, tan apetecible, en las pupilas dilatadas de D. Jacinto, un enjuto y disciplinado sexador de pollos que gozaba de las mieles de la jubilación desde hacía más de dos décadas. Como era de esperar, el pobre D. Jacinto había renunciado, hace muchos años y muy a su pesar, a los placeres de la carne, y tan beatífica experiencia visual estuvo a punto de provocarle una crisis cardíaca morrocotuda. Evidentemente, ninguna de las pacientes foráneas pudo responder, ni bien ni mal, a la aguda pregunta de la intérprete. Respondió por ellas el misterioso acompañante de Dña. Luz, un sufrido docente de mediana edad, barbado y tan calvo como una bombilla de las de antes, y un tanto redicho a los ojos de lo que Voltaire denominaba “la canalla”, que se refugiaba en la corrección de un puñado de exámenes de Inmanuel Kant, ese filósofo alemán bajito y cabezón, aficionado al abadejo del Báltico, los cielos estrellados y el poder inconmensurable de la ley moral. “Las personas que no entienden la hermosa lengua castellana –declaró la luz de Dña. Luz haciendo uso preciso de la ostensión- son esta octogenaria desdentada y despigmentada, Dña. Molly Penthouse, y aquella hermosa joven (a la que señaló tembloroso, mirando hacia otro lado, con falso pudor, debido a su secreto voyeurismo), que se hace llamar Hannah”. “Muchas gracias”, respondió la intérprete, con cierto desdén y la vitalidad propia de una coliflor, rascándose la asquerosa protuberancia velluda que presidía su barbilla, e iniciando una conversación de libro de texto con sus postradas víctimas.


                        Federico Lapo, que así se llamaba el hijo de Dña. Luz, contuvo el aliento al ver a D. Jacinto tambaleándose, sujetando a duras penas, con la mano derecha, una bolsa llena de orina sanguinolenta, al tiempo que clavaba sus ojos casi orientales en los sugerentes y procelosos pliegues de la anatomía de la Srta. Green. Afortunadamente, D. Jacinto pudo mantener el equilibrio, ahorrándose una nueva operación de cadera. “Menos mal”, pensó Federico, “es lo que me faltaba, por los clavos de Cristo. No sé si podré resistir tanto infortunio, ese cruel destino que salpicó sin piedad la existencia de Edipo, Job o Cándido.

         

          Para que luego diga Leibniz que estamos en el mejor de los mundos posibles, sin que se le mueva un solo rizo de la peluca”.

        

         Y es que horas atrás, el ilustre profesor Lapo había creído tocar las mismísimas llamas del infierno merced a una horrible visión.

 

         De la Unidad de Cuidados Intensivos había visto salir, como si se tratase de una peonza, una versión ibérica, bastante pálida y harto rolliza, del ama de llaves de “Lo que el viento se llevó”, tocada con un gorro quirúrgico verde y los brazos como auténticas chistorras. Temió seriamente por su vacía y metódica vida. “Si no salgo corriendo ahora mismo –pensó- me parece que voy a ser abducido por un grupo de alienígenas sodomitas o una procesión de albóndigas asesinas”.


         Siento un intenso escozor en el pliegue del codo derecho, el penetrante olor del desinfectante y las palabras entrecortadas de un anguloso rostro masculino que se difumina ante mis párpados, poco a poco. Mis párpados se rinden, me pesan, se descuelgan a jirones de mi ser, con el mismo brío de una canción de Leonard Cohen y el salero de un Canto Gregoriano.

         

          Un sopor infinito se apodera de ese “yo trascendental” sobre el que escriben torpemente algunos de mis alumnos, con el verbo de un piel roja, e inicio un prodigioso periplo por los sucios intersticios de la inconsciencia, gracias al poder del anestésico, contemplando con los ojos cerrados el fascinante espectáculo de la vulva sonrosada de Hannah Green, mientras los cirujanos se afanan en extirparme una víscera sana. Con las prisas, se han debido pensar que soy Federico Lapo. Y llegó la intérprete.

 

Rafael Guardiola Iranzo

 

SESION DE PALOMITAS

 

25.01.2015 José Cabrera Me gusta el cine. Todo el cine. Decir “el cine de antes es mejor que el de ahora” o “el mejor cine es en blanco y negro” es como atrapar mariposas con guantes de boxeo. Películas buenas y malas las ha habido antes y las hay ahora. He de reconocer que siento predilección y debilidad por las películas de la época clásica del cine: hasta finales de los 60 (según algunos entendidos incluso películas de principios de los años 70)


Ahora se hacen buenas películas que con el tiempo podrán llegar a considerarse como clásicos del cine a la altura de “Casablanca” o “Lo que el viento se llevó”. Mi gusto por el cine clásico no solo viene dado por la calidad de las películas sino también por la forma de hacerlas (un tanto más artesanas), su forma de rodarlas, los decorados, la música. Las diferentes formas de acoplar todos estos elementos es lo que le otorgan al cine clásico un halo distintivo y casi divino que hace que difícilmente me provoque aburrimiento.


No dejo de hacerme preguntas cuando veo estas películas ¿Cuál es el significado de la palabra “rosebud” que pronuncia George Foster Kane en “Ciudadano Kane” al morir? ¿Qué tiene la escena del carrito en las escaleras de Odesa de la película El acorazado Potemkin para que haya sido tan imitada? ¿Por qué me inquieta o me fascina la cara de bulldog de Edward G. Robinsson? ¿Qué tiene de particular “Vértigo” “El halcón maltes” “El tercer hombre”… para que después de verlas muchas veces me sigan gustando?


Llego a la conclusión, pues, de que la curiosidad es un elemento importante para explicar mi afición al cine clásico. Ese espíritu de niño en el que la condición indispensable es ser curioso para ir descubriendo el mundo que nos rodea. Eso, y la suerte de haber sido alumno del admirado Don Domingo, que allá por el inicio de los 80 tuvo la gran idea de ayudarnos a crear un pequeño cineclub a los exalumnos de colegio Ciudad de Jaén (él traía de Málaga las películas que veíamos, y que comentábamos entre todos una vez terminada la proyección), a partir de esta inoculación directa en vena del virus del cine y después de haber visto lo mejor del cine clásico sigo con esta dolencia cuasi onírica.


Lo que en realidad me sucede cuando veo una de esas películas es que me imagino delante del escaparate de la joyería Tiffany’s desayunando con Audrey Hepburn. Oasistiendoen primera fila a una actuación de Rita Hayworth quitándose sensualmente un guante. O sintiendo la tragicómica angustia de Nino Manfredi cuando llega la hora de ajusticiar al reo en “el verdugo” de Berlanga. No es que piense que estoy ahí… ¡Es que estoy ahí!


Es difícil explicar la acumulación de sensaciones placenteras que para algunos nos supone disfrutar de cualquiera de estas películas.


Para los amantes del cine clásico: una buena tarde de domingo, a poder ser de invierno, acomodado en un buen sillón o sofá, sesión de manta o chimenea, la mirada fija en la pantalla y un bol de palomitas de maíz. ¿Quién da más? Puede llegar a ser comparable al placer que uno siente cuando te rascan la espalda o a que te den la razón en una acalorada discusión.

 

¿TODOS SOMOS CHARLIE?

 

25.01.2015 En una viñeta de un periódico que ha visto la luz hace pocos días, se ve a dos orondos personajes encorbatados y cómodamente sentados en sendos sillones. Uno de ellos lanza al espacio su genial ocurrencia: “Matar por motivos religiosos es salvaje. Lo civilizado es matar por motivos económicos”. Se nos olvida con demasiada frecuencia que las víctimas de las guerras “preventivas” de la OTAN del pasado, del presente y del futuro, o de las ilustres coaliciones internacionales que se han reclutado y reclutan en busca de armas de destrucción masiva o del eje del mal, como si de una película de James Bond se tratase, “también son Charlie”, tan “Charlie” como los amantes del humor de la revista Charlie Hebdo que han perdido sus vidas en un acto abiertamente irracional. Y se nos olvida también, como dice el chiste, que la motivación principal que impulsa en Occidente los actos de violencia institucionalizada es de naturaleza económica. Todo esto no hace más que poner de manifiesto nuestra desmedida y occidental hipocresía, como me recuerda a través del ciberespacio un antiguo alumno, Otman Fouki, quien ha sentido más de una vez, en su propia piel, por su origen magrebí, el recelo europeo. Nuestro Emperador, Barack Obama, al saludar recientemente al primer ministro británico, David Cameron en Washington nos ha dado un tirón de orejas –mira quién fue a hablar de orejas-, recordándonos que Europa debe integrar al Islam, porque la causa de los problemas del presente tienen que ver con que “los musulmanes no se sienten europeos” y que “es importante para Europa no responder únicamente con la fuerza”. Dado que es esta última vía, la de la fuerza, la que han empleado con más frecuencia los Estados Unidos de América, parece como si Obama fuese José Luis Moreno con su cuervo Rockefeller repasando en voz alta la lista de la compra, en pleno ejercicio del manido refrán “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”. Pero la cosa no tiene gracia. Hay demasiada hipocresía en las declaraciones de nuestros señores feudales, como me recuerda mi amigo Otman, y es un hecho que “estamos en guerra”, en una guerra no convencional, en una guerra que no se parece en nada a los videojuegos.


Haciendo bandera de las tesis del eminente sociólogo Émile Durkheim, que vivió a caballo de los siglos XIX y XX, hay quien ve en los vínculos solidarios que crea el hecho de tener un enemigo común, la hipótesis más certera sobre el origen de esa canallada que es la guerra: el grupo que lucha unido, permanece unido (como si no hubiera otros medios menos cruentos para crear lazos fraternales en el todo social, como la pasión por el fútbol –aunque tengamos que taparnos los oídos para no escuchar el bramido de Cristiano Ronaldo en la ceremonia de entrega del “Balón de Oro” sin que se nos caiga hasta la dentadura postiza). Un argumento utilitarista del corte de aquel que defendiera Voltaire: “si Dios no existiera, habría que inventarlo”, simplemente, por ser un factor de cohesión social. Otros nos invitan a rastrear los orígenes de la guerra en nuestra propia “naturaleza”, en nuestra humana condición. Como animales que somos, a Dios gracias, debemos aceptar nuestra connatural agresividad, nuestra freudiana pulsión de muerte, e intentar dar rienda suelta a nuestras pasiones, no sea que nos produzca una peligrosa enfermedad mental. En cualquier caso, ya saben que hay procedimientos mil para desfogar nuestra agresividad sin matar al prójimo. Y hay hasta quien sugiere que la guerra es “un juego”, una estimulante actividad que nos hace gozar al poner nuestra vida en riesgo cuando entramos en combate y que no hay virtudes más formativas que las que imprime la milicia. No sé ustedes, pero yo prefiero juegos más sosegados, aunque sólo sea por mantener la posibilidad de llegar a la edad de jubilación y comprobar si todavía hay dinero en las arcas del Estado para sufragar mi existencia improductiva (en caso contrario, será cuestión de hacerse con una dosis de socrática “cicuta” para despedirme de este mundo cruel). Parece pues que las causas económicas, relacionadas habitualmente con la ocupación de territorios y su ulterior saqueo (por medio del espolio directo o la política impositiva que imponen los vencedores), son mejores candidatas para explicar el origen de la guerra (salvo que nos ocupemos de las que se producen en las singulares sociedades de cazadores-recolectores, en las que apenas se producen bajas y tienen un valor simbólico, ligado a la conservación del hábitat).


Económicas son también las razones que, según Ugo Bardi, un ingeniero químico pionero de la “just right technology” y autor del informe del Club de Roma 2013, han provocado la caída de los precios del petróleo, según se dice en una entrevista publicada en “La Vanguardia” el 17 de enero de 2015. Dicha caída es una hábil artimaña: los países productores de petróleo del Golfo Pérsico renuncian a los beneficios que podrían obtener a corto plazo “a cambio de sacar del mercado a sus competidores del fraking -término que se emplea para referirse a la técnica de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional- en Estados Unidos, y de arrebatar cuota de mercado a Venezuela, Brasil y sus enemigos iraníes.” Por si fuera poco, el abaratamiento de los combustibles fósiles frena la decisión de los gobiernos de invertir en el desarrollo de las energías renovables. Vengo aquí a dar la razón, por todo ello, al barbudo filósofo alemán decimonónico Karl Marx, ilustre representante de la Sociedad Berlinesa de Amigos de la Juerga y trabajador infatigable: no son las ideas las que mueven este paradójico mundo, como afirmaban los ilustrados bienintencionados del siglo XVIII a la sombra de la Diosa Razón, sino la organización económica y las relaciones sociales de producción que de aquella se derivan. Es más, conviene saber que la filosofía deberá jugar, para Marx, un nuevo papel en la sociedad contemporánea: lejos de pergeñar sesudas interpretaciones del mundo, deberá consagrarse a “transformarlo”, a crear nuevas condiciones de vida más justas, libres, igualitarias y solidarias. Otra cosa es lo que los procesos revolucionarios han acabado haciendo finalmente con semejante diagnóstico desde el siglo XIX hasta nuestros días. Sea como fuere, el humorista al que me referí al principio, sigue la estela de Marx cuando nos recuerda que: “Matar por motivos religiosos es salvaje. Lo civilizado es matar por motivos económicos”.


La reflexión ética es, a mi juicio, una de las mejores formas de frenar la locura que entraña la institucionalización de la violencia y la aceptación resignada de que estamos en un estado de guerra de todos contra todos, viéndonos en el compromiso de darle la razón al pesimista Thomas Hobbes, el agorero propagandista de políticas totalitarias que se complacía reseñando que “el hombre es un lobo para el hombre”. La filósofa Adela Cortina ha ganado recientemente el Premio Nacional de Ensayo 2014 con su libro ¿Para qué sirve realmente la ética?, y la televisión pública ha tenido a bien, aunque sea a horas intempestivas, exhibir una entrevista realizada a la autora sobre su libro. Como me comentó en su día mi “ciberamigo”, el filósofo afincado en Madrid, José María Callejas Berdonés, autor de un interesante libro sobre el uso didáctico del teatro, y un claro ejemplo de pasión docente y entusiasmo infinito, antes de que pudiera ver el programa citado a través de la red (rtve.es), que se planteó en éste un interesante debate sobre la necesidad de la ética en la democracia actual, tanto en su dimensión política, como en su vertiente económica y en la sociedad civil. Para Adela Cortina, es imprescindible que la “Ética” retorne a la ESO y al Bachillerato, puesto que es una pieza clave para la construcción de la ciudadanía auténticamente democrática. La ética no es patrimonio de ninguna idea ni partido político, tiene vocación universal. Pues, como sugiere Kant, la dignidad de la persona humana no tiene precio, sino valor, y además el sentido práctico y rentabilidad de la Ética es notable, dado que previene frente a la corrupción económica y política mejor que cualquier fármaco de última generación o la operación policial más brillante. Adela Cortina, José María Callejas y un sinfín de filósofos abogamos por la elaboración de un proyecto común renovado, caracterizado por un claro compromiso a la hora de erradicar la injusticia social, combatir las restricciones que se imponen a la libertad, y propiciar la apertura de nuevos cauces para la participación de los excluidos de la sociedad de consumo y el pleno desarrollo de la gran asignatura pendiente del antiguo ideal republicano de la Revolución Francesa: la solidaridad.

 

Rafel Guardiola

LA COORDINACION DESCORDINADA

 

20.01.2015 Antonio Villalba

 

Mi compañera María  es madrileña, no lo puede negar, por su acento. Ha tenido la suerte de encontrar un lugar estupendo para vivir: Churriana. De hecho, sus dos hijos son churrianeros, no lo pueden negar: por su acento. Este comentario se lo hacía a ella a principios de diciembre cuando me dijo que iba a ir a la charla del día 12 de ese mes. No me había enterado que Cristina Morató  iba a dar una conferencia titulada “Marga d´Andurain, espía y aventurera en Oriente” a partir de su libro “Cautiva en Arabia” centrada en este personaje tan inquieto.

— Pero será otro día

— Que no, que es el viernes.

— ¿Viernes 12? ¿Dónde?

— Es en la Casa de Gerald Brenan

— ¡Qué raro! Si media hora después mi hermano participa en el Ciclo de “Churriana y su historia” con la ponencia “Los orígenes del baloncesto en Churriana”, en la Biblioteca.

Luego hablamos de las vacaciones y de algún que otro tema que no recuerdo.

Me olvidé de esta conversación hasta que unas semanas después me encontré con mi buen amigo Juani. Nos saludamos, bromeamos y le dije que me extrañó no verlo en la charla que dio su compañero el día 12.

— Sabes que me llegué sobre las ocho a la Casa de Gerald Brenan para oír a José Carlos

— ¡Qué despiste tienes!

— Estuve un rato escuchando a una mujer hablando de una condesa, creo. Cuando me di cuenta que me había equivocado salí de la Sala y pregunté si era allí donde se daba la charla sobre baloncesto

— ¿Y qué te dijeron?

— Que quizá podría ser en la Biblioteca, pero que no tenían el número para confirmarlo. No quise llamar a José Carlos porque pensé que ya habría empezado. Intenté localizarte pero no pude. Entonces pensé que quizá sería en Alhaurín la conferencia, como la última vez, y ya no me daría tiempo. Así que desistí.

— Desde luego. Si te dije la hora, el día y el sitio.

— Ya, pero me despisté con el lugar. Además ¿A quién se le ocurre programar dos charlas casi a la misma hora en Churriana?

— Ahí te doy la razón, porque a mí me hubiera gustado asistir a la de Cristina Morató, tuvo que estar apasionante, pero las preferencias mandan. Por cierto ¿cuántas personas había en la de ella?

— Pues mira, puede que una decena.

En fin, espero que se tenga en cuenta para una próxima ocasión. Hay muchos días en el año para que se hagan coincidir este tipo de eventos en nuestra barriada. Sería interesante poder disfrutarlos sin tener que elegir entre ellos. Si la Casa Gerald Brenan depende del Área de Cultura del Ayuntamiento, en coordinación con el Distrito de Churriana, en esta ocasión no creo que se coordinara mucho, de otra forma no se entiende que los programas se solaparan.

 

TENGO EL PRIVILEGIO DE ESCUCHAR EL MAR

 

Tengo el privilegio de escuchar el mar, aunque no haya nacido en el Mediterráneo, como proclamaba jubilosa a los cuatro vientos una conocida canción. El lenguaje del mar no está escrito en caracteres matemáticos, al gusto de Pitágoras o Galileo, sino con ríos de sal de color esmeralda, la sal de todas las lágrimas descuidadas, las lágrimas de todos los rostros sensibles, los rostros de todos los cuerpos habitados.

 

                Me gusta escuchar el crepitar de tantas y tantas burbujas saladas que quedan varadas en la orilla, con un cosquilleo propio de los mejores caldos espumosos, a merced del abrazo de la tierra y el imperio del astro rey, a pesar de mi vocación republicana. Sueño incluso con el canto seductor de las sirenas, como si pudiera sucumbir ahora mismo a sus dulces cadencias voluptuosas, aprovechando que todavía no ha desembarcado en estos lares la última excursión del IMSERSO, con la infatigable juventud de la Tercera Edad. Y me acuerdo inevitablemente, como el abuelo de la Familia Cebolleta de los tebeos de mi infancia, de la singular escultura de Eduardo Chillida, “La sirena varada”, que pende con insolencia de un puente de Madrid, mi ciudad natal, una ciudad sin mar, sin ríos de sal, pero donde uno puede tomar una “relaxing cup of café con leche”, fabular con sueños imperiales y creer que las sirenas existen y cantan mejor que Enrique Iglesias en medio del asfalto.

 

                Tengo el privilegio de poder acercarme a la orilla para escuchar, en un blando susurro, los secretos del Mediterráneo, e imaginar como un auténtico loco, como un loco de atar, que puedo acariciar la líquida piel del mar, y hasta despojar a éste de sus mejores galas, en un gesto que me hermana con un sugerente lienzo de Salvador Dalí. Llevo bastante tiempo escuchando el eco del canto de las sirenas en esta fascinante mañana de invierno, amarrado a uno de mis mástiles más queridos, al mástil del humor y la inteligencia que, en definitiva, son una y la misma cosa, como el ser y el pensar en Parménides de Elea.

 

                Y no dejo de oír el llanto amargo de una civilización que se desangra en manos de la codicia de los mercaderes y oligarcas de guante blanco y tarjeta black, y los deseos imperiales de los devotos de la estupidez y la intolerancia, aquellos que confunden la justicia con la forma en que se saldan las cuentas en las películas del Oeste que tanto gustaban a mi admirado Wittgenstein. “El problema con el mundo –escribe Charles Bukowski, el inefable autor de La máquina de follar- es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras que los estúpidos están llenos de confianza”. Como saben, los ríos de sal se han teñido también esta semana con la sangre de las víctimas del fanatismo maniqueo, ese veneno cruel que destilan necesariamente las desigualdades y los getthos que estamos construyendo en Europa, con la religión como hábil coartada. Menos mal que la risa nos hace libres.

 

                      Rafael Guardiola

UN HOMBRE EN PAZ

 

31.12.2014 Rafael Guardiola

 

Siguiendo la estela de Platón de Atenas, seguramente, el poeta bilbaíno Blas de Otero escribió en 1951 estos rotundos versos: “Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre/ aquel que amó, vivió, murió por dentro/ y un buen día bajó a la calle: entonces/ comprendió: y rompió todos su versos”. La fascinación por la mayéutica socrática y la práctica filosófica en los mercados y en las plazas públicas abortó la vocación literaria del autor de La República, según sus biógrafos, e hizo que se consagrara definitivamente al “amor a la sabiduría”, sin renunciar por ello a un férreo compromiso con los asuntos políticos. Y es que, cuando uno baja a la calle –sobre todo, desde las alturas de las torres de marfil del ocio protegido, el poder o el esteticismo- empieza a comprender muchas cosas, se le abren los ojos hasta alcanzar el diámetro de una rapaz nocturna y no ceja hasta eliminar los vestigios de un pasado muelle y autocomplaciente. Los versos que se rompen en el poema de Blas de Otero “A la inmensa mayoría” con el que se inicia el escarpado viaje por los infiernos de lo humano del libro Pido la paz y la palabra (1955), dan paso a la “poesía social” fuertemente comprometida políticamente, en tiempos de la dictadura de un general de cuyo nombre no quiero acordarme. Les animo que bajen a la calle para comprender, pues me consta que han amado, vivido y muerto por lo menos una vez en su vida. Espero que no les apliquen por ello la “ley mordaza”.

 

“Así es, así fue. Salió una noche/ echando espuma por los ojos, ebrio/ de amor, huyendo sin saber adónde:/ adonde el aire no apestase a muerto”, reza la segunda estrofa. Nada más dulce que rendirse a los licores que escancia Eros, consagrarse a la pasión que nos agrada con ese sentimiento “oceánico” del que habla Freud, entre otros, cuando se produce el feliz encuentro de los amantes, y no menos dulce el amor en todas sus variantes: maternal, paterno, filial, fraterno….y hasta el amor a las ideas por el que Platón suspira. Amor y vida van de la mano y nos hacen esquivar la muerte más densa. Les animo a que bajen a la calle para comprender, a que se desprendan de sus versos más oscuros y enarbolen la bandera del amor. Eso sí, si lo hacen ebrios, pidan información antes a sus amigos, para eludir elegantemente los controles de alcoholemia.

 

Al igual que Blas de Otero “Yo doy todos mis versos por un hombre/ en paz”, por un ser de carne y hueso a quien no le importa tener razón a cualquier precio, sino ser justo con uno mismo y aceptar la cruel realidad de la injusticia en el mundo, del imperio de la desigualdad y la falta de libertad, y los abundantes gestos insolidarios que chocan contra nuestro pecho. Yo les animo a aceptar nuestra humana condición, que no a resignarse, a actuar con cariño y firmeza a un tiempo, sin perder la paz ni dejar de pedir la paz y la palabra.

 

 

 

 

 

 

 

 

EL INICIO DEL BALONCESTO EN CHURRIANA

 

Antonio Villalba Moreno

 

29.12.2014 A nuestra edad cualquier anécdota o acontecimiento nos sirve para que nos toquen la fibra nostálgica. Así, el otro día me acerqué al belén que exponen en el Ayuntamiento de Torremolinos, en él, aparte de las escenas históricas, aparecían otras con figuras en movimiento: vareando aceitunas, partiéndolas, amasando pan,... a mi lado un abuelete contaba a sus nietos que todas esas actividades se hacían en su pueblo y que él las había realizado en numerosas ocasiones. Esos recuerdos están ahí, en la memoria de nuestros mayores para aflorar en cuanto den la campanada. Y a mí, ésta se dio el viernes doce.

 

La tarde de ese día asistí a la charla que dio José Carlos Villalba sobre los orígenes del baloncesto en Churriana encuadrada en el Ciclo de Conferencias Churriana y su historia que este año cumple ya su XIV edición y se centra en el Deporte. Pues bien, en la Biblioteca pude reencontrarme con muchos de los amigos que comenzamos en esta barriada con este apasionante juego. Algunos de ellos tengo la suerte de tratar a menudo, pero hacía tiempo que no coincidía con la mayoría. La alegría era obvia. Durante la hora larga en la que escuchamos al orador y luego las preguntas, surgieron los recuerdos y alguna que otra anécdota divertida en la que todos reímos, e incluso, pude observar alguna que otra lágrima en algún compañero que, como buen camarada, no revelaré su nombre para mantener a salvo su hombría.

 

Fue vernos en el PowerPoint en pantalón corto, con 25 años menos y llegarnos la vena melancólica. Aquel triple tan mal tirado, aquel grupo de jóvenes imberbes con cara de felicidad ante el fotógrafo, aquella noticia en la prensa, en el desaparecido Diario de la Costa del Sol. Aquel 11 de abril de 1985 apareció un artículo firmado por Kiko Merchán con foto incluida donde resumía los inicios del equipo

 

José Carlos dio una conferencia muy amena en la que nos contó la visión de aquella aventura tan apasionante desde la perspectiva de un niño de trece años. Aquellos jóvenes crearon los cimientos de la afición al baloncesto en Churriana, destacando sobre todo la figura de Antonio Navajas que, junto a un grupo de muchachos, provistos del entusiasmo de su juventud, fundaron el club A.A. Ciudad de Jaén. Repasó algunas gestas de aquel equipo, como la victoria al Maristas (sí, era el equipo B, y apenas completaban un quinteto, pero Maristas al fin y al cabo y ya se sabe el renombre que siempre ha tenido este club). Allí estábamos todos, ávidos de recuerdos, espoleados por el conferenciante, por cierto, el más joven jugador júnior del baloncesto en Málaga (y quizá de España). Si viviésemos en Estados Unidos seguro que aparecería en las estadísticas más curiosas.

 

Bueno, es un decir, si estuviéramos allí, seguro que en una barriada de la categoría de la nuestra habría más de un equipo de baloncesto. Pero vivimos en España. En Churriana y, actualmente, no existe ninguno aquí donde nuestros jóvenes puedan entrenarse y competir. Tienen que integrarse en los clubs de los Guindos, de Torremolinos y de Alhaurín. ¿Volverá a tener Churriana un equipo en liga Provincial? Ojalá que sí. Igual, ahora que el concejal de nuestro distrito es también el responsable de Deportes, podamos apretar un poco, o un mucho. Los afectados deberían presionar, o quizá ellos serían los que deberían tener la iniciativa, como hace casi tres décadas ocurrió.

 

 

EL DELEITE DE LA LECTURA

 

21.12.2014 Antonio Villalba Moreno

 

La otra noche apareció la inspiración justo al acostarme. No sabía si pasar de ella o dirigirme a mi despacho a escribir estas líneas. El cansancio me vencía, pero mi amiga está últimamente escondida y no podía hacerle ese feo. Así que la atendí y le robé unos minutos alsueño para contentarla. A cambio, ella me ha ofrecido estas líneas que ahora leen y que quizá no existirían si no hubiera comenzado con esta introducción tan peculiar.

 

Me decido a redactar sobre la lectura aprovechando la asistencia a varios eventos en apenas unos días. Los malagueños hemos podido asistir, en breve espacio de tiempo, a las charlas de dos autores de reconocido prestigio: Muñoz Molina en la Térmica y Javier Cercas en el Teatro Cánovas.

 

El Príncipe de Asturias de las Letras del año pasado disertó sobre la crisis de los últimos años, tema de su ensayo “Todo lo que era sólido”. Un magnífico libro, que intenta explicar lo sucedido en España desde los años 90 y pone de manifiesto algunas de las barbaridades que se han realizado: despilfarro, cultivo del populismo, negación de la realidad, desprecio de la cultura, discursos victimistas, especulación... y continuó explayándose sobre estas condiciones, sin olvidar enumerar lo que se ha conseguido también, sin caer en el pesimismo completo, puesto que podemos estar orgullosos del sistema sanitario, lo conseguido en la tolerancia, la universalidad de la educación, la victoria sobreterrorismo. El ubetense universal nos remitió a una serie de premisas: hay que aprender de los errores, hay que asumir las responsabilidades individuales y, aunque a veces cueste, debe imperar la presunción de inocencia. Terminó charlando de su último libro “Como la sombra que se va”.

 

Javier Cercas, por otro lado, lo hizo sobre la novela que ha publicado recientemente “El impostor”, en particular, y sobre la literatura en general. Según él, la novela no es el género de las respuestas, sino el de las preguntas. Y eso fue lo que hizo durante la charla, centrándose en el personaje Enric Marco, un hombre que se inventa su propio pasado. Al igual que él, aunque a un nivel más pequeño, durante la Transición, hubo una generalización en este tipo de mentiras buscando esa necesidad que tenemos de ser aceptados y admirados. Según Cercas “La realidad es muy aburrida y todos somos novelistas de nosotros mismos”. En fin, fueron muchas ideas interesantes a lo largo de la hora y media que estuvo con los lectores.

 

Y fueron estas ideas las que le estaba contando a una amiga, lectora empedernida ella, cuando me confesó que no le gustaba Javier Cercas. Que no había podido terminar de leer “Soldados de Salamina” porque le resultó aburrido. Me quedé sorprendido. Bastante. Pensé en la gama tan amplia de gustos. Sólo los que estamos enganchados a la lectura sabemos lo que se disfruta de unas páginas bien escritas y para mí, el catalán es uno de los mejores novelistas actuales, de ahí mi extrañeza, pero es lógico que haya esta diversidad de opiniones, con ellas se generan debates interesantes en la familia lectora, cada vez más pequeña. Ya no hay tiempo, ni ganas para dedicar unas horas al deleite de obras literarias, ya sean en papel o frente a un e-book. Ahora prima la inmediatez, los tuits, todo lo breve.

 

LA NUEVA RAE

 

07.12.2014 Marisa Arias

 

La Real Academia Española ha editado recientemente la 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española. Hay que remontarse a la historia, cuando en 1.780 nacía el primer Diccionario de la Real Academia (DRAE). En el s. XVIII, nacían lo tres primeros volúmenes. En el XIX, le siguieron diez. Ocho en el XX , y en lo que llevamos de este siglo, dos.


El que nos mueve a comentar, es esta última edición que ha salido al mercado con un precio de casi 100 euros. Con 93.111 entradas. Una nueva tirada de conceptos adaptados a los tiempos y eso lo hace algo polémico para muchos de sus lectores o seguidores. Con términos que están en la calle como: ’bótox’, ‘cagaprisas’, ‘chupi’ ‘pantallazo’ o ‘tunear’..entre otros. Palabras más dadas a usar entre jóvenes o extranjeros pero, de cualquier forma, de gran dominio en la sociedad.


Esta reproducción incorpora novedades como la tipografía, tamaño a doble columna. Y los artículos están estructurados de una forma más visual. ¿Pero qué criterios sigue una palabra para que figure en el diccionario? Principal y básicamente la vigencia. Y al igual que entran también salen algunos de sus vocablos. Pasados unos cuantos años y podemos estar hablando de unos cien años o algo más, si no se usan, se descartan.


Para terminar cito las palabras textuales del director de la RAE, José Manuel Blecua en una entrevista : ’’El diccionario es un tesoro, una fuente de conocimiento. Nadie que se acerque a un diccionario se sentirá desprotegido, sino todo lo contrario’’

 

IMPUTACION Y GASEOSA

 

30.11.2024 José Cabrera

 

¡No soy malpensado¡ Si fuese malicioso y retorcido dudaría de la honradez de muchos de mis contemporáneos y coetáneos que ostentan cargos públicos y políticos, pensaría que son unos chorizos, da igual el signo político, el cargo, la comunidad autónoma en la que respiran y descansan sus acomodados cuerpos. Chorizo, butifarra o lacón. Cuando un alto cargo político que por sus actuaciones pasadas o presentes es imputado, es decir llamado por la justicia para que se defienda de los hechos que se le presumen, hay que guardarse mucho de no referirse a él como culpable, pues en definitiva, estamos en una democracia y la premisa es que todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario, el término técnico es la presunción de inocencia. Pero lo que piensa la gente de la calle, es que si la justicia solicita su declaración será porque hay pruebas en documentos, justificantes, correos, etc… Y después de lo que se está viendo y oyendo, cualquier ciudadano (yo no ¡faltaría más!) le daría que pensar tanta imputación. Se llega a pensar presuntamente, eso sí, que la mayoría de todos ellos tienen toda la pinta de ser culpables.


Que España es un país de corruptos, esto es generalizar y ya es sabido que la generalización no es aconsejable, sin embargo, cada vez tenemos menos bazas con las que contar los que nos resistimos a tener malos pensamientos sobre el prójimo, pues hay, como todos sabemos, ejemplos claros y contundentes. Y también los hay de comprobar que la justicia no es igual para todos. La ley no está adaptada a nuestros tiempos eso no hay ni que jurarlo. Carlos Lesmes a la sazón, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial decía hace unos días “la ley está pensada para el robagallinas y no para el gran defraudador”. Tiene más razón que un santo este señor, es más probable que alguien pase en la sombra varios años por pequeños robos que por haber defraudado a la Agencia Tributaria millones.


La ley debería de ser cambiada para que la justicia sea más “justa”. Si la justicia no funciona, no hay regeneración política como muchos políticos promulgan. Lo paradójico de todo esto es que los que deben cambiar la ley son ellos mismos.


A pesar de todo esto necesito tener un atisbo de esperanza y confiar, quizás ingenuamente, en el poder judicial y en la regeneración de los partidos tradicionales, soñar con inocencia de infante, aunque con seguridad me pueda estrellar. Pues prefiero agarrarme a esta quimera que no dejarme embaucar por partidos de ideologías populistas con doctrinas de asaltar el cielo, con promesas impracticables, ideas utópicas difícilmente realizables que nos regalan al oído cantos de sirenas antes de saber gestionar auténticamente la realidad de nuestro país, y todo ello aderezado en un halo de salvadores y justicieros de una sociedad española, en su opinión, oprimida por un capitalismo despiadado y feroz. Que una cosa es corregir errores y perfeccionar el sistema (en muchos aspectos, no hay duda) y otra muy distinta ponerlo todo patas arriba con experimentos sin base real. No me gustaría dejarme seducir por encantadores de serpientes ¿O realmente, es esto lo qué queremos?


Cuando se proclaman a los cuatro vientos soluciones milagrosas y redentoras en los que los números (por desgracia) tienen mucho que decir, se debe empezar por tener los deberes ya hechos. No ir parcheando a salto de mata. En estos casos hay que echar mano de lo que nos dice la sabiduría y el refranero popular “los experimentos con gaseosa”.

 

LA CASA DE GERALD BRENAN

 

16.11.2.014 Antonio Villalba

 

 

El pasado domingo estaba disfrutando del partido de Unicaja en el Martín Carpena, cuando mi compañera de asiento me comentó que se había enterado de la inauguración de la Casa de Gerald Brenan y que, gracias a la información que se ha publicado durante estos días, supo que el escritor inglés vivió en Churriana más que en Alhaurín el Grande. No me sorprendió sobremanera esta creencia ya que sus años postreros los pasó en aquel pueblo ayudado por dos asistentes sociales pagadas por el Ayuntamiento, y luego supieron sacar partido de ello, haciendo creer a muchos que fue allí donde vivió la mayor parte de su estancia en España. 

 

Tuve que explicarle que, efectivamente murió en Alhaurín, pero “Don Gerardo” estuvo en Churriana más de 30 años, los mejores de su vida, al menos, los más productivos literariamente, incluso su mujer, Gamel Woolsey, escribió allí “Málaga en llamas”. Por su casa pasaron muchos escritores famosos como se comentó en este medio en la columna del 17 de abril de 2013 con el título “Dos referentes”. 

 

También le dije que lo que se inauguró a finales de octubre, era el nuevo proyecto que el Ayuntamiento ha pensado, que tiene como coordinadora a la periodista y escritora Silvia Grijalba pero que, en realidad, hace más de un año, (en setiembre de 2013)  la Casa de Gerald Brenan comenzó su nueva andadura tras su rehabilitación, que ha estado rodeada de polémicas desde sus inicios. No olvidemos que la cantidad que el Ayuntamiento ha desembolsado sobrepasa el millón y medio largo de euros entre la expropiación y las obras. Una vez finalizadas, el recinto permaneció unos dos años cerrado con la incertidumbre de la utilidad que se quería dar: desde la Casa Museo del hispanista, al instituto dedicado al aprendizaje del español, aunque el uso museístico tuvo un proyecto dedicado a los viajeros románticos por España.

 

El caso es que, el año pasado, se comenzó a utilizar el recinto aprovechando los actos del XXV Aniversario de la Casa de la Cultura de Churriana que tiene el nombre del hispanista, organizándose una quincena cultural con exposiciones de nuestros vecinos dedicadas a distintas facetas artísticas.

 

Durante todo este ejercicio se ha destinado a distintas conferencias, charlas o presentaciones de libros. Destacable,  la que pronunció Carlos Prenger en abril por el 120 aniversario del nacimiento de Gerald Brenan. También, distintas exposiciones, siendo buen ejemplo de ello la de  febrero, con la muestra “La pintura malagueña en la segunda mitad del siglo XX” que estuvo hasta finales de abril.

 

Por fin, el alcalde presidió los actos de la nueva inauguración de este  proyecto, con autores tan distinguidos como Ian Gibson, Sánchez Dragó, Pranger, Amestoy o Burns Marañón.

 

La reflexión que surge de todo esto es que hay que saber venderse, así de simple. Durante un año se han estado realizando muchas e interesantes actividades, con una difusión enfocada a la barriada. Sin embargo, en el momento en que ha llegado una buena gestora, ha conseguido traer a  famosos como los citados, ha llamado a la prensa nacional, (no solo a la local) y  ha creado iniciativas como la del “Pasaporte del club de Amigos de la Casa de Gerald Brenan”, con todo ello, se está logrando lo que se pretendía.

                                                                                

GUERRAS EN LA LEJANIA

 

02.11.2.014 Antonio Villalba

 

A finales del verano desayunaba en un bar leyendo la prensa. Al llegar al apartado internacional casi la totalidad de las noticias estaban relacionadas con guerras: conflicto bélico en Siria, en la franja de Gaza, en Ucrania ... y, en un momento determinado, la televisión que estaba encendida dio unas imágenes que me impactaron de tal forma, que han estado dando vueltas en mi cabeza hasta que he decidido sacar fuera lo que sentí.

 

En ellas aparecían niños gazatíes en hospitales después de uno de los ataques que los israelíes han llevado a cabo este verano en la zona. Eran imágenes fuertes, escalofriantes. Niños llorando, padres desesperados. Miré a mi alrededor. El bar estaba lleno pero nadie miraba al televisor. Pensé que lo mismo me ocurría a mí en otras ocasiones. Sin embargo ese día había coincidido la lectura de la prensa con el sonido de la tele y algo se activó en mi interior.

 

Pensé en que no prestamos la debida atención a estos conflictos tan graves. Son guerras lejanas y tenemos otros problemas que, aunque no tan conmovedores como las muertes de estos niños, nos afectan directamente. Excepto en ocasiones, en las que nuestra sensibilidad se muestra más patente (como me ocurrió a mí ese día), la mayoría de las veces para nosotros son números.

 

Quizá limpiemos nuestras conciencias con aportaciones a las distintas organizaciones humanitarias (quién lo haga), pero yo me pregunto: ¿es suficiente? Pocas personas tenemos el espíritu solidario de esos médicos o enfermeros que utilizan sus vacaciones para ayudar en zonas conflictivas, o el de los misioneros que dedican su vida a los desfavorecidos por el hambre, la guerra o la enfermedad. Al menos podemos hacer el pequeño esfuerzo de no dejar de hablar de ellos.

 

En Siria hace casi 4 años que sufren una guerra civil no declarada ya que el gobierno presidido por Bashar Al-Asad insiste en que no hay tal, sino una legítima lucha contra el terrorismo que les amenaza. En la franja de Gaza, Netanyahu responde a los ataques de Hamás lanzando proyectiles contra la población civil buscando la eliminación de líderes militares sin tener en cuenta las consecuencias y acusando a Hamás de utilizar escudos humanos. En nuestro mismo continente, en el este de Ucrania, desde finales del año pasado se vive una situación bélica con los prorrusos alentados por un Putin que, hipócritamente, acusa a Kiev de la grave situación.

 

La guerra de Somalia, el norte de Irak con la lucha de los yihadistas, los conflictos de Egipto, Sudán, la República Centroafricana, y tantas otras de las que apenas nos llegan noticias; de las que ya nos hemos olvidado; de las que, incluso, pensábamos que habían terminado. Tantas y tantas. ¿Cómo preocuparnos de países que muchos no saben ni ubicar en el mapa? La simpleza a la que hemos llegado es preocupante. Pero es real.

 

Aunque no se pueden comparar unos con otros, me pregunto si Netanyahu, Bashar o Putin duermen tranquilos sabiendo lo que están provocando, sabiendo la cantidad de huérfanos que están dejando con sus estrategias políticas. Pienso que sus conciencias están a un nivel distinto de las del ciudadano de a pie, quizás más laxo. El mundo se derrumba mientras estos líderes ven los escombros, las ruinas, las columnas de humo sin conmoverse. Esperemos que a nosotros no nos ocurra. Ojalá que no lleguemos a ese nivel.

 

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